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Elecciones en la vereda de enfrente:
Argentina decide, Uruguay espera
Análisis
del politólogo Oscar A. Bottinelli, director de Factum.
EN PERSPECTIVA
Viernes 12.10.01, Hora 8.40.
EMILIANO COTELO:
Pasado mañana, domingo 14, Argentina enfrenta elecciones
de senadores y diputados. No es una elección de gobierno,
pero sin duda el resultado puede incidir de manera fuerte en la
orientación del Poder Ejecutivo. Especialmente cuando el
país vecino vive una crisis de la magnitud de la que atraviesa
en los últimos meses.
A propósito
de estos comicios que caen en un momento tan particular, el politólogo
Oscar Bottinelli, director de Factum,
nos propone para su análisis de hoy este título: "Elecciones
en la vereda de enfrente: Argentina decide, Uruguay espera".
En principio
¿por qué este tema?
OSCAR A. BOTTINELLI:
El mundo vive un proceso de globalización por un lado, pero
un proceso de regionalización por el otro. La conformación
de bloques regionales determina que los problemas de los países
de una misma región ya no son exclusivamente nacionales,
siempre son regionales. La política de cada país de
una misma región influye sobre los demás países
de la misma. Uruguay depende de sí mismo, no hay duda, pero
también depende, y no poco, de lo que haga Argentina, como
también de lo que hace Brasil.
Las elecciones
argentinas, entonces, son un tema argentino pero son también
un tema de todo el Mercosur, en particular de Uruguay; sólo
que nosotros no votamos, no tenemos ni arte ni parte en la decisión,
pero sí vamos a tener arte y parte en los efectos.
¿Cuánto
van a repercutir las elecciones argentinas? Recordemos que tienen
lugar en un contexto muy particular de la vida de ese país.
Un ejemplo es la tasa de desempleo, otro es el problema gravísimo
en materia de pagos y otro es el riesgo país. Hay que ver
que hoy Paquistán está en la primera línea
de fuego contra Afganistán y tiene una inestabilidad interna
preocupante: hay destitución de generales, de jefes del servicio
secreto, grandes manifestaciones con muertos; el riesgo país
de Argentina está en el doble que el de Paquistán,
y en mucho más del doble que el de países que realmente
entraron en quiebra, como los casos de Ecuador y Rusia.
EC - En estos
días llegó a empatar con Nigeria.
OAB - Sí:
Nigeria es el récord mundial y Argentina llegó a superarlo
cuando casi alcanzó los 2.000 puntos. El riesgo país
de Argentina es seis veces el de Uruguay (el de nuestro país
se movió muy poco, casi nada en relación al de Argentina).
Aquí
hay que hacer una lectura: por un lado los uruguayos tememos mucho
que la elección argentina impacte sobre el comercio entre
Argentina y Uruguay, que impacte sobre el turismo, sobre la moneda...
siempre está el temor a la devaluación argentina.
Pero por otra parte uno observa que los mercados no mueven el riesgo
país de Uruguay y sí el de Argentina: aparentemente
no están demasiado preocupados, no creen que, pase lo que
pase en el país vecino, afecte de tal manera a Uruguay. Si
no fuera así, el riesgo país de Uruguay tendría
que haberse movido al compás del argentino.
Estas son las
dos visiones a propósito de si nos va a afectar mucho o poco
el resultado de las elecciones argentinas.
¿Qué
se juega en estas elecciones? Como en toda elección, la correlación
de fuerzas entre los actores políticos, partidos por un lado,
personas por otro. Como toda elección a mitad de camino -las
llamadas de medio período, "middle term elections"-,
posiciona y desposiciona a los presidenciables, los pone mejor o
peor, según cómo salgan en estos comicios intermedios.
Esto en cuanto a lo que tiene que ver con el juego político,
con el movimiento de las piezas en el tablero.
Pero en el contexto
económico argentino inmediato es importante ver una serie
de aspectos: qué poder va a tener después de las elecciones
el presidente Fernando de la Rúa, si lo fortalecen o lo debilitan;
qué va a pasar con el ministro de Economía, Domingo
Cavallo, el superministro o superconductor de la economía
argentina y, directamente ligado a esto, qué va a pasar con
el plan económico en general y en particular con la convertibilidad,
con esta paridad uno a uno entre el peso argentino y el dólar,
y la modificación de la paridad prevista de un peso argentino
por una combinación de un dólar y un euro. Ligada
al tema de la convertibilidad está la temida devaluación.
Además, qué pasa con este déficit cero que
ha determinado recortes muy importantes en salarios y jubilaciones,
y qué pasa con el producto bruto, con la producción
y con la desocupación y, consecuentemente con ésta,
con todos los riesgos de estallidos sociales que desde hace tiempo
están aflorando.
De alguna manera
esto es lo que se juega en la elección; no es una elección
presidencial pero es muchísimo lo que está en juego.
***
EC - ¿Cómo
se evaluará el resultado?
OAB - Para la
gente es complicadísimo votar, y para cualquier analista
extraer resultados. Recordemos que Argentina fue sufriendo un proceso
de confusión política: a principios de este año
se retira del gobierno prácticamente toda la plana mayor
del partido de gobierno, la Unión Cívica Radical,
y su aliado principal en la Alianza, el Frente País Solidario
(Frepaso). Si bien subsiste, el Frepaso se ha deshilachado, en particular
primero porque perdió el liderazgo cuando Carlos "Chacho"
Alvarez renunció a la Vicepresidencia de la Nación
y se retiró a la vida particular; luego sufre una importante
serie de escisiones que dieron lugar a varios partidos políticos
que se presentan a esta elección. De esas escisiones surgió,
entre otras cosas, uno de los competidores más importantes
que tiene el Radicalismo en la Capital Federal, que es la Alianza
para una República de Iguales (ARI), que dirige la diputada
Elisa Carrió y que entre otros lleva como candidato a senador,
a Alfredo Bravo, una figura de la socialdemocracia argentina, además
de outsiders como la candidata a la segunda banca senaturial porteña,
Susana Rinaldi.
Tanto el Radicalismo
como el Frepaso -es decir la Alianza- prácticamente están
haciendo una campaña opositora. Terragno, primer candidato
a senador, que fue jefe de gabinete en la primera parte del gobierno
de De la Rúa (cargo que sin llegar a ser tanto equivale a
una especie de primer ministro: era prácticamente la segunda
figura del gobierno después del presidente), es el primer
candidato a senador de la Unión Cívica Radical y está
haciendo una campaña frontalmente opositora contra la política
económica del gobierno. Lo mismo pero más moderado,
sobre todo tratando de preservar al presidente de la Nación,
está haciendo el ex presidente Raúl Alfonsín,
primer candidato a senador por Buenos Aires. Es decir que tenemos
al primer candidato a senador por la provincia de Buenos Aires y
al primer candidato a senador por Capital Federal, ambos del partido
de gobierno, haciendo campaña opositora.
Por otro lado,
el Justicialismo, el Peronismo, da mensajes muy confusos. En la
provincia de Buenos Aires, su candidato es el ex vicepresidente,
ex gobernador y anterior candidato presidencial Eduardo Duhalde,
quien está haciendo una línea frontalmente opositora.
En Capital Federal, el referente principal es Daniel Scioli -diputado,
ex campeón de motonáutica-, aliado con Liendo, un
hombre muy vinculado a Cavallo, y se presenta como un grupo cien
por ciento defensor de la actual política económica.
Por otro lado gente de peso, como los gobernadores de Córdoba
y Santa Fe, De la Sota y Reutemann, aparecen en una línea
muy confusa: no tienen una oposición dura, pero tampoco aparecen
en un oficialismo tan claro como el de Scioli en Capital Federal.
Para el votante
que quiere votar en contra del gobierno no es tan claro que lo esté
haciendo si vota a la Unión Cívica Radical, porque
vota un discurso contra el gobierno, pero al mismo tiempo al partido
que ganó las elecciones y al cual pertenece el presidente
de la Nación. La gente que está a favor del gobierno
en Capital Federal tiene una opción clara; en la provincia
de Buenos Aires tendría que ir a partidos muy menores, como
el propio partido de Cavallo, Acción por la República.
No hay una forma nítida de expresión.
Pero además,
lo que ha llevado al electorado a mucha confusión es que
hace menos de dos años que este gobierno fue llevado por
la Unión Cívica Radical, el Frepaso y otros partidos
menores que constituyeron la Alianza, y hoy este gobierno de la
Alianza, con un presidente aliancista, está siendo atacado
por los que lo eligieron. La gente siente descreimiento hacia la
política porque no entiende qué es lo que está
pasando; no tiene muy claro cuáles son las propuestas.
EC - Ahí
aparece el otro protagonista de esta elección del domingo,
al menos de acuerdo a los sondeos previos: el voto en blanco o nulo.
OAB - Vamos
a ver en qué se traduce esto. En Argentina, a diferencia
de lo que sucede en Uruguay, hay tradición de abstención,
de voto en blanco, y de una volatilidad electoral muy grande. Un
mismo partido puede ganar una elección, quedar reducido a
la décima parte en la siguiente y volver a ganar, como le
pasó al Radicalismo, por ejemplo. En Argentina los fenómenos
de grandes correntadas electorales para uno y otro lado no son sorpresa,
y todas las encuestas están dando una dimensión muy
elevada de la suma de lo que sería la abstención -quedarse
en la casa-, del voto en blanco y del voto deliberadamente nulo
(gente que desde ya está anunciando que va a votar a Sarmiento,
a Belgrano, a San Martín...). Tanto es así que en
algunos distritos se habla de que la suma de los votos negativos
-abstención, en blanco y nulos- puede llegar a superar al
primer partido.
Esto es muy
grave por los riesgos que implica de pérdida de credibilidad
en la democracia. No es que nadie esté alentando un golpe
de Estado, pero ya se empieza a erosionar la credibilidad en el
funcionamiento democrático y en el juego político
que supone, como el mecanismo para resolver los problemas generales
de un país y en particular de la propia gente, que incide
a través del voto. Eso es lo que está en gran medida
en duda en la República Argentina.
EC - ¿Cuál
es tu conclusión entonces?
OAB - Es una
elección de la que no va a ser fácil extraer conclusiones.
No es fácil saber lo que va a ocurrir, porque la confusión
también puede servir al gobierno para decir que nadie puede
sacar conclusiones claras, que votar al Radicalismo es votar al
partido del presidente; otro puede decir que votar al Radicalismo
es votar en contra del gobierno. Votar al Justicialismo... depende
de cuándo y dónde, hay que ver cómo suman los
votos.
El presidente
ya dio una señal diciendo que va a hacer algunos cambios.
La secretaria de Trabajo, Patria Bullrich, va a salir del cargo;
pero en principio aparece fortalecido Domingo Cavallo, que es lo
mismo que decir que se fortalece la política económica.
A partir del
lunes va a venir el juego de tensión: unos dirán "Aquí
hay un mandato en contra", es probable que pueda presentarse
muy fácilmente que la gente votó en contra; pero también
podrá decirse que eso no es tan claro. Además, la
gente podrá haber votado en contra pero no a favor de ninguna
alternativa.
Lo cierto es
que va a ser una semana en que habrá un poco de tembladeral
en la política argentina, algo que a los uruguayos no nos
viene del todo bien, más allá de que desde el punto
de vista de los mercados hay bastante tranquilidad en el análisis
del riesgo país de Uruguay, en el sentido de que no aparece
tan directamente contagiable por el fenómeno argentino.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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