07.12.2001






Los desafíos que Ancap plantea a la izquierda

Análisis político

EN PERSPECTIVA
Viernes 07.12.01, 08.45.


EMILIANO COTELO:
Se viven horas decisivas para el futuro de Ancap. Por un lado existe la posibilidad de aprobar una ley con los votos de la coalición de gobierno, y por otro la posibilidad de una ley un poco diferente, no demasiado, con el aporte de todo el Frente Amplio o de una parte del mismo. A propósito de esta situación, el politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, nos propone este tema como análisis político: "Los desafíos que Ancap plantea a la izquierda".

Te propongo, en primer término repasar brevemente qué está en juego en materia de reforma de la empresa petrolera estatal.

OSCAR A. BOTTINELLI:
La reforma de Ancap tuvo un gran impulso hace un año, a partir de la asunción de Jorge Sanguinetti como presidente de su Directorio. Comenzó con dos frases muy sonoras: "Lo que es bueno para el país no necesariamente es bueno para Ancap", y "Si la refinería no existiera, no se justificaría su existencia".

A partir de ahí comienza un largo proceso que culmina en negociaciones para la asociación de Ancap con una petrolera internacional, hay un llamado a intereses al respecto, y la elaboración de un proyecto de ley que en este momento está a consideración del Senado, a punto de ser votado la semana próxima. Ese proyecto apunta a iniciar un proceso -que puede ser más o menos corto, pero no iría más allá de esta década- para poner fin al monopolio de la importación y refinación de petróleo, y al mismo tiempo permite esa asociación.

El tema planteó inicialmente diferencias dentro de la coalición de gobierno, cruzando a los partidos entre una visión más estatista, una visión más defensora del papel de los organismos públicos, y otra más partidaria del juego de mercado, que se tradujo en varias propuestas de una rápida apertura de la importación de combustibles. Luego, todo esto se resume en este proyecto que supone la subsistencia de Ancap, su asociación con privados, un papel protagónico de Ancap en la nueva sociedad, pero la desmonopolización en un plazo corto.

Pero el centro de este análisis se refiere a la discusión en el Frente Amplio, que tendrá un hito decisivo entre la reunión del Plenario de mañana y particularmente de la Mesa Política del lunes.

EC - Es una discusión que lleva meses dentro del Frente.

OAB - Lleva meses, y yo diría que no ha tenido el grado de debate y de publicidad que ameritaban, por un lado el tema de Ancap en general, y por otro todos los temas que giran en torno a la actitud de la izquierda. Porque, más allá de Ancap, ¿cuáles son los desafíos que este tema está planteando a la izquierda?

En primer lugar, aparecen diferencias sobre el fondo del asunto: ya no sobre la solución para Ancap, sino diferencias sobre el mantenimiento de una posición muy fuertemente estatista, o una defensa del papel del Estado pero con una apertura hacia el juego del mercado. Seguramente, esto va a trascender el tema Ancap, ya que apunta a por lo menos dos o tres grandes visiones dentro del Frente Amplio en relación a cuál debe ser el papel del Estado, y por lo tanto cuál debe ser el modelo de gobierno que el Encuentro Progresista - Frente Amplio va a ofrecer a la ciudadanía para las elecciones de 2004.

En segundo lugar, y usando un símil futbolístico, aparecen diferencias sobre cómo debe pararse en la cancha, cómo debe posicionarse el Frente, siendo la principal fuerza política del país y a la vez la oposición a la coalición de gobierno, en temas clave que se debate en el país. Si debe asumirse como oposición lejana al gobierno, que confronta, pero que en definitiva deja hacer, que no incide o busca bloquear no por el juego parlamentario sino por otro tipo de vías como las de democracia directa, como el referéndum o eventualmente reformas constitucionales; en definitiva en un juego de oposición y bloqueo. O el otro camino: una oposición más "light" sobre los grandes temas del país, pero tratar de incidir, de buscar los grandes consensos en políticas de Estado.

Estas dos posiciones conforman sin duda un eje en la discusión del Frente, que va más allá del tema de fondo: tiene que ver también con la definición de los temas clave y de la política de Estado. Se participa de ella o se busca que no existan, por entender que las discrepancias son muy profundas, y buscar los bloqueos por vía de las instancias de democracia directa.

Un tercer punto es que, muchas veces, los grupos del Frente fueron divididos muy rápidamente en "radicales" y "moderados". Pero esta situación marca que los matices son mucho mayores. Porque si bien muchas veces aparece un alineamiento mayoritario del Partido Socialista, la Vertiente Artiguista y Asamblea Uruguay, y no pocas veces toda la lista 1001, en este caso aparecen de un lado la Vertiente Artiguista y Asamblea Uruguay, y del otro sectores más fuertemente radicales como la Corriente de Izquierda y el Movimiento 26 de Marzo, pero también en el medio el Partido Socialista y un poco más corrido hacia posiciones radicales el Movimiento de Participación Popular. Pero en los últimos días el Partido Socialista aparece encabezando la oposición al acuerdo que impulsan los senadores Astori, Couriel y Rubio, lo que también marca un cambio en los alineamientos internos, y que de ahora en adelante el juego en el Frente Amplio va a presentar matices muy importantes. Por lo pronto, las posiciones de Vertiente Artiguista - Asamblea Uruguay, Partido Socialista por otro, el MPP por otro y sectores como el 26 de Marzo y la Corriente de Izquierda por otro, están marcando la existencia de varias posiciones en lo referido a la oposición, la confrontación o la búsqueda de consensos con el resto del sistema político.

EC - Queda de manifiesto un cuarto desafío para la izquierda a partir de el tema Ancap.

OAB - Queda de manifiesto algo que ya había tenido puntas en otros aspectos, y que larvadamente está presente siempre en el gobierno departamental de Montevideo: la variable sindical. No es casual que el Partido Socialista, que aparece en una posición más dura que lo habitual, tiene una incidencia muy fuerte en la Federeción Ancap, el sindicato de Ancap.

Esta variable sindical es muy importante, primero, porque hay una fuerte independencia entre la acción política y la acción sindical, como se ha visto en muchos campos. Y en segundo lugar hay un juego de competencia entre lo político y lo sindical, como se ha visto en todo el tema de la recolección de firmas para someter a plebiscito la reforma de Antel - Ancel. Hay una relación de fuerzas generalmente diferente entre el plano político y el sindical. Y el Frente afronta claramente el problema de que en un eventual gobierno no tendrá al movimiento sindical como un aliado firme en todas las políticas que impulse, sino que puede tener un juego de confrontación muy importante. Sobre todo, a diferencia de los gobiernos actuales, en que el movimiento sindical juega desde afuera y confronta, en ese caso podría hacer un juego doble de confrontación externa combinada con una acción interna por su ligazón con los grupos políticos a los que pertenece parte de la dirigencia sindical.

EC - ¿Qué consecuencias puede dejar para el futuro esta discusión y cómo se laude en el Frente Amplio?

OAB - La semana próxima parece decisiva para ver varias señales. Primera, una relacionada al liderazgo de Tabaré Vázquez. Hasta ahora, ha aparecido en un papel silencioso en este tema; no aparece con una definición propia, nítida, ejerciendo un liderazgo, ni tampoco es claro cuál será su papel en tanto moderador o árbitro de la situación interna. Cómo jugará este tema: si como liderazgo ("Mi posición es esta, síganme") o como árbitro ("Expongan y confíen en lo que yo decida"), o una tercera posición: "Negocio y busco un consenso para evitar que las resoluciones surjan por mayoría y minoría", buscando que aparezca como una fuerza política compacta, unida, que consensúa soluciones. Cualquiera sea el camino que elija, impactará sobre la visión de liderazgo de Tabaré Vázquez.

En segundo lugar, el tema del Encuentro Progresista y sus potenciales aliados. Se ha visto que las fuerzas no frenteamplistas (la Alianza Progresista del senador Nin Novoa o el Nuevo Espacio del senador Michelini, en creciente acercamiento) no han aparecido con fuerza en este tema. El que aparece es el Frente Amplio como tal, como la fuerza que debate internamente y toma la decisión.

En tercer lugar, cómo va a quedar el posicionamiento del Frente Amplio en cuanto a la responsabilidad de gobierno. Si juega como una fuerza que incide cada vez más en la toma de decisiones para tratar de demostrar gobernabilidad (que es uno de los mensajes que puede dar y que apunta a determinados sectores de ciudadanos) o si prefiere apuntar a otros sectores de la ciudadanía dando señales de lejanía de todo el esquema de gobierno, de confrontación, de reunir disconformidades, sin que esté planteada la acción de gobierno.

En cuarto lugar, cómo sale; qué señales da en la relación entre lo partidario y lo sindical. Y por último, qué señales da como una fuerza actuando en forma más o menos monolítica, una fuerza que finalmente sintetiza sus diferencias en una posición única, o una fuerza que en temas clave para el país termina expresándose en bloques, alas diferentes, lo que no da esa imagen de monolitismo que venía dando hasta ahora, con un liderazgo claro, único, y fuerzas que, con muchos matices, convergían detrás del líder y de esas posiciones comunes.

Todas estas incógnitas son claves para ver el futuro mucho más que de Ancap: del desarrollo de la acción política del Frente Amplio opuesta a esta coalición de gobierno de aquí al 2004, y por supuesto que también para el tema Ancap.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón







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