13.09.2001






¿Cambió el mundo el 11 de septiembre?

Si es así, ¿cómo debe plantarse Uruguay ante la nueva realidad?



3) Ex presidente del Frente Amplio, general retirado Líber Seregni: Lo primero, cautela para identificar plenamente quién, para qué y por qué. No responder a la barbarie con barbarie.


EN PERSPECTIVA
Jueves 13.09.01, hora 09.05.


EMILIANO COTELO:
¿Estamos ante un nuevo mundo a partir del martes 11 de setiembre, como se ha sostenido por algunos? ¿Cómo plantarse en Uruguay ante esta realidad? Convocamos esta mañana a estadistas: a dos ex presidentes, Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, y al principal líder de la oposición, con posibilidades de ser gobierno en los próximos comicios, doctor Tabaré Vázquez. El doctor Vázquez declinó la invitación, no está concediendo entrevistas, y señaló que lo que tiene para decir en esta materia es lo que se divulgó el propio martes bajo su firma como presidente del Encuentro Progresista - Frente Amplio, que dice textualmente:

"Ante los atentados terroristas perpetrados durante las últimas horas en varias ciudades de los Estados Unidos de América, el Encuentro Progresista - Frente Amplio en su conjunto, y su presidencia en particular, expresan:

"1º) Su más enérgico repudio ante estos hechos de violencia que ya han causado irreparables pérdidas en vidas humanas, al tiempo que generado una delicada situación política internacional.

"2º) Sus condolencias al gobierno y pueblo de los Estados Unidos de América por la muerte y el sufrimiento que hoy golpea a tantos ciudadanos de ese país.

"3º) Su confianza en que la Humanidad en su conjunto sabrá superar racional y civilizadamente esta dolorosa circunstancia, y recorrer los caminos de paz indispensables para su pleno desarrollo".

***

De todos modos nos parece importante completar esta serie de notas con un punto de vista proveniente de la izquierda, y por eso hemos convocado al general retirado Líber Seregni, ex presidente del Frente Amplio, hoy dedicado al trabajo académico desde el Centro de Estudios Estratégicos 1815, que dirige. ¿Cuál es su visión de lo que ocurrió este martes?

LIBER SEREGNI:
Permítame una precisión previa: para nada me siento un estadista; soy simplemente un hombre que ha actuado en el campo político interno y que siempre ha estado preocupado por los problemas políticos a nivel mundial.

La segunda precisión es que no sustituyo al doctor Vázquez, ...

EC - No estaba planteado en esos términos.

LS - No, y no lo digo por usted sino para que no quepa ninguna clase de confusión al respecto. He accedido con mucho gusto a la gentil invitación que me formuló, y aquí estoy para dar una opinión sobre este tema.

Creo que los acontecimientos del martes señalaron un cambio cualitativo en los enfrentamientos y la acción del terrorismo. Por el volumen, por los escenarios tomados, por las repercusiones que indudablemente debía tener esto. El terrorismo no es de ahora: ha existido desde la más remota antigüedad. Pero ahora ha tomado un volumen, una extensión tremenda.

¿En qué cambió el mundo? En que por primera vez se sintió en todos los ámbitos a qué extremos puede conducir la irracionalidad de la acción terrorista. No voy a adjetivar lo que pasó el martes, ya se ha hecho suficientemente, pero quisiera señalar dos o tres cosas. ¿Qué es lo que está enfrentado en el momento actual? Debemos tener mucho cuidado cuando se hace esta definición a nivel mundial, para no establecer una nueva polarización en el mundo.

EC - Para usted ¿no existe una polarización?

LS - Lo que estos hechos demuestran es la existencia de distintas concepciones de la filosofía política respecto a la forma como conducir la lucha de ideas y la confrontación de ideas entre la gente. Esto es lo que está presente, sin lugar a dudas. Que se expresa a través de fundamentalismos, a través de luchas religiosas, a través incluso de enfrentamientos de carácter étnico, pero nunca se había alcanzado a este nivel. Y esto señala un alerta para todos: acá hay un problema cultural a nivel mundial en lo que tiene que ver con la afirmación de los grandes valores sociales, humanos, que están en crisis desde los últimos años del pasado siglo XX.

Ese es el problema, pero más que este problema en sí de un enfrentamiento de concepciones de vida, que vaya si es importante, lo que importa es cómo nos enfrentamos a él. Desde el martes he estado escuchando repetidamente la palabra "represalias", y el tema no se resuelve buscando represalias. Para resolver esta situación tremenda planteada a nivel mundial, primero hay que determinar con claridad quiénes fueron responsables, dónde está el origen de la responsabilidad de estos hechos, y qué objetivo político persiguen.

EC - Vayamos por esas preguntas. ¿Tiene elementos como para sacar una conclusión en cuanto a quiénes son los responsables?

LS - No: no la tiene el gobierno de los Estados Unidos, menos yo.

EC - Me refiero a una interpretación.

LS - No, incluso como interpretación. En esto, sin lugar a dudas, están influyendo poderosamente fuerzas que juegan en el escenario de Medio Oriente. Sin lugar a dudas. Incluso la individualización de los pilotos que habrían intervenido en el secuestro de los aviones ya señala un orden de pertenencia a determinado tipo de creencias. Pero eso no significa una identificación de este origen con un país, o incluso con una religión. En todo caso con una secta, pero en esto debemos ser muy cuidadosos porque, cuando se divide al mundo en dos grandes bloques... Acá la gran división es por un lado quienes conciben que la lucha política debe llevarse a través de la lucha de ideas y por caminos de paz, y los que son capaces de acudir a cualquier medio para satisfacer sus fines.

EC - En esa lectura, usted coincide con lo que planteaba el doctor Sanguinetti en la entrevista anterior.

LS - En ese plano, sí. Pero no es un conflicto de civilizaciones; no lo entiendo así ni incluso en una concepción más amplia como un conflicto de culturas, sino de gentes... En todos lados los hubo y los hay: acá el fundamentalismo no es solamente árabe: hubo posiciones fundamentalistas en todas las expresiones políticas y a través de todos los tiempos. Lo que ocurre es que ahora ha tomado un cariz muy especial.

Lo que quiero señalar respecto a pregunta original es cómo Estados Unidos, como el mundo entero, la Humanidad fueron lesionados en sus valores por los hechos del martes. ¿Cómo se enfrenta eso?

EC - Además de haber sido dirigente político, usted tiene detrás una carrera militar: tiene las dos visiones que se conjugan para encarar una coyuntura como esta.

LS - En principio, esto no se resuelve por la vía de la represalia.

EC - ¿Usted entiende que un gobierno como el de Estados Unidos no debería responder?

LS - Pero ¿cuál es la respuesta? Ahí está el sentido: no es operando por la vía de la fuerza contra un país o contra una región determinada. Lo primero de todo es ubicar a los responsables, y circunscribir las áreas de responsabilidades antes de contestar.

EC - Pero una vez ubicados los responsables, ¿debe haber acciones militares?

LS - Debe haber las necesarias y conducentes al castigo de los responsables, que es distinto. No necesariamente implica el uso de los medios militares, porque puede ser ubicado un pequeño grupo y resolverse incluso dentro del ámbito de las relaciones internacionales a través del juicio de estos hechos, dentro de los valores de la Carta de las Naciones Unidas y de las relaciones establecidas.

Debemos tener mucho cuidado porque hay cantidad de cosas en juego. Que no se lleve a los extremos esta bipolaridad, no andar haciendo caza de brujas y reproduciento situaciones que se vivieron cuando el McCarthysmo, y que después vivimos en el campo interno durante la "guerra fría", a través de la mal llamada Ley de Seguridad Nacional que nos fue impuesta, y que produjo rupturas en nuestra sociedad, las que nos condujeron a las cosas que condujeron.

EC - El diario Washington Post informó hoy que el gobierno de los Estados Unidos logró un compromiso de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) y "se prepara para un posible ataque contra el terrorista islámico Osama Bin Laden y sus aliados en Afganistán".

LS - Bueno... Vamos a ver cómo actúa, y cómo actúa el gobierno de Afganistán al respecto. También leí algún telegrama que se estaba considerando en reuniones con los talibanes qué posibilidades habría de proceder incluso a la extradición de la figura declarada como culpable. Pero las acciones no pueden preverse antes de determinar con claridad quién es el enemigo, digamos, y cómo responder a las acciones de ese enemigo. No creo que la mejor manera sea el "ojo por ojo - diente por diente", o una represalia mayor. Contestar un acto de barbarie con una barbarie mayor en potencia y en profundidad. No tendría sentido; sería incluso entrar en el campo al que se quiere combatir ideológicamente.

EC - Quizá el planteo sea excesivo, pero ha circulado en estos días: la especulación a propósito de una "tercera guerra mundial".

LS - No, no lo veo así. Primero, estas acciones de terrorismo no configuran actos de guerra: son actos de violencia extrema... Aquí lo importante, repito, es cuál es el origen y qué objetivo político se persigue con esta barbarie del martes. Porque no se emprende una acción de estas, que tiene todo un montaje que demuestra la existencia de toda una organización y el dispendio de medios, infraestructura y una logística muy importantes, sin un objetivo político. Puede ser tan simple como "Demostrar al Imperio que no es invulnerable". Pero eso no resuelve los temas: ¿para qué se hizo esto? ¿Para intimidar? ¿Por qué y en función de qué objetivos? Esto es lo más importante. Si Estados Unidos por un lado, pero también la Humanidad entera, no logran determinar este tipo de cosas, las reacciones y las acciones que pueda emprenderse, en vez de contribuir a resolver el problema a nivel mundial, pueden contribuir a crear condiciones para extender el conflicto y llevarlo de lo que es un acto terrorista a la posibilidad de una conflagración a otro nivel.

EC - En este escenario, en este espectro de reacciones posibles, ¿qué papel juega Uruguay?

LS - No puede ser otro que el que ha sido explicitado por unanimidad de las fuerzas políticas, partidos y sectores: el alineamiento en el rechazo a este tipo de acción, y contribuir en la medida de las posibilidades a combatir esta tendencia donde aparezca.

Esto lleva a otra cosa: qué enseñanza nos deja a nivel nacional, y qué previsiones debe tomarse en lo que puede aparecer como conductas imitativas. Que el impacto que ha significado este hecho lleve a que grupos extremistas, aunque no de estas características, puedan caer en la tentación de reproducir acciones de este tipo. No hay ningún lugar en el mundo contra el terrorismo, pero es obligación de los Estados y de los gobiernos prevenirse de ellos.

EC- ¿Esto implica un alineamiento con los Estados Unidos?

LS - No un alineamiento con los Estados Unidos sino con un principio...

EC - Se lo pregunto porque, seguramente, en este momento muchos oyentes frenteamplistas, y no sólo ellos, piensan (es algo que todos hemos escuchado en estos días) que Estados Unidos también ha sido responsable de acciones terroristas o antidemocráticas en otros puntos del mundo, que Estados Unidos también ha actuado bajo la premisa de que "el fin justifica los medios". ¿Cómo responde a ese razonamiento?

LS - No se trata de alinearse con Estados Unidos como nación, con todos sus procedimientos y sus políticas. Se trata de tomar posición ante una situación planteada que tiene características mundiales, y esa posición no puede ser otra que la defensa de los principios de la democracia y de la búsqueda de la paz. Y el enfrentamiento más decidido a toda forma de terrorismo, cualquiera ella sea.

EC - En su discurso de ayer, el presidente Bush dice "Reuniremos al mundo", para esa respuesta ante este tipo de atentados...

LS - Pero me imagino que lo dice no sólo desde el punto de vista espiritual sino incluso en lo que puede ser brindar información y no prestarse a ser refugio para quienes pueden ser los responsables de estos hechos. En ese plano, Uruguay debe tomar todas las medidas para que el Estado y el gobierno estén bien informados de los hechos en relación a estos acontecimientos y esta manera de operar, y por otra parte prestar apoyo, repito, brindando información y previniendo que no pueda prosperar en territorio nacional ninguna clase de apoyo a esta idea.

EC - Usted recomendaba determinado tipo de procedimiento ante esta coyuntura, en cuanto a si responder o no: primero investigar y resolver con claridad quiénes son los responsables, qué objetivos perseguían...

LS - No puede ser de otra manera: nadie puede tomar una medida de combate o de represalia sin precisar bien las responsabilidades.

EC - Mi pregunta es: la administración del presidente George Bush, ¿tiene una trayectoria, un posicionamiento que permita augurar que los pasos van a ser dados en esa dirección, de esa manera que usted propone?

LS - Esperamos que así suceda.

EC - ¿Cómo observa los primeros pasos en estos dos días?

LS - Veía, primero, extremar la información al respecto. Acá hay, y esto también hay que decirlo porque condiciona las decisiones posteriores, una falla tremenda, ostensible, de los sistemas de seguridad y de prevención en los Estados Unidos.

EC - Pero me interesaba conocer cómo ha visto usted las reacciones en estas primeras 48 horas.

LS - Hasta ahora han sido cautas. Y es lo que digo: debe imperar por sobre todas las cosas la ponderación. Más que nunca, es un momento en que el gobierno de los Estados Unidos, que es el responsable, debe tener la cabeza muy fría y el sentido muy claro de responsabilidad que le corresponde por ser la potencia que es. Frente a los actos que emprenda, como Estado, como gobierno, y a los que busque en cuanto al apoyo de orden mundial. La posición adoptada por la Otan es que está dispuesta a prestar todo su apoyo, y la Otan es una organización militar. Lo que ofrece, entonces, es el apoyo de la fuerza para lo que haya que actuar al respecto. Pero primero hay que ver dónde aplicar la fuerza, para qué, por qué. Y en esto soy porfiado: si primero no se identifica plenamente a los responsables del hecho, y qué comprenden (porque comprenden no sólo circunstancias de tipo social sino de tipo geográfico)... Identificar esto con Afganistán me parecería una barbaridad.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón








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