20.08.2001






Grupo de Rio: "una gran dosis de realismo"

Canciller Didier Opertti: El riesgo de estas reuniones es caer en la retórica. Nuestro valor también está en hacer las cosas como se debe, y no ignorar que muchas cosas no sólo nos vienen del mundo exterior, sino también del manejo de los propios países.

EN PERSPECTIVA
Lunes, 20.08.01, hora 08.45.


EMILIANO COTELO:
La agenda de la XV Cumbre del Grupo de Rio, que firmaron en Santiago el sábado, quedó marcada por la crisis económica argentina y por la posibilidad de equilibrar el gasto en armamentos. En este último punto, los presidentes reiteraron su firme propósito de reducir los gastos militares, para liberar recursos con destino al desarrollo económico y social de los pueblos.

Ninguno de estos asuntos figuraba en la agenda oficial de la cita de dos días, en la que los gobernantes abordarían la manera de insertar a sus países en la nueva economía y la globalización. Pero la situación de Argentina, envuelta en un severo ajuste que ha desatado una ola de protestas, terminó proyectándose sobre la Cumbre un día antes de la inauguración, cuando los presidentes Eduardo Lagos (Chile) y Vicente Fox (México) lanzaron un llamado a la comunidad internacional para respaldar los esfuerzos del gobierno de Fernando de la Rúa. Esta iniciativa se amplió al día siguiente en un comunicado conjunto cuando se inició la conferencia, en el que llamaron a que los organismos financieros internacionales adopten las medidas financieras necesarias para solventar los requerimientos que exige la economía argentina.

En la clausura de la Cumbre, Lagos llamó telefónicamente a su par de Estados Unidos, George Bush, y le manifestó esta preocupación en nombre del bloque. En respuesta, Bush envió a los países latinoamericanos un mensaje conciliador, y coincidió con sus gobiernos en la necesidad de encontrar una solución sustentable a la brevedad, para traer tranquilidad a los mercados internacionales, según lo transmitió Lagos al clausurar la cita de Santiago.

Los presidentes del Grupo de Rio habían resuelto también coordinar posiciones con vistas a algunas reuniones internacionales próximas, como la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, o la segunda ronda de la Organización Mundial del Comercio, prevista para noviembre en Qatar.

Todo esto llevó al presidente Jorge Batlle a realizar esta evaluación al regresar a territorio nacional:

(Grabación)

JORGE BATLLE:
"Creo que fue una reunión muy positiva en sus resultados, con dos discursos muy importantes, muy trascendentes del presidente Lagos, en la apertura y el cierre, en medio de un clima de conversación y camaradería que nos permitía aunar opiniones en temas tan difíciles como los económicos, financieros y comerciales.

"Creo que esto es mucho más que todo lo que nos podíamos imaginar cuando estas reuniones son miradas muchas veces con escepticismo, como reuniones de las cuales no se obtiene resultados".

(Fin de la grabación)

EC - Estamos ahora en comunicación con el ministro de Relaciones Exteriores, doctor Didier Opertti. ¿Sorprendido usted también?

DIDIER OPERTTI:
Pienso que cuando uno ve este tipo de reunión, la primera aproximación que tiene es la que da la propia agenda. Y la agenda, en este caso, nos marcaba como temas centrales la nueva economía, la sociedad de la información, la brecha digital (esa distancia que se está produciendo entre las economías que han logrado introducir los nuevos procedimientos en materia electrónica, a distancia, y creando con ellos una suerte de comunicación privilegiada, a la que no toda la población de América latina puede acceder en las actuales circunstancias).

Sin embargo, si esa fue la primera aproximación, el desarrollo de la reunión fue dirigiéndose a temas de la agenda internacional actual, y dominó como una idea central la necesidad de la coordinación entre los 19 países del Grupo de Rio para una actuación unívoca en la OMC, como usted lo mencionaba al comienzo, en el seno del Alca, también en una conferencia de financiamiento para el desarrollo convocada por las Naciones Unidas para marzo próximo, en México, y que significa la reapertura de una línea de acción de las Naciones Unidas que hace ya muchos años que no empleaba, habiendo disminuido sensiblemente su participación en el desarrollo.

Quedó de manifiesto entonces que había dos déficit de la región, dos problemas, entre otros, que están actuando fuertemente sobre su economía: la dificultad de acceso a los mercados (un tema vinculado obviamente a las regulaciones del comercio, en particular en relación a la agricultura) y por otro lado la dificultad de acceso al crédito (fuentes de financiamiento privado o multilateral), lo que determina una disminución de la capacidad de desarrollo tanto de la industria como de los servicios y la producción, y coloca a los países de esta región en una distancia cada día mayor.

En ese contexto, la situación de Argentina fue vista también con detalle...

EC - Quizá como el factor más urgente que está incidiendo en ese panorama.

DO - Y como un elemento que también llama la atención sobre varias cosas, no sólo sobre las que acabo de mencionar (que en el caso argentino es muy patente, muy palpable en lo que refiere al crédito) sino también en la conveniencia, o mejor aún en la urgencia de observar cómo funciona esta nueva arquitectura financiera internacional, en la cual unas agencias u operadores tienen facultades de calificación de las economías de los países y de su marcha, y con sus valoraciones, con los famosos investment grade, establecer si un país tiene o no condiciones favorables en el desarrollo de su economía.

Este es un tema que no se puede desconocer: ha nacido y se ha desarrollado un procedimiento (no en estos meses, porque ya tiene sus años), que ha adquirido una fuerza, una potencialidad de la que adolecía en el pasado, y establece una relación de dependencia entre lo que puede ser la valoración de la economía por los estados en los que estas agencias u oficinas operan, y aquellos sobre los cuales operan. 

Nadie duda de la importancia de estas calificadoras de riesgo, pero indudablemente se ha llegado a un punto en que se hace necesario establecer procedimientos, regulaciones a las que también ellas estén sometidas, y a cuyo resultado se pueda asignar por tanto un valor formal, oficial si usted quiere, mayor o diferente del que hoy día puede acreditársele, porque en el fondo son valoraciones de naturaleza puramente privadas.

EC - Si entiendo bien surgió en esta deliberación del Grupo de Rio una suerte de rebeldía ante el accionar de las calificadoras de riesgo. Sé que el término no es el más diplomático...

DO - No, pero usted no está introduciendo el término. En el discurso de cierre, el presidente Ricardo Lagos expresó que no se trataba de una rebeldía frente a la necesidad de mantener determinadas reglas, sino rebeldía frente a la injusticia social, que es la que de algún modo está marcando a fuego el cuestionamiento a todos estos mecanismos de la nueva economía. Diría que se trata de una acción política en la cual hay una coincidencia entre los gobiernos de la región en el sentido de que algo en esta materia hay que cambiar. No fue una reunión de pura reflexión sobre lo que existe sino de proyección de cambio de lo que existe. Como usted lo señalaba, el tema argentino constituyó una especie de test, un efecto prueba necesario para observar cómo se puede llegar a estas situaciones.

Para salir del plano general le doy un ejemplo concreto. Se habló bastante de cómo se compone la valoración del endeudamiento de los países. En ese concepto de endeudamiento se incluyen las deudas que los países contraen para realizar obras, para construir puentes, carreteras, hospitales, para hacer obras en sus respectivos países; esas deudas que los gobiernos contraen con organismos multilaterales de crédito o eventualmente a través de la propia asistencia financiera privada son tomadas por el FMI y el BM como deuda pura y no como inversión, lo que aumenta el nivel de endeudamiento y genera políticas de ajuste impuestas o indicadas por estos organismos. Yo no soy un experto en esto, lógicamente mi visión de los temas es la que puede tener un ciudadano, en este caso comprometido con el accionar del gobierno, pero es muy claro que no se pueden poner en una misma balanza el tema del endeudamiento que se contrae para efectuar inversiones de carácter social, básicamente destinadas a satisfacer necesidades de la población y lo que se contrae como deuda puramente financiera.

EC - ¿Estas preocupaciones van a ser planteadas en la próxima reunión del FMI y el BM con una coordinación de posiciones del Grupo de Rio?

DO - Efectivamente. Hubo una fuerte convocatoria en ese sentido, a llevar a los organismos de crédito esta posición como posición única de la región. Del mismo modo que con respecto a la nueva ronda en materia de comercio que se abriría en Qatar en noviembre de este año; allí la OMC tiene una instancia muy difícil porque si esa ronda fracasa, como ocurrió con Seattle, lo que va a quedar cuestionado no será la agenda de la OMC sino su capacidad de conducción, administración y regulación del comercio internacional.

Por lo tanto le diría que los 15 años del Grupo de Rio fueron una oportunidad para que el grupo se mirara a sí mismo y viera cuál es el grado de participación que debe tener como interlocutor en los grandes temas no sólo regionales sino también mundiales. Al respecto recuerdo haber participado en una reunión del grupo en Veracruz, en México, en la que una de las discusiones fue si debía ocuparse o no de la agenda extrarregional, de los temas que suceden fuera de la región. Recuerdo que algunos países, entre ellos Uruguay, sostuvimos la necesidad de que así fuera, porque en una economía globalizada, en una sociedad mundializada como ésta en la que hoy vivimos resultaba un tanto ficticio ocuparnos sólo de los temas regionales porque los temas del mundo afectan directamente a la región. A esta altura ese concepto ya está consolidado, si observamos la agenda, las declaraciones y los documentos que dimanaron de la reunión de Santiago se verá que hay una fuerte participación de los temas internacionales, sin mengua de algunos temas específicos de la región que fueron más que nada desarrollados en la reunión previa de cancilleres.

EC - ¿Cómo definiríamos al Grupo de Río? ¿Son los países latinoamericanos? ¿Esa es la manera de resumirlo?

DO - Son los países latinoamericanos sin el Caribe completo, que estaba representado por Guyana, que en este caso hace la representación de los 14 países que integran el CARICOM. El resto son los 19 países de América Latina, excepto Cuba. Esto quiere decir que allí estaba América Latina. Si tuviera que definir el grupo diría que es la bancada de países latinoamericanos que quieren actuar como bancada, como un grupo políticamente concertado en los diferentes escenarios internacionales en los que le toca actuar.

EC - No era algo esperable necesariamente, al punto de que el presidente Jorge Batlle, cuando salió de Montevideo rumbo a Santiago, habló de su idea de tener reuniones -aprovechando esta cumbre- con los presidentes del Mercosur para que éste llevara posiciones coordinadas, tanto a la asamblea del FMI como a la OMC. Ahora resulta que será el Grupo de Rio entero el que llevará una posición coordinada.

DO - Efectivamente. Lo interesante estuvo en que ese pronóstico se cumplió en lo que hace al Mercosur y se extendió a la totalidad del Grupo de Rio. Le digo más: a nivel del Mercosur mantuvimos reuniones en los dos niveles, tanto de cancilleres como de presidentes, y particularmente en la de cancilleres -que era la que se constituía como una reunión de tipo operativo, práctico- hubo una reunión ad hoc del Consejo, integrado en este caso sólo por cancilleres, no por los ministros de Economía.

Fue una reunión un tanto específica en la que tratamos el programa de trabajo de lo que se viene desarrollando durante el semestre de la presidencia uruguaya y de las cuestiones que nos quedan pendientes y los objetivos que queremos alcanzar. Esto le permitió al gobierno uruguayo regresar de Santiago con una guía de trabajo, con un programa totalmente consultado con sus socios en forma personal y directa y con la participación de todos. Eso tiene una expresión muy concreta que es bueno que los oyentes conozcan: en los primeros días de setiembre tendremos una reunión del Grupo Cairns en Uruguay, el grupo de los productores agrícolas; se reunirán aquí en Uruguay 19 países agrícolas. Se manejó la posibilidad de que el Mercosur, aprovechando esa reunión, convoque al representante de Estados Unidos, al secretario de Comercio de ese país, que estará presente en Uruguay, para que iniciemos de una vez la negociación del llamado cuatro más uno, vale decir de los cuatro países del Mercosur y Estados Unidos. Esta iniciativa, que puede tener efectos muy importantes, tiene una condición: la dificultad de que el presidente Bush en este momento está enfrentado al Congreso en cuanto a obtener autorización para negociar.

EC - Para tener el "fast-track".

DO - Para tener lo que en su momento se llamó fast-track y ahora se llama autoridad para negociar en forma rápida. En definitiva esa autoridad que aún no ha obtenido el presidente Bush parece constituirse en uno de los objetivos centrales de la administración Bush para sus relaciones con América Latina; tanto nuestra prensa como la argentina le ha destinado mucha atención a este tema en las últimas semanas. De manera que aquí tenemos un ejemplo concreto. En esta reunión del Grupo Cairns el Mercosur también tendrá oportunidad de actuar en la forma concertada a que antes hicimos referencia.

En sus alcances, en los compromisos políticos contraídos, en el tema abordada, en la inmediatez de la acción política concertada entre sus miembros en las diferentes ocasiones en que habrán de reunirse, esta última reunión marca a un Grupo de Rio activo y no testimonial, que ya no se ocupa de los temas más o menos de consenso en el mundo sino de temas que hoy están confrontando una vez más a los países de las economías más desarrolladas con los de regiones ubicadas en zonas de emergencia.

***

EC - En ese plan de acciones coordinadas de los países latinoamericanos integrantes del Grupo de Río a mí en particular -y creo que en general a los observadores- me llamó particularmente la atención la gestión que se hizo ipso facto ante el presidente de Estados Unidos por el caso Argentina. Los presidentes habían formulado un llamado para que los organismos financieros internacionales adoptaran las medidas financieras necesarias para solventar los requerimientos que la economía argentina requiere. Además le encomendaron al presidente anfitrión, Ricardo Lagos, que mantuviera una conversación telefónica sobre ese mismo tema con el presidente de Estados Unidos. Se hicieron los trámites y el sábado de mañana ese diálogo se concretó. ¿Por qué se actuó de esta manera?

DO - Creo que todos reconocemos que la situación argentina tiene influencia no sólo al interior de ese país, como lo hemos visto palpablemente en todas estas semanas, sino que tiene un efecto expansivo sobre nuestra región, ni qué hablar sobre nosotros, sobre Chile, sobre Brasil y Paraguay, por lo tanto es un tema que nos preocupa a todos.

EC - ¿La preocupación vino por los rumores que habían circulado el jueves en la prensa internacional en cuanto a que Washington se oponía a otorgar nuevos recursos a Argentina?

DO - Usted habrá visto que en estos días ha habido declaraciones diferentes y que las últimas horas muestran unas declaraciones del señor O'Neill en el sentido de que las bases por las cuales el financiamiento de la situación argentina podría producirse tienen como base que tenga un carácter sustentable, lo que significa que tenga algunas condiciones que aseguren su estabilidad, su permanencia y que no se vaya a un puro blindaje financiero como ocurrió hace unos meses. Está claro que Argentina está negociando bajo condiciones bastante severas, por lo que era necesario dar un mensaje claro de solidaridad y hacer un llamado para que los organismos financieros internacionales tomen las medidas que permitan a la economía argentina superar el momento en que se encuentra.

EC - ¿Qué se le reclamaba concretamente a Estados Unidos?

DO - Argentina es un jugador fuerte en la economía internacional, particularmente en la regional, por lo tanto los presidentes vieron la necesidad de ayudar a Argentina en su trabajo dentro del sistema financiero multilateral y de poner de relieve la importancia de fortalecer el sistema multilateral de comercio y mejorar el sistema financiero en su conjunto para atender los requerimientos de países de economías emergentes. Creo que el caso argentino fue un acicate para una concepción muy activa de los países de la región.

Esta reunión tuvo una gran dosis de realismo, que creo que fue lo que el presidente Batlle caracterizó al regresar. El riesgo de estas reuniones es caer en la retórica, el tono declarativo que las poblaciones muchas veces ven con escepticismo...

EC - Por eso me llamó la atención el gesto: una llamada telefónica. Se buscó al presidente Bush, que se sabe que está de vacaciones en su rancho en Texas...

DO - Fue una gestión inmediata cumplida por el presidente Lagos, de la que dio cuenta en la mañana del sábado en el cierre de la reunión.

EC - Leí unas declaraciones del presidente mexicano, Vicente Fox, que decían: "Sólo deseamos que el asunto se atienda con rapidez"; también una alta fuente del gobierno chileno que citó el diario El Mercurio, de Santiago, que decía: "Si esto no resulta quiere decir que 350 millones de habitantes no valemos nada".

DO - Quizás eso sea una síntesis un tanto más dramática o rotunda de lo que nosotros mismos pudiéramos pensar. Nuestro valor no está sólo en que nos atiendan, está también en hacer las cosas como se debe en cada uno de nuestros países. Tampoco se trata de que ignoremos que muchas cosas que a todos los países les suceden no tienen como única fuente la responsabilidad del mundo exterior, también hay elementos de manejo y de conducción que deben ser tomados en cuenta por los propios países internamente y conforme a su sistema de autoridades. En esa materia las diferencias que pueda haber entre los distintos países así lo señalan.

En cualquier caso es muy importante subrayar que esta reunión nos anima a pensar que este grupo, que nació para resolver un problema de la paz en Centro América, en otro momento y con objetivos distintos, hoy día se está convirtiendo progresivamente en un interlocutor político de la región.

-----------------------------
Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif
Edición: Jorge García Ramón

Grupo de Rio: "una gran dosis de realismo"

Canciller Didier Opertti: El riesgo de estas reuniones es caer en la retórica. Nuestro valor también está en hacer las cosas como se debe, y no ignorar que muchas cosas no sólo nos vienen del mundo exterior, sino también del manejo de los propios países.


EN PERSPECTIVA
Lunes, 20.08.01, hora 08.45.


EMILIANO COTELO:
La agenda de la XV Cumbre del Grupo de Rio, que firmaron en Santiago el sábado, quedó marcada por la crisis económica argentina y por la posibilidad de equilibrar el gasto en armamentos. En este último punto, los presidentes reiteraron su firme propósito de reducir los gastos militares, para liberar recursos con destino al desarrollo económico y social de los pueblos.

Ninguno de estos asuntos figuraba en la agenda oficial de la cita de dos días, en la que los gobernantes abordarían la manera de insertar a sus países en la nueva economía y la globalización. Pero la situación de Argentina, envuelta en un severo ajuste que ha desatado una ola de protestas, terminó proyectándose sobre la Cumbre un día antes de la inauguración, cuando los presidentes Eduardo Lagos (Chile) y Vicente Fox (México) lanzaron un llamado a la comunidad internacional para respaldar los esfuerzos del gobierno de Fernando de la Rúa. Esta iniciativa se amplió al día siguiente en un comunicado conjunto cuando se inició la conferencia, en el que llamaron a que los organismos financieros internacionales adopten las medidas financieras necesarias para solventar los requerimientos que exige la economía argentina.

En la clausura de la Cumbre, Lagos llamó telefónicamente a su par de Estados Unidos, George Bush, y le manifestó esta preocupación en nombre del bloque. En respuesta, Bush envió a los países latinoamericanos un mensaje conciliador, y coincidió con sus gobiernos en la necesidad de encontrar una solución sustentable a la brevedad, para traer tranquilidad a los mercados internacionales, según lo transmitió Lagos al clausurar la cita de Santiago.

Los presidentes del Grupo de Rio habían resuelto también coordinar posiciones con vistas a algunas reuniones internacionales próximas, como la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, o la segunda ronda de la Organización Mundial del Comercio, prevista para noviembre en Qatar.

Todo esto llevó al presidente Jorge Batlle a realizar esta evaluación al regresar a territorio nacional:

(Grabación)

JORGE BATLLE:
"Creo que fue una reunión muy positiva en sus resultados, con dos discursos muy importantes, muy trascendentes del presidente Lagos, en la apertura y el cierre, en medio de un clima de conversación y camaradería que nos permitía aunar opiniones en temas tan difíciles como los económicos, financieros y comerciales.

"Creo que esto es mucho más que todo lo que nos podíamos imaginar cuando estas reuniones son miradas muchas veces con escepticismo, como reuniones de las cuales no se obtiene resultados".

(Fin de la grabación)

EC - Estamos ahora en comunicación con el ministro de Relaciones Exteriores, doctor Didier Opertti. ¿Sorprendido usted también?

DIDIER OPERTTI:
Pienso que cuando uno ve este tipo de reunión, la primera aproximación que tiene es la que da la propia agenda. Y la agenda, en este caso, nos marcaba como temas centrales la nueva economía, la sociedad de la información, la brecha digital (esa distancia que se está produciendo entre las economías que han logrado introducir los nuevos procedimientos en materia electrónica, a distancia, y creando con ellos una suerte de comunicación privilegiada, a la que no toda la población de América latina puede acceder en las actuales circunstancias).

Sin embargo, si esa fue la primera aproximación, el desarrollo de la reunión fue dirigiéndose a temas de la agenda internacional actual, y dominó como una idea central la necesidad de la coordinación entre los 19 países del Grupo de Rio para una actuación unívoca en la OMC, como usted lo mencionaba al comienzo, en el seno del Alca, también en una conferencia de financiamiento para el desarrollo convocada por las Naciones Unidas para marzo próximo, en México, y que significa la reapertura de una línea de acción de las Naciones Unidas que hace ya muchos años que no empleaba, habiendo disminuido sensiblemente su participación en el desarrollo.

Quedó de manifiesto entonces que había dos déficit de la región, dos problemas, entre otros, que están actuando fuertemente sobre su economía: la dificultad de acceso a los mercados (un tema vinculado obviamente a las regulaciones del comercio, en particular en relación a la agricultura) y por otro lado la dificultad de acceso al crédito (fuentes de financiamiento privado o multilateral), lo que determina una disminución de la capacidad de desarrollo tanto de la industria como de los servicios y la producción, y coloca a los países de esta región en una distancia cada día mayor.

En ese contexto, la situación de Argentina fue vista también con detalle...

EC - Quizá como el factor más urgente que está incidiendo en ese panorama.

DO - Y como un elemento que también llama la atención sobre varias cosas, no sólo sobre las que acabo de mencionar (que en el caso argentino es muy patente, muy palpable en lo que refiere al crédito) sino también en la conveniencia, o mejor aún en la urgencia de observar cómo funciona esta nueva arquitectura financiera internacional, en la cual unas agencias u operadores tienen facultades de calificación de las economías de los países y de su marcha, y con sus valoraciones, con los famosos investment grade, establecer si un país tiene o no condiciones favorables en el desarrollo de su economía.

Este es un tema que no se puede desconocer: ha nacido y se ha desarrollado un procedimiento (no en estos meses, porque ya tiene sus años), que ha adquirido una fuerza, una potencialidad de la que adolecía en el pasado, y establece una relación de dependencia entre lo que puede ser la valoración de la economía por los estados en los que estas agencias u oficinas operan, y aquellos sobre los cuales operan. 

Nadie duda de la importancia de estas calificadoras de riesgo, pero indudablemente se ha llegado a un punto en que se hace necesario establecer procedimientos, regulaciones a las que también ellas estén sometidas, y a cuyo resultado se pueda asignar por tanto un valor formal, oficial si usted quiere, mayor o diferente del que hoy día puede acreditársele, porque en el fondo son valoraciones de naturaleza puramente privadas.

EC - Si entiendo bien surgió en esta deliberación del Grupo de Rio una suerte de rebeldía ante el accionar de las calificadoras de riesgo. Sé que el término no es el más diplomático...

DO - No, pero usted no está introduciendo el término. En el discurso de cierre, el presidente Ricardo Lagos expresó que no se trataba de una rebeldía frente a la necesidad de mantener determinadas reglas, sino rebeldía frente a la injusticia social, que es la que de algún modo está marcando a fuego el cuestionamiento a todos estos mecanismos de la nueva economía. Diría que se trata de una acción política en la cual hay una coincidencia entre los gobiernos de la región en el sentido de que algo en esta materia hay que cambiar. No fue una reunión de pura reflexión sobre lo que existe sino de proyección de cambio de lo que existe. Como usted lo señalaba, el tema argentino constituyó una especie de test, un efecto prueba necesario para observar cómo se puede llegar a estas situaciones.

Para salir del plano general le doy un ejemplo concreto. Se habló bastante de cómo se compone la valoración del endeudamiento de los países. En ese concepto de endeudamiento se incluyen las deudas que los países contraen para realizar obras, para construir puentes, carreteras, hospitales, para hacer obras en sus respectivos países; esas deudas que los gobiernos contraen con organismos multilaterales de crédito o eventualmente a través de la propia asistencia financiera privada son tomadas por el FMI y el BM como deuda pura y no como inversión, lo que aumenta el nivel de endeudamiento y genera políticas de ajuste impuestas o indicadas por estos organismos. Yo no soy un experto en esto, lógicamente mi visión de los temas es la que puede tener un ciudadano, en este caso comprometido con el accionar del gobierno, pero es muy claro que no se pueden poner en una misma balanza el tema del endeudamiento que se contrae para efectuar inversiones de carácter social, básicamente destinadas a satisfacer necesidades de la población y lo que se contrae como deuda puramente financiera.

EC - ¿Estas preocupaciones van a ser planteadas en la próxima reunión del FMI y el BM con una coordinación de posiciones del Grupo de Rio?

DO - Efectivamente. Hubo una fuerte convocatoria en ese sentido, a llevar a los organismos de crédito esta posición como posición única de la región. Del mismo modo que con respecto a la nueva ronda en materia de comercio que se abriría en Qatar en noviembre de este año; allí la OMC tiene una instancia muy difícil porque si esa ronda fracasa, como ocurrió con Seattle, lo que va a quedar cuestionado no será la agenda de la OMC sino su capacidad de conducción, administración y regulación del comercio internacional.

Por lo tanto le diría que los 15 años del Grupo de Rio fueron una oportunidad para que el grupo se mirara a sí mismo y viera cuál es el grado de participación que debe tener como interlocutor en los grandes temas no sólo regionales sino también mundiales. Al respecto recuerdo haber participado en una reunión del grupo en Veracruz, en México, en la que una de las discusiones fue si debía ocuparse o no de la agenda extrarregional, de los temas que suceden fuera de la región. Recuerdo que algunos países, entre ellos Uruguay, sostuvimos la necesidad de que así fuera, porque en una economía globalizada, en una sociedad mundializada como ésta en la que hoy vivimos resultaba un tanto ficticio ocuparnos sólo de los temas regionales porque los temas del mundo afectan directamente a la región. A esta altura ese concepto ya está consolidado, si observamos la agenda, las declaraciones y los documentos que dimanaron de la reunión de Santiago se verá que hay una fuerte participación de los temas internacionales, sin mengua de algunos temas específicos de la región que fueron más que nada desarrollados en la reunión previa de cancilleres.

EC - ¿Cómo definiríamos al Grupo de Río? ¿Son los países latinoamericanos? ¿Esa es la manera de resumirlo?

DO - Son los países latinoamericanos sin el Caribe completo, que estaba representado por Guyana, que en este caso hace la representación de los 14 países que integran el CARICOM. El resto son los 19 países de América Latina, excepto Cuba. Esto quiere decir que allí estaba América Latina. Si tuviera que definir el grupo diría que es la bancada de países latinoamericanos que quieren actuar como bancada, como un grupo políticamente concertado en los diferentes escenarios internacionales en los que le toca actuar.

EC - No era algo esperable necesariamente, al punto de que el presidente Jorge Batlle, cuando salió de Montevideo rumbo a Santiago, habló de su idea de tener reuniones -aprovechando esta cumbre- con los presidentes del Mercosur para que éste llevara posiciones coordinadas, tanto a la asamblea del FMI como a la OMC. Ahora resulta que será el Grupo de Rio entero el que llevará una posición coordinada.

DO - Efectivamente. Lo interesante estuvo en que ese pronóstico se cumplió en lo que hace al Mercosur y se extendió a la totalidad del Grupo de Rio. Le digo más: a nivel del Mercosur mantuvimos reuniones en los dos niveles, tanto de cancilleres como de presidentes, y particularmente en la de cancilleres -que era la que se constituía como una reunión de tipo operativo, práctico- hubo una reunión ad hoc del Consejo, integrado en este caso sólo por cancilleres, no por los ministros de Economía.

Fue una reunión un tanto específica en la que tratamos el programa de trabajo de lo que se viene desarrollando durante el semestre de la presidencia uruguaya y de las cuestiones que nos quedan pendientes y los objetivos que queremos alcanzar. Esto le permitió al gobierno uruguayo regresar de Santiago con una guía de trabajo, con un programa totalmente consultado con sus socios en forma personal y directa y con la participación de todos. Eso tiene una expresión muy concreta que es bueno que los oyentes conozcan: en los primeros días de setiembre tendremos una reunión del Grupo Cairns en Uruguay, el grupo de los productores agrícolas; se reunirán aquí en Uruguay 19 países agrícolas. Se manejó la posibilidad de que el Mercosur, aprovechando esa reunión, convoque al representante de Estados Unidos, al secretario de Comercio de ese país, que estará presente en Uruguay, para que iniciemos de una vez la negociación del llamado cuatro más uno, vale decir de los cuatro países del Mercosur y Estados Unidos. Esta iniciativa, que puede tener efectos muy importantes, tiene una condición: la dificultad de que el presidente Bush en este momento está enfrentado al Congreso en cuanto a obtener autorización para negociar.

EC - Para tener el "fast-track".

DO - Para tener lo que en su momento se llamó fast-track y ahora se llama autoridad para negociar en forma rápida. En definitiva esa autoridad que aún no ha obtenido el presidente Bush parece constituirse en uno de los objetivos centrales de la administración Bush para sus relaciones con América Latina; tanto nuestra prensa como la argentina le ha destinado mucha atención a este tema en las últimas semanas. De manera que aquí tenemos un ejemplo concreto. En esta reunión del Grupo Cairns el Mercosur también tendrá oportunidad de actuar en la forma concertada a que antes hicimos referencia.

En sus alcances, en los compromisos políticos contraídos, en el tema abordada, en la inmediatez de la acción política concertada entre sus miembros en las diferentes ocasiones en que habrán de reunirse, esta última reunión marca a un Grupo de Rio activo y no testimonial, que ya no se ocupa de los temas más o menos de consenso en el mundo sino de temas que hoy están confrontando una vez más a los países de las economías más desarrolladas con los de regiones ubicadas en zonas de emergencia.

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EC - En ese plan de acciones coordinadas de los países latinoamericanos integrantes del Grupo de Río a mí en particular -y creo que en general a los observadores- me llamó particularmente la atención la gestión que se hizo ipso facto ante el presidente de Estados Unidos por el caso Argentina. Los presidentes habían formulado un llamado para que los organismos financieros internacionales adoptaran las medidas financieras necesarias para solventar los requerimientos que la economía argentina requiere. Además le encomendaron al presidente anfitrión, Ricardo Lagos, que mantuviera una conversación telefónica sobre ese mismo tema con el presidente de Estados Unidos. Se hicieron los trámites y el sábado de mañana ese diálogo se concretó. ¿Por qué se actuó de esta manera?

DO - Creo que todos reconocemos que la situación argentina tiene influencia no sólo al interior de ese país, como lo hemos visto palpablemente en todas estas semanas, sino que tiene un efecto expansivo sobre nuestra región, ni qué hablar sobre nosotros, sobre Chile, sobre Brasil y Paraguay, por lo tanto es un tema que nos preocupa a todos.

EC - ¿La preocupación vino por los rumores que habían circulado el jueves en la prensa internacional en cuanto a que Washington se oponía a otorgar nuevos recursos a Argentina?

DO - Usted habrá visto que en estos días ha habido declaraciones diferentes y que las últimas horas muestran unas declaraciones del señor O'Neill en el sentido de que las bases por las cuales el financiamiento de la situación argentina podría producirse tienen como base que tenga un carácter sustentable, lo que significa que tenga algunas condiciones que aseguren su estabilidad, su permanencia y que no se vaya a un puro blindaje financiero como ocurrió hace unos meses. Está claro que Argentina está negociando bajo condiciones bastante severas, por lo que era necesario dar un mensaje claro de solidaridad y hacer un llamado para que los organismos financieros internacionales tomen las medidas que permitan a la economía argentina superar el momento en que se encuentra.

EC - ¿Qué se le reclamaba concretamente a Estados Unidos?

DO - Argentina es un jugador fuerte en la economía internacional, particularmente en la regional, por lo tanto los presidentes vieron la necesidad de ayudar a Argentina en su trabajo dentro del sistema financiero multilateral y de poner de relieve la importancia de fortalecer el sistema multilateral de comercio y mejorar el sistema financiero en su conjunto para atender los requerimientos de países de economías emergentes. Creo que el caso argentino fue un acicate para una concepción muy activa de los países de la región.

Esta reunión tuvo una gran dosis de realismo, que creo que fue lo que el presidente Batlle caracterizó al regresar. El riesgo de estas reuniones es caer en la retórica, el tono declarativo que las poblaciones muchas veces ven con escepticismo...

EC - Por eso me llamó la atención el gesto: una llamada telefónica. Se buscó al presidente Bush, que se sabe que está de vacaciones en su rancho en Texas...

DO - Fue una gestión inmediata cumplida por el presidente Lagos, de la que dio cuenta en la mañana del sábado en el cierre de la reunión.

EC - Leí unas declaraciones del presidente mexicano, Vicente Fox, que decían: "Sólo deseamos que el asunto se atienda con rapidez"; también una alta fuente del gobierno chileno que citó el diario El Mercurio, de Santiago, que decía: "Si esto no resulta quiere decir que 350 millones de habitantes no valemos nada".

DO - Quizás eso sea una síntesis un tanto más dramática o rotunda de lo que nosotros mismos pudiéramos pensar. Nuestro valor no está sólo en que nos atiendan, está también en hacer las cosas como se debe en cada uno de nuestros países. Tampoco se trata de que ignoremos que muchas cosas que a todos los países les suceden no tienen como única fuente la responsabilidad del mundo exterior, también hay elementos de manejo y de conducción que deben ser tomados en cuenta por los propios países internamente y conforme a su sistema de autoridades. En esa materia las diferencias que pueda haber entre los distintos países así lo señalan.

En cualquier caso es muy importante subrayar que esta reunión nos anima a pensar que este grupo, que nació para resolver un problema de la paz en Centro América, en otro momento y con objetivos distintos, hoy día se está convirtiendo progresivamente en un interlocutor político de la región.

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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif
Edición: Jorge García Ramón






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