12.10.2001

 

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Embajador Samuel Pinheiro Guimarãens: "Las disparidades entre los países y las regiones son de tal naturaleza que, para que fuera posible, debería ser algo semejante a la Unión Europea, con libre desplazamiento de mano de obra. Deben existir instituciones supranacionales y todos los países deben poder decidir las políticas económicas, como en la Unión Europea. Debe haber políticas de compensación. Es natural que cuando empieza el libre comercio el desequilibrio a favor de las regiones más desarrolladas es manifiesto. Pero el ALCA no tiene nada que ver con la Unión Europea: es la incorporación del territorio de los estados de América al territorio de la potencia mayor, Estados Unidos".


EN PERSPECTIVA
Viernes 12.10.01, 09.00.


EMILIANO COTELO:
El camino hacia el Area de Libre Comercio de las Américas, ALCA, está lleno de controversias. Desde el principio, la idea de conformar esa zona de libre comercio hemisférica ha despertado fervientes adhesiones y furibundas críticas. Sin embargo, la discusión acerca de la conveniencia o no del ALCA para el futuro de Uruguay y de nuestra región en nuestro país no se ha dado en profundidad. Hemos escuchado con frecuencia los argumentos de quienes apoyan la iniciativa, en particular el presidente Jorge Batlle, pero aunque sabemos que existen, no conocemos a fondo los argumentos de quienes se oponen a esa forma de integración hemisférica.

Hoy les proponemos contribuir a ese debate, y para eso nos acompaña Samuel Pinheiro Guimarãens, embajador de carrera de Itamaraty , quien entiende que ALCA transformará a Brasil en un país más periférico y que lo llevará a una situación parecida a la de 1929, cuando necesitaba importar casi todo lo que consumía, incluyendo items como escarbadientes, cubiertos y enchufes.

***

Como decíamos más temprano, se trata de un diplomático con 39 años de carrera en Itamaraty. Ocupó distintos cargos en el Servicio Exterior brasileño, en particular fue director del Departamento Económico y jefe de la División Económica para América Latina en la cancillería de Brasil. También representó a su país en el exterior, por ejemplo en Nueva York y Boston, y hasta el mes de abril dirigía el Instituto de Investigaciones en Relaciones Internacionales, un órgano ligado al Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo que justamente dejó de desempeñar por sus opiniones con respecto al ALCA.

SAMUEL PINHEIRO GUIMARÃENS:
No ha sido eso que los periódicos han dicho, que ha sido nuestra opinión que nos ha hecho renunciar al cargo...

EC - ¿No se lo comunicaron a usted oficialmente así?

SPG - Prefiero no discutir esa cuestión, sino discutir el tema más concreto del ALCA. Los periódicos han dicho -y lo creían- que ha sido por el intento de hacer un debate más amplio sobre la conveniencia de la participación de Brasil y las consecuencias del ALCA que han hecho llegar a esa conclusión, pero de eso hace ya unos meses.

EC - El ministro Celso Laffer manejó el argumento de que para el puesto que usted ocupaba se exigía neutralidad y usted había dejado de ser neutral en un tema tan importante como éste. Dejemos eso de lado; usted hoy permanece dentro de la estructura de Itamaraty .

SPG - Soy diplomático de carrera.

EC - Vayamos al fondo de la cuestión. ¿Qué es lo que lleva a oponerse tan radicalmente al ALCA?

SPG - Si uno crea un Area de Libre Comercio con esas características, con países con tal asimetría como es el caso de la mayor potencia del mundo y países en estado de subdesarrollo y en grave situación económica en general, como diversos estados de América del Sur; Brasil tiene una situación grave en el área de la balanza de pagos. Lo que ocurre es que en el Area de Libre Comercio estarán en directa competencia las mayores empresas del mundo, gigantescas, con empresas locales. Es natural que las empresas mayores predominen en la competencia cuando no hay ninguna posibilidad de protección. Muy probablemente se agravará la situación de la balanza comercial.

EC - Básicamente el Area de Libre Comercio implicaría tarifas cero para la circulación de los bienes dentro de esta gran zona.

SPG - De bienes y servicios, libertad para la movilización de capitales también, además de otras cosas.

EC - A partir de esa caída de los aranceles, ¿las industrias brasileñas no tendrían, a su vez, la oportunidad de acceder a un mercado más amplio que el que tienen hoy?

SPG - Primero, el nivel medio de aranceles en Estados Unidos es en general más bajo que el de Brasil específicamente. Segundo, algunas industrias van a exportar más, ciertamente, algunos sectores son más competitivos, pero como en el fútbol, no sólo es necesario hacer goles, también hay que contar con que los otros también los van a hacer, entonces si uno hace tres pero el otro hace cuatro, pierde el juego.

EC - ¿Por qué está tan convencido de que Brasil va a hacer tres y Estados Unidos cuatro, o cualquier otra proporción?

SPG - Si uno toma la lista de las mayores empresas del mundo en cada sector de actividad, va a encontrar gigantescas empresas americanas en todos los sectores. Si uno toma la lista publicada por la revista Fortune de las 500 mayores empresas del mundo, no hay ninguna brasileña; hay muchas americanas, algunas alemanas, algunas francesas. Lo importante, además de la balanza de comercio, es la cuestión de que al consolidar el tratado no se puede tener aranceles, lo que quiere decir que uno no puede tener política comercial: porque si no puede tener aranceles no puede tener política comercial.

EC - No puede tener política comercial dentro de la zona.

SPG - Sí, pero si uno negocia simultáneamente con Europa no la va a poder tener con Europa; si negocia simultáneamente con Japón no la va a tener, no va a poder tener ningún tipo de política comercial con los países más desarrollados del mundo.

EC - Usted dice que el gobierno que participa de este tipo de acuerdos se ata las manos en materia de política comercial.

SPG - Claro, porque el tratado establece que no se pueden tener aranceles ni cualquier tipo de medida que signifique un obstáculo a la circulación de bienes y servicios.

EC - ¿Cuál es el problema de no poder tener política comercial?

SPG - Por lo siguiente. Si uno parte de una situación de subdesarrollo muy grave, de grandes desequilibrios sociales -como es el caso de Brasil- y por otro lado de una gran vulnerabilidad exterior, y tercero de un gran potencial, necesita enfrentar esas disparidades sociales, que son económicas, tecnológicas, políticas y enfrentar la vulnerabilidad exterior. Pero si no resuelve el problema de la balanza comercial, si no tiene política comercial, ¿cómo va a desarrollar las regiones más subdesarrolladas si no puede orientar los capitales? Supongamos que en 1955 Brasil producía 5.000 barriles de petróleo por día, hoy produce 1,5 millón por día, porque tiene a Petrobras, ha creado una empresa porque no había interés privado; si en aquel tiempo hubiera estado el ALCA eso no ocurriría. Hoy Brasil exporta aviones; si en aquel tiempo hubiera estado el ALCA Brasil no produciría aviones. Y así sucesivamente.

EC - ¿Por qué Brasil hoy no podría estar exportando aviones?

SPG - Por la simple razón de la competencia entre las empresas, algunos países están delante de Brasil. Estados Unidos se ha desarrollado porque ha hecho una política de protección de su desarrollo industrial. Alemania se ha desarrollado históricamente porque ha hecho una política de protección, porque Inglaterra estaba más adelante, entonces jamás podría haber creado nuevas actividades en competencia con empresas de otro país ya existentes. Eso es lo que le ocurrió a Brasil ahora, con la apertura comercial radical, que hoy se califica como "temeraria". En su momento se la apoyaba. Los que hoy la condenan la han apoyado.

El flujo de importaciones ha transformado el superávit brasileño en un profundo déficit comercial. Voy a dar un ejemplo: en 1999 las empresas americanas presentaron 29.000 solicitudes de patente de productos industriales; ese mismo año las empresas brasileñas presentaron 40; en el año 2000 las empresas americanas presentaron 39.000 nuevas patentes, y las brasileñas presentaron 180. Eso significa dinamismo tecnológico, porque los pedidos de patente significan innovaciones que reducen costos de producción o que crean nuevos productos: significa mayor competitividad en el mercado.

En un Area de Libre Comercio, un territorio económico único, la zona más dinámica tiende a atraer los capitales, las inversiones... Es natural. Estados Unidos es el 80% de las Américas, o más, el área más dinámica económica, tecnológica y organizacionalmente. Es el mayor país del mundo, que hizo que las personas se olvidaran totalmente de que existe una cosa llamada subdesarrollo y que hay otra que se llama desarrollo. Lo olvidaron, entonces piensan que pueden competir de igual a igual alguien que tiene una enorme capacidad de competencia y alguien que no la tiene.

EC - ¿Usted se opone a cualquier tipo de integración hemisférica o a este tipo?

SPG - Estoy muy a favor de la integración de América del Sur.

EC - ¿Para usted es inviable una integración de todas las Américas?

SPG - Las disparidades son de tal naturaleza que, para que fuera posible, tendría que ser algo semejante a lo que ocurre en la Unión Europea, con libre desplazamiento de mano de obra.

EC - Usted señala ese punto como una carencia importante del proyecto del ALCA.

SPG - Es evidente. Deben existir instituciones supranacionales y todos los países deben poder decidir las políticas económicas, como en la Unión Europea. Debe haber políticas de compensación. Es natural que cuando empieza el libre comercio el desequilibrio a favor de las regiones más desarrolladas es manifiesto.

EC - ¿La moneda única también es importante?

SPG - Eventualmente la moneda única, pero para llegar a eso se tardó como 40 años en Europa. Moneda única no quiere decir dólar, en el caso de Europa es una moneda única europea, no ha sido la adopción del marco.

EC - Usted entiende que en el ALCA, de hecho, terminaría habiendo una moneda única, pero que sería el dólar.

SPG - Evidentemente, hay un proceso de dolarización en curso muy fuerte.

EC - Eso no es lo mismo que tener una moneda única acordada entre todos los países.

SPG - Es totalmente distinto. Una moneda única administrada por todos los países, hay una diferencia enorme. El ALCA no tiene nada que ver con la Unión Europea, es la incorporación del territorio de los estados de América al territorio de la potencia mayor, que tiene el territorio mayor, que es Estados Unidos.

EC - Usted lo ve de esa manera tan drástica.

SPG - Es así, no hay ninguna posibilidad de protección alguna del capital local, del trabajo local, de regular el medio ambiente. El ALCA tiende a ser lo que es el Nafta: entonces las empresas pueden denunciar a los Estados si consideran que éstos tienen alguna legislación que las está perjudicando. Por ejemplo la UPS de Estados Unidos procesó al gobierno canadiense porque éste tiene correos públicos, que reduce las ganancias de UPS. Y así sucesivamente.

Lo que ocurre es que el proceso de desarrollo es un proceso de aprendizaje, y éste necesita protección para implantarse, porque de otro modo predominan los que son mucho más competitivos y tienen dimensiones mucho mayores. Claro que algunas actividades menores sobreviven.

El otro problema es lo que ocurrió en Brasil en términos de desarrollo económico: por un lado un gran ingreso de capital extranjero y una gran atracción del Estado y de los empresarios privados por otro. ¿Por qué ingresó el capital extranjero? Porque había posibilidad de exportar a la región, porque Brasil no alcanza. Si mañana un capital europeo puede hacer una inversión en América, ¿dónde la va a hacer? En Estados Unidos para exportar al resto de América. O en la zona de mano de obra de costo más bajo, que es México, para exportar a Estados Unidos por un lado y al resto de América por el otro.

EC - En resumen, desde su punto de vista, la integración de todo el hemisferio, tal cual está planteada, no es beneficiosa para todos los países excepto Estados Unidos. Si su razonamiento vale para Brasil supongo que también vale para Uruguay.

SPG - Claro.

***

EC - Usted dice que para que fuera una integración útil para todos, en todo caso debería seguir un modelo similar al de la Unión Europea. En todo caso propugna una forma de integración que abarque a América del Sur. ¿También por la vía de una zona de libre comercio?

SPG - Creo que una zona de libre comercio en América del Sur tendría las mismas deficiencias que una zona de libre comercio de todas las Américas.

EC - En ese caso sería Brasil el que tragaría a Uruguay, por ejemplo.

SPG - Yo no diría "tragaría", pero habría que considerar las diferencias, las asimetrías entre los países, entre las áreas económicas, y hacerles percibir que todos tienen que beneficiarse, como dentro de un país. En un país como Brasil hay regiones más desarrolladas y regiones menos desarrolladas, y hay necesidad de hacer programas de desarrollo regional. Si no es así, las regiones más desarrolladas se desarrollan cada vez más y las otras se sienten cada vez más estancadas, en un proceso de estancamiento. Tendría que ser de esta forma y con una actitud muy generosa por parte de Brasil.

EC - ¿Qué formato propone usted para una integración de América del Sur?

SPG - En primer lugar, en cuanto a los temas de comercio, creo que sería necesario que los países más desarrollados de la zona de América del Sur negociaran acuerdos que no fueran totalmente recíprocos, es decir que dieran preferencias, fueran más favorables para los países menos desarrollados.

EC - ¿Por qué harían eso? ¿De qué le serviría a un país como Brasil hacer esas concesiones?

SPG - Por varias razones. La primera: de todas formas hay una tendencia en las áreas más desarrolladas a tener superávit con las menos desarrolladas. Sería una forma de evitar eso, de evitar las presiones políticas que hoy por ejemplo ocurren en el Mercosur. ¿Por qué hay presiones políticas? Porque hay asimetrías, da la sensación de que no todos se benefician igualmente; le digo más: de que las inversiones están emigrando.

EC - Usted está formulando una integración de América del Sur, cuando en el proyecto a escala menor que se ha intentado en esta parte del continente, el Mercosur, tenemos las dificultades que estamos teniendo.

SPG - Porque no tenemos los mecanismos de compensación, de solidaridad ni políticas comunes, política industrial común, política agrícola común, y así sucesivamente. Tenemos un Area de Libre Comercio de estilo neoliberal: se eliminan todos los aranceles, todas las barreras y siempre tenemos algún sector que se perjudica porque no es competitivo. Es una cosa que genera tensiones después de algún tiempo.

Segundo, en un proceso de ese tipo naturalmente tiene que haber privilegios para los trabajadores de la región y para los empresarios de la región. Hay que construir la acumulación de capital en la región, lo que no quiere decir que no haya participación de capitales exteriores. No es eso, pero hay que privilegiar la acumulación de capitales, el incremento de la capacidad instalada. Por ejemplo: si el capital externo quiere ingresar en el área, tiene permiso para aumentar la capacidad instalada, no para hacer una transferencia de activos. Hacer transferencia de activos significa aumentar el envío de ganancias al exterior, lo que quiere decir reducir la acumulación de capital en la región. Es claro que nadie, menos en los negocios, hace cosas por asistencia social: las empresas funcionan para tener ganancias. ¿Para qué tienen ganancias? Para reinvertir, aumentar el empleo, la capacidad. Pero si las ganancias se van hacia fuera hay un problema de balanza de pagos y un problema de acumulación de capital.

EC - Usted está formulando estas sugerencias para lo que debería ser la integración sudamericana; pero al mismo tiempo hay que entender que entender que también las está haciendo para el Mercosur.

SPG - Seguramente.

EC - El Mercosur hoy anda a los tropezones.

SPG - Lo digo desde hace muchos años, y no soy el único. En 1991, 1992, di una entrevista diciendo eso: que se iba a generar tensiones muy fuertes. En aquel momento la entrevista no gustó, pero lo que dije ocurrió. Hay que pensar que hay una necesidad de desarrollar las diferentes regiones, los grandes estados en un área de comercio, de forma que todos estén convencidos de que se benefician. Si no están convencidos de que se benefician hay un retroceso natural.

EC - ¿Qué va a pasar con el Mercosur si el ALCA sigue adelante?

SPG - El Mercosur es hoy esencialmente un Area de Libre Comercio y una unión aduanera, ambos imperfectos. Si uno elimina los aranceles y las barreras de todo tipo en relación a Estados Unidos y otros países, el Mercosur deja de existir para ese país, porque va a poder entrar en todos los mercados. Si simultáneamente se negocia con la Unión Europea, los países que la integran -Francia, Alemania, Italia, etcétera- también van a poder exportar en las mismas condiciones que las empresas uruguayas pueden exportar a Brasil. Esto significa que el Mercosur deja de existir en relación a los otros países, es decir que desaparece. Es una cuestión lógica, no una cuestión de voluntad.

Claro, uno puede decir que está fortaleciendo el Mercosur, que vamos a hacer una moneda común para el mediano y largo plazo... Esto es contradictorio con la política de implementar el ALCA y el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. No se puede fortalecer el Mercosur al mismo tiempo, porque el Mercosur es esencialmente un esquema comercial, no es un esquema de inversiones ni un esquema de ningún otro tipo de política común. La único que existe es eso y hoy está muy afectada por excepciones de todo tipo.

Mis opiniones son totalmente personales, altamente personales y un poquito heterodoxas.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón






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