Las aerolíneas después del 11 de setiembre
José
Luis Hernández (United
Airlines): Durante la suspensión dejamos de percibir
cerca de U$S 500 millones de ingresos. El total del impacto va a
tardar quizás años en terminar de ser cuantificado
y sin ninguna duda va a ser una cifra colosal.
Marta Pandín, vocera de American
Airlines para Miami y Latinoamérica: Nada más
que en el mes de setiembre American ha gastado U$S 1.000 millones
en efectivo, aunque recibimos una ayuda federal de U$S 900 millones,
de modo que se puede ver que es una situación muy crítica.
EN PERSPECTIVA
Martes 02.10.01, Hora 9.00.
EMILIANO COTELO:
Desde los atentados del pasado martes 11 de setiembre las líneas
aéreas están sumergidas en la que es, seguramente,
la mayor crisis de la industria. Un sector que ya se encontraba
en dificultades ha sido fuertemente golpeado. Casi todos los días
recibimos noticias de despidos, tanto en las aerolíneas como
en las fábricas de aviones. Ya hemos oído hablar de
más de 100.000 ceses, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Tan es así que el Congreso de Estados Unidos aprobó
concretamente el 21 de setiembre, un plan de salvataje para las
líneas aéreas de U$S 15.000 millones.
Hoy les proponemos
examinar la situación de las aerolíneas después
de los atentados, qué impacto ha tenido la tragedia contra
Nueva York y Washington, qué medidas se están tomando
para hacer frente a la crisis, cómo afectará esto
a las operaciones en nuestra región.
Vamos a conversar
en primer término con el señor José Luis Hernández,
gerente general de United Airlines para Uruguay y con Marta Pandín,
vocera de American Airlines para Miami y Latinoamérica.
***
EC -Hernández,
estamos hablando con las dos compañías que fueron
involuntarias protagonistas de los atentados del martes 11 -fueron
aviones de United y de American los utilizados para llevar a cabo
las agresiones-; ¿son también las dos compañías
más afectadas por las consecuencias?
JOSÉ
LUIS HERNÁNDEZ:
Sin ninguna duda. Al haber sido golpeadas de esa manera las consecuencias
económicas directas sobre las compañías, por
todas las responsabilidades que existen por la pérdida de
vidas y de propiedades, son enormes y se suman, como bien dijo,
a las dificultades que ya toda la industria venía experimentando
antes.
EC - ¿Podemos
detallar, en la medida de lo posible, cuál ha sido el impacto
de los atentados en el caso de United Airlines?
JLH - Desde
el punto de vista de las operaciones, en el momento de su mayor
pico, hace dos años, nuestra compañía venía
operando 2.600 vuelos; paulatinamente los fue reduciendo a 2.400,
que era lo que estaba operando hasta el 11 de setiembre.
EC - ¿A
qué período de tiempo corresponden esas cifras?
JLH - Son vuelos
diarios. De 2.600 vuelos diarios se pasó a 2.400, justamente
porque ya había pequeñas dificultades económicas
que venían aconsejando una reducción del nivel de
operaciones.
EC - ¿Y
después del 11 de setiembre?
JLH - Después
de esa fecha pasamos a operar un 80% de esos vuelos, es decir unos
1.900. Pero ahora nuestra compañía anunció
que a partir del 1º de noviembre el volumen de operaciones,
comparado con lo que era antes del 11 de setiembre, va a pasar a
ser un 74%.
EC - 74% del
movimiento previo al 11 de setiembre.
JLH - Exactamente,
unos 1.800 vuelos diarios, más o menos.
EC - ¿Qué
caída han notado en la demanda de pasajes?
JLH - Es bastante
difícil cuantificarla, pero se ha dado un fenómeno
que no obedece sólo a la caída de la demanda de pasajes
sino que es una combinación de factores como la retracción
económica en Estados Unidos y el mundo occidental, la suba
de los costos laborales -es un factor a tomar muy en cuenta que
hace más o menos un año muchos contratos de las principales
compañías aéreas estaban para ser renegociados
y de hecho todos resultaron en una suba muy grande de precios; un
piloto de 747-400 pasó a ganar U$S 300.000 por año-
y la suba del petróleo. Las compañías fueron
atenaceadas por tres elementos que atentaron contra su viabilidad
económica. De hecho nuestra compañía tenía
pronosticada -es un pronóstico, es imposible saber si hubiera
ocurrido o no- para el año 2001 una pérdida que se
iba a acercar a los U$S 1.000 millones antes de que pasaran estos
hechos tan desagradables.
EC - Ya que
usted ha introducido algunos números, ¿han cuantificado
el impacto de los días en los que los vuelos estuvieron prohibidos
en las cuentas de United Airlines?
JLH - Hemos
dejado de percibir cerca de U$S 500 millones de ingresos. En lo
que tiene que ver con la cuantificación del desastre todavía
es demasiado pronto y no se podrá establecer hasta dentro
de unos cuantos meses o quizás algún año.
EC - ¿A
qué corresponde esa pérdida de U$S 500 millones?
JLH - A la falta
de percibir ingresos. Durante mucho tiempo las operaciones de la
compañía estuvieron totalmente paralizadas.
EC - Después
están los costos derivados de los choques de los aviones
en sí contra las torres y el Pentágono y del avión
que cayó; ¿en esos casos estamos hablando de seguros
que cubren algo o no?
JLH - Es casi
seguro que no, que la compañía va a tener una gran
pérdida a partir de la cobertura de los seguros. En este
momento las aseguradoras están repensando toda la cobertura
de la aviación y de hecho algunas ya se están negando
a cubrir los servicios prestados a las compañías por
parte de terceras personas, es decir quienes dan servicios de tierra,
limpieza, carga y descarga de aviones o suministro de comidas. En
algunos casos las compañías han tenido que asumir
esa responsabilidad para poder seguir operando, puesto que las aseguradoras
ya no querían cubrir más ese tipo de riesgos. El total
del impacto va a tardar quizás años en terminar de
ser cuantificado y sin ninguna duda va a ser una cifra colosal.
EC - ¿Y
en cuanto a la actitud del público, la reticencia a viajar
dentro de Estados Unidos y por otro lado las cancelaciones de vuelos
en dirección a Estados Unidos? La reacción fue fuerte
en los primeros días posteriores al 11 de setiembre; ¿se
mantiene en esos términos o ha aflojado algo?
JLH - Siempre
hay una cantidad de público que tiene que viajar por motivos
ya sea familiares o de negocios, es lo que vendría a ser
el núcleo duro. Eso está presente. Estamos notando
últimamente una tímida recuperación. Lamentablemente
en lo que tiene que ver con nuestra parte del mundo el 11 de setiembre
cayó en medio del período de vacaciones, es decir
que esa semana toda tenía muy buena cantidad de salidas;
evidentemente toda esa gente perdió sus planes de vacaciones
y no los realizó. Eso representó una pérdida
neta de pasajeros bastante apreciable en lo que tiene que ver con
las salidas desde Uruguay. En lo posterior notamos que mucha gente
todavía está en actitud expectante, está esperando
ver cuál va a ser el alcance y la modulación de la
respuesta de Estados Unidos a los atentados. Si el conflicto realmente
fuera a nivel muy grande y muy prolongado podría tener un
efecto bastante desagradable sobre nuestra industria
EC - No había
pensado en ese factor: la duración y las características
del conflicto pueden incidir en el movimiento de las aerolíneas.
JLH - Sin ninguna
duda. Pero notamos entre nuestros clientes una actitud de expectativa.
Evidentemente hubo una serie de evoluciones en los primeros días,
puesto que, como le dije, cortamos los planes de vacaciones de mucha
gente sin ningún tipo de deliberación; eso se devolvió.
Pero luego pareciera que la gente está en una actitud expectante,
mantiene sus pasajes y va postergando sus reservas esperando ver
qué sucederá.
EC - ¿Qué
pasa dentro de Estados Unidos?
JLH - Dentro
de Estados Unidos hubo una depresión mucho más fuerte,
puesto que el tráfico de negocios tiene una enorme importancia
para compañías como la nuestra, que basan sus finanzas
en el cliente fiel, repetitivo, que tiene un peso de seis veces
superior al de un pasajero común. Esa gente se ha retraído
claramente, hay compañías como Hewlett Packard que
han prohibido viajar a sus ejecutivos y están buscando otros
medios de comunicación, como teleconferencias o lo que sea,
lo que tiene un impacto enorme porque esos viajeros frecuentes tienen
un peso enorme en las finanzas de las compañías.
EC - Es bueno
conocer ese dato sobre la reacción de una empresa en particular
que ha prohibido a sus funcionarios viajar, da una pauta de las
dificultades que esto implica para las aerolíneas. Por otra
parte, ¿las nuevas medidas de seguridad en los vuelos implican
un aumento de los costos?
JLH - Sin ninguna
duda; sobre todo en lo que tiene que ver con los vuelos dentro de
Estados Unidos. Nuestra parte del mundo ya era considerada de seguridad
especial -o extraordinaria, según la denominación
de la Dirección de la Aviación Federal de Estados
Unidos-, por lo tanto las medidas adicionales encajan más
o menos dentro del marco de la estructura que teníamos montada,
pero en Estados Unidos las medidas de seguridad tienen un peso tremendo
desde el punto de vista económico porque ha cambiado completamente
la postura de seguridad.
***
EC - ¿Cuánto
dinero recibió United Airlines del gobierno de Estados Unidos
como parte del paquete de ayuda?
JLH - La cifra
todavía no ha sido determinada. Hay un paquete que va a tener
que ser asignado a las compañías aéreas, pero
es evidente que éstas no van a recibir nada si no prueban
que hacen todo lo posible por tratar de sobrevivir por sí
mismas. El paquete de ayuda consiste en dos partes, una es un subsidio
por las pérdidas directas ocurridas, y la otra es un paquete
de garantías de préstamo, como ya se dio en otras
ocasiones. La porción de cada compañía todavía
no ha sido cuantificada, pero le reitero que si las compañías
no toman medidas de autoayuda no van a recibir nada, obviamente
no pueden esperar todo de una dádiva.
EC - O sea que
van a ser inspeccionadas por el gobierno de Estados Unidos para
saber cómo están manejando sus números a los
efectos de que se apruebe efectivamente la entrega de la ayuda.
JLH - Sí;
además, como usted sabe, lamentablemente las compañías
justamente están reduciendo sus costos por todos lados, entre
ellos tener que terminar con una buena parte de su personal.
EC - A eso iba:
¿cuáles son las medidas que está tomando United
Airlines?
JLH - En este
momento la compañía anunció 20.000 despidos
en todo el mundo. La ley americana no prevé pago por separación,
pero nuestra compañía ha elegido, para tratar de disminuir
el impacto sobre esas personas, hacerles un pago de separación.
EC - Usted dice
que en Estados Unidos no hay pago por despido.
JLH - Francamente
no, se da algo voluntario, a menos que esté rigurosamente
pactado por algún convenio sindical. Generalmente el pago
es una semana de sueldo.
EC - Estamos
hablando entonces de 20.000 despidos en todo el mundo en el caso
de United Airlines. ¿Qué otras medidas de reducción
del presupuesto se están tomando?
JLH - Al cancelar
operaciones muchas veces se cierran salones de pasajeros VIP donde
ya no existe la demanda o donde hay más de uno; en Estados
Unidos se utilizan mucho ahora los llamados "regional jets",
aviones más pequeños operados por empresas con las
cuales las compañías principales tienen convenio.
Muchas estaciones no justifican la demanda de un avión grande
y se pasa a regional jets, lo que a veces permite cerrar la estación.
Todo ese tipo de cosas resulta en un achicamiento de las estructuras
que están previstas para atender una operación mucho
mayor.
EC - ¿Se
está modificando también la calidad del servicio a
bordo?
JLH - En principio
no. Puede haber alguna medida particular aquí o allá,
pero nuestra compañía no ha anunciado nada dramático
en ese sentido. Estamos tratando de mantener la lealtad y el reconocimiento
de las personas que están viajando y que pensamos que van
a seguir haciéndolo o a empezar a hacerlo en el futuro.
EC - ¿Cuáles
de las medidas que se están tomando afectan en particular
las operaciones de United Airlines en Uruguay?
JLH - En lo
que tiene que ver con frecuencias nada, no necesariamente todas
las operaciones pasan por esa regla de 74%. Empezamos a operar nuestros
vuelos el 15 de setiembre, tres días después de la
catástrofe, no hemos dejado de hacerlo y mantenemos nuestra
operación diaria de un vuelo a Buenos Aires, donde conecta
con hasta ahora tres vuelos -a Nueva York, Miami y Chicago-. Le
digo hasta ahora tres, porque nuestra compañía va
a suspender -no cancelar, suspender- los vuelos tanto desde Buenos
Aires como desde San Pablo a Nueva York.
EC - ¿Cómo
es esto?
JLH - Dados
los problemas que hay en Nueva York, la caída de la demanda
a esa ciudad, estamos suspendiendo -no cancelando- los vuelos con
ese destino. Digo suspendiendo y no cancelando porque al ser un
ambiente regulado nuestra compañía no desea perder
la autorización; si una ruta internacional no se opera por
90 días la autoridad vuelve al Departamento de Transporte
de Estados Unidos. Por esa razón estamos suspendiendo Buenos
Aires-Nueva York y San Pablo-Nueva York. En nuestro caso de todos
modos vamos a poder ofrecer un buen servicio a Nueva York porque
habrá un Miami-Kennedy (Nueva York) con tres clases de servicios
que va a suplir esta carencia momentánea.
EC - ¿Y
en cuanto al personal de United en Uruguay?
JLH - Hemos
tenido que hacer un pequeño recorte; pequeño desde
el punto de vista de los números pero emotivamente muy duro
para todos nosotros ya que al ser un grupo humano tan unido y pequeño
para los estándares de la compañía somos más
una familia que una empresa, entonces cada persona que nos deja
es un dolor muy grande. Pido perdón por entrar en esto que
es casi sentimental, pero así quería expresarlo.
EC - Mirando
globalmente la compañía United Airlines, ¿está
en juego su futuro?
JLH - Pienso
que sin la ayuda del gobierno la estabilidad de la compañía
podría peligrar, pero no olvidemos que United Airlines es
la segunda compañía más grande del mundo y
tiene -éstas no son mis palabras, lo leí en revistas
de negocios-, por ahora, un cash positivo -los ingresos superan
a los egresos-, un sistema de rutas que es quizás el mejor
del mundo y una presencia y participación tan grandes en
la vitalidad económica de Estados Unidos que es impensable
que pudiera desaparecer. Pero éste es, quizás, el
momento de mayor peligro que ha vivido desde su fundación,
a principio de los años 30.
***
EC - En el caso
de American Airlines las gestiones realizadas por la producción
de En Perspectiva en Montevideo obtuvieron como respuesta que las
declaraciones a propósito de esta situación se formularían
desde Estados Unidos, y hay una persona designada a esos efectos,
la señora Marta Pandín, vocera de American Airlines
para Miami y Latinoamérica.
¿Cuál
ha sido el impacto de los atentados del 11 de setiembre en el caso
de su compañía?
MARTA PANDÍN:
El impacto de los incidentes han llevado a que nuestra compañía
esté en crisis, una crisis financiera. Hemos cortado un 20%
de nuestros vuelos y 20.000 empleados, pero esperamos seguir adelante
y poder incrementar nuestro tráfico. Somos la compañía
de aviación más grande del mundo y pensamos que podemos
seguir adelante.
EC - Usted hablaba
del peso de American en el mercado de líneas aéreas,
decía que es la más importante; ¿qué
cantidad de vuelos diarios operaba antes del 11 de setiembre?
MP - Teníamos
2.000 vuelos al día; tenemos también una compañía
regional asociada, American Eagle, para vuelos más cortos.
Ha sido un corte drástico.
EC - Desde el
11 de setiembre hemos tenido diversos factores que tienen que haber
impactado en las cuentas de American Airlines: por un lado los días
en los que los vuelos estuvieron prohibidos, por otro los costos
directos derivados de los dos aviones de la compañía
que fueron protagonistas involuntarios de los atentados, y por otro
desde que se retomó la actividad en el mercado de vuelos
comerciales en Estados Unidos se ha producido una baja en la demanda
de pasajes y hubo también una caída en la demanda
de pasajes desde otras partes del mundo, se han cancelado viajes
a Estados Unidos. ¿Ustedes tienen alguna forma de cuantificación
de esas pérdidas desde el 11 de setiembre hasta ahora?
MP - Nada más
que en el mes de setiembre American ha gastado U$S 1.000 millones
en efectivo, aunque recibimos una ayuda federal de U$S 900 millones,
de modo que se puede ver que es una situación muy crítica
en el cash flow, como dijo el señor de United. Las ventas
han caído mundialmente, pero esperamos que poco a poco se
vayan levantando hasta alcanzar los niveles anteriores.
EC - ¿Ustedes
están notando una reversión de la tendencia en los
consumidores, en los clientes?
MP - Estamos
viendo un cambio muy lento, pero un cambio.
EC - ¿Lo
notan de la misma manera dentro y fuera de Estados Unidos?
MP - Correcto.
EC - ¿Se
está produciendo tanto en el mercado interno de Estados Unidos
como en el internacional?
MP - Correcto.
EC - ¿Cuál
era la situación de American Airlines antes del 11 de setiembre?
MP - Nuestra
compañía había tenido pérdidas este
año, pero eran pérdidas que se podían manejar,
como ha ocurrido en otros años, porque ésta es una
industria cíclica. El año anterior habíamos
tenido las ganancias más grandes que haya tenido una compañía
aérea, de modo que esperábamos poder cambiar este
ciclo para volver a subir y tener ganancias. Lo que ocurrió
el 11 de setiembre tuvo un impacto que llevó a American,
igual que a otras compañías aéreas, a la crisis.
EC - ¿Está
en juego el futuro de American?
MP - Creemos
que no, que con los pasos que hemos tomado -hemos retirado 50 aeronaves,
hemos cortado la empleomanía- vamos a prevenir que pase esto
y seguir manteniéndonos como una compañía mundial,
con 75 años de historia.
EC - Pero la
dificultad es severa, de acuerdo a lo que usted misma comentaba.
Veamos qué medidas están tomando; usted habló
de 20.000 despidos.
MP - 20.000
despidos, hemos cortado nuestras rutas, hemos retirado 50 aeronaves
EC - ¿Cómo
es esto del retiro de 50 aeronaves? ¿Se trata de aviones
que eran propiedad de American o estaban en arrendamiento
?
MP - Es una
combinación.
EC - Ustedes
han sacado 50 aviones de circulación; ¿cuál
era el total?
MP - Alrededor
de 700. Hemos tomado una serie de medidas con nuestro presupuesto
para poder seguir adelante. Nuestro ejecutivo principal ha decidido
que no le pagarán por el resto de este año y todos
los oficiales de la compañía han dado voluntariamente
un porcentaje de su salario para bajar los costos.
EC - ¿Se
rebaja también la calidad del servicio a bordo?
MP - No en los
vuelos internacionales. Se tomó una medida dentro de Estados
Unidos: en la mayoría de los vuelos -excepto los costa a
costa- no tendremos servicio de comida en clase económica.
EC - ¿Cómo
evalúa el impacto de todas estas medidas que se han venido
tomando -reducción de personal y de vuelos- en nuestra región
y en particular en las operaciones con Uruguay?
MP - No sé
si en Uruguay se ha visto afectado el número de personal,
pero tenemos un vuelo a su país, que no ha sido afectado.
Hay cancelaciones en la región, pero están planificadas
temporalmente; esperamos volver a crecer para el 1º de diciembre.
Las cancelaciones en América Latina han sido de tres a dos
vuelos en San José de Costa Rica, de tres a dos en ciudad
Panamá-Panamá, de tres a dos en Guatemala -que retomamos
el 1º de noviembre-, de dos a uno en San Pablo, de 1,7 a uno
en Rio
Estas figuras que le estoy dando son solamente de Miami,
porque tenemos otros ejes que van a América Latina. A Buenos
Aires teníamos dos vuelos diarios desde Miami y ahora tenemos
uno diariamente y tres días a la semana tenemos el segundo
-pero para el 15 de diciembre esperamos tener el segundo vuelo todos
los días- y continuamos teniendo el vuelo de Nueva York.
La región ha sido afectada pero esperamos para el 15 de diciembre
poder regresar a la cantidad de vuelos que teníamos antes
del 11 de setiembre.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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