Argentina: el mercado de cambios tras la eliminación del
dólar oficial
Análisis económico
EN PERSPECTIVA
Jueves 14.02.02 - Hora 08:50
EMILIANO COTELO (EC):
El lunes pasado, y luego de toda una semana de feriado bancario,
el gobierno argentino hizo efectiva la eliminación del tipo
de cambio oficial, permitiendo la libre flotación del dólar.
A pesar de los temores de una eventual disparada del dólar,
en los primeros días del nuevo régimen cambiario se
produjo una leve reducción del tipo de cambio, que cayó
por debajo de los dos pesos argentinos por dólar, cuando
en el mercado paralelo se había cotizado durante la semana
del feriado bancario en niveles superiores a dos pesos por cada
dólar.
En nuestro país,
por supuesto, también despertaba una gran expectativa la
eliminación del régimen de tipo de cambio dual que
había en Argentina. Por esa razón, en el análisis
económico de hoy vamos a examinar en detalle el comportamiento
del dólar en el país vecino y sus posibles repercusiones
sobre Uruguay. El diálogo será con el contador Alfonso
Lema, socio de Tea
Deloitte & Touche.
Alfonso, para
comenzar, situemos a los oyentes en los principales números.
¿Cómo se comportó el dólar en estas
primeras jornadas?
ALFONSO LEMA
(AL):
En primer lugar, se observó una importante volatilidad del
precio del dólar en estas primeras jornadas de flotación
"semi-libre" que rige en Argentina. En concreto, en el
transcurso de pocas horas se pudo observar variaciones importantes
del tipo de cambio. Y además se advirtió una tendencia
muy leve a la baja. A partir de valores que en la semana pasada
se ubicaron en torno a 2,1 pesos por cada dólar, ayer hubo
cotizaciones en torno de 1,90 o 2 pesos.
EC - ¿No
se produjo, entonces, una estampida del tipo de cambio, como algunos
temían?
AL - Es cierto,
Emiliano. En realidad, hay que tener en cuenta que el dólar
ya flotaba en Argentina. Lo que había antes era un régimen
de tipo de cambio dual: un tipo de cambio oficial fijado administrativamente
en 1,40 pesos por dólar y un tipo de cambio libre -"semi-libre",
en realidad-, que se fijaba básicamente en función
de las transacciones entre privados.
Si bien la eliminación
del tipo de cambio oficial podía tener alguna repercusión
sobre el dólar libre, a nuestro juicio no había elementos
que nos hicieran pensar en un cambio muy rápido de las condiciones
del mercado. En otras palabras, la eliminación del tipo de
cambio oficial no tenía por qué generar una suba fuerte
o una baja fuerte del dólar.
EC - Alfonso,
en dos oportunidades hablaste de tipo de cambio "semi-libre".
¿Por qué esa insistencia?
AL - Porque
más allá de que ahora el dólar flota libremente
y se determina en función de las transacciones entre privados
sin mayores intervenciones del Banco Central (que, en todo caso,
realizará operaciones esporádicas sin asumir ningún
compromiso en relación al valor del dólar), no debemos
perder de vista que se mantiene en Argentina una serie de restricciones
a los movimientos de capitales dentro del país y a los movimientos
de capitales entre residentes en Argentina y no residentes.
El famoso "corralito"
restringe la capacidad de realizar transacciones en el mercado de
cambios. El precio del dólar no es el mismo si se paga en
billetes que en cheques. Hay diferencias según el monto de
la transacción. No se puede sacar dinero del país
fácilmente, y entonces tampoco hay motivos para ingresar
dinero al país. Todas esas restricciones le quitan transparencia
al mercado de cambios. De ahí la insistencia en ese término:
"semi-libre".
EC - ¿Qué
consecuencias sobre nuestro país debemos esperar de esta
unificación del mercado de cambios, Alfonso?
AL - En teoría,
en el régimen anterior los exportadores debían liquidar
sus divisas al tipo de cambio oficial de 1,40 pesos por dólar.
Para los exportadores, entonces, el régimen cambiario limitaba,
en principio, la magnitud de la devaluación y, consecuentemente,
la magnitud del aumento de su competitividad. En cambio, con la
eliminación del régimen dual de cambios, los exportadores
argentinos podrán obtener por sus divisas el valor de mercado
del tipo de cambio. Visto así, el nuevo régimen cambiario
les permite una mayor ganancia de competitividad, en desmedro de
las empresas uruguayas que compiten en el mercado interno local
frente a proveedores argentinos.
Por lo tanto,
se podría concluir que la unificación del mercado
de cambios es negativa, a corto plazo, para nuestro país.
Sin embargo, el análisis anterior podría pecar de
ingenuo, en el sentido de que, de haber persistido el régimen
de cambio dual, los exportadores argentinos se habrían valido
de múltiples mecanismos para evitar liquidar las reservas
a ese tipo de cambio bajo, de 1,40 pesos por cada dólar.
En síntesis,
a nuestro juicio, esta modificación cambiaria en Argentina
no es demasiado significativa para nuestro país, no obstante
lo cual debemos señalar que el desenlace general que ha tenido
la crisis argentina tendrá, por cierto, un impacto recesivo.
EC - ¿Ustedes
esperan una caída del PBI en Uruguay para este año
2002?
AL - Sí, pensamos que este año vamos a tener nuevamente
una caída en el Producto. Hay que tener en cuenta que estamos
teniendo una mala temporada turística, las exportaciones
de bienes de Uruguay a Argentina van a registrar un fuerte descenso,
porque Argentina sufrirá una caída de la actividad
económica extraordinariamente fuerte y porque los precios
en dólares en Argentina cayeron de manera dramática
con el quiebre de la convertibilidad... Tendremos, además,
mayores importaciones de productos argentinos y enfrentaremos una
mayor competencia de exportadores argentinos en terceros mercados.
Todo ello deberá
provocar una importante retracción de la actividad económica
en nuestro país. Se trata de previsiones que ya hemos hecho
hace unas cuantas semanas. En todo caso, la unificación del
mercado de cambios en Argentina solamente hace un poco más
explícito ese resultado. Uruguay perdió fuertemente
competitividad con Argentina. Y es un resultado que seguramente
será persistente a pesar del aumento de la pauta devaluatoria
dispuesto por el gobierno uruguayo.
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Transcripción: Tea, Deloitte & Touche
Edición: Julieta Sokolowicz
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