Estados Unidos
- Mercosur:
ofensiva de Bush sin fast track
Embajador Gustavo Magariños: Estados Unidos toma decisiones por
sí mismo, con cierto sesgo hegemónico, diciendo a los demás "Yo
no voy a hacer tales cosas porque no le vienen bien a mi país ni
a mi gente". Ahora parecería que en el campo hemisférico va a negociar
según sus intereses más inmediatos e importantes.
EN PERSPECTIVA
Viernes 24.08.01, hora 09.13.
EMILIANO COTELO:
El acuerdo tan esperado que finalmente firmó esta semana el gobierno
argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI) trajo varias
consecuencias, algunas inesperadas. Más allá de lo previsible, aunque
no seguro -me refiero a la reacción de los mercados-, el acuerdo
por el cual el FMI asegura una provisión de U$S 8.000 millones adicionales,
provocó también una aceleración de las negociaciones Mercosur -
Estados Unidos en búsqueda de la concreción de un acuerdo tipo Cuatro
más Uno, acuerdo del que se ha vuelto a hablar con fuerza desde
la última reunión del Mercosur que tuvo lugar en Asunción. En cierta
medida las autoridades estadounidenses vincularon el acuerdo sobre
la asistencia argentina con las negociaciones de libre comercio,
pues consideraron que la sustentabilidad del programa argentino
depende del aumento del comercio, según han dicho varios analistas
por estas horas.
El gobierno argentino aclaró que el tema no forma parte del acuerdo
con el FMI, pero sí que se encuentra vinculado. Por medio del presidente
Fernando de la Rúa, del canciller Rodríguez Giavarini y el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, Argentina anunció su compromiso a
favor de esa negociación del Mercosur con Estados Unidos.
Para conocer el grado de factibilidad de la concreción de un acuerdo
de este tipo, para analizar el impacto que tendría tanto en la región
como en la relación con otros bloques, como la Unión Europea, vamos
a conversar con el embajador Gustavo Magariños. Magariños es embajador
de carrera -ahora está retirado-: fue secretario ejecutivo de la
ALALC, antecesora de la actual ALADI y director del Instituto Artigas
del Servicio Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores.
¿Qué lectura hay que hacer de esta manifestación explícita que surgió
del gobierno de Estados Unidos esta semana a favor del acuerdo cuatro
más uno?
GUSTAVO
MAGARIÑOS:
Habría que hacer primero una lectura con lupa y después hacer una
cantidad de preguntas.
EC - Empecemos con la lupa.
GM - La lupa indica que habría que separar dos cosas: una es la
elección de la circunstancia y del momento para hacer un anuncio
tan importante como la decisión de Estados Unidos de negociar la
liberalización del comercio con el Mercosur, de manera bastante
unilateral o parcial dentro del esquema general del ALCA; y la segunda
es el tipo de mecanismo invocado como para ser utilizado en esta
ocasión. Se está hablando de algo que no es exactamente lo establecido
en las cumbres que están llevando adelante el programa del ALCA.
Con respecto a lo primero la circunstancia ha sido nada menos que
la concertación del acuerdo de Argentina con el FMI para llevar
adelante una operación salvataje ante una crisis que todos sabemos
que ha sido y es sumamente grave y que además puede afectar a toda
la región. Es un poco novedoso y en cierto modo sorprendente que
esto esté vinculado de alguna manera, directa o indirectamente,
explícita o implícitamente, a la finalización de las negociaciones
con el FMI.
EC - En esas negociaciones se habló mucho del factor sustentabilidad.
GM - La sustentabilidad se puede aplicar a todo, inclusive al comercio
exterior. Lo significativo aquí es que el FMI trata asuntos financieros,
en este caso el salvataje de un país en riesgo de cesación de pagos,
y que cuando se establecen los programas con ese organismo internacional,
de la naturaleza que sean, obviamente se está manejando un conjunto
de políticas macroeconómicas y sectoriales para conformar un programa
de estabilidad razonable, pero no se entra en cosas como podría
ser en este caso una indicación de negociación de un país en un
ámbito internacional determinado. Se ha dicho que eso no figurará
en el documento respectivo, pero es indudable que por lo menos Estados
Unidos ha vinculado una cosa con la otra y ese país es nada menos
que el principal socio y casi el mandamás del FMI.
EC - Si interpreto bien, para que sea sustentable este acuerdo del
FMI con Argentina esta última tiene, entre otras cosas, que aumentar
sus exportaciones. Para Estados Unidos, terminar aprobando en el
FMI ese acuerdo con Argentina no era una decisión fácil: Argentina
no está bien, está bastante mal. Entonces Estados Unidos podría
haber dicho "Está bien, yo apruebo el acuerdo siempre que esos flujos
de comercio que es necesario intensificar sean conmigo".
GM - Puede ser, es una buena lectura, pero está mezclando a otros
países en la cosa. Podría tomar algunas medidas prácticas en beneficio
del comercio de exportación de Argentina a Estados Unidos, lo que
tampoco es un asunto muy sencillo. El hecho es que se establece
una vinculación entre un procedimiento tradicional del FMI y otro
problema que no tiene que ver directamente con la jurisdicción y
las modalidades de acción de este organismo.
EC - Además se establece una vinculación entre el problema de Argentina
y una solución que involucra a otros países.
GM - Hay un cierto tipo de intromisión, porque se están marcando
acciones que vinculan a otros, aunque sean positivas, por cierto,
y además porque, directa o indirectamente, se está introduciendo
en las negociaciones con el FMI algunos elementos de juicio que
hasta ahora no eran tomados en cuenta.
EC - Usted seguía con el análisis cuando yo lo interrumpí.
GM - El segundo punto consiste en que se está mencionando un mecanismo
que introduce nuevos elementos de confusión en la materia, y que
incluso podría poner en duda la consistencia real del programa hemisférico
del ALCA, tal como ha sido planteado hasta el momento.
EC - ¿Por qué?
GM - Porque en las declaraciones que se están formulando en Estados
Unidos y en todas partes se está hablando de lo que usted recién
mencionó como un acuerdo Cuatro más Uno. El acuerdo Cuatro más Uno
basado en el Acuerdo del Jardín de las Rosas que firmaron los cuatro
países del Mercosur con Estados Unidos -por eso se llama Cuatro
más Uno- en la década pasada como consecuencia de la iniciativa
Bush para las Américas. Cuando el presidente Bush padre lanzó su
iniciativa la consecuencia fue que Estados Unidos concertara acuerdos
bilaterales o por grupos -en este caso con un grupo- con los países
latinoamericanos, eran los llamados acuerdos de comercio de inversión,
que trataban fundamentalmente de facilitaciones al comercio, de
procurar mejores accesos a los mercados, el mejoramiento del tratamiento
de las inversiones y otras cosas de ese tipo, pero que no enfocaban
directamente negociaciones arancelarias. Esos acuerdos habían quedado
prácticamente en el olvido pero han sido renovados últimamente,
vista la tendencia en el Mercosur y en Estados Unidos a tratar de
llegar a soluciones comerciales comunes.
No se sabe cómo eso se compatibiliza totalmente con lo establecido
en el ALCA, donde se ha hablado de que la negociación es horizontal,
que intervendrán los 34 países, que habrá una transparencia total
en materia de negociaciones. Uno se pregunta entonces si estas negociaciones
serán hechas públicas para los otros países miembro del programa
del ALCA. Se ha hablado del paquete único que significa que nada
estará aprobado hasta que se apruebe todo, de la simultaneidad de
las negociaciones en todas las áreas, y ahora ocurre que Estados
Unidos toma una iniciativa muy importante para avanzar decididamente
en la conformación de un acuerdo con un grupo de países, con un
bloque de países.
EC - ¿Pero esto no estaba en curso ya?
GM - Sí, estaba en curso desde el punto de vista de las conversaciones
más o menos formales e informales que tienen los jefes de Estado.
Nuestro presidente ha estado postulando ahincadamente la necesidad
de avanzar en este proceso que obviamente tiene en mente que el
Mercosur juegue un papel preponderante en toda esta historia.
EC - ¿No estaba clara la decisión de Estados Unidos?
GM - Hasta este momento no. Nunca estuvo clara en relación con el
ALCA en lo que tiene que ver con el procedimiento que le vendría
mejor para negociar. Ahí tenemos varias cosas: Estados Unidos forma
parte del Nafta, entonces un primer punto es si negocia solo o con
los socios del Nafta, y se trata de incorporaciones al Nafta de
distintos países o bloques, o se trata de un programa general, como
es el del ALCA, que incluya a los 34 países. ¿Va a aplicar una política
radial de negociar con cada uno de los países o con los que tengan
mejores méritos para poder tener la consideración especial de Estados
Unidos, como es el caso de Chile que ha sido el ejemplo histórico
de esa política que después quedó en nada, o va a seguir un proceso
en el cual la negociación sea tipo OMC, participando todos los países,
tratando todos los temas, procurando soluciones en cada uno de ellos
y aprobando todo conjuntamente al final para asegurar una presunta
equidad de resultados y una simultaneidad de las decisiones y aplicaciones
de esos resultados por todos los países?
EC - Usted dice que el tema de los procedimientos no estaba claro
y que ahora Estados Unidos se juega, por lo menos en la relación
con el Mercosur, por un camino.
GM - Ahora parecería que Estados Unidos está privilegiando la vía
unilateral, lo que a mi juicio es de conformidad con lo que se ha
visto de la política exterior del nuevo gobierno estadounidense.
Se ha hablado del unilateralismo de la política exterior estadounidense
en relación con varios asuntos sobre los cuales Estados Unidos toma
decisiones por sí mismo, sin tener mucho en consideración a los
demás, como en el caso del convenio de Kyoto en materia de preservación
del medio ambiente, en el del establecimiento de la Corte Internacional
del Crimen, en el de la Conferencia para la Limitación del Tráfico
de Armas Menores, en el de los armamentos biológicos. Estados Unidos
ha marcado una línea propia, con cierto sesgo hegemónico, diciendo
a los demás "Yo no voy a hacer tales cosas porque no le vienen bien
a mi país ni a mi gente". Ahora parecería que Estados Unidos en
el campo hemisférico va a adoptar la actitud de negociar según sus
más inmediatos e importantes intereses.
EC - Pero más allá de lo que usted decía, en cuanto a que es bastante
atípico y extraño que de un acuerdo del FMI surjan directivas a
propósito de cómo encaminar determinados acuerdos comerciales, más
allá del hecho de que lo que era un acuerdo con Argentina termine
involucrando también a más países, concretamente a los socios del
Mercosur, lo cierto es que por lo menos para los intereses del gobierno
uruguayo esta iniciativa Bush coincide. Al contrario, es una buena
noticia.
GM - Porque la dictó el gobierno uruguayo a su más alto nivel; el
presidente ha estado propiciando fuertemente este tipo de soluciones.
EC - Pero Brasil ha reaccionado distinto.
GM - Ha reaccionado distinto, según trasluce de los comunicados
de prensa y demás, por la sencillísima razón de que la posición
de Brasil con relación al ALCA, a la liberación del comercio con
Estados Unidos y el resto del continente, pero fundamentalmente
con Estados Unidos, es un poco singular. Es el país más grande del
continente, tiene mayor número de litigios comerciales con Estados
Unidos, tiene toda una estructura productiva compleja y en expansión,
más allá de cualquier crisis que pueda atravesar, y en consecuencia
cuida celosamente los diversos aspectos de una negociación que llevará
prácticamente a la liberación total del comercio.
EC - Entre otras cosas, el gobierno de Brasil teme quedar embretado
por este paso que da Estados Unidos en cuanto a que las negociaciones
Mercosur - Estados Unidos tienen que llegar a un entendimiento porque
está en juego la sustentabilidad de la recuperación argentina, etcétera.
GM - No diría que queda embretado. A mi juicio el problema viene
por otro lado. Queda obligado a acelerar una acción para la cual
quería una mayor cautela, en consecuencia ahora se encuentra con
que se le plantea de frente el problema y tendrá que comenzar a
negociar en términos que no son los que seguramente considera más
convenientes. Acabo de leer en la prensa de hoy que los embajadores
de los cuatro países del Mercosur fueron citados al Departamento
de Estado, donde se les comunicó oficialmente que había intenciones
de Estados Unidos de negociar. A Brasil las cosas se le aceleran
un poco en un momento en que económica y políticamente atraviesa
ciertas dificultades y tiene ciertos problemas desde el punto de
vista interno.
EC - Por otro lado, ¿cómo afecta este paso que da Estados Unidos
las negociaciones en curso entre el Mercosur y la Unión Europea?
Leí ayer en O Estado de São Paulo que la Unión Europea hizo un llamado
de alerta al Mercosur, por ahora son los representantes de Bruselas
los que poseen los mandatos para negociar un acuerdo de libre comercio
con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, y no Estados Unidos.
Es más: según un funcionario de la comisión europea, una prueba
de la voluntad política de Bruselas de negociar un acuerdo con el
Mercosur es el hecho de que la Unión Europea ya presentó -aquí en
Montevideo, en junio- una propuesta concreta de liberalización comercial,
pese a que el Mercosur no trajo la suya. "Esto no se haría si las
dos partes no llegan con las propuestas, no se trabajaría, no se
daría el paso según las normas tradicionales de la diplomacia, de
todos modos decidimos que haríamos la propuesta", enfatizó ese funcionario
como remarcando la prioridad en las negociaciones.
GM - Todo eso es táctica negociadora. Aquí obviamente lo que hay
desde hace aproximadamente una década, a medida de que nuestras
economías se fueron abriendo y que los términos de intercambio fueron
mejorando a favor del mundo desarrollado -Estados Unidos y Unión
Europea- con relación a todos los países de América Latina la Unión
Europea ha decidido poner el pie en el patio trasero latinoamericano.
Durante muchos años, cuando había dificultades políticas, por los
regímenes de facto que existían en estas regiones y otros factores
también de tipo económico, la Unión Europea resistía llevar adelante
negociaciones comerciales efectivas porque eso la ponía frente a
la necesidad de hacer algo en materia agrícola.
EC - De aflojar en materia agrícola.
GM - Tendría que modificar su política agrícola y abrir sus mercados,
que están cerrados en productos que son sustantivos para los países
exportadores latinoamericanos. Yo mismo recibí varias veces ese
comentario restrictivo por parte de las autoridades de la Comunidad
-fui embajador ante la Comunidad Económica Europea por cinco años-
para justificar su reticencia a entrar en negociaciones de tipo
comercial. A partir de 1995 empezaron a tomar otro tipo de políticas,
se hizo el acuerdo interregional Mercosur - Unión Europea y ésta
entró en franca competencia en materia de zona de influencia con
Estados Unidos en América Latina.
EC - Ahora esa competencia empieza a tomar temperatura.
GM - Esa competencia empieza a tomar temperatura porque ellos consideraban
que tenían la ventaja de contar ya con los instrumentos institucionales
necesarios para llevar adelante esa negociación. La comisión de
la Unión Europea tiene un mandato específico para negociar del Consejo
de Ministros, es decir de los gobiernos de los 15 países. Ese mandato
ha pasado por el registro del Parlamento Europeo y en consecuencia
están en condiciones de actuar.
EC - El presidente de Estados Unidos no.
GM - El presidente de Estados Unidos tiene muy grandes tropiezos
para poder conseguir la autorización llamada de la vía rápida -ahora
la ley de promoción del comercio- y no se ve muy claro cuándo podrá
conseguirla, parecería que eso no será posible dentro de este año
y es dudoso cómo le irá desde el punto de vista político en el marco
del Congreso. Los dos partidos estadounidenses tienen un 50% cada
uno de la voluntad parlamentaria y hay una resistencia muy grande.
Justamente ayer en ALADI, donde hay un seminario con respecto al
desafío del ALCA para América Latina, una persona vinculada a la
Universidad de Hopkins señalaba las dificultades con que tropezaría
el gobierno estadounidense para obtener la aprobación del Congreso.
En consecuencia los europeos decían "Nosotros estamos más adelantados,
nosotros podemos negociar y las naciones latinoamericanas, el Mercosur,
no podrá llevar adelante una acción muy decidida porque el presidente
de Estados Unidos no tiene la autorización...".
EC - En todo caso nada le impide al Mercosur negociar a dos puntas.
GM - Nada impide la negociación. El único aspecto significativo
es que, en tanto el presidente de Estados Unidos no tenga la autorización
para actuar por la vía rápida, los resultados de la misma, si se
hiciera sin el fast-track, estarían sujetos a las decisiones del
Congreso.
EC - En la medida en que esta decisión de Estados Unidos de esta
semana ha estado ubicada en el marco de aportar sustentabilidad
a la recuperación argentina, etcétera, uno tiende a pensar que ese
acuerdo Estados Unidos - Mercosur tendría que ser algo relativamente
rápido. Con todo esto que usted acaba de explicar recién, ¿se puede
pensar en que sea algo rápido, en que termine aportando algo al
tema de la sustentabilidad de Argentina?
GM - Creo que va a ser muy difícil que contribuya directamente a
la sustentabilidad práctica, material de Argentina, por el hecho
de que ese país tiene un problema crítico a resolver en muy corto
plazo, en meses, y esta negociación, por más acelerada que sea,
demorará más tiempo Y en segundo lugar el resultado, la aplicación
de lo que se convenga insumirá un lapso mayor. Me parece que lo
que en el fondo existe en esta materia es una especie de apoyo político
declarado y abierto, complementario al soporte que le da el acuerdo
con el FMI. Estados Unidos está diciendo "Nosotros estamos tan dispuestos
a ayudar a Argentina a salir de su crisis que adelantamos nuestras
decisiones en materia de negociación comercial para que eso contribuya
a liberar el problema".
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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