¿Cómo
evolucionó la pobreza en Uruguay durante la década
de los 90?
Análisis
económico
EN PERSPECTIVA
Martes 16.10.01, 08.45.
JOSÉ PEDRO DÍAZ:
Hace dos semanas, la Comisión Económica para América
latina y el Caribe (Cepal) divulgó su informe Panorama Social
de América latina. Ese informe analiza en detalle el comportamiento
de la pobreza y de varios indicadores socio económicos en
nuestro continente.
Justamente,
dos semanas atrás estuvimos examinando los principales resultados
que señala el informe para el conjunto de América
latina. Y hoy nos proponemos detenernos en nuestro país.
¿Cómo se comportó la pobreza en Uruguay a lo
largo de los últimos diez años?
El diálogo
es con Alfonso Lema, socio de Tea Deloitte y Touche. Alfonso, recuerdo
que cuando trataban el tema con Emiliano Cotelo ustedes señalaban
que hubo avances en la lucha contra la pobreza en América
latina. ¿Cómo se ubica Uruguay en el contexto latinoamericano?
ALFONSO LEMA:
En términos comparativos, nuestro país presenta una
ubicación definitivamente muy favorable en el contexto latinoamericano.
Los niveles de pobreza en Uruguay son claramente inferiores a los
prevalecientes en América latina y a lo largo de la década
del 90 hubo una reducción significativa de la pobreza.
JPD - ¿Cuántas
personas viven en situación de pobreza en Uruguay?
AL - Las cifras
de Cepal muestran que en 1999 un 9,4% de la población urbana
vivía en situación de pobreza. Considerando que la
población urbana asciende a más de 2,6 millones de
personas, ese porcentaje de 9,4% representa aproximadamente a 250
mil individuos que viven en situación de pobreza.
JPD - ¿Y
cuál fue la tendencia a lo largo de la década? ¿Cuántas
personas vivían en situación de pobreza en 1990?
AL - El porcentaje
actual de personas en situación de pobreza es sustancialmente
más bajo que el observado en 1990, cuando 17,8% de la población
urbana (unas 450 mil personas) vivía en situación
de pobreza. Insisto en que los datos son de población urbana,
porque no hay cifras para la población rural.
Hay un segundo
elemento importante, y es que a nivel comparativo, en las cifras
de Cepal, Uruguay aparece bien despegado del resto. Los países
que le siguen con los menores porcentajes de pobreza son Costa Rica
y Argentina, con 18% y 19% respectivamente. Uruguay, entonces, aparece
con los menores porcentajes de pobreza del continente. Lo cual sin
duda es un dato positivo, que está en consonancia con estimaciones
de la distribución del ingreso que lo muestran también
con los mejores indicadores.
JPD - Recuerdo
que advertías que la reducción de la pobreza en América
latina se había producido en la primera mitad de la década,
pero que desde 1997 se había interrumpido el proceso. ¿Es
válida esa apreciación para el caso uruguayo?
AL - Lamentablemente,
sí. La pobreza bajó fuertemente entre 1991 y 1994.
En 1994 teníamos en situación de pobreza a un 9,7%
de la población urbana. A partir de entonces podemos decir
que se ha detenido la reducción de la pobreza. Y estamos
hablando ya de un período prolongado: hace ya cinco años
que en este indicador no tenemos avances.
Y esta conclusión
se mantiene si recurrimos a otros estudios. Por ejemplo, el Programa
Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) también elabora
estimaciones de pobreza para Uruguay. Las estimaciones del nivel
de pobreza son más desfavorables. Seguramente hay diferencias
metodológicas: los cálculos del Pnud son más
exigentes y muestran mayores porcentajes de gente en situación
de pobreza, pero en cualquier caso también muestran que la
pobreza dejó de caer en los últimos años. Es
más: muestran a partir de un mínimo en el 94, una
tendencia levemente creciente.
JPD - Entonces,
según Cepal la pobreza se estancó en Uruguay a partir
de 1994 y para el Pnud la tendencia es inclusive levemente creciente.
AL - Es así.
Y más que evaluar las diferencias metodológicas que
podrían explicar esos matices, me parece que vale la pena
sacar una conclusión general pero importante. Llevamos
varios años sin que se registre avances en materia de reducción
de pobreza, y varios trabajos académicos han señalado
que diversos indicadores ponen en duda la sustentabilidad a largo
plazo de los logros hasta ahora alcanzados.
JPD - ¿A
qué indicadores te estás refiriendo?
AL - Sin pretender
agotar el tema, diversos programas de investigación, varios
de ellos liderados por Ruben Katzman, en el marco del Pnud y de
otros programas, señalan con claridad que se observa lo que
se ha denominado "infantilización de la pobreza",
en simultáneo con claros indicios de marginalización
de algunos sectores jóvenes de la población.
JPD - ¿Qué
indicadores permiten llegar a esas conclusiones?
AL - El Pnud
estima que más de 45% de los niños menores de seis
años viven en situación de pobreza, y que 40% de los
que tienen entre seis y 13 años viven en esa situación.
Son porcentajes muy altos, muy superiores a la media nacional. En
el otro extremo, los menores porcentajes de pobreza se encuentran
en las personas de mayor edad.
No es una exageración,
entonces, decir que los pobres en Uruguay son mayoritariamente niños.
JPD - Hablabas
también de indicios de marginalización.
AL - Es cierto.
Hay gente que se está alejando de las instituciones, de las
normas y de los canales tradicionales de movilidad social.
Según
datos del año 98, que fueron elaborados por el Programa Pobreza
y Exclusión Social, en Uruguay solamente un 32% de los jóvenes
de 21 años completaron sus estudios secundarios. Son datos
del año 98, que muestran logros muy inferiores a los observados
en otros países de América latina. En Chile, que encabeza
la lista, un 69% de los jóvenes con 21 años terminaron
sus estudios secundarios. Y ese porcentaje, aunque menor, supera
el 50% en muchos países del continente: Argentina, Ecuador,
Colombia y Costa Rica.
JPD - ¿Qué
otros indicadores tenemos?
AL - Otro indicador
elocuente: en Uruguay, un 46% de los jóvenes de 20 a 24 años
tiene menos de 10 años de instrucción (es decir que
no terminaron el ciclo básico), y al mismo tiempo no trabajan.
Ni trabajan ni han terminado el ciclo básico. De nuevo, en
este ranking estamos claramente de mitad de tabla hacia abajo.
Y por último,
aunque es un resultado predecible, hay estadísticas que muestran
de manera clara que los mayores problemas en términos de
abandono temprano de los estudios se encuentran en los hogares de
menores ingresos.
JPD - Estos
indicadores marcan un panorama desalentador.
AL - Sin dudas.
El país avanzó mucho en el combate a la pobreza en
la primera mitad de los años 90. Pero con los niveles de
pobreza infantil que estamos teniendo, y con el alejamiento de los
jóvenes de bajos ingresos del sistema educativo y del mercado
laboral, está claro que no puede haber nuevos avances. Por
el contrario, a mediano plazo la pobreza podría crecer fuertemente
en Uruguay.
JPD - ¿Qué
se tendría que hacer?
AL - Sin dudas
el tema es por demás complejo. Pero si el diagnóstico
es compartido, entonces está claro que el país necesita
adoptar medidas importantes en esta área.
Y esto nos trae
una vez más a la composición del gasto público:¿qué
nivel de gasto social tiene el país; qué eficacia
tiene ese gasto para revertir estos problemas; con qué eficiencia
se llevan a cabo los programas sociales?
Son preguntas
claves para empezar a corregir esas tendencias.
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Transcripción: TD&T
Edición: Jorge García Ramón
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