EE.UU:
desclasificación de documentos secretos
revela los ataques a exiliados uruguayos
Carlos Osorio
(National Security Archive): Varios documentos demuestran que Estados
Unidos tenía información de los ataques a uruguayos
en Buenos Aires. En otros, hemos descubierto que Hugo Campos Hermida
fue entrenado por Estados Unidos en los años 70. Sería
una gran contribución que desclasificaran información
sobre lo que conocen de Campos Hermida o de la OCOA.
EN PERSPECTIVA
Martes 04.08.01, Hora 9:03
EMILIANO COTELO:
En vísperas de la desclasificación de unos 5.000 documentos
sobre la guerra sucia en la Argentina que debería tener lugar
este mes, fueron divulgados el sábado en Washington una serie
de cables y telegramas del Departamento de Estado que revelan la
manera en que las fuerzas de seguridad uruguayas persiguieron, torturaron
y asesinaron a exiliados
políticos uruguayos en nuestro país, con el apoyo
de la SIDE y el conocimiento y entrenamiento de Estados Unidos.
La información fue proporcionada el domingo pasado por el
diario Clarín, de Buenos Aires.
Dice esa nota
que, "Según los nuevos documentos, el Organismo Coordinador
de Operaciones Antisubversivas (OCOA) de Uruguay y uno de sus líderes,
el comisario Hugo Campos Hermida, comenzaron a desarrollar operaciones
de inteligencia de una manera sistemática en la Argentina
a partir de junio de 1976. Uno de los documentos revela que Campos
Hermida fue entrenado por la Oficina de Seguridad Pública
de EE.UU. (un departamento vinculado con la CIA) cuyo director en
Uruguay era el famoso Dan Mitrione.
"Los
documentos son producto de una larga investigación hecha
por Carlos Osorio, el encargado de Argentina, Uruguay y Paraguay
en el Archivo Nacional de Seguridad de la Universidad George Washington
que incluyó un Freedom Of Information Act, es decir la petición
formal de información al Departamento de Estado.
"Uno
de los expedientes es particularmente revelador. Fechado el 2 de
julio de 1976, firmado por el embajador de Estados Unidos en Buenos
aires, Robert Hill, y destinado a su colega en Montevideo, Ernest
Siracusa, el cable dice que "un grupo de uruguayos recientemente
secuestrados y luego liberados en la Argentina pudieron reconocer
y nombrar a oficiales de seguridad uruguayos que están desarrollando
operaciones conjuntas con oficiales argentinos contra los refugiados
de una manera muy activa en Buenos Aires".
"Hill
le envió ese cable a Siracusa después de que dos hombres
armados atacaron la Comisión Católica sobre Inmigración
en Buenos Aires. Los dos hombres robaron documentos sobre los refugiados.
Dos días después del ataque 24 refugiados políticos
uruguayos y chilenos que figuraban en los documentos fueron secuestrados
y torturados por oficiales de inteligencia de Chile y Uruguay.
"Luego
se supo que estas acciones se hicieron en el marco de lo que se
llamó el Operativo Cóndor, un esquema que según
un documento del 13 de octubre de 1976 tenía como objetivo
"eliminar a marxistas y comunistas en los países miembros
(Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Chile) siendo Santiago
de Chile el centro de las operaciones".
"Otro
de los documentos, difundidos ayer (por el sábado), es el
que sostiene que uno de los agentes que coordinaba los operativos
en la Argentina, Campos Hermida, fue entrenado por la Oficina de
Seguridad Pública de EE.UU. y trabajó con Mitrione.
"La
Oficina de Seguridad Pública (OPS) era una sección
semiautónoma de la Agencia Internacional para el Desarrollo
del Departamento de Estado. La OPS fue creada en 1962 para incorporar
asistencia política a los programas de ayuda para el desarrollo.
En 1974 el Congreso la cerró debido a que los entrenadores
de la OPS fueron acusados de permitir la tortura y la brutalidad
a sus "estudiantes" y de identificarse demasiado con los
agentes de la CIA. Mitrione fue acusado de enseñar a los
agentes uruguayos el uso de la tortura. En 1970 fue secuestrado
y asesinado por los Tupamaros.
"De
acuerdo a una lista de las becas otorgadas por la Oficina Técnica
de la OPS en Uruguay que figura entre los documentos que Osorio
consiguió y a los que Clarín tuvo acceso, Campos Hermida,
que en aquel entonces era el jefe de Departamento 5 de la Dirección
de Información e Inteligencia, participó en un curso
de diciembre a abril de 1971 sobre Investigaciones Criminales y
de Seguridad. La lista es interesante porque muestra que muchos
de los agentes de inteligencia uruguayos que trabajaban con Campos
Hermida también recibieron becas para especializarse en "investigación
de actividades terroristas".
"Durante
una audiencia que tuvo lugar el 4 de agosto de 1976 en el Subcomité
de Organizaciones Internacionales de la Cámara de Diputados,
el subsecretario para América latina, Hewson
Ryan justificó la captura y detención ilegal de varios
uruguayos en Argentina que, luego se supo, se produjo
en el campo clandestino de Automotores Orletti. Según Ryan
los uru guayos capturados pertenecían a una organización
anarquista llamada OPR-33.
"El
nombre de esta organización figura también en un documento
de la DINA, fechado el 1° de octubre de 1976, divulgado en la
desclasificación de lo ocurrido en Chile. Titulado Operación
Cóndor, el documento dice textualmente que "entre el
24 y 27 de setiembre, miembros de la SIDE, operando con oficiales
del servicio de inteligencia militar uruguayo, llevaron a cabo operaciones
contra terroristas de la organización terrorista uruguaya
OPR-33 en Buenos Aires".
"Durante
la audiencia en la Cámara de Diputados cuando el legislador
Donald Fraser preguntó si se había inquirido al gobierno
de Uruguay por qué esta gente no había tenido un juicio,
Ryan respondió: "No. La última vez que lo discutimos
nos dijeron que se trataba de circunstancias extraordinarias ya
que habían descubierto que los integrantes del OPR-33 tenían
armas comunistas... Nos dijeron que tenían 200 detenidos
a disposición del Poder Ejecutivo, que no iban someter a
la justicia ordinaria porque eran terroristas. Y que si eran sometidos
a un juicio ordinario inmediatamente después retomarían
sus actividades terroristas".
***
EC - A partir
de este informe del diario Clarín publicado este domingo,
que es una de las fuentes que hemos podido consultar en estos días
a propósito de los documentos desclasificados en Estados
Unidos en el fin de semana, nos disponemos a conversar con el señor
Carlos Osorio, encargado de Argentina, Paraguay y Uruguay en el
Archivo Nacional de Seguridad
en la Universidad George Washington.
¿Dónde lo hemos ubicado?, ¿en Washington?
CARLOS OSORIO:
Sí, estamos en Washington.
EC - ¿Puede
explicarnos qué significa ese cargo que yo mencionaba recién,
qué funciones desempeña usted?
CO - Yo trabajo
en el National Security Archive, que es un centro de investigación
y una biblioteca no gubernamental que recolecta y hace pública
información desclasificada de Estados Unidos a fin de ilustrar
la historia contemporánea de la política de seguridad
nacional de este país. Desde hace alrededor de 15 años
hemos estado dando servicios a historiadores, investigadores, universitarios,
periodistas y congresistas sobre temas de defensa e inteligencia,
y desde los años 90 se nos han comenzado a acercar comisiones
de la verdad.
Nuestros proyectos
de documentación hacen uso de la ley de libre acceso a la
información (Freedom Of Information Act), conocida por su
sigla en inglés, FOIA, para recolectar información.
Con la FOIA podemos conseguir documentos del gobierno mandando peticiones
discretas, específicas. Además recolectamos información
de otros investigadores, de otros archivos presidenciales existentes
aquí: del propio Archivo de la Nación de Estados Unidos,
trabajamos mucho en la base de archivos electrónicos publicada
en el web por el Departamento de Estado -que está abierto
y accesible incluso para los uruguayos-. Y también trabajamos
con documentos de desclasificación en masa, como el que ordenó
el presidente Clinton hace varios años sobre Chile o como
el que estamos esperando sobre Argentina, que en parte también
va a incluir a Uruguay.
El proyecto
en que yo trabajo, de documentación sobre Uruguay, Argentina
y Paraguay, busca recolectar información sobre las dictaduras
del Cono Sur y la violación de derechos humanos y la política
de Estados Unidos en los años 70.
EC - ¿Qué
tipo de financiamiento tiene ese proyecto?
CO - Recibimos
financiamiento de fundaciones independientes.
EC - ¿De
qué países?
CO - Principalmente
de Estados Unidos. Aquí existen muchas fundaciones caritativas,
como la Ford Foundation y la Mc Arthur Foundation. Son muchas, no
te podría mencionar todas, son docenas de fundaciones. Dependiendo
de cada proyecto tenemos que ir a buscar nuestro financiamiento
a las fundaciones.
EC - Usted mencionó
recién que, entre otras cosas, han trabajado buscando documentos
y recopilando información para comisiones de la verdad. ¿En
particular han recibido alguna solicitud de la Comisión para
la Paz creada aquí en Uruguay por el gobierno?
CO - No hemos
tenido la petición directa de ellos. Desde los años
1991-1992 hemos trabajado con la Comisión de Seguimiento
a la Comisión de la Verdad en El Salvador, hemos trabajado
con la Comisión de Naciones Unidas en Guatemala, con la Comisión
de la Verdad en Panamá, con comisionados de la Verdad en
Honduras, con comisiones congresionales en México, etcétera.
No hemos tenido contacto con la Comisión para la Paz de Uruguay.
Sabemos que existe.
EC - Yendo directamente
a estos documentos que fueron desclasificados, ¿cuál
es la fecha exacta de desclasificación? Se dice que fueron
desclasificados el sábado; ¿puede ser?
CO - Lo que
pasa es que fueron traídos a la atención pública
el sábado. La mayoría de esos documentos fueron desclasificados
en fechas previas, en los últimos años. Yo he traído
a la atención pública dos o tres documentos que revelan
un nuevo aspecto sobre lo que Estados Unidos conoce. Como tú
bien decías, hay varios documentos que demuestran que Estados
Unidos estaba discutiendo los ataques a uruguayos en Buenos Aires.
En ese cable que tú mencionabas, del 2 o 3 de julio,
el embajador Siracusa le pregunta al embajador Hill qué está
pasando, quiénes son los responsables, le pide que le dé
los nombres. El embajador Hill le contesta que están investigando,
que saben que robaron los archivos de la comisión y que llevaron
a esa gente y la torturaron. Lo interesante es que dicen que la
llevaron a un lugar donde todo estaba preparado para la tortura.
Dijeron además que los uruguayos refugiados reconocieron
a los agentes de inteligencia o militares que los torturaron. El
embajador Siracusa le pregunta a Hill quiénes son esos individuos
y éste dice que no lo sabe todavía pero que lo va
a averiguar. No tenemos el seguimiento de ese cable.
Por otra parte
tú mencionabas que
el subasistente del secretario de Estado para América Latina,
Hewson Ryan, en agosto sigue hablando de este tema de
uruguayos que están siendo capturados en Argentina. Pero
lo hace desde una perspectiva que justifica al gobierno de Uruguay:
dice que esa gente debe ser capturada y no va a pasar por juicios
legales. Tampoco menciona quiénes son los que están
operando allá ni dónde están capturando a esa
gente, habla de 200 personas. Más adelante hay un documento
de la DIA -hay un error tipográfico en el diario, no es la
DINA chilena sino la Defense Intelligence Agency, la Agencia de
Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos- que da seguimiento
a lo que decía Ryan, diciendo que las operaciones contra
la OPR 33 en Argentina han continuado entre el 23 y el 27 de setiembre.
Todos estos
documentos ya habían sido desclasificados en tiempos anteriores
y se conocían. Lo que no se conoce son los nombres de las
unidades de los centros de detención y de las personas implicadas.
No están dichos en los documentos que han sido desclasificados.
El Departamento de Estado va a desclasificar más información
este mes. Ha prometido desclasificar cerca de 5.000 documentos sobre
la represión, desaparecidos, niños apropiados ilegalmente
y la Operación Cóndor en Argentina. Debido a que también
existen peticiones de la Comisión para la Paz de Uruguay
sobre cerca de 150 desaparecidos tengo entendido que el Departamento
de Estado va a agregar información de respuesta a eso en
la desclasificación que va a haber sobre Argentina en setiembre.
EC - Volviendo
a los documentos que usted ha hecho circular la semana pasada, que
recién resumía, ¿dónde está lo
nuevo? Se lo pregunto porque creo que con el paso del tiempo y la
circulación de distintas versiones, algunas oficiales y otras
no oficiales, a veces no tenemos del todo claro dónde está
lo importante, por ejemplo de todo esto que usted estaba destacando
recién.
CO - Hay cosas
nuevas. Yo he estado haciendo esta investigación con un equipo
y sistemáticamente hemos estado revisando todo lo que está
desclasificado. Hemos descubierto que Hugo Campos Hermida, uno de
los que supuestamente estuvo y que ha sido acusado por organismos
de derechos humanos, fue entrenado por Estados Unidos en los años
70, por la Oficina de Seguridad Pública. Encontramos estos
documentos en el Archivo Nacional. Por primera vez sabemos que uno
de los perpetradores de estas barbaridades contra uruguayos en Argentina
tenía una liga con Estados Unidos. Hugo Campos Hermida fue
entrenado en 1971, trabajó en la Dirección Nacional
de Información e Inteligencia en Uruguay, formada con el
apoyo de la agencia OPS (Organización de Seguridad Pública)
de Estados Unidos, que tenía mucha liga con la CIA. Ese es
un aspecto nuevo.
El otro aspecto
nuevo es un documento que se omitió en el artículo
de Clarín, de la Central de Inteligencia, CIA, de 1977, que
también había sido desclasificado pero que nadie había
traído a la atención pública. Este aspecto
se encuentra en el sitio web del Departamento de Estado. Es un documento
que habla sobre la OCOA. Por primera vez un documento de la CIA
habla sobre la OCOA. Es un documento que parece muy inocuo. En diciembre
de 1977 hay un reporte sobre derechos humanos en el Cono Sur y el
documento, hablando sobre distintas cosas de derechos humanos en
Chile y Argentina, de repente se detiene en Uruguay y dice: "También
hay información de que las actividades de la Organización
para la Coordinación Antisubversiva, OCOA, van a ser severamente
limitadas por el gobierno. Muchos miembros de la OCOA -sigue una
parte borrada- creen que su organización será desmantelada
en febrero -supuestamente de 1978-". No hay más información.
Aquí la noticia es que falta información, que la CIA
no va a desclasificar en esta desclasificación que viene
del Departamento de Estado. No tiene la obligación de hacerlo.
No tiene la obligación pero sería un bonito gesto
por parte del gobierno de Estados Unidos pedir a la CIA que desclasifique
todo lo que tenga sobre la OCOA. Este documento prueba que la CIA
tiene seguimiento de lo que OCOA estuvo haciendo en los años
70. Estoy convencido de que éste no es el primer documento
que escribe sobre OCOA. De otra manera describiría mucho
más lo que es. Sin embargo, aparece como algo muy diario
y cotidiano de la CIA al reportar sobre asuntos de seguridad y derechos
humanos en el Cono Sur.
EC - Hemos estado
mencionando lo que estos documentos revelan en cuanto a lo que Estados
Unidos conocía de actividades represivas desarrolladas por
efectivos uruguayos en territorio argentino. ¿Cuál
es la significación de ese conocimiento que tenía
Estados Unidos?
CO - Ese es
el problema, hay poco conocimiento. Se sabe que Estados Unidos conocía
sobre la Operación Cóndor y los ataques a uruguayos,
por lo menos desde principios de junio. Se sabe que conocía
que estaban llevando a los uruguayos a un lugar, pero en ninguna
parte están mencionados los nombres de los perpetradores.
En ningún momento está mencionado el nombre de Hugo
Campos Hermida, incluso sabiendo que éste era conocido por
la CIA desde 1972, 1973, hasta 1974. No se han revelado los documentos
sobre Hugo Campos Hermida ni todos los que tienen sobre la OCOA.
El Departamento de Estado y la CIA tienen información y estuvieron
reportando durante todo 1976 sobre las operaciones que estaban haciendo
los uruguayos, los argentinos y los chilenos contra refugiados en
Buenos Aires y también en París, en diferentes partes
del mundo.
EC - Está
claro además que Estados Unidos no tuvo el papel que pudo
haber tenido de inhibición, de freno a ese tipo de prácticas.
CO - No hay
dudas. Es bueno que traigas este punto. En estos documentos se ve
que manejaba mucha información que no usaron para detener
las masacres que estaban ocurriendo. La información se ha
tratado de una manera muy mecánica, muy técnica, muy
quirúrgica y tal vez era usada en términos políticos...
no lo sé, pero nunca fue usada y llevada a la atención
de organismos de derechos humanos el conocimiento que tenían
esas agencias. Ese es un punto histórico-moral muy interesante.
EC - El hecho
de que se confirme a partir de estos documentos que Hugo Campos
Hermida fue entrenado por la Oficina de Seguridad Pública
de Estados Unidos y que trabajó con Mitrione, ¿implica
necesariamente que fue entrenado en prácticas de tortura?
CO - Esta es
una pregunta que queda por responder. Esta información tiene
que ser revelada. Es una de las cosas que pienso tienen que ser
reveladas por la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos. Hay
una responsabilidad histórica. Una responsabilidad moral
y política de la CIA de desclasificar esa información.
Es necesario para la justicia, la reconciliación y la promoción
de la democracia en el Cono Sur y en particular en Uruguay. Yo no
quiero hacer juicios. Creo que se debe pedir que haya más
información. Porque hay información pero tiene que
ser desclasificada. No podemos repetir lo que sucedió en
1976, que la información quede apagada y opacada. Es ahora
el momento de hacer justicia, de hacer reconciliación, de
establecer cuál fue la verdad, de poner el registro histórico
en su perspectiva correcta. Pienso que es muy loable el esfuerzo
de desclasificar que va a hacer el Departamento de Estado en este
mes. Será interesante. Llamo la atención al público
en Uruguay para que esté atento a investigar, a ir a hacer
su investigación sobre derechos humanos, investigación
histórica sobre esos documentos. Quisiera hacer un llamado
de atención en cuanto a que sería una gran contribución
por parte de las agencias de inteligencia que desclasificaran información
sobre lo que conocen de Hugo Campos Hermida o de la OCOA.
EC - ¿Está
absolutamente comprobada la actividad de Dan Mitrione como instructor
en técnicas de tortura? Se lo pregunto porque el MLN-Tupamaros,
que en su momento lo secuestró, sostiene esa versión;
la película "Estado de Sitio" de Costa-Gavras también,
pero dentro de Uruguay esto siempre ha sido objeto de discusión
y de polémica.
CO - Mi objetivo
de investigación no llega tan hacia atrás, hasta los
años 72. Realmente yo encontré ese documento de pura
casualidad. Buscando documentos del año 75 encontré
estos documentos de Hugo Campos Hermida que son de 1974. No te podría
responder a eso. Creo que no hay un estudio muy acabado al respecto.
EC - Sí
está claro que existieron en Estados Unidos denuncias a propósito
de que esta Oficina de Seguridad Pública había entrenado
en prácticas de tortura en gobiernos latinoamericanos. Esas
denuncias fueron planteadas en el Congreso estadounidense.
CO - Sí,
no hay dudas de que el Congreso justo cerró esa Oficina de
Seguridad Pública por todas esas denuncias que existían
de que había estado entrenando en técnicas que abusaban
a los prisioneros. Esto sucedió en el contexto de la reforma
de Inteligencia de Estados Unidos en 1974, las audiencias congresionales
del congresista Church, etcétera. De eso no hay duda, esa
oficina estuvo haciendo actividades que fueron cuestionables y cuestionadas
por el Congreso y por eso le cortaron los fondos.
***
La cobertura
de Clarín agrega un recuadro titulado "Dan Mitrione,
un maestro de la tortura", firmado por la periodista Alejandra
Pataro, y que dice:
"El
dolor preciso, en el momento preciso, en la cantidad precisa, para
el efecto deseado". La frase pertenece a Dan Mitrione, y sintetiza
quién era y a qué se dedicaba este maestro de la tortura
de la CIA, a fines de los 60 y principios de los 70 en América
latina.
Las enseñanzas
de Mitrione en Brasil y Uruguay sobre shocks eléctricos en
los genitales, agujas electrificadas clavadas en la piel bajo las
uñas, quemaduras de cigarrillos y el lento estrangulamiento,
se terminaron con su secuestro y ejecución en 1970 por la
guerrilla de los Tupamaros.
El final
de su vida fue recreado por el realizador Costa Gavras en su película
"Etat de Siége" de 1973.
La presencia
de Mitrione en América latina habla de la práctica
sistemática de la CIA de intervenir en la región para
asistir en la "desaparición" de cualquier amenaza
a la seguridad, en plena Guerra Fría.
La primera
misión de Mitrione fue crear una "fuerza policíaca"
en Brasil, tras el golpe de Estado de 1964. Esa fuerza contaba para
1969 con cien mil policías y 523 elementos "especializados"
que recibieron instrucción de EE.UU.
En su libro
La Guardia Pretoriana, el ex agente de la CIA John Stockwell escribió:
"Se utilizaban películas y material didáctico
de diversas técnicas de tortura y eventualmente los estudiantes
tenían que practicar. Entonces Mitrione ordenaba secuestrar
a limosneros de las calles, que se usaban como conejillos de indias.
Cuando se desmayaban, les inyectaban vitaminas y tras dejarlos recuperar,
volvían a otra sesión".
En Montevideo,
Mitrione era el jefe de la Oficina de Seguridad Pública.
Oficialmente la OPS era una división de la Agencia para el
Desarrollo Internacional, pero su director en Washington, Byron
Engle, era una mano de la CIA.
Cuando Mitrione
se hizo cargo de la OPS en 1969, Uruguay atravesaba una crisis que
se traducía en paros, protestas estudiantiles y actividad
subversiva de los Tupamaros. El norteamericano prestó su
servicio a la policía uruguaya, con métodos de tortura
mucho más sofisticados de los que ya se aplicaban. Aconsejaba:
"Antes que nada hay que ser eficiente. Hay que causar sólo
el daño estrictamente necesario, ni un milímetro más.
Debemos controlar nuestro temperamento en todo caso. Se debe actuar
con la eficiencia de un cirujano y con la perfección de un
artista".
Mitrione
pagó con su vida esos excesos cuando fue secuestrado por
los Tupamaros, quienes exigían la liberación de 150
militantes en prisión. El gobierno uruguayo se negó,
y el maestro de la tortura apareció muerto en el asiento
trasero de un auto robado.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
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