07.02.2002





¿Es necesario adoptar medidas de ajuste fiscal? ¿Ello no tendría un nuevo efecto recesivo?


Análisis económico
EN PERSPECTIVA
Jueves 07.02.02 - Hora 08.30


EMILIANO COTELO (EC):
La coalición de gobierno se encuentra discutiendo, desde hace semanas, un conjunto de medidas de reducción del déficit fiscal que combinan recortes de gastos con nuevos impuestos y subas de tarifas. A partir de hoy, por ejemplo, los combustibles subieron 4,4% en promedio.

Entonces, en ese contexto, y teniendo en cuenta la reciente divulgación de nuevas cifras fiscales, la propuesta para el análisis económico de hoy es examinar en detalle la necesidad de realizar un ajuste en las cuentas del Estado. ¿Es realmente imprescindible que se adopte medidas para abatir el déficit fiscal? ¿No tendría ello un efecto recesivo sobre la economía? El diálogo será con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte y Touche.

Pablo, comencemos con las últimas cifras disponibles en relación a la salud de las cuentas públicas.

PABLO ROSSELLI (PR):
Tenemos cifras a noviembre para el sector público consolidado, que combina el desempeño del gobierno central, de las empresas públicas y otros organismos y del Banco Central del Uruguay.

Esas cifras señalan que en los 12 meses terminados en noviembre, el déficit fiscal se situó en 832 millones de dólares. Considerando un nivel de Producto Bruto Interno que estimamos cerrará 2001, cuando se conozcan las estadísticas oficiales, en el entorno de 19.000 millones de dólares, concluimos que el déficit fiscal estaría ubicándose en el orden de 4,4% del PBI. O sea, un porcentaje todavía más alto que los registrados en 1999 y 2000, que habían sido de 3,9% y 4,1% respectivamente.

No sorprende, entonces, que la deuda pública haya registrado un fuerte crecimiento.

EC - ¿A cuánto asciende la deuda pública, Pablo?

PR - La deuda pública bruta se ubicaba en el 98 en 33% del PBI y, según nuestras estimaciones, al cierre de 2001 estaría en 52% del PBI. La financiación de esos persistentes desequilibrios en un contexto de caída del PBI en dólares explica esa suba. Y permitime, Emiliano, insistir en la trayectoria del PBI medido en dólares y no en términos reales, porque como la deuda pública está nominada en dólares, la evolución relevante desde el punto de vista de la solvencia fiscal está también en el comportamiento del Producto medido en dólares.
EC - ¿Y cómo ha evolucionado el PBI medido en dólares?

PR - En 1998, en el último año de la fase expansiva de la economía, el PBI ascendió a 22.370 millones de dólares. Con el PBI en el entorno de 19.000 millones en 2001, concluimos que se produjo una caída de 15%. Se trata de una retracción muy importante, que lógicamente tiene su correlato en los ingresos del Estado.

EC - ¿Quiere decir, Pablo, que a juicio de ustedes es necesario adoptar medidas que determinen una disminución del déficit fiscal?

PR - Definitivamente. No es posible mantener este nivel de desequilibrio por mucho tiempo más. La deuda pública no puede seguir creciendo de esa manera.

Hay que tener en cuenta, además, que como nuestros precios internos medidos en dólares están cayendo rápidamente debido a la crisis argentina, que obligó al gobierno uruguayo a promover una mayor devaluación, la relación Deuda-PBI tiende a aumentar todavía más rápido.

EC - Ahora, Pablo, no son pocas las críticas que ha recibido el gobierno por promover medidas de ajuste que, se argumenta, generan más recesión.

PR - Es cierto. Muchas veces se dice que la adopción de medidas de ajuste tiene efectos recesivos. Sin dudas, si el gobierno baja el gasto o sube los impuestos, eso tiende a deprimir la demanda interna.

Pero esa visión resulta, a nuestro juicio, un poco simplista.

EC - ¿Por qué es simplista esa visión?

PR - Conviene tener presente que a lo largo de esta recesión el gasto público aumentó 12% en términos reales. Estamos comparando el 98 con el 2001, y ese mayor gasto que fue financiado con endeudamiento no evitó la caída de la actividad económica.

Lo que sucede con esa visión es que sugiere que el gobierno puede recurrir al endeudamiento público por un período indefinido de tiempo. Allá en el año 99, el país ingresó en recesión y se produjo un fuerte aumento del déficit fiscal. Ese nivel de déficit fiscal se mantuvo en 2000 y se amplió nuevamente, en algunas décimas del PBI, en 2001. Si nosotros pensáramos que ese aumento del déficit fiscal es transitorio, porque los problemas que lo generaron son transitorios, entonces no deberíamos preocuparnos demasiado. Solucionados esos problemas que están detrás del incremento del déficit fiscal, ese mismo déficit volverá a disminuir automáticamente.

EC - Pero los problemas no son transitorios...

PR - Algunos de ellos, claramente no... El valor del dólar en términos reales debe subir, porque ha subido en los dos países vecinos, y quienes están endeudados en moneda extranjera se han vuelto más pobres. El valor real de sus deudas, incluyendo al Estado, se ha incrementado. Este hecho no es transitorio sino que por el contrario será muy persistente...

Entonces, si asumimos que la actividad económica no puede crecer rápidamente porque los agentes endeudados se han vuelto más pobres y seguramente reducirán su consumo y sus planes de inversión, entonces concluimos que la recaudación no se recuperará rápidamente de la fuerte caída que registró hasta ahora y que el déficit fiscal no bajará automáticamente. No reconocer este hecho podría poner en serias dudas la solvencia fiscal del Estado, con las consecuencias gravísimas que ello tendría.

EC - Pablo, sin dudas tu argumento parece ser muy contundente pero por otro lado choca con la idea de que con demasiada frecuencia es necesario recurrir a medidas de ajuste fiscal...

PR - Es cierto. Pero en realidad hay varios elementos a tener en cuenta. La percepción de que los ajustes son demasiado frecuentes probablemente se origina en el hecho de que con frecuencia se adopta cambios tributarios o en las tarifas públicas. pero si miramos el comportamiento del gasto público en los últimos años veremos que ha predominado una tendencia de persistente crecimiento. En términos del PBI, el gasto público ha aumentado sistemáticamente desde el año 92.

Incluso el año pasado, en 2001, se observó un aumento del gasto. Según las cifras correspondientes a las cuentas del gobierno central, en 2001 el gasto total subió 3,3% en términos reales, cuando la actividad económica y los ingresos del gobierno estaban cayendo.

EC - ¿Y por qué subió el gasto en términos reales el año pasado?

PR - Bueno, de la lectura de los estadísticas oficiales se advierte un incremento importante en los gastos de funcionamiento, de 12,3%, que explica la mitad de la expansión del conjunto de gastos del gobierno. Un segundo componente de mucha importancia, y volvemos sobre lo mismo, está en los intereses de deuda pública, que crecen porque el país se ha endeudado mucho en los últimos años.

Este es un aspecto importante. Si miramos en conjunto los dos primeros años de la administración Batlle, los gastos del gobierno central acumularon una caída de 2,5% en términos reales, que resultó de una contracción significativa en 2000 y de la suba que se produjo en 2001. Pero hay que tener en cuenta que el costo creciente del endeudamiento público tiende a afectar la eficacia final de los esfuerzos de ajuste.

EC - ¿Cuál es entonces la síntesis, Pablo?

PR - En primer lugar, pensamos que es imprescindible reducir el déficit fiscal. El año pasado el déficit se situó en torno de 4,4% del PBI y hay que tener en cuenta que este año tendremos una reducción del nivel de actividad y de la recaudación. Es inconveniente que el Estado siga colocando deuda pública al ritmo con que lo venía haciendo y las agencias calificadoras de riesgo lo han señalado con claridad.

Segunda conclusión: la discusión no debería terminar en la conclusión anterior. No todos los ajustes fiscales son iguales. Otras veces hemos dicho en el programa que se constata una gran rigidez en la composición del gasto público. No se reasigna los gastos de manera importante. Cuando se quiere dar prioridad a cierta área, lo habitual es recurrir a un aumento del gasto. En otras palabras, es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal. En estos últimos años se produjo una fuerte caída de la inversión pública, de 25% entre 2001 y 1998. Si pensamos que es necesario un ajuste en el Estado de carácter permanente, parecería que no es conveniente centrar los esfuerzos en la inversión pública, porque ello afecta el empleo y el potencial de crecimiento de largo plazo.


--------------------
Transcripción: Tea, Deloitte & Touche
Edición: Julieta Sokolowicz












En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved