09.10.2001




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

John Negroponte,
un diplomético cuestionado

latinopost.net

Human Rights
Serpaj Europa

La Prensa (Nicaragua)

La Insignia

La Prensa (Honduras)

 

 

 

 



Estados Unidos y qué hacer
después de la respuesta armada

Análisis del politólogo Juan Rial

EN PERSPECTIVA
Martes 09.10.01, 07.48.


EMILIANO COTELO:
Luego de una nueva oleada de ataques aéreos nocturnos, las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo hoy el primer ataque diurno sobre Afganistán desde que comenzó la operación de represalia contra los atentados atribuidos al grupo Al Qaeda. A esta hora no hay otras precisiones sobre las características de los bombardeos.

Estamos nuevamente en contacto con el politólogo uruguayo Juan Rial, desde Nueva York. Para comenzar, Juan, quiero comentarte una noticia de última hora: cuatro empleados afganos de las Naciones Unidas murieron en los bombardeos británicos y estadounidenses de la noche pasada en Kabul, según informaron fuentes sanitarias en Islamabad. Testigos presenciales informaron que uno de los misiles alcanzó a una oficina financiada por la ONU para el retiro de minas antipersonas. Los cuatro funcionarios murieron sepultados por los escombros de la oficina de dos plantas del organismo internacional. ¿Se ha comentado esta información en Estados Unidos?

JUAN RIAL:
Todavía no, por razón de hora. La Organización de las Naciones Unidas va a empezar a trabajar dentro de dos horas. Pero, como bien lo informaste, los funcionarios muertos son locales: desde hace semanas, cuando las cosas se pusieron bastante complicadas y fue llevado preso el personal de otras organizaciones no gubernamentales extranjeras, Naciones Unidas no tiene personal internacional dentro del territorio de Afganistán. Es más: dado lo que sucedió ayer en la ciudad paquistaní de Quetta, cercana a la frontera, también decidió evacuar esa misma ciudad. Normalmente, deja al personal local que es el que sufre las consecuencias de esta situación.

EC - ¿Qué impacto puede tener un error de este tipo en los ataques de Estados Unidos?

JR - No mucho. Para empezar, hay que tener en cuenta que el régimen talibán no tiene representación ante las Naciones Unidas. La representación de Afganistán en Nueva York correspondería a los sectores minoritarios que son parte de la Alianza del Norte, y ni siquiera la Alianza del Norte se considera representada por ese grupo. O sea que, en la práctica, Afganistán no tiene representación real en las Naciones Unidas.

EC - Está bien, pero me refiero incluso a la repercusión entre los aliados de Estados Unidos, a la repercusión en la comunidad internacional. Siempre en estos casos existe temor de que haya víctimas civiles, y aquí no sólo hubo víctimas civiles sino incluso civiles que eran funcionarios de las Naciones Unidas, encargados de una tarea tan delicada como el retiro de bombas antipersonales.

JR - Sí, de acuerdo; pero hubo problemas realmente serios en el pasado. Recordarás lo que pasó en el bombardeo de la embajada de China en Belgrado. Ese sí fue un lío mucho más apreciable, y no llegó muy lejos. En este caso hay que tener en cuenta que son funcionarios de Naciones Unidas que realizan tareas para Naciones Unidas bajo contrato, pero no son funcionarios protegidos por el estatuto de las Naciones Unidas, para empezar.

Además, prácticamente no tienen ningún Estado que pueda hablar por ellos: son parte normal de las víctimas de todo este tipo de conflictos, por los cuales nadie voz. Ni siquiera Naciones Unidas tiene responsabilidades financieras respecto a sus seguros. Puede llegar hasta ese nivel.

EC - Pasemos a la evaluación que se hace en Estados Unidos de las distintas etapas de este ataque. Tres etapas, podríamos decir, porque hubo dos noches de bombardeo, que han proseguido hoy ya con la luz del día.

JR - Hasta ahora era algo muy esperado que Estados Unidos respondiera con la fuerza habitual del envío de misiles, aviones, etcétera. La gente no está sorprendida por esto. La cobertura que se da por la televisión es relativamente baja: no hay demasiadas imágenes que puedan impactar a la mayoría de la población. Los propios periódicos tienen problemas para llenar páginas porque no hay nada demasiado nuevo o distinto a lo que ha ocurrido en otros procesos, por ejemplo todo lo referido a la Guerra del Golfo para referirnos a los últimos años.

Lo que la gente espera es ¿cuál es la próxima etapa? ¿Habrá una invasión terrestre de Afganistán? ¿Quién la llevará a cabo, y cómo? Esas son las preguntas que rondan en las entrevistas que tienen lugar en los medios de comunicación.

EC - Y ¿tú tienes alguna respuesta, has podido llegar a alguna conclusión?

JR - Justamente, que hay una gran duda sobre cómo se puede llevar a cabo. La esperanza está constantemente en que haya aliados locales (estamos hablando de la Liga del Norte) que hagan el trabajo por Estados Unidos. Los Estados Unidos no tienen todavía una fuerza terrestre tan grande como para asegurar la posibilidad de tener un gobierno favorable a sus intereses en Kabul. Las dificultades para operar son muy grandes, ninguno de los países vecinos autoriza la presencia de una fuerza terrestre suficientemente grande (estamos hablando de Afganistán, de Tayikistán o de Uzbekistán, posibles aliados para este tipo de operación). Y Estados Unidos no parece llevar adelante ese tipo de posibilidad: no se ha llamado al total de reservistas inicialmente convocados (alrededor de 50.000); recién están en los 35.000, y la mayoría de éstos no pertenecen a unidades capaces de hacer una operación terrestre en gran escala, con lo cual hay que suponer que esta actividad va a durar mucho tiempo.

Y siguen las discusiones en el seno del propio gobierno norteamericano. El señor Collin Powell, que prácticamente hasta el inicio de los bombardeos monopolizaba la presencia en los medios de comunicación, ahora apenas si aparece. Da la impresión de que entre los dos grandes sectores, los que consideran que se necesita la construcción de una gran alianza diplomática y aislar a Afganistán por otros medios, y aquellos que querían una respuesta violenta inmediata, por ahora están predominando estos últimos pero sin tener claro cómo se sigue con este libreto.

Se sabe además que el sector que cree que alcanza y sobre con un dominio muy grande del aire ha sido constantemente discutido también en el seno de las fuerzas armadas, o sea si esas son realmente las medidas que alcanzan por cuanto, como ustedes saben muy bien, en Afganistán (salvo mover rocas o destruir infraestructura muy primitiva) no hay mucho para lograr con esos métodos.

EC - Y en esa misma línea, además de Afganistán, ¿qué? Hoy, por ejemplo, el diario británico The Times publica que Irak podría ser el siguiente objetivo de los ataques estadounidenses. Añade que ese bombardeo se llevaría a cabo si se comprobara que efectivamente Irak dio cobertura o refugio a los terroristas que atacaron a Estados Unidos el 11 de setiembre. Ayer, Estados Unidos advirtió en las Naciones Unidas que no descarta atacar a otros países si considera que tenían relaciones con el terrorismo. Agregó que las investigaciones sobre lo ocurrido el 11 de setiembre todavía continúan, en particular para detectar este otro tipo de relaciones con otros países.

JR - De vuelta, los problemas internos en el gobierno norteamericano. El señor Negroponte, nuevo embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, es un viejo conocido de posiciones muy radicales respecto a cómo tratar a los enemigos. En el pasado, el señor Negroponte fue embajador en Honduras en tiempos del enfrentamiento al gobierno sandinista de Nicaragua. Es parte de la gente que considera que el único lenguaje efectivo es la violencia. Por eso sus amenazas, que también comparte con el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, que es un antiguo partidario de tener un establishment militar muy duro y muy fuerte.

El punto es por dónde se sigue y cómo. Irak, ¿para hacer qué? Desde la Guerra del Golfo de 1991, sigue teniendo el régimen del señor Saddam Hussein. Y tampoco hay mucho para bombardear: es un país que vive constantemente bajo el bloqueo impuesto no sólo por Estados Unidos sino por toda la comunidad internacional, prácticamente no tiene soberanía en su parte norte, donde los kurdos están protegidos, ni en la parte sur donde los bombardeos son cosa constante y corriente. Todo lo que podría hacer Estados Unidos es continuar la misma política en forma más intensa.

El problema además es que se puede demostrar fácilmente que en Irak hay grupos que practican el terrorismo, obviamente no sólo en Afanistán, sino que esto puede seguir con Siria, con Sudán, y obviamente queda el problema más serio: qué se hace en algunas zonas: qué se hace con Hizbollá, que opera en el norte de Israel, qué se hace con las organizaciones que operan dentro de Israel o en su zona inmediata en Palestina, como es el caso de Hamas. Y lo más importante: qué se hace con los saudíes que, se sabe, han financiado en buena medida y todavía financian a muchos de estos movimientos.

EC - Cuando dices "los saudíes" ¿te refieres concretamente a Arabia Saudita...

JR - Exactamente.

EC - ...como Estado?

JR - También, porque uno de los problemas más serios últimamente es cuáles son las conexiones reales que pueden tener todos estos movimientos con un régimen como el saudí que se sabe muy bien que dista mucho de ser una democracia de tipo occidental. Ni siquiera en lo formal. Arabia Saudita es una monarquía muy tradicional, de esas cosas raras que existen en el mundo; no hay un Parlamento, no hay el tipo de libertades que operan en el mundo occidental o en buena parte del mundo como reflejo de lo que son los valores occidentales. Y precisamente a partir de ese régimen se han creado la mayoría de las versiones fundamentalistas del mundo musulmán, que han llevado a ciertas organizaciones a practicar el terrorismo.

EC - ¿Cómo ha repercutido toda esta situación en la vida cotidiana de los Estados Unidos? Mirando la TV norteamericana en estas horas, se nota una gran inquietud en torno a la posibilidad de un ataque bacteriológico, y todo esto incentivado por la confirmación de un segundo caso de muerte por antrax.

JR - Hay que tener en cuenta que buena parte de la población ha tomado toda esta situación con miedo, que es precisamente el efecto que se busca con el terror. Y en esto tampoco ha colaborado mucho lo que llamaríamos la sobreexposición de los medios sobre el tema.

EC - ¿Dirías que hay una tendencia a "dar manija" con los riesgos?

JR - En términos uruguayos diríamos eso. Si ves en este momento cualquiera de las cadenas, vas a ver que el tema del antrax y los dos casos que hubo en Florida aparecen constantemente referidos, aproximadamente cada 15 minutos. Además, en las entrevistas que suele hacerse en la calle, la gente expresa constantemente temor a viajar en subterráneos por la posibilidad de utilizar gas o cualquier agente bacteriológico como el antrax y demás. Obviamente, el efecto de esto es que, salvo aquellos que entiende de qué se trata, que el miedo es una constante en este tipo de situaciones y que la única forma de vencerlo es tratar de retomar la vida cotidiana normal, todavía buena parte de la gente no ha reaccionado de esta forma.

Y además hay medidas que no favorecen el retorno a una vida cotidiana. Por ejemplo acá, en Nueva York, como es una isla y hay mucho miedo de que algún vehículo transporte algún tipo de agresivos, gran parte de los automóviles que ingresaban no lo hacen normalmente porque entre otras cosas no se permite que lleven a una sola persona a bordo.

EC - Ese es el nuevo criterio: sólo pueden ingresar a Manhattan los automóviles que tengan más de un ocupante.

JR - Más de uno, y la razón es simple: como hay controles constantes, los atascos serían impresionantes. Pero a la vez la gente quiere utilizar sus automóviles porque tiene miedo de usar el subte, entonces es una cuestión que no tiene salida. Más el problema que consume registrar vehículos grandes, camiones... Todo esto lleva a un círculo vicioso, a que no se salga a la normalidad desde esta situación de miedo constante.

Es más: ayer acá fue feriado. Lo que sería el 12 de octubre, descubrimiento de América, fue cambiado al lunes. Pero al haber comenzado los bombardeos el domingo, ese gran feriado de tres días (que por lo demás tuvo un tiempo bastante adecuado, que hubiera permitido a la gente volver a las calles, a comprar a los shoppings, a los malls) tampoco fue efectivo. Podríamos decir que hasta el sábado se retornaba poco a poco a la normalidad, pero a partir del bombardeo volvió el miedo, y se reforzó con estos dos casos de antrax en Florida.

Es tan distinta la situación cotidiana, que ayer había uno de estos grandes desfiles que normalmente se hacen en la ciudad en esta fecha (ayer la que correspondía era el Día de Colón). Por lo general suelen ser festivos, aparecen agrupaciones de emigrantes, especialmente de toda la zona caribeña, mexicana y demás. Ayer, el desfile fue completamente distinto: prácticamente fue una manifestación de patriotismo. Llegaron a aparecer grupos árabe - americanos para expresar su solidaridad y de este modo mejorar su situación frente al resto de la población, pequeñas delegaciones de reservistas, guardias nacionales, etcétera, una manifestación patriótica que normalmente no se ve en Nueva York. Por lo que vi en televisión, en otros lugares donde se conmemoró el Día de Colón fue igual.

EC - En torno a este mismo panorama, ayer asumió como nuevo ministro de la Defensa Interna el gobernador de Pennsylvania, Tom Ridge. Se trata de un cargo nuevo en el gabinete, creado por el presidente Bush a partir de la coyuntura generada por los atentados del 11 de setiembre. ¿Cómo se explica ese paso?

JR - Es parte de las reacciones inmediatas, de las contradicciones expresadas en el gobierno de los Estados Unidos. Es más: ayer leía el editorial del New York Times que reclamaba por qué no se dio antes este paso. Y pensaba qué increíble es que quien lo escribió (que evidentemente debe tener una posición liberal, dado lo que es el Times) se ha olvidado que en Estados Unidos se ha promovido constantemente la existencia de los controles, y que en el área de la seguridad siempre se ha tratado de multiplicar agencias y no de concentrarlas, precisamente porque se teme que una agencia concentrada puede ser una amenaza para la libertad. Por eso en el pasado se creó la CIA, a pesar de que el señor Herbert Hoover, entonces a cargo del FBI, se oponía y decía que era mucho más lógico que su propia oficina estuviera a cargo también de la tarea de inteligencia y de espionaje externos, así como hace el interno. Se le argumentó que, para proteger las libertades de los norteamericanos, debía haber más de una agencia. Y por eso también existen otras, como las que controlan en tabaco, el alcohol, las drogas, y de ellas derivó la DEA que es la que controla específicamente el tráfico de drogas.

De esta nueva organización se espera que sea una suerte de supervisor de todas ellas, a las que hay que agregar la Aduana (que depende del Departamento del Tesoro), Inmigración (que depende del Ministerio de Justicia), parte de los controles de las fuerzas armadas por la vía de guardacostas, etcétera.

EC - A eso iba con la pregunta: ¿cómo podemos compararlo con los Ministerios que existen en Uruguay? El Ministerio de Defensa Interna ¿sería una especie de Ministerio del Interior uruguayo?

JR - No: es mucho más que eso...

EC - Antes del 11 de setiembre ¿había en Estados Unidos algo como el Ministerio del Interior?

JR - En Estados Unidos es prácticamente inexistente: es una organización que maneja parques nacionales, parte del medio ambiente, que comparte con otra agencia especializada... El equivalente de nuestro Ministerio del Interior no existe, para empezar porque en Estados Unidos hay una sola policía nacional, llamada FBI, pero que tiene competencias muy limitadas: sólo actúa en aquello que está definido como un problema federal. Los estados cuentan a su vez con policías estaduales y, dentro de los estados, policías para cada una de las grandes ciudades o otras circunscripciones (los condados, algo menor a lo que es un departamento nuestro: una sección judicial o algo así).

EC - No existía, entonces, un Ministerio del Interior. Y esto que se crea ahora ¿a qué se puede asimilar?

JR - Decía que es más que nuestro Ministerio. Lo que pretende al coordinar la Defensa Interna es coordinar no sólo la actividad policial sino además de todas aquellas otras agencias que realizan tareas similares, tales como el control de las fronteras, la inmigración, aduanas, más específicamente todo lo que refiere a la frontera terrestre con México. Lo que queda poco claro, entonces, son las tareas exactas que va a tener esta agencia, que a su vez tiene carácter ministerial, pero que tampoco queda claro cuál va a ser su burocracia propia, si la va a tener o no, si simplemente va a tener al nuevo encargado y una burocracia mínima que intentaría coordinar lo que hacen por lo menos unas 10 o 12 agencias en diversos niveles. No está claro.

-----------------------------
Transcripción y edición: Jorge García Ramón






En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved