Quién
desprestigia a las instituciones
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo
Opinión En Perspectiva
Jueves 23.08.01 - Hora 07.00
Ustedes deben haber escuchado
la entrevista que realizamos ayer, después de las 07.30, al diputado
Washington Abdala. La nota derivó en una crítica de ese legislador
colorado al destaque que nuestro programa le venía dando a la polémica
que en los últimos días se generó en torno a los pases en comisión.
En opinión de Abdala, el tema aparecía sobredimensionado, en esta
radio y en otros medios, y eso erosionaba el prestigio del Poder
Legislativo y sus integrantes.
Yo les decía ayer, en
la apertura del programa, que aquí, EN PERSPECTIVA, nos gusta
mucho más dar buenas noticias que malas noticias. Nos encanta poder
comunicar novedades constructivas y esperanzadoras, por ejemplo
la que incluimos ayer a las nueve, sobre
esta investigación tan interesante en torno a las propiedades terapéuticas
de la marcela, desarrollada entre el Instituto Clemente Estable
y la Facultad de Química. Yo disfruto cuando puedo compartir con
la audiencia un avance como ese, que muestra lo que los uruguayos
podemos hacer, y a partir del cual nuestro país se agranda y parece
que todos crecemos un poco.
Pero, por supuesto, a las malas noticias importantes también les
damos su espacio; ese es el caso del presunto abuso en el uso de
los pases en comisión también.
Pero, francamente, no nos produce ningún placer.
Y, por supuesto, lejos estamos de andar buscando el desprestigio
de ninguna institución democrática.
Por el contrario, yo creo que quienes hacen mucho por desprestigiar
a esas instituciones son aquellos dirigentes que, en medio de una
recesión tan larga y profunda como la que vivimos, cuando hace falta
una discusión seria sobre las perspectivas de la economía y el empleo,
llegan a incurrir desde el Estado en prácticas tan censurables como
las varias que han ido apareciendo en estos días (y no pienso sólo
en los pases en comisión, sino también en lo ocurrido en el Ministerio
de Vivienda y Medio Ambiente o en la Armada Nacional).
Es sobre esos actores políticos que debería recaer la reacción y
el malestar de quienes ven las cosas como el diputado Abdala.
Y en el caso concreto de los pases en comisión, fue el presidente
del Banco Hipotecario, Ariel Lausarot, quien hizo pensar a la población
que esa herramienta había degenerado en abusos realizados con dineros
públicos.
Todos estamos convencidos de que ese abuso no es la regla. Pero
quien generó las sospechas y la indignación de la gente fue Lausarot.
Porque además este hombre no sólo opinó: él confesó que había hecho
la "gauchada" de pasar empleados en comisión para que no tuvieran
que trabajar. Y luego sus colegas Fernández Cháves y Diana Saravia
reconocieron que habían tomado a esas personas, pero que nunca las
habían visto en sus despachos.
Sin embargo, a dos semanas de sus dichos, estos dirigentes no ha
recibido ningún tipo de sanción.
Hay quienes reclaman la renuncia de Lausarot a la presidencia del
BHU. Yo no sé si esa es la solución. Puede pensarse que la cosa
no da para tanto. Es discutible.
Lo que no es discutible es que algún tipo de sanción merece. Por
ejemplo, el artículo 197 de la Constitución habilita al Poder Ejecutivo
a observar a los directores de entes autónomos cuando considere
que sus actos resultan "ilegales" o "inconvenientes".
Sin embargo ni eso, ni una amonestación, ha recibido Lausarot de
parte del gobierno.
Y, por otra parte, el Partido Colorado y el Foro Batllista donde
militan Lausarot, Fernández Cháves y Diana Saravia pudieron haber
ejecutado algún tipo de acción disciplinaria: desde una suspensión,
pasando por una advertencia hasta un simple comunicado en el que
se desautorizaran sus declaraciones y se los dejara aislados en
ese tipo de prácticas indebidas. Tampoco en ese plano, el partidario,
ha habido ningún tipo de sanción, ni siquiera la más leve.
Francamente, creo que también son esas omisiones las que fastidian
a la gente y desprestigian a las instituciones y a los partidos.
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