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Un avance en la transparencia,
pero...
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo.
Apertura En Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Martes 18.09.01 - Hora 07.00
La
vorágine informativa generada por los atentados del martes
pasado en EEUU desplazó violentamente nuestra atención
periodística desde los temas nacionales a los internacionales.
Había que hacerlo. Pero ese vértigo nos ha impedido
abordar con una mínima profundidad algunas noticias locales
particularmente importantes.
Por eso quiero
destacar hoy que el viernes de la semana pasada se completó
la publicación en Internet de los informes sobre los pases
en comisión correspondientes a las dos ramas del Parlamento.
El 9 de agosto el presidente del Banco Hipotecario, Ariel Lausarot,
confesó que mientras era diputado había gestionado
el pase en comisión de un funcionario aduanero para que no
tuviera que trabajar. Esos dichos despertaron la indignación
de buena parte de la población, pero varios legisladores
respondieron que la experiencia de Lausarot no podía generalizarse,
que los abusos eran la excepción y que la herramienta del
pase en comisión era muy útil para el trabajo de diputados
y senadores.
Aquí, desde La Tertulia, reconocimos que existen funcionarios
en comisión que cumplen cabalmente con sus tareas de apoyo.
Pero, por eso mismo, sostuvimos, como hicieron otras voces aquí
y en otros medios, que el debate sólo podía laudarse
por la vía de la transparencia. Si no había nada que
ocultar, que el Parlamento diera a conocer todos los pases en comisión.
El reclamo,
por lo visto, fue algo muy oportuno y útil. Porque tan pronto
como se intentó armar las listas aparecieron unas cuantas
sorpresas.
Por ejemplo que varios legisladores tenían en comisión
mucho más que los cinco funcionarios que la ley autoriza:
algunos llegaron a figurar con 20 pases en su secretaría.
Por ejemplo, constatar que el registro y el control de los pases
en comisión era en general algo bastante desprolijo, por
no decir caótico; hubo varias listas plagadas de errores
que dieron lugar a desmentidos y aclaraciones de los legisladores
involucrados.
Bueno, después
de varias idas y venidas, ahora si ustedes ingresan al sitio del
Parlamento en Internet van a poder encontrar los listados -digamos-
definitivos.
El Senado había publicado el suyo el 21 de agosto, con datos
actualizados a esa fecha. Diputados lo hizo este viernes 14 de setiembre.
Hay que enfatizarlo:
Se trata de un avance muy significativo. Hay que saludar este paso
calurosamente.
De todos modos, creo que todavía queda mucho por mejorar
con respecto a estos informes. Ya volveremos sobre este tema EN
PERSPECTIVA. Pero, a cuenta de otros análisis, adelanto algunas
observaciones:
1) las dos cámaras manejan criterios diferentes:
a. Si bien ambas detallan las oficinas de las cuales provienen los
empleados que cada legislador tiene en comisión, el Senado
NO da los nombres de esos funcionarios mientras que Diputados SÍ
los identifica.
b. En la Cámara Alta hay información de todos los
senadores, pero en la Cámara Baja se aclara que los nombres
que se publican corresponden a los despachos que autorizaron la
divulgación. O sea: hubo diputados que no accedieron a la
transparencia. Son aquellos que en los casilleros correspondientes
figuran sin datos: ni siquiera se da de ellos la cantidad de pases
en comisión.
2) Como ya quedó dicho los relevamientos son, en el Senado,
al 21 de agosto y, en Diputados, al 14 de setiembre. Eso significa
que no conocemos cuál era la realidad en materia de pases
en comisión a principios de agosto, o sea, antes de que Lausarot
dijo lo que dijo.
3) Lo que sí sabemos, porque lo aclara la Presidencia de
Diputados, es que desde el 1º de agosto al 11 de setiembre
fueron dejados sin efecto 188 pases en comisión. No se da
mayor explicación sobre esos ceses, pero parece evidente
que eran pases que habían superado el tope legal de cinco
por legislador.
En fin, creo
que este tipo de defectos de la información divulgada no
hace otra que demostrar cuán lejos estamos en Uruguay de
asumir como algo natural y lógico que la transparencia sea
la regla en cuanto al funcionamiento del Estado y, especialmente,
en cuanto al manejo de los dineros públicos.
Pero esta es
sólo una primera conclusión. El tema da para más.
Lo retomamos mañana.
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