La
evolución de los salarios en la actual coyuntura recesiva
Análisis económico
EN PERSPECTIVA
Martes 02.10.01 - Hora 08:30
EMILIANO COTELO (EC):
Seguiremos hoy, en este espacio de análisis económico,
situados en la coyuntura nacional para explorar un tema de interés
general: la evolución de los salarios.
Este tema cobra
un especial interés cuando tenemos en cuenta el particular
contexto que vivimos, caracterizado por una recesión que
ya se extiende por tres años y una tasa de desocupación
ubicada en 16% de la población económicamente activa.
En este contexto, entonces, ¿qué comportamiento ha
tenido el poder adquisitivo de los salarios? ¿Hay diferencias
a nivel de sectores? ¿Cuáles son las perspectivas?
Buscaremos las respuestas charlando con el contador Alfonso Lema,
socio de la consultora Tea
Deloitte & Touche.
Alfonso, como
introducción al tema, cito un titular del diario El Observador
del día sábado que hace referencia a los últimos
datos conocidos en esta materia: "El salario real aumentó
0,3% en agosto". ¿Están subiendo los salarios?
ALFONSO LEMA
(AL):
La respuesta rápida es que no. Por el contrario, los salarios
medidos en términos reales, o sea el poder adquisitivo de
los salarios -que es, en definitiva, lo que realmente importa-,
muestran una tendencia descendente. Y enseguida podemos ampliar
sobre este punto, que creo que es el centro de la charla de hoy.
Pero primero vale la pena aclarar lo que ocurrió en agosto,
porque realmente durante ese mes han ocurrido simultáneamente
una serie de resultados que vale la pena comentar.
Lo interesante
es que, gracias a esos particulares resultados, el salario real
subió efectivamente en línea con lo que marca el titular
de El Observador, pero eso ocurrió sin que se produjeran
ajustes salariales.
EC - ¿Qué
es lo que ha ocurrido, entonces?
AL - Por un
lado, en agosto los salarios nominales, o sea los salarios en pesos
que efectivamente cobran los trabajadores, prácticamente
se mantuvieron sin cambios, ya que la encuesta del Instituto Nacional
de Estadística registró un alza de sólo 0,02%.
Un alza en definitiva despreciable, y por eso decimos que los salarios
nominales no cambiaron en agosto.
Pero en agosto,
al tiempo que los salarios nominales se mantenían constantes,
se registraba una caída de los precios del consumo de 0,3%
también según la información que releva el
INE.
Sintetizando,
entonces, si los salarios nominales se mantienen constantes, pero
los precios de los bienes y servicios bajan, el poder adquisitivo
de los salarios sube. Aclaremos que habitualmente, cuando el poder
adquisitivo de los salarios sube, es porque hay aumentos nominales
de salarios que superan a la suba de precios, es decir a la inflación.
Es realmente raro lo que pasó en agosto, que los salarios
reales suban gracias a una baja de los precios, y es raro porque
en la historia económica de nuestro país de los últimos
60 años por lo menos, es muy raro que los precios bajen,
que haya deflación.
EC - Está
claro, Alfonso. Salgamos entonces de este particular resultado que
se produjo en agosto. ¿Cuáles son las tendencias a
nivel salarial?
AL - Los salarios
reales están cayendo y creo que es un resultado que no puede
sorprender a nadie, porque estamos atravesando una larga recesión
que en el mercado laboral se manifiesta, como tú ya dijiste,
en una altísima desocupación por un lado y, por otro,
justamente en una caída del poder adquisitivo de los salarios.
EC - ¿Cuánto
han caído los salarios en los últimos meses?
AL - Si miramos
lo que ocurrió en los primeros ocho meses del año,
tomando el promedio de ese período comparado con igual período
del año pasado, se concluye que el poder adquisitivo de los
salarios cayó 0,6%.
Sin embargo,
Emiliano, las tendencias no son las mismas en el sector privado
y en el sector público.
EC - ¿Qué
pasa con los salarios que ganan los trabajadores privados?
AL - Son en
realidad los que están cayendo y arrastran a la baja al salario
promedio de toda la economía. A pesar de que la inflación
está siendo muy baja este año, los ajustes salariales
son más reducidos que la inflación en el sector privado,
y entonces el salario real bajó 1% en lo que va del año.
Lógicamente y como ya dijimos, esto debe enmarcarse en el
contexto recesivo que vivimos desde principios de 1999 cuando Brasil
comenzó a devaluar su moneda.
El salario real
de los trabajadores del sector público, en cambio, ha tenido
una muy pequeña suba en los primeros ocho meses del año.
Y esto por supuesto que está reflejando que todavía
en el sector público se producen ajustes de salarios que
superan a la inflación. Como suele ocurrir, el comportamiento
no es homogéneo en las diferentes reparticiones públicas.
En lo que va del año mejoran los salarios reales que pagan
las empresas públicas y los gobiernos departamentales, pero
en cambio caen en el gobierno central.
EC - La pregunta
final, Alfonso: ¿cómo sigue esta historia? ¿Cuáles
son las perspectivas?
AL - Primero
aclaremos que los salarios reales comenzaron a caer el año
pasado. Nosotros no prevemos un cambio de tendencia en los próximos
meses. Por lo tanto, hoy ya nos animaríamos a afirmar que
este año será el segundo año consecutivo de
pérdida salarial, al menos en el sector privado.
Esta baja salarial
y el aumento del desempleo provocan por supuesto una disminución
sustantiva de los ingresos de los hogares, y por eso el consumo
privado está cayendo. Y como no se visualiza perspectivas
de mejora en el mercado laboral en los próximos meses, entonces
tampoco podemos esperar una rápida mejora del consumo de
las familias.
Finalmente quisiera
agregar que estas tendencias en el mercado laboral, junto con el
mayor ritmo devaluatorio que el gobierno impulsó a partir
de mediados de junio, están provocando una caída muy
fuerte de los salarios medidos en dólares: en los primeros
ocho meses del año, los salarios en dólares en el
sector privado cayeron casi 5%. Y si bien esto no es relevante para
los trabajadores, cuya preocupación está centrada
naturalmente en el salario real, sí es una variable clave
para las empresas uruguayas que compiten con las extranjeras. La
caída de los salarios en dólares es una de las variables
que permite mejorar nuestra competitividad.
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Transcripción: Tea Deloitte & Touche
Edición: Julieta Sokolowicz
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