Universidad renueva autoridades y
ratifica objetivos
Rector
ingeniero Rafael Guarga: "Lo primero es sobrevivir con las
dotaciones presupuestales que tenemos. ¿Cómo compatibilizamos
una oferta de calidad cuando ingresan 14.000 estudiantes por año?
Pese a todo, los elementos de medida de la calidad de la enseñanza
universitaria siguen siendo atributos de la Universidad pública,
y deberán seguir siéndolo".
EN PERSPECTIVA
Miércoles 24.10.01, 09.10.
EMILIANO COTELO:
Unas 150 mil personas, entre estudiantes, docentes y egresados de
la Universidad de la República, están habilitadas
para votar desde las ocho de hoy a efectos de designar a las autoridades
que regirán los destinos de esa casa de estudios en los próximos
dos años. Los comicios se efectúan en los tres órdenes
que cogobiernan la Universidad. Esta instancia, en la que el voto
es de carácter obligatorio, será punto de partida
de una serie de votaciones que culminarán con la elección
de varios decanos y del nuevo rector de la Universidad de la República.
Tomando como
punto de partida un mojón tan importante como es para la
Universidad una elección de estas características
les proponemos conocer en qué está hoy esa casa de
estudios, en qué circunstancias la sorprende la elección
que se cumple en esta jornada Para ello vamos a conversar con el
rector, ingeniero Rafael Guarga.
Cuando se elige
representantes en una instancia como la de hoy se está optando
también por diferentes posturas frente a temas importantes,
en este caso de la actualidad universitaria. Sin pedirle que intervenga
en esos pleitos, en las diferentes visiones que hay al respecto,
¿cuáles son a su juicio las cuestiones de mayor trascendencia
en el debate universitario?
RAFAEL GUARGA:
En rigor, las listas se conforman por Facultad. Una de las posiciones
que habrá de llenarse en esta elección es la integración
del Claustro General, que es la única instancia central.
Pero en las elecciones en las cuales se conforman los claustros
y los consejos de Facultad predominan fundamentalmente las cuestiones
locales, que es lo que más directamente vive la gente.
EC - Entiendo,
pero ¿si vamos a los temas generales, a los que están
detrás de la elección de la Asamblea General del Claustro?
RG - Los distintos
estamentos, los órdenes, tienen también temas diferentes
de preocupación. Por ejemplo, en relación a las cuestiones
de tipo general en la Universidad, sin duda alguna, el orden docente
tiene interés general en toda la temática del posgrado
de una manera diferente al énfasis que ponen los estudiantes.
Por ejemplo, a los docentes les interesa esta ordenanza que se ha
debatido y aprobado en la Universidad en cuanto a que la misma regula
lo que en definitiva habrá de ser el camino por el cual podrán
obtener en el país calificaciones de posgrado; en líneas
generales, es el camino por el cual el cuerpo académico se
reproduce a sí mismo. En el pasado era necesario salir al
exterior para hacer los posgrados, pero en este momento estamos
intentando en términos fuertes, con inversiones considerables,
generar capacidad propia para educar a nuestros magísteres
y doctores.
Esta es una
preocupación fundamental que tiene el orden docente y es
una temática general porque se trata de un régimen
regulado por el Consejo Directivo Central. Pero respecto a esta
misma temática, vista desde el orden estudiantil, ha habido
una polémica alrededor de la gratuidad de los posgrados como
una condición que abarque toda actividad de posgrado. Esta
propuesta no fue mayoritaria dentro del Consejo Directivo Central.
Los egresados tienen un interés propio, que es que la Universidad
estimule fuertemente todo lo que tiene que ver con la educación
continuada, que efectivamente haya una oferta real que les permita
mantenerse actualizados en su profesión. Hay un tema solo
que visto desde los tres ángulos tiene elementos de interés
y de definición diferentes.
EC - Estamos
hablando de la designación de los nuevos miembros de la Asamblea
General del Claustro, y usted ubica este tema como uno que interesa
a los tres órdenes. De alguna manera, está diciendo
que en esta materia podría haber cambios en el futuro. El
régimen que se ha aprobado recientemente ¿podría
tener marcha atrás, modificaciones, correcciones?
RG - Lo estoy
tomando como un ejemplo, por el hecho de que se ha logrado la conformación
de un cuerpo normativo que regula estas formaciones que hacen a
la educación continua para los profesionales, a la reproducción
del cuerpo académico para los docentes, y en relación
a los estudiantes la posibilidad en el futuro de realizar actividades
de posgrado en el país. Es un tema de importancia, sobre
el cual la Universidad ha dado un paso significativo con la ordenanza;
recién está comenzando la instalación de las
carreras. Sobre este tema se va a construir mucho en el futuro:
nuevas ofertas, nuevos programas, nuevos doctorados, nuevas maestrías;
despierta gran interés. Lo trata el Consejo Directivo Central,
pero nueve de sus miembros se integran a través de delegados
del Claustro General.
EC - ¿Otro
tema puede venir por el lado de la calidad académica?
RG - Sí.
En relación a la calidad académica, un componente
son sin duda los posgrados, pero otro no menos importante es la
investigación científica, también allí
hay un esfuerzo significativo de la Universidad que ha sido tradicional
en cuanto a llevar sobre sus hombros y su presupuesto el 80%-85%
de la investigación científica que realiza el país.
Esto es importante, en cuanto afecta las posibilidades de que los
docentes ingresen al régimen de dedicación total,
la posibilidad de abarcar como temas de investigación asuntos
de interés para el país, es decir que importa a sectores
que están más allá de los ámbitos estrictamente
académicos.
EC - ¿Cuáles
son los principales desafíos de la Universidad de la República
en el comienzo del siglo XXI?
RG - Lo primero
es subsistir, sobrevivir con las dotaciones presupuestales que tenemos.
Si bien el año pasado se obtuvo por parte del Parlamento
lo que la Universidad solicitaba como ruta, como caminos para llegar
en el año 2004 a que el país invirtiese en educación
pública el 4,5% del PBI, ya este año esa ruta ha quedado
prácticamente estancada porque en los hechos no hemos tenido
incremento presupuestal. En consecuencia hay un aspecto que está
ligado a lo que usted señalaba, referido a la calidad: ¿cómo
compatibilizamos una oferta de calidad que no se deteriore cuando
los ingresos relativos al número de estudiantes -ingresan
14.000 estudiantes por año- sin duda se deterioran? Aquí
debemos mantener tenazmente los reclamos que la Universidad elevó
en su momento al Parlamento, habilitar un diálogo con el
Poder Ejecutivo en los términos que la propia ley presupuestal
indicaba, de modo tal de buscar caminos por los cuales finalmente
podamos llegar al año 2004 cumpliendo los propósitos
de mejorar la inversión educativa del país; en particular
en nuestro caso, en educación superior. Que, como ya hemos
dicho muchas veces, está muy por debajo de lo que hace la
nación latinoamericana en promedio.
EC - El financiamiento
juega un papel clave en el futuro de la Universidad de la República.
En torno a ese tema hay muchas cuestiones a definir todavía
con el sistema político, con las instituciones políticas,
con el Parlamento y el Poder Ejecutivo. Esto ocurre en una época
en la que las relaciones Universidad - gobierno son buenas, son
mejores que en el pasado. ¿Es la mejor época de las
relaciones Universidad - gobierno?
RG - Es difícil
hacer comparaciones en un largo plazo, pero creo que tenemos un
conjunto de elementos concretos que dependen del Poder Ejecutivo
y de la Universidad, y que su trámite ha tenido una trayectoria
diferente actualmente, en las negociaciones con este Poder Ejecutivo,
que en el pasado. Un caso es el Instituto Pasteur de Francia, que
acaba de firmar un acuerdo importante con nuestro país. Si
bien el acuerdo radica en Montevideo o en Uruguay tiene una proyección
regional. En el pasado había habido una iniciativa comparable,
similar, que no había prosperado.
Ese es un ejemplo;
hay otros interesantes en este sentido. Creemos que este camino
de aproximación y acuerdo es bueno, y por nuestra parte hacemos
lo posible para que se amplíe, se enriquezca y para que las
colaboraciones y acciones en común, dentro de nuestro Plan
de Desarrollo Estratégico, sean cada vez mayores.
EC - En este
mismo plano, ¿qué importancia le da al acuerdo que
se ha conocido en estos días, que finalmente se lograría
en torno al futuro del Hospital de Clínicas?
RG - No se ha
logrado todavía un acuerdo formal. Se está discutiendo
en el área de la salud -que es donde está radicado
el equipo de trabajo que ha definido el Consejo Directivo Central-
algunas propuestas respecto a las cuales se ha avanzado con el Ministerio
de Salud Pública. En caso de que se aprueben en el área
de la salud, espero que el Consejo Directivo Central las apruebe
también. Recién allí podremos hablar de un
acuerdo.
EC - O sea que
usted todavía no da como algo confirmado la construcción
de un nuevo edificio para el Hospital de Clínicas en el mismo
predio que ocupa el actual.
RG - No: hasta
que el Consejo Directivo Central no lo resuelva no podemos establecer
que se definió en todas sus instancias. Es un tema importante,
se está discutiendo; creo que hubo concesiones de ambas partes,
y sobre la base de lo propuesto es posible que alumbre un acuerdo.
Hasta que el Consejo Directivo Central no lo apruebe, no es correcto
señalar que se cerró el acuerdo.
EC - ¿Qué
problemas trae para la Universidad el hecho de que sigan pasando
los años con el tema sobre la mesa?
RG - Ya van
casi cuatro años... Para la Universidad y para el país
trae una situación de indefinición en un tema que
la Universidad y el país entienden que es seria y grave.
También es real que en este tema no participa solamente la
Universidad, también lo hace el Poder Ejecutivo, el Ministerio
de Salud Pública como corresponde, por lo que habrá
que llegar a los acuerdos necesarios porque de otra manera no es
posible una inversión de la magnitud que se requiere para
hacer cambios significativos.
***
EC - Las cosas
han cambiado a propósito de qué el papel juega hoy
la Universidad de la República en la sociedad uruguaya, en
el sistema educativo uruguayo en particular. Hace ya años
-15 por decir algo- que la Universidad de la República no
tiene el monopolio de la educación a nivel terciario. Han
ido sumándose varias universidades e institutos universitarios
privados. Para usted, ¿cuál es el lugar de la Universidad
de la República?
RG - El hecho
de que ahora haya ofertas privadas -cosa absolutamente compatible
con el precepto constitucional de libertad de enseñanza-
no cambia esencialmente lo que la Universidad siempre ha tenido
como meta, que es llevar adelante una educación universitaria
superior de calidad. La actual oferta privada atiende esencialmente
aquellas carreras más tradicionales y más accesibles
desde el punto de vista económico, porque sus costos son
más bajos: Derecho, Ciencias Económicas... Obviamente
no Medicina ni Veterinaria, por los costos que implican. Se toma
las carreras más clásicas, se conforma un cuerpo docente
con una dedicación horaria mínima a los efectos de
enseñanza; no hay posibilidades significativas de costear
investigación científica en esos ámbitos. Es
decir que podríamos establecer que los elementos de medida
de la calidad de la enseñanza universitaria -la calidad de
sus docentes, su carácter de investigadores, la alta dedicación
a la enseñanza, la universalidad de la oferta- siguen siendo
atributos de la Universidad pública, y deberán seguir
siéndolo. Ojalá alguna universidad privada también
pueda transitar por estos caminos, pero para nosotros los desafíos
siguen presentes como antes y tratamos -con las dificultades que
hemos mencionado- de cumplirlos lo más seriamente posible.
Por lo tanto, nuestros desvelos no han aumentado ni disminuido por
la presencia de la oferta privada, que está dentro de lo
que debe ser un ámbito de libertad de enseñanza, como
establece nuestra Constitución.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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