Cayó
otra banda de contrabandistas en ZF Rivera
"No
es dable pensar que estos funcionarios actuaran por sí solos.
La coima por contenedor de cigarrillos sería de U$S 5.000,
1.000 de los cuales para los verificadores y el resto se los quedaba
Adolfo Gil para la cadena de corrupción dentro de la Aduana",
informa el periodista Fernando Martínez.
EN PERSPECTIVA
Jueves 06.09.01, hora 07.36.
EMILIANO COTELO:
La Justicia de Rivera y la Dirección Nacional de Información
e Inteligencia detuvieron ayer al titular de la Zona Franca local,
al propietario de una empresa de transporte de cargas, a tres choferes
y a tres funcionarios aduaneros. Además, dispusieron la detención
de tres camiones presuntamente utilizados en maniobras ilícitas.
Las versiones
de los distintos corresponsales no son coincidentes en cuanto a
quiénes son los detenidos. El diario El País habla
del titular de la Zona Franca de Rivera, mientras que El Observador
señala al jefe de la receptoría de Aduanas en la Zona
Franca.
Vamos a actualizar
y precisar la información, nuevamente
en comunicación con Fernando Martínez, periodista
de Radio Internacional. Empecemos por esa contradicción:
¿quiénes son efectivamente los detenidos?
FERNANDO MARTÍNEZ:
Es correcto lo de los funcionarios aduaneros y el transportista.
Por el momento, el propietario de Zona Franca no está detenido:
estaría entre las personas intensamente buscadas pero no
está detenido, y tampoco se dio a conocer una requisitoria.
EC - Pero sí
están detenidos el encargado y el jefe de la receptoría
de Aduana en la Zona Franca.
FM - Sí:
hay funcionarios de la Aduana; están detenidos todos los
integrantes de la auditoría de la Aduana en la Zona Franca.
Ayer por la tarde tuvieron lugar una serie de allanamientos, incluso
en el hogar de un par de ellos se incautaron computadoras con las
cuales seguramente se pretende profundizar en la investigación.
EC - ¿De
qué se trata este nuevo avance en la investigación?
¿Estamos ante la misma organización de contrabandistas
que originó las noticias hace varias semanas, o de una organización
paralela?
FM - Es otra
rama, otra organización. La empresa Zona Franca tiene dos
propietarios. Uno de ellos es el que ya está preso, Julio
César Cal, y el otro propietario es esta persona que está
siendo intensamente buscada, propietaria del 75% del capital accionario
de la sociedad anónima.
Pero es otra
organización a la cual el aduanero "A. G." también
le vendía servicios. En ningún caso "A. G."
es propietario de ninguna mercadería: simplemente "vende
los servicios aduaneros", digamos, con la gente que ahora está
presa, y seguramente con escalones más arriba en la estructura
de la Aduana.
EC - El aduanero
prófugo, dices, "vendía servicios" a las
dos organizaciones.
FM - Sí:
a todo lo que funcionara dentro de la Zona Franca.
EC - ¿Qué
quiere decir que les "vendía servicios aduaneros"?
FM - Cobraba
comisión por gestiones conexas al despacho aduanero. Cobraba
por el pase de la mercadería y por el certificado de habilitación.
Le vendía a Cal, que ya está preso, a este otro empresario
que está siendo buscado, y a todo aquel que quisiera operar
en la Zona Franca y tuviera el contacto para llegar a ellos. Lo
que quiero señalar es que "A. G." no es propietario
de mercadería alguna, nunca lo fue: lo que hacía era
"vender el servicio", los papeles necesarios para que
la mercadería pudiera salir del país o, teóricamente
"salir del país" y volver a introducirse de contrabando
en el sur.
EC - ¿Se
sabe exactamente qué es lo que se ha retenido como mercadería
en investigación en estas horas? Porque también han
circulado cifras distintas en cuanto a cajas de cigarrillos, botellas
de whisky...
FM - Lo detenido
el sábado pasado fueron 5.000 cajas de whisky, lo que representa
60.000 botellas (12 por caja). El precio en origen es algo así
como U$S 300 mil, y en el mercado uruguayo U$S 500 mil (una caja
se vende al comerciante a unos U$S 100).
Luego tenemos
15 contenedores, cada uno con 850 cajas de cigarrillos. Cada caja
trae 50 cartones. El costo en origen ronda los U$S 600 a 800 mil,
y al minoreo puede subir a los U$S 3:5 millones aproximadamente.
Es decir que
el costo podría ubicarse en un U$S 1 millón o 1:1,
y el precio en el mercado rondaría los U$S 4 millones.
EC - ¿Cuál
es la situación de esa mercadería?
FM - Está
interdicta. En principio, esa mercadería ingresó en
tránsito a la Zona Franca de Rivera; habiendo ingresado en
condiciones legales y encontrándose en tránsito, todavía
no se habría configurado ningún delito. Recuerdo que
un tiempo atrás un embarque de cigarrillos fue detenido en
la Zona Franca de Nueva Palmira, y después fue liberado.
En principio,
estarían los papeles en regla. El tema es que, dado el volumen,
es muy difícil pensar que esta mercadería estuviera
destinada al mercado uruguayo. Estas cifras de whisky, de cigarrillos,
inundarían la plaza uruguaya. En total, los contenedores
tienen 12.750 cajas con 50 cartones cada una, y el consumo mensual
de Uruguay son 24.000 cajas de cigarrillos. Esto sería más
de la mitad del total del consumo mensual, así que es muy
difícil pensar que fuera a ingresar todo al mercado.
EC - ¿Cómo
está el ambiente en Rivera a partir de estas actuaciones?
FM - Y... otra
vez la intriga en la gente, la gente que se para en las esquinas
cuando se detienen las camionetas policiales... Creo que a nivel
de la moral de la gente de Rivera viene bien parar con la impunidad.
Aquí había un grupo de gente, incluso alguno de estos
funcionarios aduaneros que hoy están presos, que andaban
en Chrysler último modelo, autos de U$S 50.000 o 60.000,
en una ciudad donde los índices de desocupación son
enormes. Es como una afrenta al común de la gente.
EC - Dice El
Observador que, durante las investigaciones, dos jerarcas de Aduanas
que colaboran en el caso recibieron amenazas de muerte y denunciaron
esa situación ante la Policía. ¿Qué
se sabe de eso?
FM - Evidentemente,
hay gente que va a recibir amenazas porque estamos hablando de mucho
dinero. Te digo, por otra parte, que se encuentra en Rivera desde
anteayer el doctor Labat, director del área jurídica
de la Dirección Nacional de Aduanas, con un equipo de 10
funcionarios. Están terminando la auditoría, anoche
cenaban en un hotel céntrico y comentaban que posiblemente
hoy finalizaran la fase indagatoria. Y habrá que ver qué
pasa: esta organización tiene más integrantes dentro
de la Aduana, porque evidentemente los cinco verificadores que están
presos en Rivera, más seis de otros lugares, no son una organización
que se pueda combinar mágicamente: aquí hay resortes
apuntando hacia arriba dentro de la propia Aduana. No es dable pensar
que estos funcionarios actuaran por sí solos. Aquí
se habla de coima por contenedor: que los papeles para manejar cada
contenedor de cigarrillos costaban U$S 5.000, 1.000 de los cuales
llegaban a los verificadores y el resto se los quedaba Adolfo Gil
para terminar de irrigar la cadena de corrupción dentro de
la Aduana.
EC - ¿Esto
tiene que ver con lo que ha circulado en los últimos días,
el hecho de que la Dirección General Impositiva y la Dirección
Nacional de Aduanas habrían puesto trabas burocráticas
a la investigación de Rivera?
FM - Ayer a
la tarde, la gente de Información e Inteligencia y el juez
del caso estuvieron en la Aduana de Rivera. Tuvieron que presentar
la orden de allanamiento. Supongo que debe ser un trámite
normal, pero tú sabes cuáles son los anticuerpos del
sistema burocrático, y más cuando estamos hablando
de un lugar como la Aduana donde es vox populi que la corrupción
está inserta desde hace muchísimos años.
EC - ¿Qué
aguardan en Rivera? ¿Qué viene?
FM - En principio,
que termine la limpieza. Por lo menos...
EC - El tema
es cuándo y cómo. Parece que no es fácil...
FM - No es fácil
ni es un trabajo corto. Yo hablaba con el inspector Pereira Saldías,
le preguntaba cómo viene la mano, y me contestó "Denme
tiempo, denme tiempo que vamos a terminar la limpieza. Pero dennos
tiempo porque no es fácil encontrar los elementos, sobre
todo ahora cuando la gran mayoría de las personas que de
alguna manera puedan estar implicadas en la maniobra ya saben que
pueden ser investigadas, y ya pueden haber realizado la cobertura
legal, por ejemplo saber qué declarar". No es lo mismo
ser el primero de un grupo al que detienen, a que te den meses para
preparar una defensa.
EC - Respecto
a Adolfo Gil, a la posibilidad de que se entregue... Se comentaba
que había puesto condiciones. ¿Se avanzó algo
en ese sentido?
FM - No. Esas
son hipótesis, me parece. Por el momento, Adolfo Gil es un
fantasma que "sobrevuela o subyace" por Rivera, según
sea la cosa. También hay un despachante de aduana, el despachante
del titular de la Zona Franca, que está desaparecido desde
hace buen tiempo, y todos aquí en la frontera sabemos que
está del lado de Santa Ana do Livramento (N. de R.: zona
de la ciudad en jurisdicción de Brasil, separada sólo
por una calle de la ciudad uruguaya de Rivera), pero a quien no
ha sido posible echarle mano, y quien también sería
una pieza clave en la investigación.
Seguramente,
el correr de las horas nos va a dar una panorama algo más
amplio respecto a hacia dónde apunta la investigación,
y si realmente será descabezada esta otra organización
que tenía en Zona Franca un lugar de recalada de su mercadería.
Que hay que destacar que se trata de usuarios que abusaron de un
sistema: hay gente que trabaja apropiadamente y gente que no lo
hace, que la utiliza para otros fines. No todos los usuarios de
zonas francas en Uruguay son contrabandistas. También es
bueno aclarar que en Rivera no todos somos contrabandistas...
(risas)
Tiene que quedar
claro porque siempre terminamos siendo titulares de prensa por temas
policiales. No toda Rivera vive del contrabando: hay gente que pretende
buscar otros caminos.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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