12.09.2001






¿"Lucha de civilizaciones"?
¿"La Biblia y el Corán"?

Geopolítico Bernardo Quagliotti: "Una lucha entre la Biblia y el Corán por la concepción de cómo debe ser la vida. Indudablemente, estos desastres son cometidos por el terrorismo musulmán. El enfrentamiento de la filosofía musulmana contra el mundo occidental, que se viene acentuando, es también por motivos de carácter económico".

Politólogo Carlos Luján. "Es muy distinto que el enfrentamiento sea con una célula terrorista japonesa que con los musulmanes. La extrapolación de terroristas musulmanes a países, y de países a toda la civilización, nos lleva hacia escaladas que pueden ser muy fuertes. Esto es el primer acto de una tragedia"


EN PERSPECTIVA
Miércoles 12.09.01, Hora 9.00.


EMILIANO COTELO:
A pesar de que todavía estamos en medio del impacto de los atentados de ayer en Estados Unidos, les proponemos tomar un poco de distancia e intentar avanzar con algunos análisis, algunos primeros puntos de vista acerca de lo que pasó y lo que, como consecuencia de ello, puede venir.

En primer lugar estamos en comunicación con Bernardo Quagliotti, licenciado en Geopolítica, profesor del Instituto de Altos Estudios Militares, director de la Sociedad Sudamericana de Geopolítica y editor de la revista Geosul.

¿Cómo se puede entender, desde el punto de vista geopolítico, el atentado de ayer en distintos puntos de Estados Unidos?

BERNARDO QUAGLIOTTI:
En un primer momento nos hemos planteado recabar antecedentes en cuanto a los enfrentamientos ideológicos, políticos y económicos que tuvieron lugar casualmente en los últimos tiempos en la zona de Oriente Medio. Creo que aquí hay una confrontación que hace muchísimos años Samuel Huntington ya había determinado en sus libros que se podía dar; había determinado que podía tener lugar un enfrentamiento de civilizaciones.

EC - ¿A qué se refiere con "enfrentamiento de civilizaciones"?

BQ - En cuanto a los perfiles culturales y religiosos, es decir una lucha prácticamente entre la Biblia y el Corán para enfrentar la concepción de cómo debe ser la vida. Todo eso motiva una serie de interrogantes que se nos plantean para tratar de entender estos desastres cometidos por el terrorismo, indudablemente musulmán.

EC - ¿"Indudablemente musulmán"? ¿Por qué descarta la hipótesis de terrorismo interno de los propios Estados Unidos? Después de todo, el atentado de Oklahoma, por ejemplo, fue fruto del terrorismo interno.

BQ - Correcto, pero creo que es musulmán en el sentido de que todo ese tipo de terrorismo dirigido, amparado por las doctrinas musulmanas, se está extendiendo en el mundo, no sólo en Estados Unidos. Tenemos en el área de este Cono Sur un centro pivote del terrorismo que está en la zona trinacional de Foz de Iguazú, en Ciudad del Este, que también ha sido señalizado por los servicios de inteligencia de nuestros países y por los propios Estados Unidos como un foco de dispersión terrorista de ese origen.

EC - ¿Estos hechos eran previsibles en ese contexto? ¿Estados Unidos había dado pie para convertirse en víctima de estos ataques?

BQ - No creo que haya sido de esa forma, que los haya provocado: ha sido víctima de su propio destino en esta materia. Lo que ocurre es que el enfrentamiento de esa filosofía musulmana contra el mundo occidental, que evidentemente se viene acentuando, es también por motivos de carácter económico; no sólo está el factor político sino también el económico.

En toda esa zona, después de la caída de la Unión Soviética, los ex Estados que habían pertenecido a la Unión Soviética en estos momentos tratan de tener una cierta autonomía y una base económica muy importante en las grandes reservas de petróleo de la zona del Mar Caspio, el gas natural que debe salir por oleoductos y gasoductos hacia el Mediterráneo. Todo eso está señalizado por los propios Estados Unidos, por sus máximos estrategas, como es el caso de (Zbigniew) Brseszinski, que ha publicado un libro (que está aquí en Montevideo y ha sido muy leído), "El nuevo tablero mundial", planteando casualmente -Brseszinski fue director del Departamento de Seguridad de Estados Unidos en gobiernos anteriores- el conflicto que se puede provocar a través de esos oleoductos y gasoductos en cuanto a los controles y la administración de los mismos para el mundo occidental. El problema económico y por lo tanto estratégico radicado en ese tema puede haber provocado todas estas reacciones que se han venido acumulando desde hace mucho tiempo atrás.

EC - Desde el lado del gobierno de Estados Unidos ¿en qué medida se ha alimentado ese enfrentamiento?

BQ - Se fue sumando una serie de hechos...

EC - ¿La administración Bush cambia en algo este escenario?

BQ - No, no creo; es una continuidad. No olvide que el actual secretario de Estado, el general Powell, fue uno de los actores principales en las luchas militares que se dieron en toda esa zona. Yo estaba escuchando la audición de ustedes, se estaba hablando de que había cuatro Estados que podían ser quizás los protectores de todos estos terroristas, se citaba casualmente el caso de Irak como uno de los posibles; lógicamente también se citó el caso de Afganistán. Hace pocas semanas hemos visto las acciones en Afganistán contra todas las personas que están acusadas de querer hacer un cambio ideológico-religioso en el propio territorio.

Creo que hay que sumar eso -por eso digo que es una sumatoria de hechos- a todos los sucesos que tuvieron lugar en los últimos tiempos con la guerra de Kosovo. Bresinsky hablaba de los Balcanes europeos y los Balcanes asiáticos, y justamente en los Balcanes asiáticos es donde está motivado o incentivado todo este tipo de protestas a ese mundo occidental desde ese mundo oriental, al que me refería cuando le hablaba del enfrentamiento de la Biblia y el Corán. Además esto queda un poco señalado por las visitas últimas que ha hecho el Papa, el Vaticano, muy preocupado por la estabilidad desde el punto de vista religioso en toda esa zona.

EC - ¿Qué puede preverse en cuanto a la reacción de Estados Unidos a partir de lo que ocurrió ayer?

BQ - El presidente Bush en su discurso ha canalizado la reacción en dos puntos de vista: uno muy sereno, que reclama la paz, la tranquilidad en el sentido de poder enfrentar este terrible desastre que sufrir la población de Estados Unidos; pero por otro lado dejó entender que la persecución va a ser cruel y feroz hasta encontrarse con los culpables.

EC - ¿Estamos ante un nuevo estado de guerra?

BQ - Yo no le llamaría estado de guerra "a lo clásico", pero es un estado de conflicto de alta intensidad. ¿Qué derivaciones puede tener, o qué reacciones pueden seguir a esto?, hay que esperar un poco porque las palabras o las determinaciones, sobre todo de los países árabes, no han sido todavía manifestadas. Hubo algunas esporádicas y muy personales, pero la comunidad árabe en general no ha dado una respuesta. Hasta ahora existe un silencio.

***

Después de todo lo horrendo que sucedió ayer, una de las tantas preguntas es ¿y ahora qué? ¿Qué va a hacer Estados Unidos? Evidentemente existe mucha presión y todos estamos aguardando la reacción, cuál será esa reacción.

Para conocer su punto de vista en cuanto a qué modelos operan en la gente que tiene que tomar las decisiones en el gobierno de Estados Unidos y qué acciones es posible esperar, estamos ahora en comunicación con el profesor Carlos Luján, que es politólogo, master en Relaciones Internacionales graduado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), docente e investigador del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República y también de la Universidad Católica. Luján es además profesor de Toma de decisiones en la maestría de Ciencias Políticas.

¿Qué paradigmas, qué modelos están operando en la cabeza de los funcionarios que tienen que tomar decisiones respecto de qué hacer en Estados Unidos ahora?

CARLOS LUJÁN:
Aquí hay un punto que hay que distinguir: si estamos, como planteaba quien me antecedió, en un paradigma de lucha de civilizaciones, como lo plantea el pensamiento conservador en la figura de Samuel Huntington, y cuáles son las civilizaciones enfrentadas; si tenemos un paradigma mucho más geopolítico como el que planteaba Brseszinski, que estuvo en el Consejo Nacional de Seguridad del gobierno demócrata, o incluso si se piensa que en definitiva hay muchísimos actores, casi infinitos actores, actuando en la escena internacional.

Voy a un ejemplo concreto. Supongamos que mañana tomara forma la alternativa de que fue el Ejército Rojo nipón el que hizo el atentado, y que apareciera en la lista de pasajeros gente de origen japonés. La reacción de Estados Unidos sería muy distinta a que si todas las miras enfocaran hacia árabes o musulmanes. Imagine que no va a haber un ataque de Estados Unidos contra Japón, uno de sus principales aliados en términos económicos. En un proceso decisorio, uno debe plantear todas las alternativas posibles y después ir descartándolas en función de ciertos criterios.

Otra cosa es que, ante esta situación, nos enfrentamos a una amenaza que está con anterioridad, que tiene que ver con el terrorismo internacional, y más allá de quién haya sido vamos a tomar acciones en función de esa amenaza anterior.

No podemos creer que haya una situación lineal: determinado quién es el atacante con respecto a él tomamos las medidas. A veces hay presunciones, hay toda una construcción simbólica de quién es el más plausible enemigo, que no siempre es el que realiza las acciones.

EC - En ese sentido, es interesante la comparación entre lo que acaba de ocurrir y el ataque a Pearl Harbor. Ha estado en la boca de buena parte de los analistas y de las figuras políticas de Estados Unidos desde el día de ayer. La frase famosa del presidente Roosevelt que afirmaba "un día que quedará en la historia de la infamia" ha sido utilizada nuevamente.

Lo que parece claro es que el punto de contacto está en que es un ataque masivo directo a Estados Unidos, un ataque sorpresa con múltiples víctimas. Pero a partir de allí todo lo que hay son diferencias: la primera de ellas es que el ataque se produce en el mismo Estados Unidos, en el centro de su poder económico, político y militar. Y quizá la diferencia más apreciable de todas sea que en Pearl Harbor el enemigo, el atacante, estaba perfectamente identificado.

CL - Exactamente, ahí había un Estado nación. El gran peligro de esto es asociar con Estados nación, porque eso facilita el proceso decisorio, pero no siempre lleva en una buena dirección. Quizás haya Estados que están dando cobijo y entonces son los que van a sufrir la represalia de Estados Unidos. El problema de esto es el apresuramiento. Tiene que haber una inmensa presión en Estados Unidos para que el gobierno haga algo, muestre que la vulnerabilidad no es tal, que estas cosas no se hacen gratuitamente, y que se tome medidas muchísimo más fuertes en términos de los daños que generan, respecto a los daños sufridos. Simplemente pensando en que podemos tener 25.000 víctimas, una medida de represalia que lleve a un nivel similar o superior es una medida realmente muy fuerte.

Otro punto que me parece importante es que se maneja la idea de que se necesitan grandes recursos para hacer esto, entonces aparece claramente la figura de este hombre que está en Afganistán, con 2.000 millones de dólares detrás.

EC - Osama Bin Laden.

CL - Aparece como la persona. Pero recordemos que estamos teniendo la información de que tenían cuchillos, de que tomaron los aviones con armas blancas que ni siquiera tienen por qué ser de metal. Probablemente estemos hablando de 8 a 10 terroristas.

El punto central es que son fanáticos que están dispuestos a dar su vida, a morir en la consecución del objetivo. Y la planificación, o sea ver que los vuelos estén sincronizados, no depende de una gran tecnología: aquí no hay tecnología en términos militares de misiles, en términos de armas nucleares que se haya utilizado. Una célula de 8 o 10 personas dispuestas a morir en el intento, y con unas decenas de miles de dólares como para trasladarse al lugar, podría estar haciéndolo perfectamente.

No es tan obvio quién es la persona que está detrás de esto. Si hubiera explotado una bomba nuclear o hubiera habido un atentado con misiles de alto poder y sofisticación se restringiría muchísimo el número de posibles actores. Me parece que lo que estoy diciendo no carece de sentido. Esto no quiere decir que no haya actores muy poderosos detrás de esto: simplemente que el rango de posibles individuos es muy fuerte.

La principal variable que deja afuera al terrorismo interno es que esa gente murió en el intento, lo que no parece ser el estilo del terrorismo que podemos haber visto en Estados Unidos.

EC - Esa observación es oportuna, pero como en los antecedentes cercanos hay terrorismo interno, la duda todavía permanece.

CL - Por supuesto. En el análisis de las alternativas no hay que descartar ninguna, porque como decía un gran profesor de Harvard, Howard Raifa, la mejor alternativa a que uno llega, que fue la ocurrida, nunca es mejor que las que hemos generado. Si no se evalúan múltiples alternativas y se da por sentado que esto es un atentado que vino de determinado lugar ya especificado, eso facilita mucho las medidas de represalia inmediatas, pero no siempre se condice con la búsqueda de cuál es la verdad que está detrás, y por lo tanto la forma de prevención de futuros actos de este tipo.

EC - En definitiva ¿qué podemos aguardar?

CL - Creo que en esta situación tiene que haber un momento muy intenso de evaluación, en el que los modelos mentales pesan muchísimo.

EC - La administración Bush, a la que los analistas expertos en estas cuestiones observan como un gobierno más beligerante que su antecesor, la administración Clinton, un hombre como el propio George Bush, un secretario de Estado como Collin Powell, con su pasado directamente militar y vinculado a la "Tormenta en el Desierto", la Guerra del Golfo Pérsico, ¿son los líderes, los organismos más apropiados para razonar y actuar de esa forma que usted está proponiendo?

CL - Son los apropiados en la medida en que los eligió el pueblo americano en un marco democrático; lo que creo que no debemos olvidar es que también están las figuras del vicepresidente, Dick Chenney, un hombre también muy vinculado a todo las acciones de política exterior en el plano militar, y del propio secretario de Defensa, con mucha experiencia en esto.

Es un equipo de "halcones", de gente que tiene una larga trayectoria que si en algo se sabe mover es en esto, mucho más que en la política más de índole comercial, en un mundo mucho más armonioso. La pregunta es qué va a predominar, si una idea de que "somos nosotros o ellos", y entonces se define "los que están con nosotros y los que son parte del enemigo", si es un tema de civilizaciones, y no es menor cuál es la civilización que aparece como aquella a la que nos estamos oponiendo.

Repito: una cosa muy distinta es que el enfrentamiento sea con una célula terrorista japonesa que con los musulmanes. La extrapolación de terroristas musulmanes a países, y de países a toda la civilización es muy probable y nos lleva hacia escaladas que pueden ser muy fuertes.

Creo que tenemos que pensar que esto es el primer acto de una tragedia y no simplemente la culminación, más allá de todo el impacto que nos ha generado.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

 






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