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Un proyecto para acabar con el Estado
mal pagador pero exigente recaudador (2)
Diputado
Arturo Heber (Línea Nacional, Partido Nacional): "Hay
reticencia porque se está obligando al Ministerio de Economía
a ponerse al día en el pago a los proveedores. Si nadie le
dice nada, está en una condición mucho más
cómoda".
EN PERSPECTIVA
Miércoles 10.10.01, 08.20.
EMILIANO COTELO:
¿Cómo terminar con la situación de un Estado
que paga tarde a sus proveedores, pero que exige a esas mismas empresas
estar al día con la DGI y el BPS? El diputado frenteamplista
León Lev ha propuesto un mecanismo que intenta dar solución
a ese problema. Ayer, cuando
lo entrevistábamos En Perspectiva, Lev explicaba en qué
consiste su idea de los certificados compensatorios.
(Grabación:)
LEÓN
LEV:
"Si el Estado debe a un acreedor, que a su vez es deudor del
Estado, parece lógico facilitar las formas para lograr esa
natural compensación. El instrumento concreto que propone
este proyecto de ley es la creación de certificados compensatorios.
EC - ¿Quién
los emite?
LL - Los
emitiría la Tesorería General de la Nación
a los efectos de que el propio Ministerio de Economía tuviera
un control estricto y no que cada organismo a través de su
tesorería los emitiera. El organismo que es deudor del proveedor
solicita a la Tesorería General de la Nación que emita
un certificado compensatorio por el monto total de la deuda o por
una parte del monto total de la deuda. Con ese certificado compensatorio
este proveedor del Estado podrá, a su vez, cancelar sus deudas
con BPS, DGI u otros organismos del Estado.
EC - ¿También
con empresas públicas? ¿El proveedor podría
pagar con estos certificados su cuenta de UTE u OSE?
LL - En el
caso de los entes industriales y comerciales es opcional aceptar
o no los certificados de compensación."
(Fin grabación)
EC - Mientras
efectuábamos esa entrevista con el diputado Lev. se comunicó
con la producción de En Perspectiva el diputado Arturo Heber,
de Línea Nacional, Partido Nacional, quien tiene algunas
puntualizaciones a efectuar sobre este mecanismo.
¿Usted
está de acuerdo con esa idea?
ARTURO HEBER:
Sí, estoy muy de acuerdo. No solamente estoy muy de acuerdo
sino, como dice el diputado Lev en otro pasaje de la entrevista,
esto concuerda con una posición original del Partido Nacional
en ese sentido.
Creo que este
proyecto de ley puede ampliarse en el sentido de que el diputado
habla de certificados compensatorios con aquellos que a su vez son
deudores del Estado. Pero ¿qué pasa con los que no
son deudores sino acreedores del Estado?
EC - ¿Lo
preocupa alguna situación en particular?
AH - Unos meses
atrás, el ministro de Economía vino a la Comisión
de Hacienda de la Cámara de Diputados a responder sobre diversas
inquietudes de la política económica; entre ellas
estaba una que yo planteaba, que era el notorio atraso del Estado
en el pago de los subsidios a los productores forestales. A raíz
de ese tema planteamos al ministro de Economía, visto el
enorme atraso que tiene el Estado para con los productores (con
los que a nuestro criterio va a ser muy difícil que se ponga
al día en un plazo más o menos razonable), la emisión
de certificados a favor de los acreedores que puedan ser endosados,
que sirvan como moneda de pago por el total y también por
parte de la deuda, cosa que también coincide con este proyecto.
Se planteó
originalmente a raíz del problema de la producción
forestal, porque en su gran mayoría los pequeños productores
forestales -no los grandes- trabajan con créditos del Banco
de la República a 10 años de plazo, y cuando el Estado
les paga el subsidio el 60% del mismo queda en poder del banco:
se acredita a éste para disminuir la deuda que se origina
en el préstamo al iniciar la plantación. Quiere decir
que el atraso del Estado no solamente es un incumplimiento sino
que, lo que es importante tratándose del Estado, además
causa un perjuicio directo porque el productor continúa año
tras año renovando sus préstamos, más los intereses
correspondientes, sobre un monto que debería ser más
pequeño por el achicamiento al recibir el pago del subsidio.
EC - Lo que
le interesa es concretamente que este tipo de pago con certificados
compensatorios sirva a estos productores forestales para pagar sus
deudas con el Banco República.
AH - Claro:
el planteo nace con este tema, pero no se trata de acotarlo a los
productores forestales. Puede ser que, como dice el diputado proponente
del proyecto, un proveedor no cobre pero tampoco sea deudor del
Estado, que esté al día con la DGI y el BPS. Entonces
no necesita compensar, sino cobrar. En ese sentido también
es de aplicación esta idea: la emisión de un certificado
que en cierta manera le permita cobrar. El tema es que el Ministerio
de Economía presenta cierta resistencia, ya lo voy adelantando…
EC - ¿Usted
consultó esta idea con el ministro Bensión?
AH - Claro que
consulté, y no me dijo que sí ni que no. Es evidente
cuando se estudia el tema, si se sigue todo el trayecto del certificado,
que éste va a terminar siempre en la Tesorería General
de la Nación. Supongamos que un proveedor o un productor
X reciba ese certificado: puede pagar sus próximos vencimientos
impositivos, afectando todo o parte del certificado -si es divisible
y endosable- o "negociar" endosarlo a una empresa mayor,
de las que tienen que pagar diaria, mensual o trimestralmente cantidades
importantes de impuestos. Ese certificado en definitiva se va a
terminar aplicando a los organismos recaudadores del Estado, y por
una vía indirecta el Estado, si bien no desembolsa dinero,
se resiente en su recaudación, porque en cierta manera el
certificado da una vuelta que termina siendo imputado a un impuesto
X. O sea que si pensaba recaudar 100 recaudará 100 menos
todos esos certificados que van dando vueltas.
Lo que sucede
con esto es que, como muy bien se dice, cuando un proveedor o un
productor no paga un impuesto, tiene una multa por no pagar y luego
vienen los recargos progresivos según sea el atraso. Mientras,
el Estado se puede atrasar sine die: cuando el proveedor o el productor
cobra, cobra la deuda original, sin un centésimo de interés.
EC - En definitiva
termina ocurriendo que el Estado financia una parte de su déficit
con el esfuerzo del proveedor o de la empresa a la que se le debe
un pago.
AH - Sin ningún
tipo de duda. Con los productores no, pero con los proveedores al
final es un mal negocio también para el Estado, porque éste,
como es un endémico mal pagador por tardío -siempre
termina pagando, pero es mal pagador en el tiempo, en la oportunidad-,
siempre termina pagando mucho más caro de lo que debería.
Por eso también es bueno, y también coincide con esta
filosofía la iniciativa del Partido Nacional -creo que fue
de un sector del Partido Nacional-, permitir que el Estado pague
con cheques diferidos. Esto es sumamente importante. Yo recordaba
que en la Intendencia Municipal de Florida se había tratado
de instaurar un régimen por el cual recibir cheques diferidos,
para lo que se necesitaba determinada autorización especial.
El cheque diferido es un elemento que permite, a quien lo recibe,
esperar la fecha del vencimiento -que es una solución si
no tiene urgencias financieras- o descontarlo en la plaza financiera.
Eso tiene un costo desde el punto de vista de los intereses, pero
se asegura su cobro en el momento en que lo estime conveniente.
EC - De sus
palabras, sobre todo a partir de lo que relata que conversó
con el ministro de Economía, saco la conclusión de
que estas ideas o estos mecanismos no van a terminar prosperando.
AH - No sé…
EC - ¿Qué
viabilidad política ve usted al proyecto?
AH - Como todavía
no se ha formalizado un planteamiento en este sentido por parte
de los grupos políticos o de los partidos políticos,
no se ha elaborado un proyecto que se haya presentado como tal,
no puedo aventurar una respuesta definitiva del Ministerio de Economía.
De todas maneras digo que, en una primera etapa, siempre hay una
cierta reticencia. Porque, quiérase o no, se está
obligando al Ministerio de Economía o al Estado a ponerse
al día. Si hoy no está al día en el pago a
los proveedores y nadie le dice nada, está en una condición
mucho más cómoda.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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