El consumo de las familias: ¿cómo
se comportó el año pasado? ¿Puede ser un factor
de recuperación en los próximos meses?
Análisis económico de Tea, Deloitte & Touche
EN PERSPECTIVA
Jueves 04.04.02, 08.45.
EMILIANO COTELO:
Hace algunos días comentamos en este espacio de análisis
económico la caída que sufrió el año
pasado la producción de nuestro país, que se dio por
tercer año consecutivo. Y aunque esto no fue sorpresa, sí
sorprendió la magnitud de la recesión que se vivió
en el 2001. Según las estadísticas que divulga el
Banco Central de nuestro país, el Producto Bruto Interno
se contrajo 3,1% el año pasado.
Hoy, profundizando en el tema, nos proponemos profundizar un poco
más en el análisis de los números publicados
oficialmente, para entender mejor lo que ocurrió en 2001
y para especular sobre lo que puede pasar en los próximos
meses.
Estamos en comunicación con el economista Horacio Morero,
de la consultora Tea Deloitte y Touche. El año pasado nuestra
economía enfrentó varios shocks adversos: los problemas
que sufrió Argentina y que culminaron en el quiebre de la
convertibilidad, también dificultades en Brasil, la reaparición
de la aftosa, por solo mencionar los principales. ¿Cómo
se reflejaron estos shocks en los grandes números del país?
HORACIO MORERO:
Bien, podemos ir por partes, pero de entrada nomás me gustaría
marcar que estamos atravesando una coyuntura muy particular, y eso
ya se reflejó el año pasado cuando todos los componentes,
tanto de la oferta agregada, como de la demanda agregada tuvieron
variaciones negativas. Todos. Es realmente una situación
muy peculiar como dije.
Desde la devaluación del real en enero de 1999 nuestro país
enfrenta serios problemas en el frente externo. Entonces es natural,
como primera explicación de la caída de 3,1% que sufrió
el Producto Bruto Interno el año pasado, ver qué pasó
con las exportaciones. Tú ya mencionaste los problemas regionales
y otros shocks como la aftosa. Lo concreto y según las cifras
oficiales es que las exportaciones globales de bienes y servicios
medidas en volumen físico cayeron 8,2% el año pasado.
Cayeron las exportaciones de bienes y también las de servicios,
y cuando decimos servicios siempre hay que destacar el rol que en
nuestro país juegan las actividades turísticas.
EC - Esa es entonces la primera explicación: el PBI cayó
porque cayeron las exportaciones, tanto de bienes como de servicios.
HM - Así es. Sigamos mirando otros componentes de la demanda,
como la inversión. ¿Qué ocurrió el año
pasado con la inversión? Bajó algo más de 6%,
y hay que resaltar que la inversión cayó por cuarto
año consecutivo como consecuencia del clima recesivo y de
incertidumbre que se vive.
El año pasado descendió la inversión en construcciones
y también en compra de maquinaria y equipos. Fue muy fuerte
la contracción de la inversión del sector público
(casi 20%), y aunque en menor magnitud también bajó
la inversión privada.
EC - Sigamos con la recorrida. ¿Qué otra variable
hay que mencionar?
HM - Del lado de la demanda nos queda el gasto, tanto de las familias
como del gobierno. El gasto del gobierno registró una muy
leve caída el año pasado, de 0,7%, pero el gasto de
las familias, que es una variable clave, se redujo mucho más:
cayó 3,2% el año pasado.
EC - Dijiste que el gasto de las familias es clave. ¿A qué
te estás refiriendo?
HM - Me estoy refiriendo al peso, a la importancia que tiene esta
variable en la demanda. La demanda se compone de compras externas
o exportaciones, de gastos en inversiones, de gastos del gobierno
y de las familias, variables que hemos ido recorriendo, pero la
que tiene mayor peso es el gasto de las familias: en términos
deportivos, casi siempre es la variable que decide el "partido".
Generalmente, si las familias consumen más, el Producto Bruto
Interno crece; y por el contrario, si las familias consumen menos,
el PBI cae. No es una regla infalible, pero casi siempre se cumple,
justamente por el peso que tiene el consumo de las familias. Y el
año pasado no fue una excepción: el PBI se contrajo
3,1% como dijimos, y el consumo de las familias se contrajo 3,2%.
EC - En síntesis, la recesión del año pasado
no tiene una sola causa: nos fue mal exportando pero también
se contrajo la demanda interna.
HM - Así es. Varias veces en este espacio, en los últimos
tiempos, afirmamos que el ciclo recesivo que vivimos comenzó
por un problema externo, notoriamente la devaluación brasileña
a principios del 99, pero con el paso de los meses la caída
de la demanda externa fue afectando a la demanda interna y desde
hace bastante tiempo todos los componentes de la demanda se están
contrayendo al mismo tiempo. Esta es la particularidad de la coyuntura
actual.
EC - Para el final, miremos hacia adelante. ¿Cuáles
son las perspectivas de todas estas variables que hoy hemos hablado?
HM - Creo que fue el martes cuando Pablo afirmó que en nuestra
visión el Producto Bruto Interno caerá este año
más que el año pasado. Y estamos esperando una baja
del PBI mayor a 3% este año porque no visualizamos un comportamiento
positivo en ningún componente de la demanda agregada.
A esta altura de los acontecimientos, creo que hay un consenso
unánime entre los analistas respecto a que la recuperación
económica llegará de la mano de las exportaciones.
Pero este año, al menos en este primer semestre, las exportaciones
globales del país seguirán cayendo: hemos tenido una
muy mala temporada turísticas, es decir una fuerte caída
de exportaciones de servicios, y también están cayendo
las exportaciones de bienes por la pérdida casi total del
mercado argentino. Justamente, esta semana se conocieron los primeros
datos oficiales del año en materia de exportaciones de bienes,
y marcaron una baja en enero de 28,7% con respecto a enero de 2001.
Las exportaciones a Argentina bajaron casi 70% en enero, pero también
bajaron las ventas a Brasil y Estados Unidos. Un panorama complicado.
EC - ¿No hay posibilidades que se recupere la demanda interna?
HM - Es muy difícil. Las empresas volverán a invertir
recién cuando las perspectivas sean claramente favorables;
y el consumo de las familias está atado por varias razones:
los salarios reales caen, no hay buenas perspectivas en el mercado
de trabajo, la incertidumbre provoca comportamiento de gastos más
conservadores, el crédito es mucho más caro hoy, muchas
familias endeudadas en dólares temen una mayor devaluación.
Bueno: son muchos argumentos que juegan en contra del consumo privado.
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Transcripción: TD&T
Edición: Jorge García Ramón
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