02.10.2001

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La crisis olvidada
Barnett R. Rubin
1996

Claves para la comprensión del conflicto afgano.
Montserrat Boix, Diciembre 2000

“Cómo enseñé a los afganos a matar”
Tom Carew, Londres
(Página 12)

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El Afganistán que espera un ataque (II)

Dr. Marco Tulio Boasso (Organización Internacional para las Migraciones): Hay una escasez enorme de comida, agua, bienes primarios. En un país con 25 millones de habitantes, cinco millones dependen de la distribución alimenticia de la comunidad internacional. Y no es que el resto tenga capacidad de subsistir: no ha sido seleccionado como beneficiario.


EN PERSPECTIVA
Jueves 27.09.01, hora 09.09.


EMILIANO COTELO:
Mientras la comunidad internacional sigue esperando un ataque sobre Afganistán, que cada vez parece más cercano y evidente, en el corazón de ese país de Asia Central se está desencadenando una crisis humanitaria de enormes proporciones. Una situación que ya era pésima, ahora empeora rápidamente.

¿De qué estamos hablando cuando decimos crisis humanitaria? ¿Cuáles son las estrategias para seguir ayudando a una población ya sumamente castigada? ¿Cómo están reaccionando los organismos internacionales? Vamos a conversarlo con el doctor Marco Tulio Boaso, desde Ginebra. El doctor Boaso, con quien ya hemos hablado antes, es uruguayo, abogado, desde 1994 trabaja en la Organización Internacional para las Migraciones vinculado a temas de ayuda humanitaria; es senior emergency officer y está encargado de la zona de Asia Central. Ha estado 10 veces en Afganistán en los últimos años.

En estos últimos días hemos escuchado muchas veces decir que la situación en Afganistán ya era desastrosa antes del suceso de los atentados en Estados Unidos. ¿Podemos describir en grandes líneas cuál era el panorama humanitario de Afganistán antes del 11 de setiembre?

MARCO TULIO BOASSO:
Antes del 11 de setiembre, Afganistán enfrentaba la peor sequía de toda su historia; una sequía que se viene prolongando ya por más de tres años, en un país que ya de por sí tiene problemas de aguadas, con una orografía montañosa, arenosa, con altas temperaturas en verano y primavera, y que había visto desmantelados los resabios de su economía en estos últimos años.

A eso usted le agrega 20 años de conflicto, que podemos señalar desde el ingreso de la ex Unión Soviética al país, momento a partir del cual todo quedó prácticamente desmantelado. Afganistán carece totalmente de infraestructura de toda naturaleza. En su momento fue un país turístico que ofreció a los visitantes una especie de viaje al medioevo en condiciones de seguridad; hoy no recibe más que personal de organismos internacionales que vienen a ayudar.

La situación es realmente mala, hay una escasez enorme de comida, escasez de agua, escasez de bienes primarios y cinco millones de la población dependen de la distribución alimenticia que hace la comunidad internacional. En un país que, según el último censo, tiene 25 millones de habitantes hay cinco millones que dependen de la distribución alimenticia establecida en diferentes puntos del país. No es que el resto tenga capacidad de subsistir, pero más o menos tiene una mejor condición y no ha sido seleccionado como beneficiario.

EC - ¿Qué cambió después del 11 de setiembre: por dónde vino el agravamiento de este panorama?

MTB - La comida escasea aún más, porque mucha gente -la poca que tiene acceso a la comida- empieza a hacer stock. La distribución de comida de la comunidad internacional ha cesado completamente en la mayoría de los puntos, a los que ya era difícil acceder.

Además, se viene agravando un fenómeno que ya existía por razones de conflicto y fundamentalmente económicas, agravadas por la sequía: los desplazados internos. Le diría que hay tres categorías de grupos poblacionales vulnerables:

Por un lado están los desplazados internos, aquellos que se mueven de una parte a otra del país buscando mejores posibilidades de subsistencia. Últimamente habían llegado a recuperar un poco los niveles de vida porque la comunidad internacional había establecido campamentos de desplazados donde se los alimentaba, se los atendía desde el punto de vista de la salud y se les daba una serie de beneficios, incluso ropa.

Después están los migrantes, aquellos desplazados internos que han logrado cruzar la frontera del país y se dirigen a los países vecinos. En Pakistán se ha contado más o menos tres millones de refugiados, aunque más que de refugiados yo hablaría de migrantes irregulares, entre los cuales existe un porcentaje alto de refugiados por razones políticas y de conflicto. De modo que no todos son refugiados, la mayoría son migrantes por razones económicas. Del lado iraní hay una población de aproximadamente un millón de esos migrantes, entre los cuales también hay un porcentaje de refugiados. Al norte y al noroeste, en Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán, hay también una presencia importante de grupos, pero no tanto como en Pakistán e Irán.

La tercera categoría está compuesta por los más damnificados, que son los atrapados internos, como se los llama, que son individuos tan pobres, cuya situación es tan difícil, que ni siquiera han podido salir de las comunidades de montaña donde viven. En esta situación se encuentra un gran porcentaje de la población y va a ser muy difícil acceder a ellos para poder brindarles la ayuda del caso.

Esas tres categorías componen los grupos vulnerables de Afganistán. No olvidemos que el resto de la población no se encuentra en mucho mejor situación.

EC - A todo este panorama se ha agregado una noticia negativa después del 11 de setiembre por otro lado: el cierre de fronteras.

MTB - Efectivamente. Con todo el tema del terrorismo, los países tienen temor de abrir las fronteras porque temen a la infiltración fundamentalista en sus países a través de ese flujo de poblaciones móviles de migrantes y refugiados.

Además hay un tema económico: mantener a ese grupo de individuos que se asientan en los territorios nacionales de estos países es de por sí un problema muy serio. Las organizaciones como la nuestra y otras de la comunidad internacional tratan de ayudar a los países a manejar esta situación y llevar bienes y servicios a los lugares donde esta gente se asienta. Se ha establecido un sistema -que vamos a empezar a implementar dentro de poco- que es un corredor de ayuda a través de Irán, por el cual la comunidad internacional espera poder organizar convoys de comida y víveres para algunas de estas poblaciones.

EC - ¿Hay alguna frontera abierta hoy en Afganistán?

MTB - No hay ninguna frontera abierta: hay un corredor humanitario, que es distinto.

EC - ¿Puede explicar la diferencia?

MTB - La frontera abierta es donde la normalidad del fenómeno migratorio se produce a través de cualquier punto de frontera, con algunos puntos de comprobación y de gestión. Cuando la frontera se cierra hay un despliegue de tropas a lo largo de toda su extensión; estamos hablando de una frontera con Irán de 800 quilómetros, que está totalmente vigilada. Sin embargo, frente a la catástrofe que se espera, la comunidad internacional ha logrado que Irán establezca un corredor humanitario a través del cual no va a dejar ingresar a cualquier afgano que quiera salir del país, pero va a dejar pasar convoys de camiones cargando comida, víveres, medicamentos, etcétera, elementos de primera necesidad para ayudar a estas poblaciones. Ese tipo de ayuda se va a distribuir a través del personal de organizaciones internacionales de nacionalidad afgana que trabajaban con nosotros en el país, y que han quedado a cargo de las operaciones que estábamos desarrollando antes del 11 de setiembre.

EC - ¿Qué ha pasado con los funcionarios de organismos internacionales que desarrollaban su tarea en Afganistán?

MTB - Todos los funcionarios internacionales han debido ser evacuados. Es una norma y una política de los organismos no dejar presencia internacional cuando se produce este tipo de guerra, conflicto o enfrentamiento. Afganistán era una excepción: allí había una pequeña presencia de organismos internacionales con un número muy limitado, por razones de seguridad, que eran los que administraban todo este tipo de operación. Pero, con motivo de la amenaza de invasión, bombardeo o de lo que sea que vaya a ocurrir, han debido abandonar el país. Incluso la Cruz Roja, que tiene un mandato fijado para intervención en períodos de guerra brindado por la Convención de Ginebra, también ha optado por dejar el país porque la situación es demasiado inestable. Es imprecedentemente inestable la circunstancia que se vive en Afganistán para que cualquier persona que no sea afgana pueda permanecer allí.

EC - El solo hecho de estar hablando por un teléfono satelital implica poner en riesgo la vida hoy en Afganistán; ¿es verdad?

MTB - Exactamente. Hay que entender que para los talibán ésta es una guerra, entonces los altos sistemas de comunicación que la comunidad internacional había establecido fueron totalmente prohibidos por las autoridades: se emitió un bando que advertía que cualquiera que fuese sorprendido hablando por radio HF o por teléfono satelital sería ejecutado en el momento. De manera que eso interrumpió durante mucho tiempo la comunicación con los colegas de Afganistán.

En algunas zonas, como la ciudad de Herat, provincia de Herat, casi fronteriza con Irán, al noroeste de Afganistán, se ha podido seguir estableciendo contacto gracias a un acuerdo al que se llegó con las autoridades, pero en las otras áreas de intervención el contacto es prácticamente imposible.

Hemos recibido informes muy escuetos de algunos colegas que han llevado los teléfonos a la frontera y los han pasado a otros colegas de la comunidad internacional; con esos informes hemos podido efectuar una planificación para una ayuda que debe rondar los U$S 500 millones para empezar a asistir y responder a las necesidades básicas de estas poblaciones.

EC - ¿De qué manera están trabajando las organizaciones de ayuda, los organismos internacionales para enfrentar este agravamiento de la situación humanitaria del pueblo afgano, tanto sea el que está adentro como el que ha logrado salir? Por un lado usted mencionó la creación de un corredor humanitario en la frontera con Irán para permitir el ingreso de camiones con víveres y otro tipo de asistencia; ésa es una de las líneas de acción. ¿Qué otras? Se lo pregunto porque, a pesar de que se ha producido el cierre de fronteras. la ONU teme que 1,5 millón de personas huirán de Afganistán. La mayoría de los desplazados, unos 900 mil, llegaría a Pakistán, mientras otros 400 mil podrían dirigirse a Irán y unos 50.000 a Turkmenistán y Tayikistán.

MTB - Esos son los movimientos poblacionales a los cuales me refería. Creo que sí, que eso puede ocurrir. Veo muy difícil que 1,5 millón de afganos pueda forzar la guardia de frontera en Pakistán; lo que puede ocurrir es que, a través de las negociaciones políticas que se siguen desarrollando, se logre la reapertura de las fronteras o por lo menos admitir un porcentaje de esta gente dentro del país. Recordemos que la aceptación de población inmigrante es un derecho soberano de cada Estado, y así se mantiene: si un Estado decide no dejar entrar a nadie, nadie entra.

EC - ¿Cuántos afganos se han ido y hoy están acampados, tanto en Pakistán como en Irán, Turkemistán y Tayikistán?

MTB - Tenemos unos 4, 5 millones de afganos en los países fronterizos.

EC - Y ahora se habla del riesgo de que esa cifra aumente en 1,5 millón.

MTB - Exactamente. Le digo que lo dudo; el riesgo está, y por eso estamos planeando cómo responder a ese flujo de poblaciones que puedan cruzar las fronteras y llegar a estos países. Pero desde el punto de vista fáctico es muy difícil cruzar fronteras, incluso sin guardias que las protejan porque la orografía no lo permite con facilidad y la población está muy débil, no tiene víveres, no puede desplazarse. Estamos hablando de que hay lugares donde no hay ni carreteras, hay caminos. Veo muy difícil que estas poblaciones, ya debilitadas, puedan moverse de un lado a otro. También veo muy difícil que, aunque puedan congregarse en las zonas fronterizas, tengan la posibilidad de pasar a través del despliegue militar que ya existe en estos países, sobre todo en Irán y Pakistán, que han sido los más afectados por la presencia de inmigrantes afganos. Esa es nuestra posición.

Usted me preguntaba qué medidas se están tomando. El corredor humanitario es la única medida; la otra es la negociación con los países del área -Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán- para que permitan otro corredor humanitario similar al de los iraníes, ¿y por qué no los pakistaníes?, para poder asistir a la población que queda dentro del país, que va a ser definitivamente la más vulnerable. Los que están afuera ya están siendo atendidos desde hace 20 años, ya tenemos generaciones enteras que han nacido en el exilio, en campos de refugiados e incluso muchos que ya son pakistaníes e iraníes porque han sacado su ciudadanía.

EC - ¿Esa gente ha logrado construir algún esquema de vida más o menos sustentable?

MTB - Muchos de ellos lo han hecho. Según la Convención de Ginebra, el refugiado también tiene derecho a trabajar, tiene derecho a un estatus especial, de manera que no se le prohíbe el trabajo, tratar de insertarse en la sociedad. Que no sea fácil es otra cosa, pero desde el punto de vista jurídico el refugiado puede salir del campo, puede ir a trabajar.

Cuando hablamos de campos de refugiados estamos hablando de verdaderas ciudades. Por ejemplo un campo de desplazados que existe en Herat, que se llama Maslak, está considerado la quinta ciudad más grande de Afganistán: tiene calles, servicios, etcétera. De manera que hay que tener en cuenta esa dimensión y que el proceso de salida de las poblaciones afganas ha sido permanente, ha sido un flujo permanente. Algunos vuelven, pero otros vuelven a salir también, algunos entran pero regresan al país vecino. No es una situación estática sino un proceso permanentemente recurrente.

EC - ¿Queda algo por decir en cuanto a lo que puede hacerse y está en los planes de las organizaciones internacionales de ayuda?

MTB - No, todo ha estado cubierto. Hay que seguir negociando, buscando la buena voluntad de los países. Como dato le digo que una catástrofe similar sólo se vivió durante la guerra del Golfo, cuando hubo una salida tremenda de refugiados y de poblaciones que salían por razones de la guerra. Se hace todo lo que se puede, pero es difícil. Hemos recibido informes de oficinas que han sido robadas, saqueadas; bodegas de comida que estaba destinada a estas poblaciones han sido violentadas. Uno no tiene control de lo que pasa en un país al cual no se puede acceder y con el cual es difícil comunicarse. Se hace lo que se puede y esperamos que todo sea salga lo mejor posible.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón








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