"Estoy
seguro: los tripulantes no estaban al mando"
Fernando
Zas, comandante de un Boeing 767, vicepresidente regional de la
Federación de Pilotos de Líneas Aéreas: "Hay
que esperar a lo que digan las cajas negras, pero los sistemas de
seguridad fueron desactivados y desde tierra no se sabía
qué estaba ocurriendo. Quien estrelló el avión
sabía qué hacía, pero un piloto comercial haría
cualquier cosa por evitarlo".
EN PERSPECTIVA
Miércoles 12.09.01, hora 08.15.
EMILIANO COTELO:
¿Cómo se explica, cómo vive un atentado como
el de ayer, un piloto profesional de aerolíneas? ¿Qué
siente al pensar que colegas suyos vieron que su aeronave era convertida
en un misil?
Fernando Zas
es comandante de un Boeing 767 de Pluna, y además vicepresidente
regional de la Federación de Pilotos de Líneas Aéreas.
Tuvimos ayer una primera conversación con él ayer
desde Madrid, donde se encuentra en estas horas. Hacía un
primer análisis con los datos disponibles en ese momento,
pero con el paso de las horas se ha sumado más información.
¿Se han aclarado algunas de tus dudas?
FERNANDO ZAS:
Seguimos con las mismas dudas. Creo que la televisión se
ha concentrado mucho más en los muertos y heridos en Nueva
York, que en profundizar en las causas de esta tragedia. Para nosotros,
las causas todavía siguen siendo desconocidas y seguimos
pensando lo mismo respecto a la seguridad. La seguridad en el embarque
de esos cuatro vuelos hace impensable que puedan subir a bordo tantos
terroristas en Estados Unidos, un país que tiene una cultura
de seguridad en aviación muy importante. Lo más penoso
para nosotros es que se use aviones de línea aérea
como armas de guerra.
EC - Seguramente
supiste del testimonio de Barbara Olson, esta abogada y comentarista
de CNN que viajaba en el vuelo 77 de American Airlines, que fue
el que impactó contra el Pentágono. Llegó a
llamar a su esposo desde su teléfono celular y, entre otras
cosas, señaló que los secuestradores sólo estaban
armados con cuchillos. ¿Cómo observas ese aspecto?
Ayer te preguntabas cómo pudieron ingresar a los aeropuertos
con el armamento que se suponía que debieron utilizar para
copar las naves. Pero sólo utilizaban cuchillos o trinchetas...
FZ - Escuché
lo de Barbara Olson. En primer lugar, la seguridad contra secuestros
se debe hacer en tierra. Después que un secuestrador está
a bordo de un avión las cosas se complican bastante, porque
estamos en un medio cerrado, un medio donde no hay guardias, donde
los únicos dos que pueden conducir la nave están adelante,
y son los únicos a los que hay que atacar para quedarse con
la nave. Si queremos quedarnos con el avión, de las 100 personas
que hay a bordo las únicas dos importantes son los pilotos.
Cuchillos...
Posiblemente hayan herido a alguien, al comandante, o hayan entrado
a la cabina a la fuerza (las puertas de las cabinas no son blindadas
ni mucho menos), y ahí comienza todo. Como decíamos
ayer, evidentemente quienes tomaron el avión eran personas
capacitadas en el vuelo: no eran simples terroristas sino pilotos
capacitados para volar este tipo de aviones, además, ...
EC - Pero ¿efectivamente
se puede copar un avión simplemente con armas blancas?
FZ - Cualquier
cosa que pueda herir o matar a alguien ya es una causa para que
uno trate de oponerse. Además, normalmente, la política
de las empresas aéreas es no oponerse a los secuestros en
vuelo. Es peligroso que el comandante o el copiloto se paren a luchar
con un terrorista y que éste los mate, o que tenga un arma,
rompa una ventanilla y se despresurice el avión... Hay que
recordar que estamos en un medio que se puede estrellar por faltar
los pilotos. Esa es la política.
EC - Ayer te
hacías más preguntas. Una de ellas era cómo
fue posible que esos aviones se desviaran de la ruta que tenían
marcada, y terminaran volando tan bajo sobre ciudades como Nueva
York y Washington.
FZ - Sigo con
las mismas dudas. He visto algo más en sitios web que traen
los derroteros de los dos vuelos, saliendo de Boston, y realmente
es increíble. Lo que he escuchado es que cortaron totalmente
las comunicaciones, cortaron la respuesta a los radares de tierra,
por lo que se perdieron las indicaciones de altitud de los aviones,
e incluso escuché que el control de la zona de Nueva York
les abría camino porque pensaba que estaban en una emergencia,
e iba separando el tránsito para que no hubiera una colisión
en vuelo.
EC - Ese dato
es impresionante.
FZ - Hay que
pensar que nunca había pasado nada así. Hay 18 minutos
entre que los aviones se estrellan contra la primera y la segunda
torres. Creo que todo el control de tránsito aéreo
y la defensa de Estados Unidos quedaron paralizados viendo lo que
parecía un accidente, un avión que se estrelló
contra una torre. Después viene lo otro: ¿hay que
tener siempre aviones de combate prontos por si un avión
se desvía de una ruta y derribarlo, cuando tiene un problema
real de despresurización, de pérdida de comunicaciones,
de un enfermo grave a bordo...?
JOSE PEDRO DIAZ:
Tú agregabas otro elemento ayer: los aviones están
provistos de un dispositivo de seguridad bastante sencillo de activar
que alerta a tierra en caso de que haya un intento de secuestro.
¿Qué has podido averiguar? ¿Se activó
ese dispositivo?
FZ - No: fueron
todos desactivados. Ese sistema tiene una cantidad de códigos
diferentes. El control te asigna un número, para que en la
pantalla aparezca el número de vuelo correspondiente. Y dentro
de esos números, hay uno que activa una alarma en el radar.
Pero ese sistema fue desactivado en los cuatro vuelos, con lo que
se pierde toda información: su altitud (que el avión
da al radar automáticamente), su identificación de
vuelo, con lo que queda convertido en una marca primaria. Eso denota
un conocimiento profundo del avión, o por lo menos que no
es gente que no los haya volado: es gente que hizo un curso, que
lo estuvo volando, porque cuando entra al edificio lo vira. Pero
tampoco lo vira demasiado: si una pensara en una persona que tiene
conocimientos básicos de aviación, a una nave a esa
velocidad (calculo que andaría en los 300 nudos) es muy probable
que la invirtiera o la sacara de la ruta. Pero sabía lo que
estaba haciendo.
EC - ¿Alguna
vez te imaginaste esta hipótesis, que un avión fuera
secuestrado para utilizarlo como misil?
FZ - No, no.
Ayer, cuando veía esto por primera vez...
EC - ¿Nunca
se manejó en los cursos a los que ustedes asisten?
FZ - No. La
política de las empresas es oponer la menor resistencia contra
el secuestrador, para tratar de... Claro: uno pensaba en los secuestradores
típicos: aquellos que asaltaban un avión, que lo llevaban
a tierra, "Queremos la plata" o "Queremos que liberen
a tal prisionero". Pero en esta nueva hipótesis de suicidios
en vuelo hay que cambiar toda la estructura de seguridad a bordo,
de seguridad en tierra, y también nuestra estructura mental.
En ese avión que salió de Newark y cayó en
Pittsburg, evidentemente hubo algo por lo que el piloto se dio cuenta
de cuál era el futuro del vuelo, cuáles eran las intenciones
de los secuestradores, viró y lo estrelló.
Tal vez nos
empecemos a enterar de esta historia estudiando las cajas negras,
cuando empiecen a aparecer algunas de las cuatro y tengamos lo que
ocurrió en los primeros momentos. El vuelo que sale de Washington
es muy cortito hasta el Pentágono: serán siete u ocho
minutos. Por lo tanto, las acciones debieron ser muy rápidas
y el Pentágono, que es un edificio muy chato, que está
muy perdido en el paisaje al lado del río Potomac, no es
muy fácil de ubicar como las Twin Towers. Cuando se vuela
bajo y rápido se pierden las referencias, hay que conocer
mucho el lugar, la ciudad, para tener referencias visuales rápidas.
Más en un vuelo de ese tipo, en que los nervios también
juegan.
EC - ¿Tu
impresión, entonces, es que el avión terminó
cayendo en Pittsburg fruto de un enfrentamiento entre los tripulantes
y los secuestradores?
FZ - Sí,
probablemente. Porque en esa etapa ya debían estar con el
piloto automático conectado y, si no hubiera nada anormal,
el avió seguiría volando. Evidentemente, hubo algo
que lo hizo caer a tierra.
EC - Por el
trayecto que llevaba, ¿tienes alguna conjetura sobre a dónde
iba? Porque esa es una de las preguntas: qué iba a impactar.
FZ - Las teorías
son varias. Una dice que sería la casa de Camp David, la
casa de descanso del presidente. Otra dice que sería la Casa
Blanca, pero el viaje todavía no estaba definido cuando el
avión cayó. Habían salido de Nueva York y recién
estaba virando hacia la izquierda, como hacia Washington, y realmente
no lo puedo decir.
EC - ¿Te
imaginas en el lugar de tus colegas en la cabina de uno de esos
aviones? En ese momento en que les dan la orden de dirigirse hacia
una torre o hacia el Pentágono a estrellarse, ¿cómo
se actúa, cómo se reacciona?
FZ - Lo primero
que pienso es que, como dijo la periodista Olson, los pilotos no
estaban en la cabina. Poniéndome yo en esa situación,
pienso que en el último minuto no nos estrellaríamos
contra nada: trataríamos de caer al río, cortar los
motores, caer antes, tratar de evitar de cualquier manera una tragedia
de esa magnitud. Creo que cualquier persona cuerda llegaría
a la misma conclusión: cuando alguien se va a estrellar en
un auto, en el último momento trata de evitarlo, intenta
darse contra un árbol, una columna, antes que contra otro
auto o una casa. Es algo natural en el ser humano. Pienso que ninguno
de los pilotos estaba al mando de esos aviones para estrellarse
de esa forma contra los edificios. Estoy seguro: hubiera cortado
los motores...
EC - ¿Cuánto
pesa un avión de estos?
FZ - Estuve
calculando que el 767, en esa ruta (porque todas las rutas que eligieron
eran largas: de Los Angeles son más o menos siete horas)
tendrían unas 160 toneladas de peso, de las cuales de 30
a 40 toneladas serían de combustible.
EC - Ese es
un dato muy fuerte: de 30 a 40 toneladas...
FZ - ...de combustible.
EC - Eso fue
lo que impactó contra las Twin Towers en cada uno de los
aviones: de 30 a 40 toneladas de combustible. Hay que imaginar las
proporciones del incendio, y la temperatura que se genera.
FZ - Además,
el impacto de una masa de 160 toneladas, que vendría a 400
o 500 kilómetros por hora contra el edificio es muy violento.
En la filmación se ve que el avión traspasa entero
el edificio: entra por un lado y sale por el otro. Esos 40.000 litros
o más de combustible ardiendo es algo dantesco, es impensable.
Ayer, mientras miraba las imágenes, pensaba que si fuera
una película, yo estaría diciendo "¡Qué
espantoso! El que hizo esta película no sabe nada!".
Pero se hizo realidad la ficción.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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