Atentados
y amenazas: ¿buenas señales?
Comentario a cargo de Emiliano Cotelo
Portada En Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Viernes 16.11.01 - Hora 07.00
En los últimas
tres semanas nuesro país se ha visto sorprendido por una
serie de amenazas y atentados.
En Montevideo,
el 21 de octubre, el ataque a balazos contra la sede del Departamento
de Información e Inteligencia de la Policía; en Rivera,
el 6 de noviembre, el intento de asesinato, también a balazos,
del juez Alberto Miguel Basil; en Cerro Largo, las amenazas de muerte
al diputado colorado (quincista) Gustavo Silveira y su familia y,
pocas horas después, este lunes 12, la agresión a
su esposa, a quien un hombre trató de ahorcarla luego de
irrumpir en los fondos de su casa saltando un muro; en Montevideo,
otra amenaza, esta vez a la diputada, también quincista,
Glenda Rondán y su familia.
En el pasado
reciente la sociedad uruguaya no se caracterizaba por hechos de
esa naturaleza, y por esa razón, estas noticias no han pasado
desapercibidas: han conmovido a la opinión pública
y han generado preocupación en las autoridades.
Lamentablemente,
los días pasan y no surgen pistas que permitan desentrañar
quiénes fueron los responsables. Sin embargo, hay algo en
común en todos los casos: la lucha contra el contrabando.
La Dirección de Información e Inteligencia, contra
la cual se dirigieron los balazos el mes pasado, está jugando
un papel protagónico en el intento por desarticular algunas
bandas de contrabandistas y en algunos departamentos ha llegado
a desplazar en esa tarea a la policía local, varios de cuyos
integrantes aparecieron comprometidos con los delincuentes.
El Juez Miguel Basil, que salvó milagrosamente su vida cuando
le dispararon desde un techo lindero a su casa, es el magistrado
a cargo de la indagatoria sobre las organizaciones de contrabandistas
que operaban con base en la Zona Franca de Rivera.
El diputado Silveira acababa de pronunciarse en forma firme contra
el contrabando, un fenómeno tradicionalmente muy extendido
en el departamento al que pertenece el legislador.
Por último, en el caso de la diputada Rondán, la conexión
con la lucha contra el contrabando aparece porque su esposo integra
un cuerpo especial de la Dirección Nacional de Aduanas.
Es cierto que
en ninguno de los casos los agresores o los autores de las amenazas
hicieron referencia explícita al tema contrabando. Pero,
por ahora, ese factor es el único que permite interpretar
una seguidilla tan pesada. Por otra parte, cabe recordar que el
año pasado el propio Presidente de la República, Jorge
Batlle, y el ministro de Economía, Alberto Bensión,
llegaron a ser ellos también objeto de amenazas.
¿Por qué los intentos de intimidación desaparecieron
durante varios meses y resurgen ahora? Es una de las tantas preguntas
que por ahora no es posible responder.
Un informe de
la Dirección de Inteligencia al que tuvo acceso esta semana
el diario El Observador vaticinó que esta escalada de violencia
podría continuar en los próximos días. ¿Por
qué? Ojalá la respuesta sea que todo esto ocurre porque
los delincuentes saben que están dándose o están
por darse pasos importantes que implican profundizar aún
más esta lucha contra el contrabando.
Es indiscutible
que hace un año el gobierno del doctor Batlle lanzó
una campaña fuerte de combate a esa forma de delito.
En más de una ocasión en estos meses, ese empeño
dio la impresión de ser el más intenso y firme contundente
que se ha emprendido desde el Poder Ejecutivo desde el retorno a
la democracia.
Pero, también, en otros momentos de este año ese ímpetu
pareció perder contundencia, por lo menos si nos guiábamos
por la información que tomaba estado público. Y ello,
a su vez, nos llevó a algunos a temer que los intereses muy
poderosos que se mueven detrás del contrabando hubiesen logrado
mover sus piezas con habilidad, esterilizando las mejores intenciones
oficiales.
Por eso digo:
Con todo lo repudiable y siniestro que tienen estos atentados y
amenazas recientes, ojalá constituyan la señal de
que estos mafiosos se sienten hoy más acosados que nunca.
La reacción
que el gobierno ha dado esta semana ha sido reconfortante: se ha
interpretado estos gestos como "una declaración de guerra",
y se ha anunciado que se responderá no cediendo ni un instante
en esta campaña.
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