13.09.2001






Estados Unidos bajo ataque:
tres miradas desde Uruguay

1) Ex presidente Luis Alberto Lacalle: Estamos en un período de reorganización planetaria que cambia todos los conceptos, incluso el de la guerra.

EN PERSPECTIVA
Jueves 13.09.01, hora 08.05.


EMILIANO COTELO:
¿Estamos ante un nuevo mundo a partir del martes 11 de setiembre, como se ha sostenido por algunos? ¿Cómo plantarse en Uruguay ante esta realidad? Nos interesa conocer la opinión de los principales líderes políticos uruguayos, por ejemplo quienes han sido presidentes. Para iniciar esta serie, nos acompaña el ex presidente Luis Alberto Lacalle, presidente del Directorio del Partido Nacional.

LUIS ALBERTO LACALLE:
Creo que el cambio se produce un 11 de setiembre ni en ninguna fecha fija. Quizá explota, se manifiesta un cambio... Desde que dejé la Presidencia y estuve en este circuito de conferencias y de encuentros en los que participan los ex presidentes, he aludido a una frase del presidente George Bush padre, para mí errónea, cuando señalaba que estábamos ante un "Nuevo Orden Mundial". Yo decía entonces qué equivocado estaba nuestro amigo Bush: no estamos ante un nuevo orden sino ante un gigantesco proceso de reordenamiento mundial, que son cosas sustancialmente distintas.

La bipolaridad que empezó a caer cuando el imperio soviético se empezó a desvanecer dio lugar a un mundo unipolar, primera cosa que debemos tener en cuenta. Hoy día hay una sola potencia mundial, que son los Estados Unidos, lo cual conlleva una simplificación del esquema pero al mismo tiempo a la posibilidad de un peligro muy grande, porque hay un solo país que puede hacer lo que quiera, vamos a decirlo en términos crudos.

En segundo lugar, los agentes, los que se mueven en el ajedrez de la política mundial, no son sólo los clásicos, los países fuertes económica y militarmente, ya no son los imperios económicos solamente, sino que hay una cantidad de "jugadores", de actores que son distintos. El narcotráfico sin duda es una fuerza internacional de reconocido poderío. Voy a nombrar a "buenos y malos", porque también las religiones han cobrado una fuerza mayor: hay un Papa con una fuerza política tremenda ejercida eficazmente (dejemos si somos o no sus seguidores), que está moviendo al Vaticano como agente político; el deporte es una fuerza mundial; la religión mal entendida como en este caso... Las piezas que hay que tener en cuenta son sustancialmente distintas a las clásicas. Hay una gran potencia económica sin poder militar, que es Japón (primera vez que el poder enorme, el de la segunda economía, no está acompañado por una escuadra, por el material necesario para apoyarlo); tenemos las potencias emergentes, sobre todo China, que está jugando un papel muy curioso: tiene el mayor ejército del mundo (por supuesto, debía tenerlo en proporción), está comenzando a ser una fuerza naval de consideración aunque todavía no puede romper el cerco de no ser global, y a su vez tiene el enorme poderío económico de su mercado, que usa con mucha habilidad (todos querríamos venderle a Shangai, Uruguay se salvaría sólo con eso), y eso lo usa frente a Francia, frente a Alemania y usted ve que cada tanto van de visita y se van acercando, perdonándole el tema de los derechos humanos, el Tian An Men. Hay todavía potencias de las clásicas: Francia, Gran Bretaña, Rusia...

Es decir que hay un reordenamiento, es decir que notoriamente no hay un orden, y segundo que quienes van a estar en ese reordenamiento son piezas de distinto color, forma y calidad.

EC - Ese es el contexto en el que se produce un atentado o una serie de atentados que -todos los analistas y dirigentes coinciden- no tiene precedentes, por su precisión, por su logística, por la cantidad de víctimas, por el lugar donde se desarrolla, en el corazón mismo de Estados Unidos, afectando a sus símbolos de poder económico por un lado, poder militar por otro y seguramente intentando además destruir o agredir el símbolo del poder político, la Casa Blanca era seguramente otro de los blancos. ¿Qué cambian esos hechos del martes en ese tablero que usted estaba describiendo?

LAL - Le han tirado la cola al león, y cuando uno le tira la cola al león tiene que pensar qué va a hacer después. Esto ha sido hecho calculadamente para que el león se enfurezca.

EC - El presidente Bush dijo ayer que eran actos de guerra.

LAL - Sí; el contexto jurídico también va a ser distinto, porque en la teoría clásica y en el Derecho Internacional el estado de guerra es un estado jurídico: tiene que haber una declaración. Aunque parezca mentira, los abogados y las leyes estamos en todos lados, y el acto de guerra también tiene una descripción jurídica porque configura o debe estar prefigurado por un beligerante que ataca a otro, dos beligerantes. Llamarlo actos de guerra, sin lugar a dudas, es el prólogo para tomar otro tipo de actos que también están enmarcados en las costumbres y las normas diplomáticas internacionales, que son las represalias.

Hoy día, el acto de guerra ya no es más Pearl Harbor: allí fueron nada más que instalaciones militares. Se lo ha comparado mucho en estos días, pero poco y nada tienen que ver, eran objetivos militares en una situación que se venía tensando militarmente por el dominio del Pacífico.

EC - Y con un atacante absolutamente identificado.

LAL - Identificado, y que fue con sus banderas y sus aviones: era la guerra clásica. Aquí hay un ataque a gente inocente que es lo que vuelve estos hechos realmente repelentes, repugnantes y no sólo por la escala: mucha gente dice "¡Son 20.000 muertos". Con uno alcanza, la vida humana no se mide en términos de cantidad, se mide en la inocencia. Es el acto perverso del terrorismo, no voy a mi enemigo, al jefe de mis enemigos, al jefe del ejército enemigo, eventualmente al jefe del partido político: no: voy a Juan, Pedro y Josefina que estaban trabajando y produzco el acto de terror, doblego mediante el miedo, mediante el temor, aterrorizo.

La palabra que usa el presidente Bush hace pensar que va a haber actos de represalia. Evidentemente, y a la luz está -lo han hecho con Irak durante todos estos años- que Estados Unidos tiene la potencia necesaria para hacerlo sin dar cuentas a nadie. Además el presidente Bush no es muy cuidadoso en materia de derecho internacional: ya vimos lo que hizo Estados Unidos con Kyoto, con el protocolo de armas biológicas... No se queda en chiquitas.

EC - ¿Usted entiende que ese tipo de actitudes de la nueva administración de gobierno de Estados Unidos encabezada por Bush son el telón de fondo, han sido caldo de cultivo para un ataque de estas características?

LAL - No, creo que no. Primero, esto no es tan simple como en blanco y negro. Los diarios dicen que está detrás el señor Bin Laden, el del turbante. No creo que estas actitudes de Estados Unidos -que en definitiva no son más que manifestaciones de "Yo soy el poderoso y no me fijo mucho en las leyes"- tampoco dan para provocar una reacción.

Seguramente aquí hay sentimientos que no podemos medir. Cuando uno trata de sondear las pautas culturales de otras partes de la humanidad, legítimas todas... Una vez alguien me dijo que entre árabes decir que no es mala educación; yo no me había dado cuenta, y qué importante es, porque para el occidental es sí o no -por supuesto que uno trata a veces de decir que no graciosamente, suavemente-, pero si en una cultura decir que no es algo indebido, esto cambia mucho toda la dialéctica. A veces, cuando analizaba a mi estimado amigo el presidente Menem, decía que Carlos no razona cartesianamente como nosotros: él pertenece a una cultura de un razonamiento no cartesiano, que nosotros creemos que es la de todo el mundo. ¿Cuáles son los interiores del alma, de la cultura, del intelecto de gente que siente quizás que está en una guerra santa -concepto que también tendremos que profundizar- contra Estados Unidos?

EC - ¿Para usted es eso lo que está detrás, efectivamente?

LAL - Para mí es esto. ¿Qué otra cosa puede lograrse? Aquí no se buscaba vencer a Estados Unidos: si yo tratara de vencerlo materialmente, por imposible que parezca la tarea, elegiría las instalaciones militares; si intento quebrarle el espíritu -y éste quizás sea el objetivo- entonces hago este tipo de cosas; si intento hacerle daño económico tomo quizás alguno de estos objetivos. No sabemos cuál es el objetivo. Si es simplemente decir "No pueden con nosotros y aunque tenga que morir voy a morir mordiendo", es una expresión bastante eficaz la que han tenido. Pensemos que han puesto al mundo en jaque; ¿cuánta gente?, ¿1.000, 2.000, 5.000, 10.000? No sé.

EC - ¿Es un choque de civilizaciones, como dice Huntington?

LAL - Yo lo leí cuando recién apareció su artículo y después leí otro libro de él; creo que más que civilizaciones son nuevos agentes. El señala, por ejemplo, una línea de fractura Este - Oeste en el sur de Rusia contra el mundo musulmán; marca otra en la mitad de Europa, donde el mundo eslavo choca con el resto y está el remanente del imperio turco. Es notorio que en Bosnia pasó eso y que pasa permanentemente entre Afganistán y todos los "...stan", esos países que están allí, y Rusia, que siempre fue el colchón que impedía que ésta bajara hacia los mares cálidos. Es una de las constantes geopolíticas: Rusia no tiene mares cálidos y la búsqueda de las costas cálidas, salir de Crimea, del encierro del Mar Negro, es una de las constantes geopolíticas del mundo.

En este caso estamos viendo el tema de las religiones; las religiones se han puesto de moda.

EC - ¿Pero es un choque entre religiones?

LAL - No, pero sin lugar a dudas hay factores religiosos.

EC - Las civilizaciones que podrían estar en juego en este caso ¿son homogéneas? ¿El ataque es de una civilización contra otra?

LAL - No, no. En primer lugar, no creo que sean civilizaciones, creo que son culturas, que es un concepto más lato. Si a una persona le enseño que la vida no tiene valor en la medida que la sacrifique para tal cosa, multiplico por enésimas veces las posibilidades del terror. Fíjese que es curioso: uno toma los adelantos tecnológicos por un lado, los corta con una línea que se llama pauta cultural religiosa y puede dar una mezcla explosiva, porque si a mí no me importa morir agarro una motocicleta y atropello a toda velocidad contra una comisaría o contra el ómnibus en el que va gente que no me gusta. Cualquier objeto de la tecnología, porque la vida pasa a segundo o tercer plano y se convierte en un arma mortal. Esa es una mezcla explosiva.

EC - Entonces no es una religión la que encabeza la guerra.

LAL - No, dije "pauta religiosa". ¿Cómo voy a creer que el Islam es esto? El Islam es una de las religiones más tolerantes.

EC - Es gente dentro de una religión que se organiza de determinada manera para...

LAL - Yo no dije religión: dije pauta cultural religiosa. No le voy a hacer ese agravio al Islam, que es la más tolerante de las religiones, la que más permitió el cultivo de otras religiones en sus imperios. Es la pauta cultural llevada al enervamiento.

EC - Se lo pregunto porque una de las interrogantes más fuertes y dramáticas de estas horas es de qué tipo va a ser la represalia, a quién se le va a pegar.

LAL - No lo podemos adivinar, pero supongamos que estamos usted y yo asesorando al presidente Bush... La prudencia en el uso de la fuerza va a ser calificante de cómo es el Estados Unidos actual, la mesura -si cabe la palabra- de la reacción va a calificar en mucho, no solamente a esta administración sino a Estados Unidos, porque existe el poder para volar a un país entero de la faz de la tierra. ¿Se va a utilizar ese poder -es horrible estar hablando así de vidas humanas, pero así funciona el mundo- o se va a hacer lo que hace Israel: "En tal apartamento está reunido Fulano y trato quirúrgicamente de tomarme revancha o de matar a esa persona causando el menor daño a los demás pobrecitos que no tienen nada que ver"?

Es horrible estar hablando así, pero no hay dudas de que son dos cosas distintas. Si quiero hacer un atentado contra Luis Alberto Lacalle y Cotelo vayamos a la radio donde están hablando y tratemos de que no les pase nada a los demás de la radio, no volamos toda la manzana o el Centro.

EC - Esa es una parte del análisis; la otra es no tanto la reacción de los gobiernos y sus fuerzas armadas sino la reacción de la gente, de la sociedad. Más temprano Juan Rial contaba de su preocupación por los sentimientos racistas, sectarios que se han desatado concretamente en el caso de Nueva York, que es el lugar que conoce y donde estuvo caminando en la tarde de ayer.

LAL - Seguramente quien sea medio morocho, de bigotes y ande con un trapo en la cabeza en vez de con un sombrero va a ser mirado dos veces. Ya pasaba antes; me ha pasado tomar un avión para Israel en Francfort, estar junto con Julita haciendo la cola, esperando y ver que a una señora, por el solo hecho de estar vestida notoriamente como medioriental, le dieran vuelta hasta los zapatos. Es un efecto quizás deseado también, exacerbar esos sentimientos.

EC - Eso está pasando hoy y se va a acentuar. ¿Cómo se maneja esa variable? ¿Cómo maneja un gobernante esa variable?

LAL - Los gobernantes pueden hacer poco y nada, salvo tener mesura. Estar en ese cargo requiere responsabilidades enormes que quizás ni usted ni yo podamos medir. La mesura en el uso del poder, no alentar estas fuerzas, porque ahora es facilísimo salir a decir "Ciudadanos americanos, todos los musulmanes están contra nosotros, vayamos a la guerra santa". Eso es lo fácil, lo que corresponde para un hombre que tiene ese poder es decir "Señores, no confundamos países con terroristas, no confundamos religiones con exacerbamientos fanáticos, comportémonos como una nación con valores espirituales". Estados Unidos tiene valores espirituales enormes, es una nación fundada sobre valores que todos compartimos, es una nación que a partir de la declaración del 4 de julio de 1776 -que es el más lindo documento de la historia de la Humanidad- ha establecido pautas a las que nosotros de a poco nos hemos ido incorporando en esta parte del mundo llamada Occidente. Entonces yo espero que haya una apelación a lo mejor de esa nación y a lo mejor de las pautas de comportamiento que nos hacen distintos de quienes son capaces de matar gente inocente.

EC - ¿Cómo jugamos nosotros?, ¿qué papel nos toca en este nuevo tablero que se genera a partir del martes pasado? El presidente Bush dijo anoche "Los Estados Unidos de América utilizarán todos los recursos para vencer a este enemigo. Reuniremos al mundo, seremos pacientes, estaremos concentrados y firmes en nuestra determinación. Esta batalla llevará tiempo y resolución pero no se equivoquen acerca de esto, vamos a ganar". Dijo "reuniremos al mundo", luego dijo "las naciones amantes de la libertad del mundo están de nuestro lado".

LAL - Por supuesto que es así. Hay mecanismos, no se hace falta que se condene al terrorismo: ya ha sido identificado por Naciones Unidas como un flagelo.

EC - Usted fue presidente. Si fuera presidente ahora, ¿qué estaría haciendo, qué estaría pensando en cuanto a la acción?

LAL - Uruguay no tiene que intervenir en la acción, salvo formar parte de un sistema de seguridad internacional: aeropuertos, cuidado de los objetivos que podrían existir en nuestro país -embajada de Estados Unidos, escuelas-, de la misma manera que cuando tiran una bomba en AMIA usted también ampara a la colectividad judía, pone guardias; segundo, incorporarnos a no ser refugio de los terroristas, estar alertas.

Con la ETA nuestro país vivió mucho más de cerca lo que es tener en el seno de la sociedad a gente que había matado. Mata de a menos, pero no olvidemos que una vida vale lo mismo que mil: estamos hablando de vidas humanas, no de un score deportivo. Cumplimos la extradición con gran costo y con una decisión presidencial que me resultó difícil pero que tomé porque era mi deber.

EC - Para usted ¿hay riesgo de una tercera guerra mundial?

LAL - No creo, no creo porque no hay contendores, si hablamos de guerra mundial clásica.

EC - Puede ser una guerra mundial nueva, distinta.

LAL - Es lo que le decía del reordenamiento. Hasta los conceptos van a cambiar. ¿Qué es guerra? ¿Cuándo sale del episodio del terror solitario al segundo escalón que es el terrorismo coordinado y al tercero que es el terrorismo internacional coordinado, ETA, IRA, Talibán, narcotraficantes de Colombia? Ahí sí que te quiero ver escopeta, porque si usted prende un fuego en Colombia, en Irlanda del Norte, en Oriente Medio y otro en Chicago, entonces sí estamos ante una conflagración que no se dirimirá por los medios tradicionales -con flotas, aviones y bombas- pero sí habrá una agresión a la humanidad, a varias naciones y se podrá hablar de una guerra.

Creo que estamos en la situación de actos de terror, no de actos de guerra. Para mí todavía no lo son, pero veremos qué hacen los organismos internacionales. También hay que jugar a eso, Estados Unidos puede correrla solo, puede hacer como en la guerra de las Malvinas, "Inglaterra es mi amiga, ayudemos a Inglaterra", o como hizo en Irak, "Acá nos juntamos cuatro y lo hacemos", o ir por la vía de Naciones Unidas, en la cual tendremos que levantar la mano o no. Ahí respondo su pregunta: si soy presidente diré qué instrucciones doy a nuestro embajador en Naciones Unidas para ver cómo votamos, cómo votan los países con los que nos consultamos habitualmente, qué hacen los países de América del Sur, qué hacen los países del Grupo de Río -no los países del Mercosur, que no es una unidad política-, pero sí qué hacemos los países de América del Sur, del bloque latinoamericano. También convendría comenzar a consultar qué hacen Brasil, Argentina, Colombia, porque uno quiere escuchar, no porque vaya entropado en el pelotón.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón







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