Sanciones
por los atentados en EE.UU.: para Uruguay, todo dentro de las disposiciones
de las Naciones Unidas
Canciller
interino Guillermo Valles: "Las medidas que se adopte deben
estar encuadradas en las normas internacionales. Si no, entraríamos
efectivamente en el terreno al cual el terrorismo nos quiere llevar".
EN PERSPECTIVA
Miércoles 19.09.01, hora 07.35.
EMILIANO COTELO:
Como reacción a la crisis internacional desatada por los
atentados ocurridos en los Estados Unidos, el gobierno uruguayo
condicionó un eventual empleo de la fuerza a las normas y
las garantías contenidas en la Carta de las Naciones Unidas.
El Poder Ejecutivo, reunido ayer en Consejo
de Ministros, resolvió que la diplomacia uruguaya no acompañará
la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(Tiar). El ministro de Relaciones Exteriores, Didier Opertti,
llevará esa posición a la reunión de la Organización
de Estados Americanos (OEA) que tiene lugar hoy. El gobierno encomendó
al ministro procurar una respuesta eficaz, que abarque al conjunto
de países del hemisferio, con base en la carta de esa Organización.
El canciller,
con quien habíamos charlado justo antes de que se produjera
esta resolución del Consejo de Ministros, ya se encuentra
en viaje a Washington. Ahora estamos en comunicación con
el ministro interino de Relaciones Exteriores, embajador Guillermo
Valles. ¿Cuál es el espíritu de la posición
uruguaya?
GUILLERMO VALLES:
El Consejo de Ministros adoptó una resolución que,
en primer lugar, reafirma en forma contundente la solidaridad y
el apoyo al gobierno y al pueblo de Estados Unidos, y particularmente
al alcalde de Nueva York en la reconstrucción de su ciudad.
No es un hecho menor en estos momentos hacer una reafirmación
política por parte de todos los integrantes del Consejo y
consecuentemente de todas las fuerzas políticas que componen
el gobierno del Uruguay.
En segundo lugar,
se manifiesta el más absoluto rechazo al terrorismo y a los
medios terroristas como método de acción política.
En tercer lugar,
reafirmando que las medidas que se adopte a nivel internacional
deben tener por propósito último, por objetivo último,
formar una suerte de coalición, de unidad para la preservación
de la paz a nivel internacional, dadas las complicaciones enormes
que puede traer un sistema internacional que no fuera regido por
normas, en el cual prevalezca el uso de la fuerza. Hizo una invocación
clara a la carta de la OEA y a la necesidad de que la búsqueda
a nivel hemisférico se realice a través de la convocatoria
del órgano de consulta de los cancilleres que componen la
Organización.
EC - Ya habíamos
hablado de este punto con el doctor Opertti, pero ahora que hay
una definición es bueno explicar el matiz. ¿Por qué
el Órgano de Consulta de la OEA y no el Tiar?
GV - Básicamente
por lo siguiente: México ha anunciado la denuncia del Tiar
y sus modificaciones, que es un protocolo que surge en 1948 en Rio
de Janeiro. Por otra parte, ni Canadá ni de los Estados del
Caribe forman parte del Tiar: entonces, si estamos buscando una
respuesta de unidad política, de solidaridad, de manifestación
homogénea, unánime, de este región del mundo,
nos parece que es mucho más eficaz a ese objetivo hacerlo
a través de la carta de la OEA, que todos compartimos, y
cuyo Órgano de Consulta está previsto que sea a nivel
de los cancilleres.
A ese propósito,
justamente, el Consejo de Ministros emitió ayer esa declaración,
y también a ese propósito partió ayer el canciller
Opertti.
EC - Por otro
lado, se subraya que las acciones en respuesta a los atentados de
la semana pasada en Nueva York y Washington deben estar aprobadas
y de acuerdo con los estatutos de las Naciones Unidas. ¿Esto
se va a explicitar ya ahora, en la reunión de la OEA?
GV - Exactamente.
Esa es la posición que llevamos y que va a ser compartida
por otros países también. Nuestra visión es
que el uso de la fuerza está debidamente regulado por la
Carta de las Naciones Unidas, que establece las excepciones legítimas
al principio del no uso de la fuerza. Consecuentemente, debemos
referirnos a las mismas. Recordará que la Carta de la ONU,
que en definitiva es la que regula al conjunto de los países
del mundo, establece como excepciones legítimas para el uso
de la fuerza la legítima defensa individual o colectiva o
la aplicación de medidas coercitivas autorizadas por el Consejo
de Seguridad. Esa es la posición que habrá de transmitir:
el instrumento, Órgano de Consulta de cancilleres de la OEA,
invocando la Carta de la ONU.
EC - ¿Qué
quiere decir, en términos prácticos, que Uruguay no
comparte que la respuesta opere en esta coyuntura como se ha dado
en alguna ocasión anterior, por ejemplo a partir de un accionar
conjunto de EE.UU. con países de la Otan?
GV - No comparte
ni deja de compartir. Lo que decimos, primero, es que aquí
no se ha adoptado medidas, pero que las medidas que se adopte deben
estar encuadradas en el orden internacional y en las normas internacionales,
y de acuerdo también a los propósitos de la ONU. En
definitiva, debemos utilizar la fuerza encuadrada en el orden internacional.
Si no, entraríamos efectivamente en el terreno al cual el
terrorismo nos quiere llevar.
EC - Una precisión:
Uruguay entiende que si se adopta medidas ¿no sólo
deben estar de acuerdo con las normas y garantías de la Carta
de la ONU, sino que además deben ser objeto de una aprobación
formal en la ONU?
GV - Exactamente:
deben ser autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
EC - Es una
precisión importante. También las crónicas
recogen que el presidente Batlle se expresó en términos
de "Castigo sí, venganza no".
GV - Exactamente.
EC - Esto quiere
decir, entre otras cosas, que hay que identificar previamente a
los responsables de los atentados.
GV - Quiere
decir lo que estábamos diciendo: llevados por impulsos que
podrían ser naturales, no desatar a escala internacional,
y probablemente a escala global, toda una serie de acciones que
no estén encuadradas en las normas internacionales. Esto
es: adoptar medidas coercitivas en tanto estemos tratando de punir
a los verdaderos responsables de todo esto, y en particular a quienes
actúan utilizando medios ilegítimos para sus propósitos
políticos.
EC - ¿Esto
implica que el instrumento debe ser la Justicia, o puede ser la
acción bélica?
GV - Como decía,
la acción bélica está permitida por Naciones
Unidas en función de la autorización que dé
el Consejo de Seguridad. Lo que se busca aquí, y no podemos
referirnos en detalle a algo que todavía es hipotético...
EC - Sí:
lamentablemente estamos todavía en el plano de las hipótesis,
y hay demasiadas preguntas, pero entiendo que no pueda todavía
dar una respuesta a todas ellas.
GV - De eso
se trata. Lo que hacemos es una definición de principio,
una definición bien clara de cuál es el marco en el
cual debemos desarrollar las acciones, y es en ese marco que para
nada resta solidaridad y apoyo a EE.UU. en este momento, pero sí
marca claramente que estamos frente a un desafío histórico
mayor, en el cual el propósito debe ser, en cualquier caso,
la preservación de la paz internacional.
Es un acto delicado,
como para dejarlo al arbitrio de las acciones que no estén
regidas por el derecho internacional. Debemos encuadrarlo en el
derecho internacional; dentro del orden internacional debemos encontrar
las garantías para la paz y para punir, para hacer coercitivias
las medidas que se desee adoptar contra el terrorismo.
EC - Está
claro que esta posición de Uruguay coincide con la de otros
países latinoamericanos.
GV - Sin duda.
EC - Por ejemplo,
Brasil.
GV - Diría
que, de una u otra forma, el conjunto de los países latinoamericanos
participan de la misma idea.
EC - Pero ¿qué
pasa en Europa? ¿Se lo ve de esta misma manera?
GV - Hay una
referencia permanente de EE.UU. y también de Europa respecto
a la ONU: el Consejo de Seguridad también ha sido bien claro
en la condena y en la necesidad de la entrega de Bin Laden como
primera medida, y consecuentemente hay por parte de todos los actores
a nivel internacional, esta es mi percepción, un interés
de encuadrar todo el accionar en el terreno que estamos defendiendo:
el terreno del sistema democrático, y consecuentemente el
de la preservación de la paz a través del derecho.
Diría que esa es una reacción colectiva que se percibe
prácticamente en todos los países, en mayor o menor
grado.
Insisto: el
problema es lo suficientemente delicado como para imaginar acciones
que vayan más allá de lo que el Derecho permite realizar
a escala internacional.
EC - Usted mencionó
la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de ayer.
Una precisión para tratar de entender mejor lo que acaba
de aprobarse: si efectivamente algún país entregara
a Osama bin Laden respondiendo a esa exhortación: ¿dónde
sería juzgado?
GV - Estamos
todavía en el terreno de las hipótesis. Desgraciadamente,
esa hipótesis todavía no se ha confirmado, y tendremos
que ver qué sucedería. Existe claramente un marco
internacional que perfectamente permite el enjuiciamiento internacional,
pero es una materia harto compleja y yo, por lo pronto, no estoy
dispuesto a manejarme todavía con hipótesis en esa
materia.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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