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La
información y la desinformación en tiempos de guerra
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo
Portada en Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Miércoles 26.09.01 - Hora 07.00
El
gobierno de George W. Bush ha anunciado esta semana nuevos y estrictos
límites a la información que será divulgada
a los medios durante la nueva guerra contra el terrorismo. Un oficial
gubernamental afirmó este lunes que un aspecto de esta "nueva
guerra de información" será mentir a la prensa.
"Esta
es la guerra más intensa de información que se pueda
imaginar. Vamos a mentir", dijo un oficial militar que
participa en la planeación de este conflicto, hablando con
el diario The Washington Post. Al parecer, tratando de justificar
lo dicho, el oficial añadió: "si esto es una
guerra de información, ciertamente los malos van a mentir".
Según
el crítico de medios de comunicación del Washington
Post, Howard Kurtz, hay una "creciente preocupación"
entre los periodistas sobre cómo el gobierno manejará
la información en torno al conflicto.
Esta nueva
guerra de información (o mejor dicho, guerra sobre información)
presenta algunos desafíos para los funcionarios estadounidenses
que han presentado a los terroristas responsables de los ataques
contra el World Trade Center y el Pentágono como agresores
que se oponen y hasta odian los "valores" estadunidenses.
Como lo dijo el propio presidente George W. Bush la semana pasada:
"esta gente (los terroristas) no soporta la libertad. Odian
nuestros valores. Odian lo que representa Estados Unidos".
Pero parece que la defensa de la "libertad" podría
implicar imponer límites a la "libertad de información",
según la Casa Blanca. "Este gobierno tiene el compromiso
de la plena divulgación de información que mantiene
fuerte al país, mientras se asegure de que no se revelará
ningún dato que pueda hacer perder vidas o perjudicar alguna
misión", comentó Ari Fleischer, vocero de
la Casa Blanca, la semana pasada.
Claro, las
restricciones a la prensa no son algo novedoso. Mentir o "desinformar"
a los medios ha sido una práctica que se le ha descubierto
a un gran número de funcionarios y políticos en EEUU
y otros países desde hace muchos años (tal vez desde
el primer político y la primera prensa en la historia). Pero
particularmente desde la guerra en Vietnam el tema de cómo
manejar o controlar a los medios durante una conflicto bélico
ha sido un asunto importante para los estrategas militares.
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Lo
que acabo de leerles está escrito por los periodistas Jim
Cason y David Brooks, corresponsales en Washington del diario mexicano
La Jornada, y se publicó ayer.
Lo seleccioné
para la portada de nuestro programa de hoy porque creo que es un
buen llamado de atención que vale la pena compartir con ustedes.
Se trata de una advertencia importante, tanto para nosotros, los
periodistas, como para ustedes, el público que recibe la
información.
En estos días pautados tan fuertemente por los atentados
del 11 de setiembre y los preparativos de la llamada "guerra
contra el terrorismo", todos, periodistas y público,
estamos ávidos de noticias y declaraciones. Pero, ojo, ese
interés genuino puede toparse con operaciones de manipulación,
de una y otra parte. Parece buena cosa, entonces, incentivar el
espíritu crítico. De este lado del receptor, tendremos
que trabajar con aplomo y cautela en la selección y el análisis
de la información. Y del otro lado, nuestros oyentes deberán
tener claro desde ya que, por más cuidado que pongamos, corremos
igual el riesgo de terminar pisando cáscaras de banana.
Después de todo, tanto el público como los periodistas,
tenemos experiencia acumulada en esta materia. Recuerden, por ejemplo,
cómo nos fue en materia de transparencia informativa en la
guerra de las Malvinas o, más recientemente, en la Guerra
del Golfo Pérsico.
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