La información, un bien
público
Editorial
a cargo de José Pedro Díaz
EN PERSPECTIVA
Miércoles 17.10.2001 - Hora 07.00
En los últimos
tiempos se ha extendido una frase que pretende justificar lo poco
-pese a que parezca lo contrario-que estamos sabiendo de la guerra:
"en toda guerra, la primera víctima es la verdad".
Contra esto
se levantó la Sociedad Interamericana de Prensa, que ayer
exhortó a los editores y dueños de medios a no seguir
las "recomendaciones" del gobierno de George W. Bush sobre
autocensura.
Pero, lejos
de la guerra, en Uruguay la verdad -cuando tiene que ver con la
administración pública- es también asunto complicado.
El diario El
País publica hoy una resolución del Codicen para que
ningún estudio o evaluación que realice el organismo
pueda ser divulgado sin la correspondiente autorización.
Se dice que
es una medida de orden, no un intento de centralizar la información.
Pero es imposible no decir que es una medida restrictiva y que limita
las posibilidades de conocer exactamente lo que está ocurriendo.
Y lo triste es que esta no es una medida aislada.
No les hablo
de, por ejemplo, el Ministerio de Defensa; en el Ministerio de Salud
Pública, en muchos gobiernos departamentales, en el Banco
de Previsión Social, se multiplican este tipo de ordenanzas.
¿Y la
libertad de información? Parece que este derecho esencial,
consagrado y reconocido por todos, no es de primera importancia
cuando se mira desde la administración pública.
Vamos a entendernos:
hablo de la administración pública, de los haberes
de todos los uruguayos. Esos, parece que no los podemos conocer
sino hasta que a los funcionarios de turno les parezca oportuno.
Pero nosotros
seguimos perseverando. Y desde ya nos embarcamos en esta aventura
diaria de intentar entender un poco más de lo que está
pasando a nuestro alrededor.
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