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Un
proyecto a destacar
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo
Portada En Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Martes 04.09.01 - Hora 07.00
Hace pocos días
en este espacio discrepé frontalmente con opiniones del diputado
Washington Abdala.
Hoy, en cambio, quiero destacar un proyecto de ley que ese mismo
legislador acaba de presentar en la Cámara de Representantes.
Como ustedes
recordarán, la polémica se dio cuando Abdala sostuvo
que la discusión sobre los pases en comisión aparecía
sobredimensionada en varios medios de comunicación, en particular
EN PERSPECTIVA, y agregó que eso afectaba negativamente la
imagen de una institución democrática fundamental
como es el Parlamento. Yo respondía que, en todo caso, quienes
están afectando el prestigio del Poder Legislativo son, por
ejemplo, aquellos que reconocen que han utilizado los pases en comisión
para hacer gauchadas a algunos funcionarios para que no tuvieran
que trabajar.
¿Y qué
es lo nuevo ahora?
El proyecto, presentado la semana pasada por Abdala, que propone
la creación de una Comisión de Etica Parlamentaria,
con carácter permanente.
Según informó El País el domingo, la iniciativa
establece que al final de cada año la cámara publicará
"en tres diarios de circulación nacional, el resultado
del desempeño de las actividades del cuerpo". Sobre
cada legislador se especificará "el número de
presencias e inasistencias en las sesiones ordinarias y extraordinarias",
"los proyectos de ley de su autoría", "las
licencias solicitadas siempre que hayan sido justificadas",
"las sanciones por transgresión a las normas constitucionales
y legales de las que haya sido objeto", y "la nómina
de los funcionarios que actúan bajo su dependencia en base
al instituto del pase en comisión".
En otro orden el proyecto plantea que los legisladores "actualicen
anualmente ante la Comisión una declaración de las
actividades económicas o profesionales que están desempeñando,
así como las anteriores que desempeñaron en los cinco
años previos al inicio de la nueva legislatura". Asimismo
"el legislador deberá especificar claramente una declaración
de los intereses a los que está abocado privadamente, y que
a su criterio le impiden participar en el cuerpo inhibiendo su votación
en dicho caso".
Y en cuanto a la Comisión de Etica, dice que le corresponderá,
entre otras cosas, velar por el funcionamiento armónico de
ese cuerpo y por su imagen; proponer proyectos de ley y de resolución
en temas éticos; colaborar en la instrucción, cuando
así corresponda, contra los diputados que hayan violado normas
constitucionales o legales y que ello acarree algún nivel
de sanción; colaborar en la elaboración de sanciones
éticas que deban ser impuestas a criterio del presidente
del cuerpo; y promover, en el comienzo de la legislatura, la realización
de cursos sobre ética, actividad parlamentaria y el cumplimiento
del reglamento del cuerpo.
............................
Por lo visto,
con el diputado Abdala seguimos discrepando en la evaluación
de esto que ocurrió hace pocos días, porque, que yo
sepa, no ha propuesto en su sector político algún
tipo de sanción para los dirigentes y legisladores que admitieron
haber abusado del instituto del pase en comisión.
De todos modos,
por lo menos sí podemos coincidir en el enfoque a darle a
este tipo de temas de aquí en adelante. Parece buena cosa
que el Parlamento desarrolle un trabajo sistemático en materia
de ética, con normas claras y, sobre todo, con una apuesta
contundente a la transparencia. Estoy totalmente de acuerdo con
Abdala cuando dice que "Hoy es más necesario que nunca
ponerse de acuerdo en un menú básico de normas a recorrer
por parte de los legisladores".
Observen, además,
que el proyecto propone la publicación de información
muy relevante sobre la gestión de los representantes del
pueblo, incluyendo, entre otros, una declaración anual de
las actividades privadas a las que se encuentra vinculada y, también,
un detalle de los funcionarios que trabajan a sus órdenes
en régimen de comisión. (Por lo visto, este asunto
tenía alguna importancia...)
...................
Ojalá
que el proyecto tenga un tratamiento ágil y, con las modificaciones
y los enriquecimientos del caso, pueda hacerse realidad.
Mientras tanto,
seguimos esperando la información depurada y sin errores
sobre cuántos eran los pases en comisión en el Parlamento
al 1° de agosto, antes de que estallara la polémica en
torno al tema. E insisto en que sería muy conveniente que
no se diera sólo la cantidad de funcionarios, sino también
sus nombres, oficinas de origen, formación y tareas que desarrollaban
en las secretarías de los parlamentarios.
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