Los efectos
de la pérdida del grado de inversión. ¿Debe
profundizarse el ajuste fiscal planteado por el gobierno?
Análisis económico de Tea, Deloitte & Touche.
EN PERSPECTIVA
Jueves 21.02.02, 08.30.
EMILIANO COTELO:
Como ustedes saben, la calificadora de riesgo Standard & Poor's
rebajó la calificación de la deuda pública
uruguaya, quitándole al país el grado de inversión.
La decisión de esa agencia tuvo importantes repercusiones
en los medios políticos de nuestro país, y no fueron
pocas las opiniones en contrario de la decisión de Standard
& Poor's.
Esta semana, en tanto, otra agencia calificadora, Moody's, mantuvo
el grado de inversión pero bajó la perspectiva a negativa,
lo cual indica que es posible que en los próximos meses rebaje
la calificación de la deuda. Sin dudas, las repercusiones
de esa decisión de Standard & Poor's son de especial
relevancia para nuestro país. Si bien ya hemos abordado el
tema en programas anteriores, la propuesta para el análisis
económico de hoy es detenernos en dos aspectos fundamentales.
Primero, ¿cómo respondieron las cotizaciones de los
bonos uruguayos en estos primeros días posteriores a la decisión
de Standard & Poor's? Segundo, ¿debe el gobierno uruguayo
profundizar sus esfuerzos de ajuste a la luz del comunicado de la
agencia, que fue especialmente crítico con la propuesta del
gobierno?
El diálogo será con Pablo Rosselli, economista de
Tea Deloitte & Touche. Comencemos con la reacción de
los mercados. Los títulos públicos cotizaron a la
baja estos días.
PABLO ROSSELLI:
Es cierto. Al otro día del comunicado, los títulos
públicos que fueron comercializados en el mercado local registraron
un claro ajuste a la baja. Si el precio de un bono baja, el rendimiento
al inversor que compra ese bono sube, porque se necesita menos dinero
para recibir el interés que paga el bono.
En otras palabras, la baja de los bonos equivale a una suba del
riesgo país.
EC - ¿Cómo se calcula el riesgo país y cuánto
subió?
PR - El riesgo país se calcula como la diferencia entre
el rendimiento que recibe un inversor por los títulos uruguayos
y el rendimiento que proporcionan títulos de deuda pública
similares del gobierno de Estados Unidos, que se suponen están
libres de riesgo.
Un cálculo preciso debería ponderar, teniendo en
cuenta algunos detalles técnicos que no vienen al caso, todos
los títulos públicos que circulan. Es un cálculo
trabajoso que no llevamos día a día, porque la realidad
del mercado local es que hay varias emisiones que circulan pero
que no se comercializan en los mercados secundarios con frecuencia.
Por eso, como indicador de la respuesta de los mercados, parece
más razonable concentrarse en la variación de los
bonos que fueron más comercializados.
EC - ¿Y cuál fue la respuesta?
PR - Si tomamos el bono global 2010, se produjo inmediatamente
después del comunicado de Standard & Poor's un descenso
de 7% en el valor del bono. El bono global 2027 cayó todavía
más, 11%, lo cual es lógico si se tiene en cuenta
el mayor plazo para su vencimiento.
Considerando el bono global 2027, el premio que paga el gobierno
sobre los títulos americanos a igual plazo, subió
significativamente, hasta unos 500 puntos básicos. Conviene
aclarar que a fines del año pasado, el premio oscilaba en
torno a 300 puntos. Se produjo entonces una suba de unos 200 puntos:
100 antes de la pérdida del grado de inversión y otros
100 después.
Finalmente, hay que aclarar que estamos tomando el bono más
largo que colocó el Estado uruguayo. Si tomáramos
bonos a menor plazo la prima de riesgo sería algo menor.
EC - Pero en cualquier caso se produjo una suba significativa del
riesgo país.
PR - Sin dudas.
EC - ¿Qué significa eso, en términos prácticos?
¿Cuánto le cuesta al gobierno esa suba del riesgo
país?
PR - Es bien pertinente la pregunta. La caída de los bonos
de estos días afecta en primer lugar a los inversores que
tienen esos bonos. Inversores individuales nacionales y extranjeros,
bancos (también nacionales y extranjeros), fondos de inversión,
fondos de pensión. Todo tenedor de bonos uruguayos que se
ajustaron a la baja sufrieron una pérdida en el valor de
mercado de su inversión.
Eso en sí mismo no afecta al Estado uruguayo. Lo que sí
hay que tener en cuenta es que las nuevas emisiones de deuda pública
sí van a reflejar un mayor costo para el Estado. Esas nuevas
emisiones vendrán por la necesidad de financiamiento del
déficit fiscal y por la renovación de deuda que hay
que hacer todos los años.
Todavía es difícil estimar ese costo adicional, pero
no es despreciable. Si sólo pensamos en la financiación
del déficit fiscal de este año, que podrá ubicarse
en torno de 600 millones de dólares, dos puntos más
de tasa de interés tendrá un costo anual por esa nueva
emisión de 12 millones de dólares anuales. Pero si
el riesgo país no baja, a medida que se renueva la deuda
pública el costo va aumentando progresivamente, con cada
renovación. En 2002, por ejemplo, vencen bonos del tesoro
por 125 millones de dólares, vencen bonos en yenes por un
equivalente de 75 millones de dólares. Entre 2002 y 2003
vencerán más de 500 millones de letras del tesoro,
y en 2003 hay importantes vencimientos de bonos por 500 millones.
Por lo tanto, el efecto inmediato sobre el costo de financiamiento
es bajo; pero cuando se acumulan renovaciones a tasas más
altas, el efecto puede ser muy importante.
EC - ¿Hay otras consecuencias que deba tenerse en cuenta?
PR - Lo más importante pasa por el costo de la deuda pública.
De todas maneras, también sucede que gradualmente el mayor
riesgo país se traslada a las tasas de interés internas.
las empresas verán que el costo del crédito sube y
limitan sus proyectos de inversión a los que son más
rentables. Eso tiene, por supuesto, consecuencias negativas sobre
la inversión y sobre la actividad económica en general.
EC - Recién marcabas que los bonos acusaron una caída
importante. ¿Eso quiere decir que la opinión de Standard
& Poor's fue tomada en cuenta por los inversores?
PR - Sí, es verdad. Como decía, el mercado ya venía
anticipando un deterioro de la calidad crediticia del Uruguay que
se reflejaba en una pérdida de valor de los bonos, pero el
comunicado de Standard & Poor's generó una caída
adicional, inmediata, en los papeles que fueron efectivamente comercializados.
EC - Me parece importante este punto, porque si la decisión
de Standard & Poor's precipitó una caída de los
bonos, entonces a las críticas que se le hicieron a este
tipo de agencias, alguien podría agregar que la opinión
de Standard & Poor's le generó un perjuicio al país.
PR - Es una lectura posible de los acontecimientos. Sin embargo,
sería una lectura que no contemplaría el problema
en su verdadera dimensión. Hay por lo menos tres aspectos
a considerar.
Un primer aspecto que no siempre es bien comprendido tiene que
ver con el rol de estas agencias. Estas agencias son asesores de
inversores. Nos guste o no nos guste, quienes toman decisiones financieras,
se asesoran. Y estas agencias pueden llegar a ser, en algunas circunstancias
(no siempre), muy influyentes en los mercados. Hay inversores institucionales
en Estados Unidos que no invierten en títulos públicos
que no tengan el grado de inversión. por eso, este escalón
que bajó Uruguay según Standard & Poor's no es
un escalón más. Hay inversores que tienen estos bonos
que deben desprenderse de ellos una vez que el país pierde
el grado de inversión. Algunos de esos inversores tomarán
en cuenta la opinión de esta agencia; otros, la opinión
de otras agencias. pero sin dudas se trata de opiniones relevantes.
EC - ¿Qué otros aspectos hay que tener en cuenta?
PR - Un segundo aspecto a tener en cuenta tiene que ver con el
perjuicio al país que alguien podría atribuirle a
Standard & Poor's. Más allá de que los asesores
están en su derecho a emitir sus opiniones, en general los
economistas entendemos que tanto si esas opiniones se hacen públicas
o no, a la larga, los acontecimientos económicos terminan
sucediendo. Si esta caída de los bonos no se revierte rápidamente,
habrá que concluir que, más tarde o más temprano,
el mercado iba a ajustarse a la baja y a lo sumo la opinión
de la agencia calificadora no habrá hecho más que
adelantar un acontecimiento que probablemente iba a ocurrir de todos
modos.
Y esto que decimos está relacionado con el tema de fondo.
¿por qué razón los mercados toman en cuenta
a veces la opinión de la agencia calificadora? Más
concreto, ¿por qué tomaron en cuenta la opinión
de Standard & Poor's acerca del riesgo de la deuda pública
uruguaya?
EC - ¿Cuál es la respuesta a esa pregunta?
PR - Sin dudas se trata de un tema opinable. Pero entre los aspectos
que toman en cuenta las agencias calificadoras, hay muchos, se le
presta especial importancia a algunos indicadores objetivos del
desempeño de la probable capacidad de pago que tienen emisores
de títulos públicos.
Son especialmente relevantes el comportamiento del déficit
fiscal, las tasas de interés reales y el crecimiento económico
en un país.
EC - Justamente, el comunicado de Standard & Poor's enfatizó
la persistencia de un alto déficit fiscal y la falta de perspectivas
de crecimiento económico.
PR - Es así, Emiliano. Y en reiteradas intervenciones aquí,
En Perspectiva, estuvimos señalando la necesidad de hacer
correcciones significativas a la política fiscal.
La deuda pública bruta pasó de 33% del PBI en 1998
a más de 50% del PBI en el 2001 y superará el 60%
del PBI en 2002. Standard & Poor's remarcó que llevamos
tres años con un déficit fiscal en 4% del PBI. Ello
fuerza un incremento del endeudamiento, que medido como porcentaje
del PBI es muy significativo porque el PBI se está contrayendo
medido en dólares porque se producen menos bienes y servicios
y porque los precios de esos bienes y servicios bajan medidos en
dólares (porque se están produciendo menos bienes
y servicios, y éstos cuestan menos en dólares). Este
año van a bajar todavía más, porque se aceleró
la devaluación en respuesta a la crisis argentina, y como
la deuda está en moneda extranjera, la relación deuda
- PBI crece todavía más fuerte que en años
anteriores.
Por eso, es imprescindible reducir significativamente el nivel
de déficit fiscal.
EC - ¿Cómo se hace compatible el objetivo de recuperación
de la actividad con más medidas de ajuste fiscal?
PR - Ese es un tema bien interesante. Hace poco decíamos
en el programa que el gasto público en el transcurso de este
período de recesión que lleva tres años había
acumulado un aumento importante en términos reales. En el
99 subió casi 15% en términos reales (gastos totales
del gobierno central), en el 2000 cayeron 5,6% en términos
reales pero en el 2001 volvieron a subir, 3,3% en términos
reales.
Esa evolución acumula una suba de casi 12% en términos
reales. Esa suba no evitó una fuerte caída del PBI.
El gobierno no tiene cómo financiar el actual nivel de gastos
por mucho tiempo más recurriendo al endeudamiento. Es más,
el mantenimiento del actual nivel de déficit fiscal podría
generar un deterioro de las expectativas con efectos más
negativos en el nivel de actividad.
EC - De tus comentarios se desprende que no hay cómo evitar
una nueva caída del PBI este año. ¿Es así?
PR - Prácticamente. Parece difícil evitar una caída
del PBI en 2002. Se podrá discutir la pertinencia de recurrir
a otros instrumentos de política económica para eventualmente
suavizar esos efectos negativos en 2002 y para facilitar una recuperación
en 2003, pero difícilmente se evite una caída del
producto este año. Pero en todo caso, no debería pensarse
que la política fiscal es la herramienta para suavizar la
recesión en las condiciones actuales.
EC - El comunicado de Standard & Poor's remarcó además,
que el ajuste fiscal que está negociando la coalición
de gobierno resulta insuficiente y que recurre en exceso sobre la
carga tributaria.
PR - Más allá de las variantes en la propuesta desde
que Standard & Poor's emitió el comunicado, una parte
importante del ajuste recae sobre nuevos impuestos. Aparentemente
varios de esos impuestos no serían finalmente aprobados,
pero entonces habría que prever recortes de gastos adicionales.
El comunicado, también señala que la inversión
es muy baja en el Uruguay y eso parece una advertencia al persistente
ajuste a la baja que ha presentado la inversión privada y
también la inversión pública. en los tres años
de recesión que llevamos, la inversión pública
bajó 25% en términos reales, una caída muy
importante cuando el gasto total subió 12%.
En síntesis, la advertencia de Standard & Poor's es
contundente: hace falta un ajuste fiscal fuerte. Ese ajuste fiscal
debe ser permanente porque los problemas fiscales no son transitorios
(difícilmente se observe en uno o dos años una fuerte
recuperación de la recaudación impositiva). El comunicado
insiste en que debe haber un enfoque de ajuste sobre el gasto y
si se desea evitar una mayor caída de la inversión
debería actuarse especialmente sobre el gasto corriente.
EC - Tú dices que el ajuste debe ser necesariamente de largo
plazo. Pero algunas de las medidas que incluye el proyecto de ley
se establecen a término: algunos de los impuestos que establece
este proyecto de ley son a término: por ejemplo, 31 de diciembre
de 2003.
PR - Claro. Es muy difícil hacer proyecciones más
allá de algunos meses, más allá del 2002. Pero
parece claro que hoy no tenemos indicios suficientes para pensar
que la capacidad de recaudación del gobierno que tendrá
el gobierno por ejemplo en 2004 será suficiente como para
permitir que parte importante de este ajuste pueda conceptuarse
como transitorio. La evolución que ha demostrado la actividad
económica hace pensar que hubo un descenso muy importante
del PBI muy difícil de revertir en el corto o mediano plazo,
y por lo tanto la expansión del déficit fiscal que
se produjo en estos años de recesión, si se llega
a revertir de manera duradera, debería venir acompañada
de medidas de ajuste también duraderas.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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