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10 años de El Observador
El director,
Ricardo Peirano, anuncia nuevos productos de un diario que apuesta
a la innovación.
EN PERSPECTIVA
Lunes 22.10.01, 08.52.
JOSÉ PEDRO DÍAZ:
10 años es mucho tiempo, especialmente para un diario en
Uruguay. Mantener un diario en forma permanente, sostenida y con
un nivel de calidad creciente es toda una historia para contar.
Eso pasa con El
Observador, que nacía un 22 de octubre de hace
exactamente 10 años.
Estamos en contacto
con el director del diario, Ricardo Peirano. Supongo que con emociones
y con un balance positivo.
RICARDO PEIRANO:
Efectivamente, emociones muchas, porque mantener 10 años
un periódico en estas épocas de fines del siglo XX
y principios del XXI no es una tarea fácil, y con un balance
positivo porque lo que hemos recorrido, lo que hemos alcanzado nos
llena de satisfacción, nos da un punto de mirar hacia atrás
y ver todo lo que se ha conseguido, y de mirar hacia delante con
todo lo que nos queda por recorrer.
JPD - Si yo
digo ahora que El Observador es uno de los medios de referencia
en Uruguay, no estoy diciendo nada que pueda sorprender. ¿Cuáles
son las claves para que haya logrado el lugar que hoy tiene?
RP - Las resumiría
en dos principios. Uno, que siempre hemos apostado a la calidad
editorial en todos los productos que hemos hecho, en el diario mismo,
en los suplementos que hemos ido incorporando, en los productos
coleccionables; siempre hemos buscado esa máxima excelencia
en la calidad editorial. Por otra parte, también haría
referencia a la independencia con la que hemos trabajado y con la
que hemos buscado esa calidad editorial. Creo que estos dos principios
conjugados nos han dado las bases firmes, los cimientos que nos
permitieron edificar lo que hoy es una magnífica realidad
y proyectar el futuro hacia delante.
JPD - Además,
con un cuidado muy particular en la forma: el diseño siempre
fue una de tus obsesiones.
RP - Sí,
y no por una cuestión meramente estética como algunos
pueden pensar, o simplemente por un deseo de encontrar las formas
adecuadas, sino porque estamos convencidos de que el diseño
es un instrumento por el cual esa calidad editorial o la calidad
de los contenidos llega más fácilmente al lector.
En épocas donde el lector recibe numerosas ofertas informativas
de muy diverso tipo, es preciso presentarle las cosas facilitándole
la lectura, haciéndole agradable la lectura, de modo que
se sienta a gusto con el diario. Sin dejar de lado artículos
en profundidad, artículos de larga extensión, el lector
necesita a veces tener dos niveles de lectura: un nivel primario
donde con una ojeada se entera de los elementos principales, y un
segundo nivel de mayor profundidad, donde va a completar esa primera
información.
O sea que, efectivamente,
hemos cuidado el diseño; ha sido una de nuestras principales
preocupaciones en esta época, pero ha sido siempre un diseño
al servicio del contenido porque en última instancia, por
más buen diseño que haya, si no hay un contenido atractivo
para el lector tampoco hay un motivo para comprar el diario.
JPD - Yo trabajé
en El Observador más o menos entre 1993 y 1996, y creo que
viví el primer rediseño. Pero en los últimos
días volvieron a sorprender: cambiaron muchas cosas del diseño.
¿Por qué?
RP - Esto tiene
un sentido. Por un lado de renovar la oferta periodística
de modo de acercar al lector nuevas secciones y nuevos elementos;
hoy los lectores pueden apreciar que hay un nuevo suplemento que
se llama "O2", o sea "El Observador 2", segunda
sección, muy al estilo de lo que hace el diario The Guardian
en Londres, que tiene una sección especial, un poco despegada
del diario. Esta segunda sección tiene contenidos que no
son habituales en la prensa escrita de estas latitudes: tiene un
enfoque con temas de avanzada en tecnología, Internet, comunicaciones,
salud, luego tiene una sección de cultura específica,
que tampoco es demasiado habitual, para dar cabida a toda ese espacio
cultural que se desarrolla entre nosotros. Después las partes
ya tradicionales de espectáculos y cartelera, y por último
una página que creemos va a ser muy atractiva sobre gente,
las famosas páginas "The People" de muchas publicaciones
importantes del mundo.
JPD - El Observador
sale hoy además con un libro en el que recoge la historia
de esta última década. Quienes lo hojeen se van a
encontrar con que 10 años le caen de golpe encima: Enzo Francescoli
desde su ascenso a su retiro, el quinquenio de Peñarol, el
crecimiento de la izquierda en Uruguay, el fenómeno Spielberg,
desde cosas que 10 años atrás nos eran casi desconocidas
-el microondas, los teléfonos celulares, la explosión
de la televisión cable- que hoy son una realidad y cuando
uno las mira en retrospectiva impresionan un poco. Es un trabajo
importante, supongo que participó mucha gente durante mucho
tiempo haciendo este resumen, ¿no?
RP - Sí,
efectivamente. Es un trabajo que planificamos con bastante antelación,
hemos contratado alguna gente específicamente para la tarea
de edición y coordinación de este libro. Pero sobre
todo hemos querido que participaran todos los periodistas, fotógrafos
e infógrafos del diario, cada uno volcando en alguna nota
su área de especialidad. Recorre específicamente una
década en la que hubo enormes cambios culturales, sociales,
tecnológicos... El celular no existía cuando salió
El Observador; Internet, el e-mail, para hablar de algunas cosas,
más allá de todos los cambios sociales, políticos,
económicos que hacen que uno mire para atrás y vea
cuánto ha pasado también en nuestro país en
esta década.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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