A propósito de lo ocurrido en la
Coordinadora de la Enseñanza: los problemas de coordinación
en el gobierno
Análisis
político del profesor Oscar A. Bottinelli.
EN PERSPECTIVA
Viernes 05.10.01, Hora 8.40.
EMILIANO COTELO:
Este martes fracasó la reunión de la Comisión
Coordinadora de la Enseñanza al negarse a concurrir el Consejo
Directivo Central (Codicen) y los tres consejos desconcentrados
de la Educación Pública. La Coordinadora debía
recibir a monseñor Nicolás Cotugno y considerar, por
otra parte, una propuesta del Ministerio de Educación y Cultura
(MEC) sobre modificación de los planes de formación
docente.
A estos temas,
que estuvieron en nuestra agenda en el día de ayer con las
entrevistas con el ministro Antonio Mercader y la consejera Carmen
Tornaría, volvemos en el análisis político
porque Oscar A. Bottinelli nos propone como título: "A
propósito de la Coordinadora de la Enseñanza: los
problemas de coordinación en el gobierno".
Oscar, empecemos
por lo de esta semana, el problema entre Codicen y la Administración
Nacional de Educación Pública (ANEP).
OSCAR A. BOTTINELLI:
El abordaje de los temas siempre puede hacerse desde los distintos
ángulos. Uno es el de los temas de fondo que vienen planeando
desde hace tiempo: cómo debe ser la formación docente,
cuál es el tema de valores que hay en la enseñanza
y, sobre todo, cuál es el papel de la enseñanza privada
y del Estado en relación a la misma. Por otra parte, están
los temas de forma, que también estuvieron presentes: la
autonomía de la ANEP y del Codicen; debemos tener claro que
la autonomía de la enseñanza está consagrada
en la Constitución de la República, de una forma un
poco especial, dentro de la sección que establece la autonomía
de los entes autónomos y servicios descentralizados.
La ANEP se integra
con un Consejo Directivo Central cuyos miembros son designados del
mismo modo que los demás directores de entes autónomos,
es decir por una designación que hace el Poder Ejecutivo
y una venia otorgada por la Cámara de Senadores por 18 votos
y si no se llega a este número, después de un plazo,
por 16. Desde el punto de vista político no hay diferencias
entre la designación del Codicen y los de los bancos estatales,
UTE, Ancap o ANTEL.
Es muy diferente
del tema Universidad de la República que tiene un sistema
propio de integración de sus órganos, un sistema muy
complicado de elección de facultades, por órganos
donde votan estudiantes, docentes y egresados, cada uno por su lado,
formando una cantidad muy grande de órganos que terminan
en el Consejo Directivo Central y la Asamblea General del Claustro.
Claramente el rector surge de un sistema y el director general de
ANEP de otro; en este último interviene notoriamente la actividad
política, Javier Bonilla fue designado por el presidente
Jorge Batlle y Germán Rama fue un hombre designado y en sintonía
con el ex presidente Julio Sanguinetti.
Desde este punto
de vista, si bien existen claros espacios de autonomía para
la enseñanza, ésta puede tener que ver con la forma
de ejercicio; es muy claro que la forma en actúa un Consejo
Directivo Central tendrá mucho que ver con el criterio de
selección que se emplea, con las normas o criterios con los
que los que proponen y los que aceptan realizan esa especie de contrato
tácito en el momento de aceptar. En particular es el caso
del director general del Codicen, y mucho más en este caso,
ya que Javier Bonilla no viene de adentro de la enseñanza
pública, no es un hombre de Enseñanza Primaria o Secundaria,
de UTU, sino que viene como un sociólogo, un hombre muy capaz
que ha actuado en organismos internacionales y que el presidente
de la República consideró como el que puede llevar
adelante una política educativa acorde a lo que el nuevo
gobierno esperaba. Por lo tanto, hay ahí un vínculo
político muy fuerte, no es como si esto se hubiera producido
entre el MEC y la Universidad.
EC - Eso en
cuanto al Codicen; ¿y en cuanto al papel del Ministerio,
justamente?
OAB - El tema
del papel del Ministerio es bastante complicado. En definitiva no
queda muy claro por qué se llama "Ministerio de Educación
y Cultura"; cuando se transformó lo que era el antiguo
Ministerio de Instrucción Pública se le llamó
Ministerio de Cultura; en 1969 se le volvió a poner el nombre
de "Educación". Es poca o nada la competencia que
la cartera tiene en esta materia, pero la que tiene está
relacionada con la enseñanza privada terciaria que se desarrolló
en los últimos años, o con la coordinación
de la enseñanza; precisamente, la Comisión Coordinadora
de la Enseñanza está prevista normativamente.
El Ministerio
no tiene un rol rector, de superintendencia sobre los órganos
de enseñanza, pero sin duda tiene un papel de sugerencia,
se podría decir de dar alguna dirección en nombre
del poder político desde el punto de vista de las ideas,
lo que no quiere decir que pueda imponer decisiones. Lo que ocurre
es que muchas veces hay una susceptibilidad de los órganos
de enseñanza respecto al papel del Ministerio -Mercader ha
ejercido ese papel con un poco más fuerza y esa falta de
costumbre revela también el temor a la invasión por
parte del Ministerio-, y una idea de que el Poder Ejecutivo no tiene
por qué meterse en el tema educativo.
En el fondo
también aparece un tema que está presente, que sobre
todo en este gobierno ha estallado mucho, que es el que se da cuando
aparecen órganos de distinto nivel, ambos con un peso muy
fuerte y que entienden que no deben tener diálogo más
que con el presidente de la República. Esto lleva a que aparezca
el rechine entre un nivel y el otro. El tema de que el Codicen no
sea designado por el ministro de Cultura no quiere decir que éste
no pueda intervenir en los temas de la enseñanza; a veces
da la impresión de que si alguien no designa a otro, ese
otro considera que no tiene nada que ver con el que aparece como
superior o, como en este caso, como su vínculo con el Poder
Ejecutivo.
***
EC - Esto nos
está remitiendo a otras situaciones de descoordinación
que se han dado en estos meses, en este período de gobierno.
Veamos otros ejemplos de cortocircuitos como éste que vimos
esta semana.
OAB - Por un
lado tenemos cortocircuitos en que hay dos niveles o dos roles.
En su momento analizamos el que se dio entre el Consejo Directivo
del Sodre y la dirección de Canal 5, la televisión
estatal. El director del canal es nombrado directamente por el Poder
Ejecutivo, aunque la estructura depende del Consejo Directivo del
Sodre. Sin llegar a los niveles de este año, esa situación
siempre dio lugar a permanentes roces o rechines, con distintos
directores de Canal 5 y distintos consejos directivos del Sodre.
Se pueden situar
en el mismo plano los rechines que ha habido entre el MEC y la Fiscalía
de Corte. El de fiscal de Corte no es un cargo de particular confianza
y no cambia con los gobiernos, pero depende del ministro de Educación
y Cultura dentro de la autonomía técnica que tienen
éste y todos los demás fiscales. Fuera de la autonomía
técnica, el fiscal de Corte depende del ministro. Sin embargo
ha actuado como si fuera absolutamente independiente del ministro
y han sido públicos los roces entre ambos.
También
encontramos otro tipo de roces, como el que hubo a fines del año
pasado y principios del presente, entre el Directorio de UTE y el
Ministerio de Industria por la parte de energía
EC - Y vaya
si fueron fuertes.
OAB -
Fueron
muy fuertes. En algún momento hubo choques UTE-Ancap, en
otro momento Ancap y UTE de un lado y el Ministerio de otro, este
último reclamando que la conducción de la política
energética le corresponde al Poder Ejecutivo a través
del Ministerio y no a los entes autónomos, y éstos,
tanto UTE como Ancap, entendiendo que son los responsables de su
propia política.
Tenemos además
un caso muy fuerte que tiene que ver con la política exterior.
Si analizamos lo ocurrido este año, encontramos por un lado
un período en que el Ministerio de Industria, que tiene un
fuerte papel en las relaciones a nivel de Mercosur, y el Ministerio
de Relaciones Exteriores mandaban mensajes no del todo coherentes,
que podían dejar alguna duda en los países de la región
acerca de si la política exterior de Uruguay, por lo menos
en lo que tenía que ver con ellos, surgía del Ministerio
de Relaciones Exteriores o del de Industria.
Después
estuvo el tema entre la política de la Cancillería
y la política presidencial. Esto fue tratado en la Comisión
de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores, en
un momento el senador Rubio manejó precisamente esto, que
Uruguay tiene una política de la Cancillería y otra
presidencial. Recordemos que mientras que la Cancillería
mantiene una política exterior acorde a los cánones
más o menos tradicionales, de ir dando señales muy
lentamente y siguiendo las tradiciones del país, el presidente
de la República ha tenido una intervención muy fuerte
al formular declaraciones a favor y en contra de países,
bloques económicos, de proyectos y propuestas, que se toman,
porque provienen del presidente, como señales de la política
exterior del país. Aparecía como que Uruguay tenía
dos políticas exteriores, la que surgía de sus actos,
básicamente de la Cancillería, y la que surgía
de las declaraciones presidenciales.
La cosa se complica
todavía más cuando aparece, como ocurrió recientemente,
el ministro de Economía, considerando que se ha agotado la
etapa del Mercosur. Esta semana se rectificó diciendo que
el Mercosur era una pieza clave, pero una semana atrás había
descalificado su rumbo y su futuro, en línea exactamente
opuesta a la que venía dando la Cancillería, que lo
consideraba el centro de la política uruguaya.
EC - Ya que
estamos en este plano de discrepancias entre ministros, podríamos
agregar los desencuentros que ha habido entre Abreu y Bensión
en cuanto a temas económicos.
OAB - Exactamente,
ha habido discrepancias en temas económicos y sobre todo
en los relacionados con la industria y los aranceles. En los últimos
meses ha habido asintonías muy fuertes entre el ministro
de Industrias y el de Economía, de alguna manera Abreu sintonizando
mucho más con el reclamo de los industriales y Bensión
en una línea más acorde a la ortodoxia aperturista.
EC - En realidad
la lista podría continuar.
OAB - Estos
son algunos ejemplos, ni siquiera es el comienzo de un inventario
de descoordinaciones habidas en el gobierno. Hemos presentado las
más ruidosas, varias de ellas analizadas aquí en su
momento.
EC - ¿Cuál
es la conclusión final?
OAB - Los gobiernos
pueden tener el signo que quieran, pueden ser liberales o estatistas,
confiar más o menos en la fuerza del mercado o en la intervención
estatal, ser de derecha o de izquierda, ser pragmáticos o
ideologizados, pero tienen la obligación de ser previsibles.
La previsibilidad pasa por que los agentes sociales y económicos,
los ciudadanos y los actores políticos reciban un único
mensaje de todo lo que tiene que ver con el gobierno y, en acuerdo
o en desacuerdo con ese camino y con ese mensaje, sepan con claridad
a qué atenerse.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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