24.12.2001






Primeros comentarios en espera de que el gobierno argentino concrete los anuncios del domingo

Análisis económico

EN PERSPECTIVA
Lunes 24.12.01, 08.10.


EMILIANO COTELO:
La nueva moneda de la que habló ayer el presidente interino de la República Argentina, Adolfo Rodríguez Saá, ya tendría nombre: se llamaría "Argentino". Emitirían el equivalente a U$S 10.000 millones. No tendrá el respaldo de reservas, como el peso. Según el proyecto oficial, serviría para todo tipo de pagos, incluso en los bancos, según informa hoy el diario Clarín a propósito de esta medida que apunta a la reactivación.

Por otro lado, los diarios porteños de hoy incluyen distintos análisis y especulaciones a propósito de los efectos que podría tener la decisión de no pagar la deuda en el comercio exterior.

Y hoy vamos a tener un primer enfoque sobre estas cuestiones, en diálogo con el economista Horacio Morero, de la consultora Tea, Deloitte & Touche. Vamos a lo principal, a las grandes cuestiones que ha dejado planteadas un discurso como el pronunciado durante la asunción de Rodríguez Saá y los pocos detalles que surgieron a lo largo del día. En primer término, ¿cómo observas la decisión de no pagar la deuda externa en cuanto a sus consecuencias, su gravedad?

HORACIO MORERO:
El mercado ya tenía asumido que Argentina iba a entrar en default en los próximos días. A mí, en todo caso, me gustaría remarcar alguna precisión en cuanto al concepto: el nuevo presidente puso énfasis en el tema de la deuda externa, pero habría que precisar que es el no pago de la deuda pública. No sólo se suspenderá el pago de los títulos en poder de los extranjeros sino también en poder de los residentes argentinos.

Ahí quedan abiertas algunas preguntas respecto a cómo será la negociación con los bancos que tienen títulos argentinos, y qué va a pasar con las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (Afjp), o sea qué va a pasar con el sistema de pensiones.

Pero al menos intuimos que la suspensión del pago del capital y de intereses es sobre la deuda pública, no exclusivamente sobre la deuda externa. Y ese es un primer punto interesante que no sólo va a derivar en negociaciones externas sino también en importantes negociaciones internas con los tenedores de títulos.

EC - La consecuencia para Argentina de una medida como esta es el cierre de créditos a nivel internacional, pero ya de hecho se le había cerrado.

HM - Exacto. En los hechos el crédito ya estaba cerrado. Sólo existía de los organismos internacionales, de modo que los organismos internacionales siguen siendo clave, y el nuevo gobierno deberá intentar rehacer un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario, que prácticamente había caído en los últimos días del gobierno de De la Rúa y Cavallo.

EC - ¿Cómo se financia de ahora en adelante un país que toma una decisión como esta?

HM - Si estamos pensando en el sector público, una vez que anunció la suspensión de los pagos no necesita financiamiento: no va a pagar capital ni intereses en los próximos meses. En cuanto al sector privado, debe generar su propio equilibrio, o en todo caso seguramente se generará un superávit en los próximos meses, a partir del superávit de la balanza comercial: Argentina será superavitaria en divisas en los próximos meses, pero forzado justamente por el no pago de capital ni intereses.

EC - El comercio exterior de un país que decide no pagar su deuda ¿no se ve afectado?

HM - Sí: se ve afectado a nivel de créditos, que afectan tanto a los flujos de importaciones como de exportaciones. En ese sentido, seguramente habrá trabas, palos en la rueda, pero el paso del tiempo lo irá destrabando.

EC - Pero en definitiva, entonces, estamos hablando de un escenario que no es tan dramático. La pregunta que surge entonces es ¿por qué no se tomó antes esta medida? ¿O es dramático aunque no se lo vea tanto?

HM - Lo que pasa es que cuando se habla de lo dramático hay que tener en cuenta lo comparativo respecto a la situación a la que había llegado Argentina, lo que vimos la semana pasada... Por supuesto, cuando Argentina anuncia que no va a pagar, que va a refinanciar su deuda, luego de los saqueos y el conflicto social que se había originado, ya nada nos puede parecer dramático. Por supuesto, el anuncio del no pago de la deuda, del capital ni intereses, es un anuncio económico muy importante que, por supuesto de alguna forma queda opacado por todas las cosas que pasaron.

EC - La decisión de no tocar la convertibilidad, aunque no es terminante y para siempre: da la sensación de que es "En esto momento no toco la convertibilidad", ¿no?

HM - Sí: habría que manejar dos aspectos: uno político y otros económicos. En lo político, este va a ser un gobierno de entre 90 y 120 días, de modo que no va a tomar decisiones importantes que dejen atado al próximo, por ejemplo a través de la firme instauración de un régimen monetario o cambiario. Ese sería un tema político para atender: es un gobierno de transición.

En los aspectos económicos, queda claro que una cosa es lo que se pueda decir y otra cosa son los hechos.

Respecto a dejar la convertibilidad, habría que responder qué pasa con los depósitos bancarios: en los últimos días se había hablado de algo a lo que se llamó "la pesificación", transformar los depósitos en dólares a pesos, pero esto puede tener expectativas muy negativas, porque implica alterar los contratos de los depositantes, que se sentirían una vez más estafados en Argentina.

El segundo punto es que terminar con la convertibilidad y dejar una flotación de la moneda siempre trae el miedo de que se pueda caer en una alta tasa de inflación y terminar en una hiperinflación como la que vivió Argentina en 1989.

Y una tercera cosa (la señaló el nuevo presidente ayer) es que una devaluación agudizaría la caída del salario real, con lo cual agudizaría la recesión en los primeros meses. Una suba fuerte del dólar a lo único que favorece de entrada es a las exportaciones, pero hay que tener en cuenta que Argentina es una economía muy cerrada, sus exportaciones tienen un peso pequeño, por lo tanto es difícil que una suba del dólar logre reactivar la economía vía exportaciones.

EC - Por esas razones es que, al menos por ahora, no se va por esos caminos.

HM - Claro: son tres medidas a las que habría que dar respuestas, y por eso el gobierno ha optado por la creación de esta tercera moneda, aprovechando algunas particularidades de la coyuntura.

Una, la falta de liquidez de la economía. Por lo que hemos podido informarnos desde Argentina, las restricciones bancarias adoptadas el 1º de diciembre han llevado a una situación en que realmente hay falta de circulante. Ante esa particular situación, quizá el gobierno tiene hoy algún margen como para inyectar liquidez sin que eso signifique una desvalorización de esta tercera moneda que, llámese como se llame, serán bonos, letras, "cuasi dinero", "cuasi dinero". Porque el riesgo siempre es ese: veamos el ejemplo del patacón: si en pocos días empiezan a circular muchos patacones, el patacón pierde valor.

EC - Porque esa moneda no será convertible, flotará, y corre el riesgo de devaluarse.

HM - Exactamente: será una moneda mala, dicho rápidamente.

EC - Dependerá del manejo fiscal que haga el gobierno.

HM - Exactamente. Las particulares condiciones de falta de liquidez, las particulares del año que estamos viviendo: en diciembre, normalmente, el circulante sube 25 a 30% por las fiestas de fin de año; en el contexto que estamos viviendo ocurrió al revés, y el circulante desapareció.

Así que es probable que el gobierno esté estudiando esta salida justamente en respuesta a estas restricciones bancarias, que no serán levantadas. Y no lo serán por lo que explicaba el presidente Batlle en la entrevista contigo: si se las levanta, en este momento de desconfianza, toda la gente va a querer retirar sus depósitos y el sistema bancario quiebra.

Ahora habrá que ver qué pasa con esa tercera moneda.

EC - Es claro que esa tercera moneda evita los efectos de una devaluación sobre, por ejemplo, las deudas en dólares. Pero implica también el riesgo de que, quienes cobren sus ingresos en esa moneda, y en la medida en que esa moneda se vaya devaluando, vayan perdiendo poder adquisitivo.

HM - Correcto; lo que también sería una devaluación. Pero en vez de ver que suban los precios, que seguirán expresados en pesos argentinos, lo que ocurrirá será que la moneda perderá valor.

EC - Con lo que sabemos a esta altura del plan económico, los anuncios públicos y algunas medidas apenas esbozadas, ¿qué apodemos adelantar respecto a consecuencias para Uruguay? Por lo menos a corto plazo, no son las más graves que todos temimos.

HM - Claro: yo creo que estos anuncios, que seguramente serán complementados con muchos más anuncios en los próximos días, dan a nuestro gobierno algún margen como para esperar. Te lo dijo también el presidente Batlle: "Vamos a observar, a esperar dónde termina esto y a partir de ahí decidir si hay que tomar medidas".

EC - En principio, entre hoy y mañana no hay que corregir la política cambiaria.

HM - Prevemos que por unos días nuestro gobierno no va a tomar medidas. Respecto a consecuencias, no hay nada nuevo en relación a lo que veníamos pensando. Lo más importante, desde el punto de vista económico, es la temporada turística. En este contexto no podemos esperar una temporada buena, como lo venimos afirmando desde hace varias semanas; no es nada nuevo. En esta situación, seguramente, muchas familias argentinas tendrán dificultades para llegar a nuestras playas; esa es la realidad.

EC - Pero pienso también que la temporada hubiera sido peor si ya se hubiera resuelto salir de la convertibilidad.

HM - Correcto. Si el dólar hubiera tenido una gran suba en Argentina, seguramente hubiese originado muchos problemas adicionales a empresas y familias, y aparte tendríamos un cambio de precios relativos muy importantes con Argentina. Por lo tanto, hasta el propio turismo interno en Argentina aparecería competitivo con el nuestro.

Seguramente, medidas cambiarias muy fuertes en Argentina hubieran obligado a algún tipo de compensación aquí. Pero, en ese sentido, estamos en un contexto con menor incertidumbre, por lo menos de acá a algunos días, del que hubiese generado una devaluación.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón








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