Cuando
juega la celeste
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo
Portada En Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Miércoles 05.09.01 - Hora 07.00
¿Qué
hay que hacer en un día como el de hoy?
¿Es obligatorio empezar el programa con alguna referencia
al partido de anoche?
¿Qué espera la audiencia de EN PERSPECTIVA?
Son preguntas
que yo me planteo cada vez que se da un episodio fuerte en materia
de fútbol, sobre todo cuando juega la celeste.
Y les aseguro que me resulta bien difícil optar por una respuesta.
No me hago una idea clara de cuál puede ser el sentimiento
de la mayoría de nuestros oyentes.
Claro, este
no es un programa dedicado al fútbol. En nuestra agenda priorizamos
otros temas. Pero no podemos olvidar que el fútbol es una
de las grandes pasiones nacionales, tema permanente de comentario
en los lugares de trabajo, en los centros de estudio, en las reuniones
de amigos, en la calle. Por eso, porque no podemos vivir en otro
planeta, es que contamos con espacios dedicados al fútbol
a lo largo de la mañana.
Ahora, esas
son consideraciones generales. Pero, ¿qué pasa cuando
juega la selección? ¿El interés de la gente
es mayor o menor? ¿Esos días tenemos que agregar otros
espacios? Y si gana la celeste, ¿tenemos que incluir ese
tema obligatoriamente en nuestra portada?
Relato
del gol de Darío Silva
Teniendo en
cuenta lo que ha sido la performance de la selección uruguaya
en los últimos años y, sobre todo, en estas eliminatorias,
yo me pregunto: ¿la gente se entusiasma realmente con estos
partidos?
Yo no soy el
más indicado para responder esa pregunta. Creo que ya lo
he dicho: Hace años que estoy cansado de la mala calidad
del fútbol uruguayo, me fastidia la incapacidad de sus dirigentes
y me indigna la "solución" que han encontrado entregándose
a Tenfield en cuerpo y alma.
De todos modos,
debo confesar que cada vez que juega la selección se me despierta
un destello de esperanza y vuelvo a subirme, cautamente, a la ola.
Pero cuando me pongo frente al televisor, siempre termino cuestionándome:
¿Por qué hinchamos por este equipo? ¿Su estilo
de juego tiene alguna personalidad especial? ¿Tiene garra,
tiene velocidad, acaso "toca" bien? ¿O el encanto
hay que buscarlo por el lado de las figuras que son descollantes
y que ofrecen un espectáculo disfrutable?
Y no sigo agregando preguntas de ese tipo, porque a mí las
respuestas siempre me dan negativas.
¿O debo
decir que me daban negativas?
¿Anoche habremos logrado cambiar la pisada?
¿Ahora sí se habrá dado el milagro y habrá
arrancado la recuperación que esperamos desde hace tantos
años?
Relato
del gol de Alvaro Recoba
Anoche
no vi el partido. El horario, a las 11 de la noche, era
demasiado para mí, que madrugo de manera un tanto salvaje.
En cambio sí
lo vio -con el volumen bajo, para no despertar al resto de la familia-
mi hijo de ocho años que anda con toda la pasión que
esa edad suele dedicar al fútbol.
A él
no le importa cuántos años hace que no vamos a un
Mundial, o lo mal que nos fue las últimas veces que llegamos.
Por supuesto que él no vivió Maracaná (yo tampoco).
Pero ni siquiera disfrutó con los lauros internacionales
a nivel de clubes que Peñarol y Nacional supieron tener en
los 60 y 70, en la Libertadores de América y en la Intercontinental
(que yo sí palpité). Tampoco le angustia mucho saber
cuánto tiempo hace de todo aquello. Sencillamente, él
quiere empezar a vibrar con sus propios triunfos. Y el escepticismo
de sus mayores no le hace mella. Él cree ciegamente que podemos,
y está zambullido en esta "gesta": conoce a todos
los jugadores, tiene figuritas con sus fotos, es fanático
de algunos de ellos, espera con ansiedad los partidos, se desespera
cuando no logramos llegar al arco y, cuando se dan, grita los goles
con todas sus fuerzas.
Y es calzándome
por un rato su inocencia y su pasión, que digo ahora que
ese resultado de ayer -el triunfo de visitantes 2 a 0 contra Perú-
da para extender -otra vez- una carta de crédito, da para
volver a soñar un poquito y da para dejar en suspenso esa
catarata de dudas que yo exponía recién, en especial
la de cómo arrancar el programa de hoy.
Como ven, de
hecho, terminamos dedicando la apertura de EN PERSPECTIVA a la celeste.
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