18.12.2005












TERTULIA ESPECIAL

La pasión... de Cristo o de Mel Gibson

La Pasión de Cristo ya superó los 40.000 espectadores en Montevideo y, además del éxito de taquilla, ha repetido la polémica que despertó en todo el mundo desde su estreno. La propuesta de Mel Gibson ha sido calificada de “antisemita”, “conservadora” o extremadamente cruda. Otros, destacan su fidelidad con los evangelios. El sacerdote Daniel Sturla, el periodista Rafael Klappenbach, el pastor Ricardo Collazo, el escritor Tomás de Mattos, el crítico Jaime Yavitz y José Claudio Williman debaten, en tertulia especial, sus impresiones acerca de la película.

En perspectiva

EN PERSPECTIVA
Viernes 09.04.04, 09.11.

EMILIANO COTELO:
Hoy, Viernes Santo, la Iglesia Católica recuerda la crucifixión de Jesús; se abre un período de reflexión a la espera del domingo de Pascua, que conmemora la resurrección de Cristo.

Esta es una Semana Santa bastante particular, tanto en nuestro país como en otros puntos del plantea, porque está marcada por el debate que ha generado la película "La pasión de Cristo", dirigida por Mel Gibson, que se ocupa justamente de las últimas horas de la vida de Jesús.

Una película que no deja a nadie indiferente, que genera polémica entre quienes la vieron e incluso entre quienes no la vieron, porque algunos han tomado la decisión de no verla.

Les proponemos hoy una tertulia especial en la que van a participar José Claudio Williman, abogado, historiador, católico; el padre Daniel Sturla, sacerdote salesiano; Ricardo Collazo, pastor valdense en misión para la Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay, coordinador general de la obra ecuménica Barrio Borro; Rafael Klappenbach, periodista del diario El Observador, católico.

***

Al comienzo nos acompaña por teléfono Jaime Yavitz, actor teatral, crítico de cine y teatro en Montecarlo Televisión, quien además es judío. Yavitz, ¿usted es además religioso?


JAIME YAVITZ:
No, tradicionalista; mis padres sí eran religiosos; para mí y mi hermano que está en Uruguay la cena de Pascua es casi una tradición intocable, cumplo el Día del Perdón... Creo mucho que las tradiciones agregan valores espirituales muy grandes; y me refiero a las tradiciones de todos los pueblos. El pueblo judío tiene más de cuatro mil años de tradición y creo que la pureza del sentimiento es lo que trato de mantener.


EC - Todos han visto la película; algunos hace días, otros ayer mismo; Williman y Rafael la vieron ayer. ¿Se encontraron con salas llenas?


RAFAEL KLAPPENBACH:
Yo tuve que ir a otro cine porque en dos horarios estaba lleno; fui al cine Ejido, estaban las entradas agotadas para las 10 de la noche y para la trasnoche del mismo cine.


EC - O sea que casi no llegás a tiempo a esta tertulia.


RK - Casi llamo para decir que no la había visto.


EC - ¿Y a Williman cómo le fue?


JOSÉ CLAUDIO WILLIMAN:
Estaba completamente lleno.


EC - Cuando los demás la vieron, ¿qué pasaba en las salas?


RICARDO COLLAZO:
Yo fui un martes de tarde, a las 14 y 20, y había poca gente; me gustó que hubiera poca gente, porque entonces pude disfrutar. Esto se presta también para todo un marketing, entonces incluso busqué un lugar apartado para poder estar concentrado en lo que iba a ver, que para mí era muy importante.


EC - ¿Qué dice el padre Sturla?


DANIEL STURLA:
Cuando fuimos a verla, el viernes, no pudimos entrar; al día siguiente fuimos, sacando entradas antes, y entramos con otros compañeros sacerdotes; ahí la vimos con la sala llena en Ejido.


EC - Es muy interesante ese fenómeno de atracción que ha generado la película La pasión. Me tocó verla el sábado de la semana pasada en el Punta Carretas Shopping, en una sala desbordada de público y además con mucho público joven, algo que me sorprendió y que deja abierta una serie de preguntas, que quizás podamos explorar en esta mesa.

***

Quiero empezar preguntándole a Jaime Yavitz a propósito de uno de los aspectos polémicos de la película: el detallismo con el que se describe y muestra el martirio que Cristo padeció durante sus últimas horas: los latigazos y las torturas proferidos por soldados romanos cuando Pilatos en primera instancia lo condena a ser duramente castigado; su camino hacia la crucifixión en el Gólgota, cargando con la cruz y siendo golpeado constantemente durante el trayecto; la crucifixión en sí, en la que no se ahorran momentos ni primeros planos; y la propia agonía en la cruz.

De las películas que se han ocupado de la pasión de Cristo, ¿esta es, efectivamente, la más violenta?


JY - Sí, sin duda. Cuando chico siempre veía en los cines de barrio películas sobre la vida de Jesús; de pronto eran películas muy ingenuas, además de la ingenuidad propia de un chico de barrio que va al cine, a colarse, porque era imposible de otra manera; pero siempre sentía que esas películas me daban una vida que yo podía compartir.

Es difícil hablar objetivamente de esta película, por todos los antecedentes, porque además se manejó un marketing como nunca en la historia del cine -en eso Mel Gibson fue muy inteligente-; hay antecedentes por los que también la colectividad judía tiene sus resquemores, porque el padre de Gibson y él forman parte de una iglesia muy pequeña pero con un arraigo especial, debatiendo si [en la II Guerra Mundial] hubo genocidio... En fin, dejo de lado eso.


EC - Vamos a ver esos puntos un poco más tarde.


JY - Sí, voy directamente a la película. Creo que debe conmover profundamente al ser cristiano, pero escapa a toda lógica.

Traté de mirarla... Fui a verla dos veces, como hago generalmente cuando una película me importa en forma especial, como veía a todo Akira Kurosawa o Bergman, películas de autores; la primera impresión me importa mucho y después para poder analizarlas hay que verlas con una frialdad, con una objetividad mayor.

Para mí esos soldados borrachos, indisciplinados, no tienen nada que ver con todo lo que conocemos, con todo lo que leímos, con todo lo que estudiamos sobre la presencia romana cuando eran los dueños de todo el mundo; especialmente en un país donde había una religión tan fuerte, tan acendrada. Yo no soy un versado, pero sé que de Barrabás hay una sola frase, tengo entendido, en el Nuevo Testamento; y estaban los celotes, que eran jóvenes que peleaban contra la intromisión de determinados sacerdotes que habían permitido que figuras paganas entraran al templo. O sea que había una división muy grande dentro del pueblo judío y los celotes eran jóvenes que además no permitían que fueran de manera distraída por las calles de Jerusalén porque mataban a todas esas figuras que ellos pensaban que se habían vendido a la fuerza, al poder de los romanos.

Entonces esa imagen de los soldados, esa violencia... El término de pronto puede molestar a algunos de los que están con usted, pero creo que hay como un morbo muy especial...


EC - Se ha hablado de morbo, justamente.


JY - ...que hasta enfría. Es distinto para quien va a ver la película sin formar parte de la grey cristiana, respetándola, pero es tal la virulencia de esos soldados borrachos, que eran de una fiereza, pero no por estúpidos, parecen seres de una ingenuidad que ya casi no se da en el cine, como en las viejas películas de cowboys con los buenos y los malos.


EC - A ver, ¿cómo les resultó a los demás este punto concreto, el de la violencia?


JCW - Voy a discrepar con el amigo, porque primero los soldados romanos eran la hez romana, pero además hay descripciones en varias historias romanas de lo que era el trato a personas en las provincias: era de terror, sobre todo el tratamiento que se les daba a quienes iban a ser crucificados o que no llegaban a serlo, pero... Está descrito en la historia el tipo de vara, que está muy bien presentado porque eran las varas que se usaban. Me permito recordar -la cita no es mía, es de un gran libro de historia sobre Jesús, cuyo nombre no recuerdo ahora- que esta descripción similar la hace Cicerón cuando está enfrentando a Verres cuando era el procurador, el procónsul en Sicilia; Cicerón describe cómo los soldados romanos mataron a patadas a un ciudadano siciliano. Eso está en las Verrinas de Cicerón. Esa imagen de la conducta de los romanos es frecuente y denunciada dentro de Roma.


EC - Bien, pero el hecho de que la película ponga tanto énfasis en eso, en la violencia, en el martirio, ¿cómo les resultó, les resultó tolerable?


RK - Es una película muy dura, que sacude, cachetea al espectador.


EC - ¿No te viste tentado a levantarte o a cerrar los ojos?


RK - En algunas escenas sí.


EC - ¿Qué dice el padre Sturla?


DS - Sí, hay una palabra en latín, "satis", suficiente, que dice el soldado que está dirigiendo el momento de la flagelación. Uno también está deseando que sea suficiente, que termine; creo que es una de las cosas que el director quiso lograr.


EC - ¿Pastor Collazo?


RC - Para mí el problema de la película es que está centralizada en la tortura y los torturadores. Tenemos que considerar que es una fuerza ocupante que sin duda tiene colaboración de las autoridades de ese momento que estaban allí en Jerusalén, y entonces la centralidad de la película está lamentablemente -porque es una buena película- en la tortura, en los torturadores. Yo no recomendaría esa parte de la película; estoy pensando en personas piadosas, en señoras de edad, en señores y también en los jóvenes.


EC - No es la única parte. Quizás esa, la de la tortura, la de los latigazos, sea la más fuerte porque es de las primeras, pero todo lo que viene después va en la misma dirección.


JY - Cuando hablo de morbo -primeros planos, cuando le clavan las manos, cuando lo dan vuelta, lo arrastran-, por supuesto que absolutamente nadie puede negar la barbaridad del ocupante, especialmente en épocas donde no existían no digo los derechos humanos, sino que además los valores que se manejaban eran otros. El profesor Williman debe saber mucho más que yo, como en 1904 en la guerra civil que tuvimos nosotros (hablé de ese tema muchas veces con Maggi). La brutalidad era la forma natural desde los griegos, tenemos que tener las tragedias griegas para ver qué pasaba cuando entraban... incluso la destrucción de Troya, si vamos a la primera visión que tenemos de libro escrito, fuera de los aedas.

Lo que digo es que esos primeros planos son de un terror que me hacen pensar lo siguiente: ¿cuál es el mensaje de Cristo? ¿Queda latente, un cristiano puede sentir cuando termina la película, después de ver toda esa brutalidad, los litros de sangre y la desesperación de ese hombre que levanta los ojos para decir "Padre, ¿por qué me has abandonado?"? ¿Puede quedar el mensaje cristiano de "Amaos los unos a los otros"? Los que creen fervorosamente en el cristianismo, ¿pueden salir del cine y amarse los unos a los otros?


EC - Esa es la pregunta.


RK - Creo que hay que pensar qué es lo que intenta hacer Mel Gibson con esta película.


EC - ¿Cuál es la apuesta?


RK - Escuché que decía hacer dinero; es probable que sí, es probable que como productor le interese hacer dinero y todo el marketing que generó en torno a la película también, pero creo que su apuesta principal, al menos así lo interpreto viendo la película, es contar la realidad de las últimas 12 horas de Jesucristo de la manera más real posible. Es tremendamente violenta la película; la pasión es tremendamente violenta. Quiere interpelar al público, quiere provocar al público, quiere generar reacciones en el público. Estamos hablando de que Jesús dice que entregó su cuerpo, su sangre, y es lo que se ve en la película; es un Jesús paciente, que soporta el sufrimiento. Y creo que mostrar ese grado de sufrimiento es también mostrar ese grado de mansedumbre, de perdón, porque cuando se llega a límites tan grandes y el perdón y la mansedumbre se mantienen me parece que hay un sentido detrás.


DS - También me parece que el director quiere subrayar -y está muy bien logrado- ese sentido del "padecimiento por", es decir lo de San Pablo, que dice: "Cristo me amó y se entregó por mí". Entonces quizás también en el subrayado de la película está ese aspecto del Evangelio, que es la entrega de Cristo por nosotros, en ese sentido hasta dónde llega el límite del sufrimiento, hasta dónde llega el amor de Cristo, que llega a esa entrega total, que es lo que -me parece- muestra la película.


RK - Yavitz hablaba de los martillazos en el momento de la crucifixión. Yo leí algunos comentarios sobre la película, que repiqueteaba lo que decía Sturla, ese "por mí", en cada martillazo: "Por mí; por mí". Creo que eso es lo que Mel Gibson busca trasmitir como mensaje, más allá de si quiere hacer dinero o no con la película, que por supuesto creo que sí.


RC - Yo me lo pregunto desde el punto de vista de un torturado, de las víctimas de la tortura que tenemos acá cerca, en el Río de la Plata; recuerdo el informe Sábato -aquella comisión en Argentina-, las secretarias y las asistentes sociales que trabajaron recogiendo los testimonios de las víctimas terminaban mal el día porque no podían recibir tanta, tanta cosa, tanto pecado junto, diría yo desde un punto de vista cristiano. Entonces creo que poner en escena esto así, tan cruel, tan crudo, es como si uno tuviera que recibir el testimonio de un torturado, de una torturada, quizás uno diría: "Por favor, no me lo digas todo, no me lo digas todo porque es demasiado duro".


DS - Hay una película, La noche de los lápices, que muestra esa realidad en Argentina; realmente, uno la ve y dice "nunca más".


EC - Justamente, padre Sturla, hay una hipótesis que dice que Mel Gibson eligió este camino por razones comerciales, para vender más entradas y obtener un éxito en sus cuentas bancarias. La otra es que perseguía objetivos religiosos: él es católico, se lo ha descrito como un católico preconciliar. Si nos quedamos con esta segunda hipótesis, ¿qué objetivo religioso puede haber perseguido? Ustedes lo mencionaron, entonces la pregunta es, ¿lo logra? Usted, como sacerdote, ¿recomienda esta película?


DS - La recomiendo, digo "Vayan a verla". Digo también que no todo lo que vi me gustó, como he dicho. Hay escenas estupendas, muy bien logradas, la relación de Jesús con su madre está muy bien lograda, hay toda una ternura materna reflejada en varias escenas que también está muy bien; se muestra claramente el impacto que produce la unión entre la eucaristía, la última cena y la escena de la muerte de Cristo, está entrelazado y eso para la fe cristiana, católica, es muy importante. Yo digo: vayan a verla; no es el Evangelio, es una película. Mucho más importante sería decir "lean el Evangelio", en tiempo de Semana Santa.


EC - Pero, por decir algo, ¿se la recomienda a todos?


DS - Está ahí lo de mayores de 12 años. Sí, a todos.


EC - ¿Todo cristiano, todo católico resiste esta película, es capaz de conmoverse como aparentemente el director quiere o como usted querría?


DS - Está la sensibilidad diversa de las personas; si alguien se impresiona mucho por un tema de sangre tampoco puede ver otras películas también tremendamente violentas, como las que se ven últimamente; Gladiador, por nombrar una.


***


EC - Un oyente, Matías, pregunta: "¿Por qué el punto de controversia es el tema de la abundante violencia en la película? Si fue verdad, ¿por qué molesta? A pesar de eso, Jesús perdonó. ¿Será eso lo que molesta?".

¿Qué responde usted, pastor Collazo?


RC - Que hay una diferencia, no es lo mismo ver Espartaco o Gladiador, que ver cómo Jesús, que es nuestro maestro, nuestra compañía, nuestro Dios, muere terriblemente solo, abandonado, con muy pocos gestos de solidaridad. ¿Se muere el amor? Para mí esto es lo peor, la tristeza más grande que sentí en ese cine fue una soledad trascendente.


JCW - Yo diría que salvo la Virgen, que lo acompaña hasta último momento, hay soledad.


RK - No; hay muchos personajes muy bien logrados en la película; en esto discrepo. Creo que Simón de Cirene, que es un personaje tremendamente bien logrado, que hace que uno se sienta partícipe de la película y un protagonista más de lo que está sucediendo. María Magdalena no emite una palabra durante toda la película, pero acompaña a Jesús durante todo el tiempo. El apóstol Juan, que también está allí; la figura de la Verónica, el gesto que tiene hacia Jesús y hacia la Virgen desde el lugar en que estaba y el poder... Durante muchos lapsos de la película hay ese contraste entre violencia, belleza, violencia, delicadeza, violencia, amor. Creo que Mel Gibson juega muy bien con eso.


EC - No lo convencen estas respuestas, pastor...


RC - No, no me convencen del todo, porque yo soy sensible a la película, la veo y... Yo sé que hay gestos de sensibilidad, pero Simón de Cirene en un momento también duda; no sabe si lo va a hacer o no, si lo va a acompañar o no; es muy humano que esté dudando, porque además no sabía dónde lo iban a meter, capaz que él también terminaba mal.


EC - Simón es obligado por los soldados romanos a acompañar y ayudar a Jesús.


RK - Termina teniendo un papel protagónico y de solidaridad con el condenado.


RC - Incluso para el carro, en un momento en que le están dando bastante a Jesús para la mano para que no le peguen más en el camino.


DS - Justamente, muestra una cierta transformación del personaje; es de las cosas interesantes de la película, la transformación de Simón de Cirene, como después la de algunos otros, los soldados romanos al final. La soledad final es la del demonio, en esa mirada medio extraña que hay allí queda él solo.

***

EC - Se ha generado todo un debate a propósito del antisemitismo o antijudaísmo que destilaría esta película. Me gustaría que habláramos de este punto: ¿dónde se encontraría, dónde podría leerse ese tipo de intencionalidad en la película de Mel Gibson?

¿Qué dice Williman?

JCW - Puede ser que esté influido por mi convicción católica; para mí es tan claro que Jesús muere por todos los hombres que no me planteé el problema judío, lo confieso. El sacrificio es por todos los hombres, no por los judíos; tal vez los judíos podrían protestar –siempre he pensado– porque Dios los haya elegido, pero ellos siempre se consideraron el pueblo elegido. Fue elegido en su etapa final para matar al hijo de Dios, cosa que estaba prevista pero no es culpa de ellos, de ninguna manera. Además en la película, ¿quiénes están contra Jesús?: los soldados, hay una larga lista; realmente yo no vi elementos de antisemitismo. El que queda mal es el grupo del Sanedrín, pero eso es históricamente evidente.

EC - ¿O sea?

JCW - Los grandes sacerdotes del Sanedrín.

EC - Los sacerdotes judíos que, con una parte del pueblo, exigen que Jesús sea crucificado.

JCW - Sí, hay una poblada en ese sentido que presiona a Pilatos.

EC - Quizás sea eso lo que pueda alimentar el temor de que se esté insuflando sentimientos antijudíos o antisemitas, porque se ve a esa gente reclamando y propiciando para Jesús un castigo terrible.

JCW - Pero hay otros que reaccionan y otros que lo apoyan, hay distintas figuras.

RK - Es una poblada me parece que política, de interna.

JCW - Orientada, presionada.

RK - No es un pueblo, sino una interna dentro de un pueblo.

EC - ¿Podrías desarrollar esto un poco más?

RK - Estamos hablando del pueblo judío durante toda la película: Jesús es judío, el sufrimiento de la virgen María, que es uno de los sentimientos que más impactan a lo largo de toda la película, es el sufrimiento de una madre judía; María Magdalena, todos los apóstoles, incluso Simón de Sibele, son todos personajes judíos. Estamos hablando del pueblo judío y de un problema que se da dentro del pueblo judío; creo que es mucho más polémico el papel que les cupo a los romanos.

RC - El problema es que Pilatos no sabe qué hacer entonces les pasa el problema a los judíos, porque es un problema de ellos, arréglense entre ustedes; y volvía el Sanedrín, acompañado por la muchedumbre, que va para cualquier lado, nuevamente a pedir la crucifixión. De última hay una burla final de Pilatos cuando coloca el famoso cartel que después quieren sacar…

EC - Aclaremos de qué cartel estamos hablando.

RC - El cartel que figura en la cruz… “Jesús de Nazareth, rey de los judíos”.

EC - Supuestamente en ese cartel va el delito o los hechos por los cuales el delincuente es crucificado. Ésa era la tradición.

RK - Sí, pero plantea la duda, justamente…

EC - Ésa era la tradición con las crucifixiones en general que ordenaba el Imperio Romano, pero en este caso se coloca ese texto: “Jesús de Nazareth, rey de los judíos”. ¿Entonces?

RK - Planteando la duda del propio Pilatos, que no sabía resolver una cuestión de la que se sentía ajeno, sobre la que no quería pronunciarse; la condena es como dudosa, como diciendo se lo condena porque dice o porque es.

EC - Claro, lo que pasa es que los sacerdotes judíos invocan argumento como central para reclamar la crucifixión: este hombre se dice a sí mismo rey de los judíos, como que estaba desafiando la autoridad romana, la autoridad de las fuerzas de ocupación.

RK - Poniéndome en el lugar de un judío, si puedo ver algo que me molesta en la película es justamente el que les cabe a los sumos sacerdotes, a algunos –tampoco a la totalidad–, y cómo son mostrados. Nos pasa a los católicos o cristianos cuando en alguna película se muestra la actitud que molesta de algún obispo o de algunos sacerdotes; ¿se puede decir que esa película es anticatólica, anticristiana? Creo que hay sacerdotes, obispos, católicos que cometemos errores y no por eso cargamos las culpas enteras sobre la Iglesia, sobre la institución.

EC - Ahora me gustaría escuchar a Jaime Yavitz.

JY - Voy a tratar de ser lo más concreto posible. Quiero aclarar que yo no estoy apasionadamente defendiendo o criticando por mi ser judío, estoy tratando de analizar con objetividad. En primer lugar quiero decir que yo estuve en Belén, en Nazareth, hice toda la vía crucis, tengo un respeto especial, tengo libros, no sólo el de Saramago, que es muy discutible; quiero decir que tengo una esencia de respeto muy grande por la religión y para mí fue más conmovedor cuando en 1963 por primera vez llegué a Roma, había muerto el papa Juan XXIII, hice una cola de casi once horas y detrás, en un costado, presidiendo, si quieren, el cuerpo de Juan XXIII, vi a La Pietà de Miguel Ángel; esa maravillosa madre con su hijo doliente en brazos es diez veces más conmovedora que toda la película. Primero porque la película tiene dos solos colores; tiene cosas inteligentísimas, la muerte, esa figura casi femenina que va pasando, mucha gente después me preguntó quién era esa persona que iba rodeando cada vez que el pueblo exigía que Cristo fuera crucificado…

EC - Estamos hablando del demonio.

JY - Exactamente; una imagen que mucha gente no entendió. Después de caer la lágrima de Dios, hay una gota que cae –es mi interpretación, por supuesto–…

EC - En el final, cuando Cristo muere en la cruz.

JY - Exactamente, que orada todo ese mundo y cae a los pies de Cristo.

EC - Y desata la lluvia, la tormenta…

JY - No, no, es una gota enorme que cae, es una lágrima de Dios.

DS - Sí, esa lágrima es la que desata ese terremoto que sucede en la muerte de Cristo, al menos en la interpretación que hace Mel Gibson.

RK - Es la lágrima de Dios padre, que llora ante la muerte de su hijo.

JY - Exactamente. Primero muestra al Sanedrín, a los sacerdotes, que tienen una actuación casi de ópera, todos con gestos ampulosos, con una falta de naturalidad, de verdad; es casi operística la actitud que muestran. Pero en ningún momento uno siente que Jesús forma parte del pueblo judío, que María forma parte del pueblo judío, que está festejando la Pascua, que se llama Yoshua y no la traducción que se hace después. Si todos estuvieran venerando –todos los de la mesa, lo digo respetuosamente– a Yoshua, la relación con el pueblo judío sería mucho mayor. Por eso digo que la película tiene cosas muy inteligentes entre cosas tremendamente esquemáticas, el bueno es bueno y el malo es de terror, es de película, de mala película, actuaciones de mala película. Creo que es un momento formidable cuando Pedro lo niega tres veces; está muy bien hecho porque Mel Gibson sabe mucho de cine, especialmente por toda su formación como actor.

EC - Su preocupación es entonces por elementos que en la película figurarían de manera confusa.

JY - Yo pregunto y le pregunto a la mesa, no al clérigo, al sacerdote que hace un análisis y sabe cuál es el mensaje profundo de Dios, porque no tantos años antes el rabí Hillel, que prácticamente podía ser Jesús, uno de los que siguen los preceptos “no le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”, hay muchos estudios sobre el rabí Hillel, a quien estudié porque me pareció una figura maravillosa…

EC - Su preocupación es por lo que puede decodificar un espectador no bien informado.

JY - Ahí está, yo hablo del público, no del que analiza el mensaje de Cristo leyendo los evangelios. Después de tanta tortura –no quiero discutir con el profesor Williman– los dos ladrones están casi limpitos y no son torturados, son crucificados.

JCW - Sí, en ese caso sí, pero yo admito que la presentación del Sanedrín es un poco grotesca.

JY - Un poco no: es muy grotesca.

JCW - Bueno, es muy grotesca, estoy de acuerdo con usted.

JY - Yo espectador que voy a ver una película de la que tanto se habló, con todo lo que le hacen a Cristo, que nadie puede humanamente entender cómo pudo, yo que recorrí –y supongo que varios de los que están con usted también– la vía dolorosa, cómo pudo un ser humano, porque Cristo es un ser humano para nosotros, para todos, es el hombre con el hombre, entonces, ¿cómo pudo hacer todo eso? Y el público que lo ve, ¿puede sentir, pueden amarse los unos a los otros? Deben salir con una virulencia, con un estado de rabia…

EC - Es buena la pregunta; vamos a ver qué contesta, por ejemplo, el padre Sturla.

DS - Sobre lo anterior quería decir que se caricaturiza al Sanedrín. Pero sí hay un sentir de que es el Jesús judío, ya desde el haber mantenido el idioma arameo en la película, que me parece un acierto, un logro que sea en arameo y latín, es muy interesante, muy bueno. Después está la pregunta que supongo que resonará en el oído de los judíos que ven la película, una pregunta entre Magdalena y María al principio sobre por qué esta noche es diferente, hay una cierta alusión a la Pascua judía, el comienzo del Hagadá.

JY - Exactamente, son las preguntas que le hace el más jovencito al padre de familia en el día de Pascua.

DS - Me parece que para el que ve la película y es judío, para el cristiano que conoce, hace referencia a la Pascua; ¿por qué esa noche es diferente? Para nosotros cristianos, la nueva Pascua, la Pascua de Cristo.

En cuanto a lo del amor, algo ya hablamos de eso, me remito a que el Cristo que sufre es el que está perdonando, ahí está como el dolor, la tortura, la muerte infligida inocentemente vencida por el amor, yo entiendo que uno que ve la película con sentido de fe puede quedarse con ese mensaje final.

EC - ¿Qué dicen los demás?

JCW - Lo que dice el padre Sturla es muy claro, Jesús cuando invoca al padre en ese minuto final… hay dos o tres actitudes distintas de Jesús, maravillosas, una es “Perdónalos, no saben lo que hacen”, le está pidiendo al padre, eso es muy claro; después hay una frase que se dijo recién, “Señor, ¿por qué me has abandonado?”, en arameo creo que se dice “Elí, elí, lama shabaktabi?”, en ese momento Jesús es mucho más humano que hijo de Dios, como hombre se siente abandonado, porque él es hombre, es un instante yo no diría de debilidad sino de mostrar que es hombre y le dice al padre ¿por qué me has abandonado? Hay momentos hermosísimos en ese final, que son del evangelio, no hay nada inventado.

RC - Precisamente, cuando salí del cine quedé como absorto, caminé varias cuadras reconcentrado porque realmente la película me impactó. Al otro día de madrugada me levanté a leer la Biblia para ver por dónde había seguido Mel Gibson, qué pasos había seguido y cuánto se había apartado del texto. Me di cuenta de que está basado en Mateo, que es el evangelio didáctico por excelencia. Y es fiel al texto, muy fiel.

EC - Sí, hay tramos del guión que son textuales.

RK - Aquí En Perspectiva se comentó la película con motivo del estreno…

EC - Sí, al otro día.

RK - …y escuché a Rosario Castellanos, a quien respeto mucho –sé que está por allí–, tener una postura contraria a la película, de rechazo, de decir que mucho de lo que había visto no estaba en los evangelios. Yo me fui con esa idea a ver la película; la recopilación total y la entrega a través del cine, ver en una pantalla gigante y con esa expresividad con que Mel Gibson nos presenta todo en dos hora… yo nunca lo había vivido así, de esa manera. Pero no encuentro ningún elemento más que anecdótico para decir esto no está, no lo conocía, o yo recibí formación católica pero hay algo novedoso, nuevo, algo inventado; debo decir que todo me lo habían contado o lo había leído, no hay una generación de hechos insólitos.

RC - Por ejemplo lo que no está en el evangelio, que es un recurso que usa el director, es la conversación que tiene Pilatos con su esposa.

JY - Exacto.

RC - Es el tema político, él le explica, le pasa el problema a su esposa, le cuenta lo que iba a pasar con él si no tomaba medidas con este pueblo que está de revuelta en revuelta.

JCW - La esposa le advierte que tuvo un sueño y que le va a ir mal. El recurso de los sueños también es una cosa muy pagana, ella le advierte que tuvo un sueño y que tenga cuidado. Puede ser que esa parte esté un poco prolongada, las dudas de Pilatos, pero son ciertas y la intervención de la esposa es cierta.

JY - Me permite una cosa: el personaje de Pilatos es de una pureza, de una sensibilidad, que no tiene nada que ver –ya que el profesor Williman hablaba–. Históricamente fue el pueblo que más peleó contra el Imperio Romano, la prueba está en lo que pasó en Mazada, todos los levantamientos, cosa que no sucedía contra los otros pueblos porque tenían un Dios y eso era lo que defendía el pueblo. Estaba gobernando frente al pueblo quizás más arisco de todo el territorio, tenían más de 60.000 soldados, que en aquella época era todo Estados Unidos contra Irak.

EC - ¿Cómo ve usted entonces el retrato de Pilatos que deja la película?

JY - Es de una ingenuidad, de una bondad que realmente…

EC - ¿Es demasiado benigno?

JY - Lo único que quiero decir es que en el arte un hecho puede ser real, en arte no hay una sola verdad, el hecho es cómo se dice; una mujer no es pintada igual por Picasso, por Modigliani y por Rafael, y puede ser la misma mujer.

DS - Lo presenta en forma dubitativa a Pilatos, presenta sus dudas. El evangelio mismo así lo presenta, como un Pilatos que no encuentra culpa en ese hombre porque le parece que es un tema para resolver entre los judíos. Pero presenta también cómo a esa persona lo que le importaba era quedar bien frente al emperador, cuando hay un diálogo sobre la verdad él dice: “Para mí la verdad es que aquí hay rebeliones y que el César me dijo ‘la próxima terminás’”. Era un político para quien en ese momento, más allá de que podía tener buenas intenciones, lo que prima es su carrera política, eso es lo que presenta claramente la película de Mel Gibson.

RC - Pero lo quiere salvar reiteradamente a Jesús; en los evangelios está. Y una de las cosas por las cuales lo quiere salvar es que lo deriva a Herodes Antipas –esto aparece en Lucas–, a ver si Herodes resuelve de otra manera. Finalmente se lava las manos, ese famoso gesto de lavarse las manos que encontramos en el Deuteronomio, precisamente era una costumbre –Deuteronomio, capítulo 21, versos del 1 al 9– que se utilizaba en los casos de muerte sin explicación, era una ley judía para cuando, por ejemplo, un grupo de ancianos o de sacerdotes encontraba un cadáver tirado en el campo y no había nadie culpable, entonces mataban una vaca y se lavaban las manos frente a la vaca para decir no tenemos culpabilidad ninguna, ni nosotros ni los de alrededor.

RK - Yo no comparto que se presente a Pilatos como un personaje bondadoso, creo que se lo presenta como una persona dubitativa, cobarde…

JCW - Lo que decía Sturla.

RK - …cobarde, y que además hace prevalecer sus intereses personales, su carrera política, o sea también ambicioso. No sé dónde está la bondad de ese personaje.

***

EC - Williman.

JCW - Hay una cosa que está también en Ricciotti, que es mi fuente permanente. En el año 1933 fueron convocadas en Jerusalén cinco figuras judías importantes a dar su opinión sobre la sentencia del Sanedrín, y por cuatro votos contra uno resolvieron que Jesús era inocente y que la sentencia del Sanedrín habría sido un grave error. Eso fue publicado en el año 1933 en París en una revista que se llamaba precisamente Jerusalén; está citado por Ricciotti. Así que hubo una revisión interna de figuras judías sobre la sentencia del Sanedrín.

***

EC - Incorporamos ahora, teléfono mediante, al doctor Tomás de Mattos, abogado, escritor, católico; sobre todo lo convocamos porque su última novela es “La puerta de la misericordia”, que se ocupa básicamente de lo mismo que esta película.

Por supuesto que estaba simplificando al decir que la novela se ocupa del mismo tema pero sí se ocupa de Jesús, de Cristo. A partir del libro, de la investigación que durante años desarrollaste para producirlo, ¿qué te dejó la película?

TOMÁS DE MATTOS:
Dentro de una corriente que busca la gran masa de espectadores y que está promovida como tal, tenemos que cotejarla por ejemplo con “Rey de reyes”, aquella película que dirigió Nicholas Ray hace muchos años, o con el Jesús de Nazareth de Zefirelli. En ese sentido creo que esta película significa un gran avance, hay mucho mayor rigor histórico en la reconstrucción, realmente sumerge en escenografías del Jerusalén de la época.

Pienso además que cuando uno hace un retrato de alguien muy conocido, elige un ángulo desde el cual inevitablemente van a quedar destacadas determinadas facciones de ese rostro y otras van a quedar en la sombra, no se van a ver. Es una opción personalísima que tenemos que respetar.

Personalmente en primer lugar me alegra que exista la película, que se haya hecho; me demuestra la enorme vigencia de Jesús de Nazareth, no ya como fundador de una religión, sino incluso como personaje histórico, demuestra que en definitiva es el más grande mito que ha dado la humanidad, en el sentido de atracción sobre multitudes.

EC - Tú dices que demuestra la enorme vigencia de Jesús de Nazareth. Eso me recuerda una de las preguntas que había pensado lanzar hoy en esta mesa, que es: ¿por qué una nueva película sobre Cristo y la pasión de Cristo? Una pregunta que también podría trasladar a tu libro: ¿por qué un nuevo libro? ¿Por qué “La puerta de la misericordia” en este momento?

T de M - Creo que para todo cristiano es básico novelar a Jesús, en el sentido de tratar de imaginar cómo era, concebirlo como un ser cercano y tratar de ver su mensaje, porque es en definitiva la persona con quien más tenemos que relacionarnos desde el momento en que optamos por creer en él.

En esta película hay una cosa que me llama la atención; siempre he dicho que el arte del Siglo XX se ocupó mucho de Jesús de Nazareth, lo abordó de muchísimas maneras, en el teatro Dario Fo, en la novela Saramago, Kazansakis, Bulgakof, etcétera, y en el cine; pero una cosa extrañísima es que esos abordajes siempre fueron protagonizados por personas manifiestamente no creyentes o por lo menos en grandes crisis de fe, como en el caso de Kazansakis. En cambio en esta película se aborda a Jesús desde la fe, en ese sentido es excepcional. Por otra parte, coincido en lo que decían en la tertulia, que más allá de las actividades comerciales de promoción, que son más que nada elementos para solventar una aventura interior querida por Gibson, en definitiva lo que más hay en la película es determinado tipo de objetivo religioso. Yo respeto la película, el intento de presentar un abordaje contemporáneo de Jesús y creo que en gran parte supera a ese tipo de películas que yo mencionaba; comparada con el Evangelio según Mateo, de Passolini, te diría que me quedo con el Evangelio de Passolini en la medida que me parece que hay un Jesús vivo, y por supuesto el tema de la pasión no es único, no es primordial en la película de Passolini.

EC - Ese destaque es importante, tú comparas las dos películas y te quedas con la otra porque hay más Jesús vivo…

T de M - Exactamente.

EC - ¿O sea?

T de M - O sea que en definitiva Jesús no vino exclusivamente para ser crucificado y resucitar; para nosotros los católicos hay un misterio que es fundamental que es la encarnación. Vino a dar un mensaje, a fundar lo que nosotros los cristianos consideramos que es una nueva alianza, vino a profundizar la antigua alianza, a dar un mensaje de interioridad, de libertad, de fraternidad, de compromiso interior y de amor que acaso en el enfoque anterior se estaba vaciando y se estaba convirtiendo en muy ritualista.

EC - Esto en La pasión aparece poco.

T de M - Aparece muy poco.

EC - La actividad de Jesús como profeta aparece apenas ilustrada con esos flashbacks, que son muy breves y quizás simplificados.

T de M - Muy simplificados. Tomemos el ejemplo de la madre del enemigo; se enuncia el principio, pero no se indaga el porqué.

RK - Yo comparto con De Mattos el hecho de que dentro de la película esos flashbacks son de alguna manera pequeños descansos dentro de tanto dolor, tanta violencia, tanta carga de sangre, son pequeños descansos que encantan. Quizás también contar todo el juicio, decir que son esos momentos de Jesús que gustan mucho más que ver la cruda realidad de la pasión.

T de M - Hay una escena, que además es totalmente agregada, cuando Jesús está haciendo una mesa alta y viene María y le pregunta por esa mesa alta, que es igual a las nuestras y totalmente distinta de las que se usaban en la época.

EC - Sí.

T de M - María dice: “No te da ningún futuro esa mesa”. Esa ironía, esa ternura. Y además está pronta la comida, Jesús quiere ir tal como estaba trabajando, y María le dice: “No, lávate las manos”; esa escena de cotidianidad entre madre e hijo es hermosísima. Me parece que uno extraña ese tipo de escenas.

DS - La propuesta se refiere a las doce últimas horas de Cristo, pero como se decía recién, esos flashbacks son muy buenos, a mí uno de los que más me gustó, al que hacíamos referencia hace un rato, es el perdón a la mujer adúltera que después aparece identificada como Magdalena, esas piedras que se van tirando en esa escena tomada desde abajo que de algún modo representa y está unida al perdón. Uno dice: “Padre, perdónalos”, pero ya antes había toda una vivencia del perdón de Jesús y un sentir de los otros que tenían que ver con ese perdón.

RC - Por ejemplo, uno de los flashbacks que más me gustaron fue cuando saca el pan caliente, que no son panes, son tortas, humeando, que van a compartir y van a ser la santa cena. Él dice: “Hagan esto en memoria de mí”; está dando la indicación de lo que va a ser el futuro, de lo que es el cristianismo. Ese pan caliente me da la idea de la vida, de eso que va a ser por los años, por los siglos.

JCW - Por los siglos…

EC - Tomás, una oyente dice que quedó pendiente una respuesta a una pregunta que formuló Jaime Yavitz en el bloque anterior: ¿cómo se puede explicar el “amaos los unos a los otros” después de tanta violencia, después de ver una película como ésta? ¿Qué respondes?

T de M - Desde mi perspectiva ésa es una de las objeciones a la película. Por ejemplo en la escena de la mujer adúltera, que es una hermosa escena, muy bien lograda, además con la asociación que hace Magdalena que está en el suelo y pasa a recordar cómo Jesús se interpone entre ella y sus agresores, no está la frase de Jesús “el que esté libre de toda culpa que tire la primera piedra”, que me parece que es el fundamento de la actitud de perdón, de recíproca tolerancia que debemos profesar. O en la escena del sermón de la montaña, dice “no se amen entre ustedes simplemente, amen al enemigo”, pero no dice por qué.

EC - En definitiva vuelves sobre lo que decías hace un rato: quizás le falta profundidad.

T de M - Ahí está. Hablaban, por ejemplo, del Sanedrín; Caifás, el sumo sacerdote, es una figura similar a la de Pilatos en cuanto hace un razonamiento exclusivamente político; la frase clave que está en los evangelios de Caifás es: “Más vale que muera un hombre por todo el pueblo, y no el pueblo”. Ese enfoque político, ese mirar a Jesús desde su institución, mirando las posibles consecuencias, tomando a las personas simplemente como instrumentos, analizando las repercusiones sociales de las conductas, sin considerar propiamente la encarnadura de Jesús, definiría la actitud de Caifás, que es esencialmente política, no religiosa.

RK - Yo comparto lo que dice De Mattos en el sentido de que hay muchas cosas que quedan afuera, de alguna manera también lo decía Yavitz y yo hablaba antes de Rosario Castellanos; es la visión de Mel Gibson sobre las últimas doce horas, él selecciona arbitrariamente, esto no es una versión oficial, no es “así sucedió”, es la visión de Mel Gibson. Pero creo que tampoco le podemos pedir que tenga todo, su propósito era mostrar las doce horas finales; si no sería una película de 24 horas y son dos horas largas.

RC - Me surge una pregunta que no se me había ocurrido antes: ¿hasta qué punto esta película no quiere meter miedo? Es una pregunta que hago a nosotros mismos y a la audiencia. Si esta película no quiere decir: ojo con los sistemas, ojo con los sistemas poderosos que meten miedo. En realidad cuando uno ve esto tan descarnado y tan duro con el Jesús hombre que es el débil, al que flagelan como figura política, porque a los otros dos que crucifican no les hacen nada porque eran presos comunes, no los tocan, los crucifican pero no los flagelan. Entonces me digo también: ¿hasta qué punto esto no es también un meter miedo: ojo con meterse con el poderoso?

RK - Creo que son dos vías que corren paralelas, una es la política y otra es la de Jesús. La de Jesús es una entrega, no hay una actitud política en él, no hay una rebeldía ante lo que está sufriendo; hay una entrega, un entregarse por los demás, en ningún momento hay una demostración de ira, de enfado; al contrario, la actitud de Jesús es la de un ser pacífico, de un ser… Son dos vías paralelas y para nada se está queriendo politizar la actitud pacífica de Jesús ni la violencia que se da contra él de los poderosos, los ricos o los…

EC - ¿Sobre esto, pastor Collazo?

RC - La película no lo dice, pero lo que hizo Jesús con sus denuncias y sus ataques a los fariseos y cuando irrumpió en el templo está hablando de que él tenía una crítica, no era un hombre apolítico totalmente. Tuvo que pagar por eso y el Sanedrín se lo cobró bien claro; fue un pago político que tuvo que hacer Jesús.

***

EC - Padre Sturla.

DS - Yo entiendo que en la época de Jesús –en todas las épocas, pero más en ese momento– lo político y lo religioso estaba entremezclado, los grupos que había en la época de Jesús, el Sanedrín, los sumos sacerdotes, los fariseos, eran todos grupos político-religiosos, es decir que lo político sin duda juega un papel en la muerte de Jesús, de hecho la acusación final que hace el Sanedrín ante Pilatos es: “No es amigo del César porque él quiere ser rey y eso sería una subversión”. Eso no quita para nada el sentido profundamente religioso que trasciende el tiempo que tiene la muerte de Jesús con su carácter de salvación para toda la humanidad de todos los tiempos. Del conflicto político-religioso del momento se abre una perspectiva que sobrepasa totalmente lo circunstancial, sin desconocerlo.

JCW - Ante todo, Tomás, muy bueno lo que expusiste, te he escuchado con mucho interés. Yo quiero recordar que en ese conflicto, que se entendió que era contra el templo y contra la ley, Jesús dice: “Yo no vine a destruir el templo, no vine a destruir la ley, vine a complementarlas, a completarlas”, en la intención de Jesús eso es muy claro, pero no era lo que se entendía.

EC - ¿A ver?

JCW - Creían que venía a enfrentarse al templo, al Sanedrín, pero él aclara que vino a completarlos, era la nueva alianza, como decía el padre Sturla.

T de M - Estoy totalmente de acuerdo con el padre Sturla en el sentido de que muchas veces la figura de Jesús pudo no ser interpretada porque se lo vio exclusivamente con un carácter político. A José Claudio le agregaría las diatribas de Jesús contra los fariseos y los saduceos que fueron siempre muy fuertes.

Yo quisiera señalar otra cosa de la película: son doce horas de la vida de Jesús, las últimas, pero hay una hipertrofia de la escena de la flagelación que en cualquiera de los evangelios está contada en un versículo; eso va en desmedro de la crucifixión, que es el momento cumbre, donde hay todo un proceso. Ustedes aludían a la frase “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, que tanto ha ocupado al pensamiento cristiano; algunos dicen que es una queja angustiosa de abandono, la soledad que experimenta Jesús, solidarizándose completamente con la condición humana; otros señalan que puede haber ahí el acto del judío piadoso que en el momento de la muerte entona lo que hoy es el salmo 22 o el salmo 23.

EC - Tú dices que aparece sobredimensionada la escena o el momento, el tiempo de la flagelación, de las torturas, de los castigos, de los latigazos y otro tipo de sufrimientos que Cristo padece antes del vía crucis y la crucifixión. También podría decirse que la resurrección está minimizada, son apenas unos segundos al final, incluso hasta difíciles de entender si uno está un poco distraído. ¿Cómo valoran este dato ustedes?

RK - Si no hubiera puesto la resurrección estaría incompleta, estaríamos hablando de otras cosas. Pero para nosotros ésta es una semana de resurrección, Pascua de resurrección, no es Pascua de dolor; sabemos todo eso que pasó, pero estamos a favor de la vida, porque eso es Jesús, es el amor, la vida, la trascendencia, un plano que nos trasciende a todos nosotros y nos acompaña por los siglos de los siglos.

JCW - Está en el sábado de gloria.

EC - Padre Sturla, ¿cómo lo impresionó a usted este aspecto?

DS - Me gustó porque es sobrio, que es justamente la crítica que hago a otras partes de la película; coincido con Tomás de Mattos en lo de la flagelación. Los evangelios son sobrios, la presentación de la resurrección es sobria; faltó sobriedad en otros aspectos, como la flagelación.

RK - Sí, comparto eso; si tengo que pensar en lo que imaginaba y lo que vi en la película, la flagelación me resultó mucho más fuerte de lo que imaginaba.

EC - Sí, porque además no es el primero, pero es el segundo momento violento y terriblemente crudo.

RK - Si tengo que hablar de lo que me imaginaba, quizás veía la coronación de espinas peor de lo que se muestra en la película.

EC - Jaime, hace rato que no te escuchamos y hubo más de una alusión a referencias tuyas; sería bueno tener una última intervención.

JY - No quiero dar una visión cinematográfica porque ése no era el tema, pero justamente, más de la mitad de la película es la flagelación, ése es el dato que genera hacer una película con todo este movimiento alrededor; por eso digo, los dos ladrones crucificados están limpitos, les sangran un poquito las manos; ésa fue la intención de Mel Gibson. Los personajes son de un maniqueísmo aterrador, ahí falla. Por supuesto, que debe respetar el evangelio, sería muy burdo que no lo hiciera, especialmente una persona que se considera tan cristiana, pero ese maniqueísmo me hace plantear: ¿qué sucede con el público, con las 30, 40, 50 mil personas que no profesan ninguna religión y van al cine cuando un filme interesa? El espectador común y corriente no sale amando a la persona que está en la fila de adelante.

EC - Hay varios mensajes de oyentes que tendríamos que incluir y no van a ingresar. Tomo uno; dice Facundo: “Creo que la película está plagada de clichés hollywoodenses…”

JY - Exacto.

EC - “…un Jesús lindo con una Magdalena linda; el castigo del cuervo al ladrón que no se arrepiente”; es uno de los momentos cerca del final, un cuervo le saca un ojo a uno de los ladrones crucificados, “algo que iría contra todas las enseñanzas de Jesús”. Pero además no está en el evangelio.

JCW - No está en el evangelio, es una cosa que metió él.

EC - Dice Facundo: “Un final lamentable, el típico final feliz donde Jesús se levanta en perfecto estado, algo que de última creer o no depende de la fe de cada uno”.

RK - Él mismo lo dice.

JCW - Estamos de acuerdo.

EC - Jaime, gracias por tu participación en esta mesa.

JY - Al contrario, agradezco la llamada, los saludo a todos. Creo que en el fondo estamos de acuerdo. Y a Tomás de Mattos, conozco su libro, es uno de mis libros de cabecera. Comparto, no hay que ser cristiano para compartir los valores que maneja Tomás.

EC - Gracias, Tomás, por tu intervención desde Tacuarembó.

JY - Muchas gracias. Jaime está en Tacuarembó también.

EC - Estaba en Tacuarembó, ahora está en Montevideo, pero de todos modos no podía llegar hasta la radio; nos acompañó desde Montevideo.

Padre Sturla.

DS - Agradezco haber venido, me parece que vale la pena ver la película “La pasión...”, que sin duda puede dejar muchas cosas lindas y ojalá –cosa que creo que está en el interés del director– lleve a un encuentro con Dios, a descubrir un poquito más la fe a los que la tienen o a acercarse a ella a los que no.

EC - El pastor Collazo, que a lo largo de esta mesa expuso una serie de críticas y objeciones a la película, en particular al tema del morbo en la violencia, de todos modos decía ahora fuera de micrófonos que también recomienda verla.

RC - Claro, porque como maestro de educación cristiana es fundamental para que los chicos, los jóvenes, entiendan, con este poder de síntesis que tiene la película, todo lo que significó la vida de Jesús concentrado en estas doce horas. Es muy buena, es una síntesis que logra trasmitir en pocos minutos escenas que a veces a nosotros nos lleva mucho más tiempo explicar.

EC - Rafael.

RK - No soy quién para recomendar si verla o no, tampoco desde el punto de vista cinematográfico, pero creo que sea cual sea la creencia de la persona que se para frente a la película, la interpela, es una película que provoca, que termina llevando al espectador a hacerse preguntas sobre el dolor extremo, sobre qué sentido tiene el dolor, incluso más profundo, el sentido de la vida. Están la traición, el sacrificio, el dolor, la muerte, el amor, está la muerte por amor; son todos valores tan profundos que cualquiera sea la actitud frente a la película, uno queda removido.

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Escuche La Tertulia

"La pasión de Cristo": consideraciones sobre la violencia (23'21'')
¿Una película antisemita? (21'59'')
Opina el escritor Tomás de Mattos (25'47'')

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón y Mauricio Erramuspe

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