22.01.2002






¿Cuánto creció la economía brasileña el año pasado, y cuáles son las perspectivas para 2002?

Análisis económico de Tea, Deloitte & Touche

EN PERSPECTIVA
Martes 22.01.02, 08:35.

JULIO VILLEGAS:
Como es sabido, lamentablemente Argentina siguió en recesión el año pasado, y ese pobrísimo desempeño económico tuvo como desenlace una grave crisis social y política que finalmente terminó con el gobierno de la Rúa.

Pero no sólo Argentina enfrentó dificultades. Salvando las distancias, puede afirmarse que la economía brasileña en 2001 tampoco mostró una evolución favorable. Sin embargo, en las últimas semanas del año, las expectativas mejoraron en nuestro vecino norteño, justo cuando la crisis se profundizaba en Argentina.

La propuesta para este espacio de análisis económico es explorar lo que está pasando en Brasil, país que en los últimos meses ha sido un poco relegado de la noticia por el dramatismo que tomó la crisis argentina.

Estamos en diálogo con el economista Horacio Morero, de la consultora Tea Deloitte y Touche. Si te parece bien comencemos haciendo un repaso de cómo se comportó la economía brasileña en 2001.

HORACIO MORERO:
De acuerdo. Es claro que sobre fin de año pasado las noticias provenientes de Brasil quedaron algo así como "eclipsadas" ante el grado de profundidad que tomó la crisis argentina. No tuvimos entonces mucho tiempo para analizar la economía brasileña, que por cierto tampoco tuvo un año fácil.

No puede hablarse de crisis en Brasil, pero el desempeño económico fue notoriamente menos favorable al que se apreció en el 2000, y también menos favorable al que preveía la mayoría de los analistas.

Podemos dar algunos números. La actividad productiva en Brasil sufrió una marcada desaceleración en los primeros nueve meses de 2001. ¿En números qué significa esto concretamente? Significa que el PBI creció menos, creció sólo 2,2% en los primeros nueve meses del año frente a igual período del 2000, estos son los últimos datos oficiales que tenemos, y un 2,2% de crecimiento es bastante menos que una expansión de 4% que fue la expansión que registró la economía brasileña en el conjunto de 2000.

Ahora, en el actual clima que se vive en la región, este crecimiento de 2,2% no parece una cifra tan mala. Pero ese crecimiento obedeció en buena medida a lo que llamamos el efecto "arrastre" del crecimiento del 2000. En realidad, cuando se miran los datos desestacionalizados, se concluye que Brasil prácticamente no creció en los últimos trimestres; es decir, la producción estuvo estancada.

En síntesis, cuando uno mira cómo está Argentina, concluye que a Brasil no le fue mal el año pasado. Pero las expectativas no se cumplieron.

JV - ¿Y por qué el crecimiento económico no alcanzó las previseeiones?

HM - Bueno, la economía brasileña recibió el impacto de varios shocks que no fueron anticipados, shocks imprevistos en definitiva. Y te adelanto que hubo shocks que provinieron tanto del ámbito externo como del interno.

JV - Me imagino que la crisis Argentina debe ser uno de esos shocks a los que hacés referencia.

HM - Efectivamente. La crisis argentina tuvo varias repercusiones negativas sobre Brasil. En primer lugar deberíamos mencionar el efecto "contagio" que se produjo en los mercados financieros. Ese efecto "contagio" se reflejó en un fuerte aumento del "riesgo país", que en definitiva supone un mayor costo de endeudamiento para el gobierno, pero además genera presiones sobre el costo de los créditos para las empresas. A esto lo sufrió Brasil.

Otro efecto negativo, que se pudo apreciar con claridad a partir del segundo semestre fue la fuerte disminución de las exportaciones de bienes a Argentina, a pesar de que los precios relativos todavía favorecían claramente a Brasil. En todo 2001 Brasil le habría vendido a Argentina unos 1.300 millones de dólares menos que en el 2000.

Y si hablamos de shocks externos la cosa no termina aquí. Otro episodio negativo para Brasil fueron los atentados del 11 de setiembre, que provocaron una disminución de los flujos de capitales para los países emergentes. Y también hay que mencionar la marcada desaceleración de la economía mundial, lo que también pautó un menor ritmo exportador de las empresas brasileñas. Todo esto sufrió Brasil.

JV - Pero también mencionaste que hubo malas noticias que se originaron dentro del propio Brasil.

HM - Así es. Sin dudas que la peor noticia que surgió en el ámbito interno de Brasil, y que tuvo quizás mayor incidencia que la crisis argentina, fue la crisis energética, que saltó a fines de abril del año pasado. Bueno, esa crisis que se desató en razón de la insuficiencia en los niveles de lluvia, llevó al gobierno de Cardoso a la implementación de un plan de racionamiento de energía, plan que promovió un ahorro del consumo eléctrico nada menos que de 20%, y que duró prácticamente hasta fin de año. Naturalmente, esas restricciones afectaron mayormente a las industrias intensivas en el uso de electricidad.

Pero la economía también fue afectada por la incertidumbre que generaron los escándalos políticos dentro de la propia coalición de gobierno.

JV - De todos modos, decías que no podemos hablar de que Brasil atravesó una crisis económica en 2001. Algo en este sentido ya anticipaste.

HM - Sinceramente, y teniendo en cuenta todos los acontecimientos negativos que enumeramos recién, pensábamos que Brasil iba a tener un fin de año bastante más preocupante en materia económica del que se vivió finalmente. Recordemos que luego de los atentados del 11 de setiembre, el dólar llegó en Brasil a 2,80 reales, lo que significaba una devaluación de más de 40% desde inicios del año. También el "riesgo país" alcanzó a superar los 1.200 puntos, nivel muy elevado en términos internacionales. Esos niveles de riesgo de la deuda pública nos hicieron pensar que el gobierno podría afrontar serios problemas de financiamiento. Pero por suerte eso no ocurrió, y la situación comenzó a mejorar.

JV - ¿Podemos afirmar entonces que al menos en Brasil hay perspectivas más alentadoras?

HM - Sí. No hay razones para ser extremadamente optimistas, pero hay que reconocer que en Brasil se produjo en los últimos meses del año pasado un marcado cambio de expectativas.

Ese cambio favorable de expectativas se reflejó en una sustantiva baja del dólar y en mejores perspectivas de actividad económica. Cambió favorablemente la percepción de la solvencia del gobierno para pagar su deuda, lo que permitió diferenciar a la economía brasileña de la argentina y minimizar el "contagio" financiero tras el quiebre de la convertibilidad. También operó en este sentido el nuevo acuerdo firmado con el FMI en setiembre, que aportó un crédito por U$S 15.000 millones. En este contexto, el "riesgo país" descendió más de 400 puntos para ubicarse al cierre del año algo por encima de 800 puntos, niveles que no se observaban desde mayo.

En síntesis, parecería que Brasil superó bien el golpe que fue la caída de la convertibilidad, y los analistas del vecino país esperan que la producción, que la actividad productiva en general, consolide una nueva fase de expansión.

JV - Y eso es bueno para Uruguay.

HM - Sí, por supuesto. Si a nuestros vecinos les va bien, aumentan las chances de que coloquemos nuestros productos. Por supuesto que hay otros factores que juegan, como los precios, pero siempre es bueno que una economía vecina crezca, le vaya bien, así le podemos vender más. Y nuestra economía necesita vender más, en la actual coyuntura lo necesita más que nunca. Exportar más a Brasil, en las actuales circunstancias, aliviaría un poco la complicada situación que enfrentan nuestras empresas. No hay que olvidar que el año pasado las exportaciones uruguayas a Brasil volvieron a caer, y aquellos 900 y pico millones de dólares que le vendimos en 1998 parecen ya un sueño.

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Transcripción: TD&T
Edición: Jorge García Ramón








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