Uruguay ante la posibilidad del ántrax
Ministro
de Salud Pública, Luis Fraschini: El país está
preparado, y si surge algún caso puede atenderlo y curarlo.
Vicepresidente del Correo, Gustavo Osta: No hay medios técnicos
para detectar bacterias en cartas personales.
EN PERSPECTIVA
Martes 16.10.01, 07.30.
JOSÉ PEDRO DÍAZ:
El Ministerio de Salud Pública (MSP) dispondrá que
una oficina reciba las denuncias sobre posibles casos de ántrax
y las derive a diferentes organismos, con los cuales inició
tareas de coordinación.
El ministro
Luis Fraschini informó que habrá "una guardia
epidemiológica permanente" a esos efectos, aunque confía
en que no ocurrirá un atentado de este tipo en nuestro país.
Entrevistado por El Observador, subrayó que en Uruguay hay
cantidad suficiente de antibióticos para controlar la aparición
de focos de la enfermedad.
Ahora estamos
en comunicación con el ministro Fraschini. ¿Cómo
se prevé que funcione esa oficina?
LUIS FRASCHINI:
Siempre tuvimos una oficina de vigilancia epidemiológica,
que ha estado a disposición pero sobre todo para casos diferentes
a este (por ejemplo en lo que tiene que ver con el dengue, el cólera),
para estar atentos y tomar medidas en forma correcta y oportuna.
Lo que vamos a hacer es coordinar a esa oficina a efectos de orientar
este tipo de casos, como los que han ocurrido respecto a algunas
cartas que han generado dudas, de modo de poder dar una respuesta
adecuada.
JPD - Se supone
que esta oficina tendrá un trabajo reforzado: ¿funcionará
las 24 horas del día?
LF - Esta oficina
siempre ha funcionado las 24 horas del día, con una guardia
epidemiológica. En los teléfonos donde se los ubica,
están operando permanentemente: cuando reciben una denuncia,
ponen en marcha un mecanismo de despliegue para verificar que los
casos que hayan ocurrido sean realmente así, y tienen también
un instructivo sobre cómo y hacia dónde derivar cada
una de las situaciones. Porque, como le digo, no es algo que se
haya montado a partir del ántrax, sino un control epidemiológico
general.
JPD - Pero para
este caso tienen prevista la coordinación con varios organismos.
LF - Sí:
hay que coordinar especialmente algunas cosas, porque no se trata
de un brote de hepatitis, de un problema de origen natural o esperado,
sino de una situación especial como eventuales atentados.
Por lo tanto estamos en coordinación con los organismos que
habitualmente intervienen en este tipo de casos, como el Ministerio
de Defensa Nacional, y por supuesto con los organismos técnicos
que en definitiva son los que abren los sobres y permiten verificar
qué tipo de materiales contienen.
JPD - Pongamos
un ejemplo: una persona recibe una carta, la encuentra sospechosa,
se comunica con Epidemiología, y ¿qué pasa
entonces?
LF - Se puede
comunicar con Epidemiología o la denuncia puede venir por
otra vía, por ejemplo por el Ministerio del Interior. Lo
que encontrarán en Epidemiología tanto el Ministerio
del Interior o cualquiera de las bocas de entrada de las denuncias
será la orientación debida para darle la solución
al problema. Desde ahí se va a determinar un procedimiento
para tratar el material y se lo va a derivar a un laboratorio donde
será extraído y analizado cuidadosamente.
Lo más
importante es que en realidad no se necesita incrementar ningún
tipo de servicio de los que habitualmente tenemos, porque esperamos
que estos casos sean muy aislados, muy pocos, y realmente esperamos
que no haya atentados a través de bacterias.
JPD - Porque
en realidad hay dos aspectos: primero examinar el sobre y la sustancia
que pueda contener, y por otro lado está la persona que pudo
abrir ese sobre.
LF - Exacto.
No tengo en detalle lo que ocurrió con un sobre recibido
este fin de semana; pero sé que hubo otro anterior, del que
tuve conocimiento el domingo (el que se originó en la embajada
de Estados Unidos y derivó al Hospital Británico),
en el que se llevó a cabo todo el procedimiento, se abrió
el sobre y no tenía nada: las sospechas que había
no tenían fundamento, era un sobre común. Esperamos
que este segundo caso tampoco se confirme. A veces tenemos bromas
de mal gusto.
JPD - Podemos
confirmar entonces que hasta el momento hubo dos alertas en Uruguay,
afortunadamente falsas alarmas.
LF - No diría
que dos alertas, sino dos personas que -por razones de seguridad
propia-remitieron dos sobres sospechosos, que fueron analizados.
Del último no conozco los resultados, sí del anterior
en que no se encontró absolutamente nada.
Lo más
importante es poner una cuota de tranquilidad en el tema, porque
la gente no puede vivir atemorizada por este tipo de problemas.
Si no, viviríamos en un mundo... Además, los atentados
pueden darse por muchísimas vías y si nos ponemos
a imaginar todas las vías por las que podríamos sufrir
atentados serían infinitas. La realidad del país indica
que no esperamos un hecho de esa trascendencia, y por lo tanto lo
primero es poner la cuota de tranquilidad a la población;
en segundo lugar, específicamente respecto al ántrax,
tenemos técnicos que conocen muy bien el tema; y en tercer
lugar que, si hubiera que dar una respuesta de carácter asistencial
ante la posibilidad de un caso, la sanidad uruguaya está
en condiciones de hacerlo, en especial porque son casos aislados
como ha ocurrido incluso en Estados Unidos.
JPD - Leo que
el Ministerio pretende apoyarse en las facultades de Medicina y
de Química.
LF - Todo depende
del producto que se espere encontrar, pero en general nos apoyamos
técnicamente en la Facultad de Medicina, también lo
hemos hecho con la de Química, que es con quienes coordinamos
el trabajo en conjunto.
JPD - Es un
mecanismo habitual.
LF - Sí,
incluso tenemos convenios y hemos derivado muchos análisis
a cualquiera de las dos facultades, pero también tenemos
nuestro laboratorio central que tiene respuesta, el del Instituto
de Higiene... Diría que tenemos varias posibilidades de respuesta
frente a la eventualidad de que surja un problema de este tipo,
y eso es lo importante. Además, la gente debe saber que aquí
hubo algunos casos de ántrax que son habituales, normales,
y en todos los casos las personas han sido debidamente tratadas
y curadas.
JPD - Claro:
no es una enfermedad desconocida en Uruguay.
LF - En otros
países sí, pero para nosotros, no: se trata con antibióticos
comunes, de los que hay suficiente cantidad en la plaza, que no
es necesario comprar ni acaparar. La toma de antibióticos
no se hace en forma preventiva sino cuando se detecta la enfermedad,
y por lo tanto insisto en que hay que llevar tranquilidad a la población.
La única situación que determinaría la administración
de antibióticos sin tener síntomas de la enfermedad
sería el de aquellas personas que están en contacto
directo con otras a las que se ha diagnosticado específicamente
la enfermedad.
En una palabra:
no hay razón para alarmar a la población, ni para
acaparar medicamentos de este tipo; hay que confiar en que el cuerpo
médico uruguayo tiene el conocimiento de la enfermedad y
en que, si se diera algún caso, el sistema sanitario responderá
en forma eficiente, como lo ha hecho en cada oportunidad en que
se ha dado algún caso de este tipo.
JPD - Ante la
eventualidad de que aparezca algún elemento raro, ¿adónde
dirigirse?
LF - Hoy vamos
a implementar los detalles, porque el tema está en el área
de la Dirección General de la Salud. Seguramente en el correr
de hoy se va a dar a conocer exactamente cómo actuar ante
un hecho de este tipo. Prefiero no dar precisiones en este momento
porque está en esa área, y si doy una información
errónea seguramente provocaré una confusión
a la población. Prefiero esperar a que la Dirección
General de la Salud lo ponga en conocimiento de la población,
lo que seguramente hará en el correr del día.
***
JPD - Pero,
como decíamos, este tema ha tomado cuerpo a partir del envío
de ántrax a través de empresas postales. Las empresas
de correos están mirando el tema con preocupación,
y la Dirección Nacional de Correos no es ajena a esto.
Estamos en comunicación
con su vicepresidente, Gustavo Osta. ¿Cómo están
manejando el tema?
GUSTAVO OSTA:
Nuestra primera actitud fue buscar información sobre cómo
está manejando esta situación el correo de los Estados
Unidos, que es muy importante, funciona muy bien, y es donde se
ha registrado este tipo de incidentes. El viernes por la tarde hicimos
un contacto telefónico con la embajada de Estados Unidos,
para tender por allí un puente hacia el correo norteamericano,
así como también los servicios de inspección
internacional del Correo han hecho contactos directos con nuestros
pares de Estados Unidos, Argentina, Brasil, la Unión Postal
Universal, la Unión Postal de América, España
y Portugal, para tener información general sobre se están
enfrentando esta situación. Específicamente, para
conocer si existen elementos técnicos que permitan controlar
el contenido de los sobres.
JPD - ¿Existen
esos métodos?
GO - La información
que tenemos hasta este momento es que no hay mecanismos tecnológicos
que permitan conocer el contenido de los sobres, y eso es claro
por cómo han ocurrido las cosas en Estados Unidos, un correo
muy importante que maneja 200 mil millones de envíos al año
en una población de varias decenas de millones de habitantes,
y donde se ha registrado algunos casos básicamente cuando
las personas abrieron los sobres.
JPD - Entiendo
que 200 mil millones de cartas al año son un flujo inmanejable,
pero en Uruguay debe ser sensiblemente menor. No tengo muy claro
cómo es el tema, pero ¿no hay ningún mecanismo
que permita examinar esas cartas para determinar si tienen algún
componente extraño?
GO - La información
que hemos recabado hasta el momento es que no hay. En Uruguay los
envíos son mucho menores, pero debo recalcar, primero, que
la obligación del correo es entregar la carta, y segundo
que hay una prohibición legal penal de abrir los sobres.
Así que, más allá de las cantidades, es imposible
abrir la correspondencia privada. Lo que se está haciendo
en algunos instructivos a nivel internacional es precaver al consumidor
en tanto vea que el sobre es extraño, de un origen que no
está habituado a recibir, no es bueno abrir la correspondencia.
JPD - O sea
que el Correo está cumpliendo su función habitual,
pero no está teniendo ningún papel activo en lo que
tiene que ver con este tema.
GO - No: en
la medida en que lo puede hacer, está actuando en línea
con lo que están haciendo los correos a nivel internacional.
Estamos hablando, por ejemplo, de que si estas situaciones son difíciles
de controlar en un correo como el norteamericano, también
lo son en una situación como la nuestra. Actuemos con racionalidad
y con responsabilidad: aunque no parezca probable ni razonable que
el país vaya a ser objeto de este tipo de acciones, igualmente
estamos recibiendo la información sobre qué medidas
precautorias tomar. Hay una diferencia importante entre cartas y
paquetes.
AURELIANO FOLLE:
Ayer veía en un noticiero de televisión que Brasil
incrementó el control de sus cartas, utilizando un sistema
de rayos infrarrojos podría detectar determinados objetos
dentro de los paquetes, obviamente sin violar la correspondencia.
Es decir que algunas cosas podrían ser detectadas. ¿Ustedes
tienen esa información?
GO - Lo que
existe son algunos sistemas para detectar drogas o explosivos, algo
sustancialmente diferente a detectar una bacteria en una especie
de polvo. Para esto, específicamente, la información
que tenemos hasta el momento es que no existen elementos que lo
permitan. Muy diferente es el caso de explosivos o drogas. Entonces,
diría que lo que hoy circula en instructivos a nivel internacional
no dista de los procedimientos para el caso de drogas o explosivos
pero este caso específico no está resuelto.
JPD - La situación
afecta también a las empresas privadas de correo, y por supuesto
también a todos los funcionarios que trabajan en el sector.
¿Se está coordinando de alguna manera, se está
compartiendo información?
GO - Sí.
Algunas precisiones: todo tipo de medidas que sean adoptadas sin
duda dejarán de lado todo riesgo que puedan afectar a los
funcionarios (con quienes hemos hablado el viernes y seguramente
lo haremos hoy nuevamente), así como profundizarán
todos los controles a nuestro alcance para garantizar a la población.
Con la salvedad de que no hay que generar una alarma desmedida,
pero -como decía el ministro de Salud Pública hace
instantes-ya se ha implementado una oficina para quienes tengan
algún tipo de dudas sobre el origen de correspondencia.
Pero hay otra
precisión importante que es la diferencia entre el manejo
de cartas y el de paquetes. Hay unos 5.000 paquetes que entran mensualmente
al país, y generalmente son abiertos por la Aduana. Si se
encuentra alguna sustancia sospechosa, existen los canales para
denunciarlo y ver qué hay allí. Ese es un tema de
los que básicamente maneja el correo estatal, y le diría
que en el caso de los correos privados es prácticamente su
negocio exclusivo. En cambio, las cartas son manejadas casi en exclusividad
por la Dirección Nacional de Correos, es justamente allí
donde está centrado el problema, y las cartas son las que
no pueden ser abiertas. Sobre los paquetes hay controles, hay manuales,
formas de manejo en situaciones de riesgo, pero las dificultades
se generan en las cartas personales (donde primordialmente actúa
el Correo), cuyo contenido no se puede ver. Es en este sector donde,
gracias a Dios, en este país no se puede considerar algo
inminente pero estamos tomando las precauciones del caso.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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