Cómo aumentar las exportaciones
uruguayas de carne
El día
en que se reabre el mercado cárnico europeo para nuestro
país, el presidente del INAC, Roberto Vázquez Platero,
analiza las nuevas estrategias para adaptar la oferta uruguaya a
los nuevos requerimientos del consumo en las distintas zonas del
mundo.
EN PERSPECTIVA
Jueves 01.11.01, 09.05.
EMILIANO COTELO:
A fines de febrero, la Cancillería y el Instituto
Nacional de Carnes (INAC) decidieron aunar esfuerzos
para poner en práctica una estrategia agresiva a los efectos
de aumentar las exportaciones de carne. El tema ya llevaba varios
meses sobre el tapete, en la medida que en el proyecto de ley de
presupuesto se había propuesto modificaciones a la estructura
del INAC que, según argumentaron sus autores, le iban a dar
al Instituto mayor dinamismo, de manera de transformarlo básicamente
en una institución orientada a la promoción de las
ventas al exterior. Esa línea fue impulsada como fundamental
por el nuevo presidente del INAC, ingeniero Roberto Vázquez
Platero, desde que asumió su cargo en noviembre pasado.
En medio de
este proceso ocurrieron algunos hechos relevantes para el sector:
el primer brote de aftosa en Artigas, hace un año; la expansión
del mal de la vaca loca en Europa; la baja de los precios internacionales
y, en abril, la reaparición de la aftosa en Uruguay ya extendida
a todo el territorio, la pérdida del estatus de país
libre de aftosa sin vacunación y la pérdida momentánea
de varios mercados importantes.
Hoy, 1º
de noviembre, se produce la reapertura del mercado europeo. Desde
hoy, los frigoríficos pueden volver a exportar carne a la
Unión Europea (UE), siempre que sea carne sin hueso o madurada
a partir de esta fecha. En estos días habíamos conocido
otras noticias en ese sentido: el 15 de octubre había sido
reabierto el mercado israelí para esos productos, este lunes
fueron rehabilitadas las exportaciones a Egipto, y la lista continúa.
En este contexto
nuevo, ¿cómo llega el INAC en sus estrategias para
impulsar las exportaciones de carne? ¿Qué se ha hecho
para contrarrestar el problema de la aftosa y la ventaja de no tener
la enfermedad de la vaca loca? ¿Hacia qué mercados
debe orientarse fundamentalmente la promoción de la carne?
¿Qué tipo de productos debe ofrecer Uruguay?
Vamos a conversarlo
con el presidente del Instituto, ingeniero Roberto Vázquez
Platero. ¿Qué significa que Uruguay tenga una estrategia
exportadora en materia de carnes?
ROBERTO VÁZQUEZ
PLATERO:
Significa que todo el conjunto de la carne tenga objetivos claros
en cuanto a qué pretende lograr y mecanismos para lograr
esos objetivos.
EC - ¿Por
ejemplo?
RVP - Hago al
principio una pequeña precisión: la ley de presupuesto
no introdujo cambios. Se propuso algunos pero ninguno fue aprobado,
o sea que las modificaciones que hicimos en el INAC se hicieron
absolutamente con el mismo marco legal de los últimos 15
años.
EC - Es buena
precisión. Yo lo mencioné porque estuvo en el debate.
RVP - Sí,
pero no se aprobó nada. El factor fundamental que determina
el éxito de una cadena como la nuestra es el consumidor,
eso está muy claro. Antes uno producía para vender,
ahora mira qué quieren los consumidores y de ahí va
para atrás.
Los consumidores
han tenido una evolución muy notable en los últimos
años. Siempre importó mucho la calidad del producto,
naturalmente la relación calidad-precio, la terneza en el
caso de la carne; siempre importaron los efectos del alimento, en
este caso de la carne -como de cualquier otro- sobre la salud humana;
pero los últimos años han sido muy pródigos
en casos en que realmente se ha expuesto la vida humana por problemas
relacionados con alimentos. Por mencionar uno, tenemos el caso de
la vaca loca, pero no es el único: hace poco estuve en un
seminario en Francia donde distintas empresas privadas hablaban
de la estrategia para manejar crisis, y por ejemplo hablaron del
tema de la influenza aviar en Hong-Kong, que creo que para la salud
humana es un riesgo muchísimo más grave que cualquier
riesgo de las carnes rojas, con posibilidades de repetirse. Se repitió
de hecho en 2001 en Hong Kong, y con posibilidades de que vuelva
a hacerlo en cualquier otro lugar del mundo. Esto ha hecho que la
gente no esté dispuesta a consumir productos que no sabe
de dónde vienen, de dónde son, porque entre los primeros
puntos de su lista de prioridades está el tema de la seguridad
alimentaria.
Sucede que Uruguay
tiene condiciones muy especiales en este sentido y muy buenas para
nosotros. Porque nosotros producimos en sistemas que ofrecen muchas
garantías respecto a lo que la gente no quiere tener. La
gente no quiere tener vaca loca: Uruguay tiene un sistema de producción
que no utiliza los factores de riesgo que utilizan otros países,
que por eso tienen la enfermedad. En particular, no utiliza las
harinas animales en la alimentación, lo que constituye una
especie de canibalismo que tiene algo que ver con el tema de la
vaca loca. En Uruguay no están permitidos ni usamos anabólicos
-son dos conceptos distintos- y en general hay otra cantidad de
elementos que hacen a que podamos ofrecer muy buenas garantías.
Empezamos este
año con un proceso muy importante en la transformación
de INAC. INAC ha tenido cambios muy importantes de rumbo en este
año y naturalmente cambios en recursos humanos, imprescindibles
para cambiar esos rumbos. Nos pusimos a pensar en quién ofrecía
garantías al consumidor de otros mercados. El consumidor
no anda con un laboratorio microbiológico en el bolsillo
para ver si la carne tiene esto o lo otro. De la misma forma en
que compramos cosas por marcas, porque nos interesa la certificación,
que alguien nos diga que el producto es bueno, las marcas son un
elemento y las certificadoras son otro.
Hicimos un programa
en el cual adoptamos un protocolo que establece las condiciones
a que debe ceñirse la producción de carne, que en
esencia respeta nuestros sistemas de producción. Lo discutimos
con certificadoras de nivel internacional, porque el consumidor
europeo posiblemente le crea más a Bureau Veritas que a lo
que dicen el INAC o Vázquez Platero. Ellos van a certificar
en el futuro las características de nuestros procesos, nosotros
vamos a tener una marca propia, cuya utilización va a estar
exclusivamente permitida para aquellos que cumplan con nuestro protocolo.
EC - ¿Cuál
va a ser la marca?
RVP - Es una
marca nacional, de "Carne Natural" tanto en el caso de
la carne vacuna como de la ovina -en el caso de esta última
usa el "Lamb" típico uruguayo-. Esa marca es propiedad
intelectual de INAC. Nuestro instituto no va a cobrar absolutamente
nada por usarla, en la medida en que quienes lo hagan cumplan con
los requisitos.
EC - ¿Qué
cambios será necesario implantar a nivel interno, tanto en
la cría como en la industrialización de la carne,
para satisfacer esas certificaciones?
RVP - El primero
es el cumplimiento de los extremos porque, si bien hemos tratado
de ser muy abarcativos de la realidad nacional, hay cosas que se
puede hacer y otras que no. Hay que cumplir con los extremos del
protocolo.
Segundo y fundamental,
el tema de la certificadora. Las certificadoras operan a través
de tres mecanismos principales: primero, quien está en el
sistema tiene que tener registros (eso va a ser un cambio); segundo,
se hacen auditorías en cualquier momento y en cualquier lugar:
puede venir alguien a constatar que el productor, el frigorífica
o el transportista estén cumpliendo con lo que dice el protocolo;
y tercero, los análisis.
O sea que los
cambios van a ser a nivel de recibir auditorías, de llevar
registros y de estar sujetos a los análisis de los productos
para verificar determinados extremos. No prevemos grandes cambios,
porque el protocolo de carne natural no es demasiado diferente de
lo que hace Uruguay. Además es un protocolo flexible, que
mañana puede derivar en otros protocolos -ya tenemos casos
de carne orgánica, que es más exigente- y es absolutamente
libre.
EC - ¿Qué
es la variante que acaba de mencionar, la diferencia entre la carne
orgánica y la carne natural?
RVP - En la
Comunidad Económica Europea existe una norma comunitaria
que establece qué es carne orgánica; nosotros podríamos
decir que estamos muy cerca de producir carne orgánica. Entre
otras cosas, no se pueden utilizar pesticidas en las praderas. Nosotros
usamos praderas y damos garantías respecto a los residuos
de pesticidas en nuestras carnes, pero la carne orgánica
tiene extremos un poquito más allá.
EC - Por lo
que usted dice la condición de carne natural es fácilmente
alcanzable; la condición de carne orgánica es un poco
más difícil, y no todos los establecimientos la podrían
lograr.
RVP - Ya la
están logrando muchísimos, y si mañana hay
un retorno de mercados seguramente mucha más gente se va
a inscribir en el programa de carne orgánica. No es difícil
para un productor típico uruguayo acomodarse a las exigencias
del protocolo de carne orgánica.
EC - ¿Cuándo
estaría plenamente vigente y operativa esta cuestión
de las certificaciones de que estamos hablando?
RVP - Ya está
todo el protocolo terminado, estamos en la fase de empezar a implementarlo
y hacerlo operativo; tenemos que acreditar a las certificadoras.
En el primer semestre del año 2002 va a estar.
Le doy un dato:
en el ejercicio de mirada a futuro que todos los años hace
Australia, el mayor exportador de carne al mundo, hubo una presentación
de un invitado especial de la Universidad de Ohio, Estados Unidos,
quien dijo que los productos certificados y garantizados van a tener
un precio de consumo, por lo menos, del orden de 40 o 50 centavos
por libra en el próximo año en Estados Unidos.
EC - ¿Por
qué no traduce ese número para quienes no somos especialistas
en el tema?
RVP - A nivel
de consumo, significa U$S 900 la tonelada.
EC - ¿Qué
implica de diferencia con respecto a los precios estándar?
RVP - Es muy
significativa. Depende del tipo de corte, pero estamos hablando
de entre un 20% y un 40% más, posiblemente, en los precios
a nivel de consumo, dependiendo de los mercados y de que uno alcance
específicamente aquel mercado que interesa. Si voy a vender
este producto en el mercado brasileño, posiblemente hoy no
sea importante porque Brasil tiene condiciones tan seguras como
las nuestras. Esto es una parte importante pero relativamente chica
de lo que está haciendo INAC y lo que está pretendiendo
hacer.
EC - ¿En
qué medidas estas posibilidades por el lado de la carne natural
o la carne orgánica se ven afectadas por el hecho de que
hayamos vuelto a tener aftosa, y seamos ahora país libre
de aftosa con vacunación?
RVP - Afecta
de dos maneras. Primero, porque la aftosa nos impide acceder a mercados.
Ahora no vamos a acceder al mercado de Estados Unidos, o sea que
todo el esfuerzo que podamos hacer en carne orgánica, carne
natural, en promoción, va a estar limitado a los mercados
que se tengamos. En eso, el efecto de la aftosa es devastador.
EC - Existen
nichos de mercado de carne orgánica y carne natural, tanto
en los mercados aftósicos como en los no aftósicos;
en definitiva son dos variantes.
RVP - Pero es
mucho más grande el daño que hace no acceder a mercados
no aftósicos que lo que podemos ganar por la certificación
o por estos programas. Para dar una idea, Nueva Zelanda y Australia,
que son nuestros competidores en los mercados no aftósicos,
hoy están pasando por el mejor momento de la historia de
sus ganaderías. El precio de un novillo en pie en Australia
es de U$S 1,20 y en Uruguay de U$S 0,60.
EC - Estamos
hablando del doble.
RVP - Nuestros
competidores nunca han estado tan bien. En parte es por nuestros
problemas de aftosa: Uruguay y Argentina están fuera del
mercado no aftósico. Hoy, por ejemplo, entramos en Egipto.
Me llamó ayer el embajador y me dijo que había mucho
interés en los importadores porque el vendedor tradicional
a ese país, Irlanda, hoy está prohibido por los problemas
de la vaca loca; los egipcios no quieren carne europea. Al no estar
Europa como oferente (porque casi ningún país no europeo
está dispuesto a consumir carne de esa procedencia), y no
estar el Cono Sur por problemas de aftosa, los países que
tienen buenas condiciones hoy están pasando por un momento
excepcional.
***
EC - Usted se
detenía en las ventajas que tenemos por el lado de la carne
natural y eventualmente de la carne orgánica, pero decía
que ése es sólo un aspecto.
RVP - Hay que
tener bien claro que INAC fue concebido hace 15 o 16 años
con un objetivo muy controlador de la actividad, que hoy no se justifica
y sobre el que no vale la pena discutir mucho.
A futuro, INAC
pretende tener una lógica de acción colectiva, porque
va a hacer aquellas cosas donde tenga sentido que los distintos
agentes de esta cadena se junten. Cada uno tendrá que hacer
sólo lo que pueda individualmente. INAC no tiene que interferir
para nada en lo que hacen los frigoríficos o los productores
individualmente, pero hay una cantidad de acciones que es lógico
se hagan conjuntamente, como por ejemplo las de promoción
en el exterior.
EC - Veamos
esto un poco más en detalle. ¿Qué se está
elaborando en cuanto a esa promoción en el exterior?
RVP - Hemos
reformulado un poco la estructura de INAC, decidimos que tuviera
una división de mercados externos y otra de mercado interno,
más que nada lo que llamamos servicios en toda la cadena.
Nuestro punto
de vista es que es imposible hacer promoción en el exterior
si uno no conoce el mercado: lo primero que debemos hacer es tener
mucha gente en INAC investigando las condiciones de la demanda de
los mercados a los que debemos acceder, y las condiciones y los
programas que están haciendo quienes compiten con nosotros
en esos mercados. Esto es un prerrequisito, si queremos adecuar
nuestra promoción a lo que quiere el consumidor, lo primero
y fundamental es saber qué quiere el consumidor.
EC - No una
promoción, sino que debe haber varias.
RVP - Exactamente.
Tenemos que conocer mucho. Los países en serio estudian a
sus competidores y conocen los mercados: INAC pretende en el futuro
conocer los mercados a los que queremos llegar, lo que hacen y las
condiciones de nuestros competidores, mejor que nadie en el mundo.
Para eso precisamos gente, equipos y capacidad analítica
que vamos a desarrollar; hoy la crisis nos ha golpeado mucho desde
el punto de vista económico, porque INAC se nutre en gran
parte de las exportaciones.
EC - ¿Entonces?
RVP - Este año
ha sido una catástrofe, pero la estamos manejando. Lamentablemente,
hemos tenido que prescindir de más de un tercio de los funcionarios
que había en el instituto. Recién hemos empezado a
contratar a los especialistas que precisamos, pero las cosas van
a mejorar mucho cuando empecemos a exportar. En esa división
de mercados externos, aparte de la investigación de mercados,
tenemos otras tres funciones fundamentales (que definimos nosotros:
mañana podrá venir alguna empresa o alguien que estratégicamente
conozca mejor y mejorarlas, pero nos pareció que este año
teníamos que poner el barco en determinada dirección).
La segunda función
es trabajar junto con el gobierno en temas de acceso a mercados,
lo que por el problema de la aftosa nos ocupó gran parte
de este año, porque perdimos los mercados en octubre, volvimos
a perderlos en abril y todavía hoy estamos en pleno proceso
de recuperación: recién hemos logrado al gran referente
del mercado aftósico, y por lo tanto esperamos que atrás
de Europa sigan prácticamente todos los demás mercados.
Costó mucho y creo que todavía nos va a costar algún
esfuerzo más.
Después
están las actividades de promoción, en las que INAC
ha gastado históricamente poco. y nosotros pensamos que debe
ser el punto en que gaste más.
EC - ¿En
qué consiste la promoción, en qué hay que gastar?
RVP - En hacer
llegar mensajes claros al consumidor, que es el que decide la compra.
Primero, que nos conozca; porque en cualquier promoción,
empezando por las que vemos todos los días, incluso las que
tienen que ver con política, es necesario que se conozca
a quien uno quiere venderle. Segundo, es necesario que se conozca
las ventajas y los atributos que tienen esos productos a los ojos
del consumidor, en función de sus preferencias. Por eso queremos
hacer llegar un mensaje de Uruguay posicionado como país
de alimentos naturales, eventualmente orgánicos, país
de calidad. La carne uruguaya tiene una gran imagen de calidad en
muchos mercados y ha mejorado mucho en los últimos años
por una cantidad de elementos, pero todavía vamos a mejorar
más: estamos haciendo junto con el Instituto Nacional de
Investigación Agropecuaria (Inia) un trabajo de auditoría
de calidad de carne para mejorarla en un plazo de cinco años
en forma marcada.
Vamos a trabajar
en conveniencia. Uruguay tiene un problema; la conveniencia es la
facilidad de preparación de un alimento. Los hábitos
de consumo en los países a los que pretendemos exportar cambiaron
radicalmente: las mujeres trabajan en una altísima proporción
fuera de sus hogares, la gente come mucho afuera y cuando come en
su casa come rápido; por ejemplo un músculo entero
de carne o medio peceto en la cacerola es una comida que ha desaparecido
en muchos mercados. Durante los últimos 20 años, tanto
los productos porcinos como los aviares sacaron gran ventaja a las
carnes rojas en cuanto a ofrecer al público productos mucho
más adecuados a las necesidades de preparación del
hogar, incluyendo a los productos que se preparan en hornos de microondas.
En ese sentido las carnes rojas en el mundo han ido muy atrás
y particularmente en Uruguay; muy poco de lo que exportamos está
preparado como producto pronto para cocinar. Muchos supermercados
en Europa, en lugar de tener alimentos tienen comida; es la diferencia
entre food y meal.
EC - Ese es
un dato del comportamiento de los mercados que conocemos bien, no
es un dato de hoy ni de ayer.
RVP - Sí,
pero es un problema muy complicado. Las carnes rojas en general
han estado muy detrás. Hoy estamos empezando a ganar espacios
con productos de carnes rojas más fáciles de cocinar.
Lamentablemente, eso requiere también investigación,
especialistas en tecnología de alimentos y de carnes, tema
en que Uruguay no está muy bien posicionado en el mundo.
Si usted se pone a revisar qué es lo que hay en materia educativa
en cuanto a oferta, verá que es muy limitada. Por lo tanto,
el esfuerzo en ese sentido nos va a llevar más.
Pero es uno
de los elementos de los que no podemos prescindir, Uruguay deberá
tener productos más adecuados a la realidad de los consumidores.
Le menciono algunas excepciones que a veces olvidamos: hoy somos
exportadores de hamburguesas -no lo éramos hace cinco años-,
un típico producto pronto para preparar; hoy tenemos por
lo menos tres o cuatro frigoríficos que las exportan a distintos
mercados.
EC - A propósito
de todas estas líneas de acción, ¿cuándo
podemos verlas operando, funcionando?
RVP - Con las
limitaciones de un año tan particular como fue este, estas
cosas empezaron en las presentaciones que hicimos en Alemania este
año. Las presentaciones que hizo INAC fueron muy bien recibidas
por los importadores, los programas que estamos desarrollando fueron
muy bien recibidos. Ya tenemos gente que nos está pidiendo
el producto carne natural certificada, mucha gente nos ha pedido
la posibilidad de utilizar la marca, el logo que hemos diseñado..
O sea que en parte eso está caminando. Se trata de un organismo
que en materia financiera lamentablemente ha tenido un año
malo. Pero hoy, 1º de noviembre, estamos empezando una nueva
etapa en nuestra vida.
EC - Porque
hoy 1º de noviembre cambian los ingresos del INAC.
RVP - Radicalmente.
En la medida en que el año que viene INAC cumpla con su presupuesto,
la asignación de fondos para promoción va a ser mucho
más importante. Estamos pensando hacer promoción importante
en Europa y en Brasil, sin descuidar otros mercados de la región.
Si logramos
un rápido acceso Chile, es otro mercado tremendamente importante.
La estrategia de promoción es muy distinta: mientras en Brasil
vamos a apuntar esencialmente a trasmitir un mensaje de calidad,
porque ahí es donde, primero, la carne uruguaya tiene un
gran diferencial con la brasileña, es reconocida y está
bien posicionada, y segundo, no existe en Brasil la preocupación
por el tema de la seguridad alimentaria como existe en Europa. En
distintos mercados vamos a hacer actividades con distintas estrategias,
tratando de llegar al consumidor. Y cuidado, porque ése es
un problema muy particular de las carnes rojas: la carne suele perder
la identidad: si yo exporto un corte de carne, por una cantidad
de cuestiones comerciales, esa carne difícilmente llegue
con identidad a nivel del consumo.
EC - ¿Cómo
se resuelve eso?
RVP - En Brasil
tenemos un principio de cómo se va a resolver, y en Europa
tenemos algunas ideas no sólo nuestras sino también
de terceros que mediante acuerdos con supermercados piensan que
es muy posible que haya una identidad importante de la carne uruguaya
en las dos bocas más importantes: supermercados y restaurantes.
Argentina lo hizo; cuesta plata, esfuerzo y recursos llegar a que
la gente reconozca como reconoce hoy la carne argentina en los restaurantes
y la demande. Dentro de muy poquitos años va a reconocer
también la uruguaya.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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