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"El FMI no se cuestiona por
qué aplica recetas equivocadas"
Entrevista exclusiva con el economista Joseph Stiglitz, premio
Nobel 2001.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 14.11.01. - Hora: 09.00
EMILIANO
COTELO:
Profesor
Stiglitz, Ud. y los economistas Gorge A. Akerlof y Michael A. Spence
recibieron este año el Premio Nobel por sus investigaciones
sobre la importancia de las asimetrías de la información
en la economía de mercado.
¿Podría explicarnos brevemente cuáles fueron
sus aportes?
JOSEPH STIGLITZ:
El punto de partida de nuestro trabajo fue que los economistas utilizaban
teorías o modelos que asumían que la información
era perfecta. Todos sabíamos que existían muchas clases
de imperfecciones de información, pero se trabajaba con la
esperanza de que aún si la información fuera imperfecta,
de todos modos los resultados obtenidos con los modelos de información
perfecta proporcionarían una buena descripción del
funcionamiento real de la economía.
Lo que nosotros hicimos fue demostrar que aquella esperanza no era
verdad, y que incluso una pequeña imperfección de
información tendría consecuencias muy significativas.
El Comité
del Premio Nobel destacó un tipo específico de información
imperfecta: la asimetría de información. La idea es
muy simple. Que los distintos participantes en el mercado perciben
cosas distintas. Que, por ejemplo, el vendedor de un auto usado
sabe si su auto tiene un problema; él sabe más sobre
el auto que el comprador.
Otro caso, en
el mercado de capitales quien solicita un préstamo sabe un
poco más que el prestamista acerca de sus probabilidades
de cumplir con el pago.
Una persona que contrata un seguro de vida en el mercado sabe si
fuma mucho, sabe si vive de manera tal que sus probabilidades de
morir joven son mayores, y conoce su estado general de salud. (El
corredor de seguros tendrá que averiguarlo.)
Como se ve,
existen muchas de estas asimetrías y una gran parte de la
actividad económica se ve afectada por estas asimetrías.
Cuando
uno, de varias maneras, pretende conseguir información de
alguien acerca de si es un buen candidato a efectos del seguro o
si el auto que tiene en venta es bueno, por supuesto que el otro
le dirá que sí lo es. Por lo tanto, Ud. deberá
ingeniarse para confirmar si la información es correcta o
no.
Al mismo tiempo, hay otro fenómeno: en algunas situaciones
hay gente que intenta crear asimetrías de información
porque esto le puede proporcionar más poder de negociación
en el mercado.
Por todas estas
razones, estas asimetrías de información son un aspecto
clave del comportamiento de la economía.
PABLO ROSSELLI:
En varios artículos y conferencias Ud. ha insistido sobre
la importancia de las asimetrías de información en
el caso particular de los mercados financieros. ¿Podría
explicar brevemente, en términos sencillos, los principales
temas teóricos a este respecto? Por ejemplo, la inclinación
que pueden tener los bancos a otorgar préstamos riesgosos
o préstamos "imprudentes".
JS - Una de
las consecuencias más importantes de nuestro estudio sobre
información asimétrica es que ese fenómeno
puede llevar a que los mercados queden en desequilibrio.
La idea básica
en Economía es que la demanda es igual a la oferta. Esto
es un problema porque deja sin explicar fenómenos importantes,
como el desempleo. Todos sabemos que el desempleo existe y sin embargo
las teorías que tradicionalmente han prevalecido en Economía
casi que ignoran, en los hechos, ese problema.
Bueno, si vamos al mercado de capitales el fenómeno análogo
a ese del desempleo es el racionamiento del crédito. Todos
sabemos que no se puede ir al banco y pedir el préstamo que
se quiera. La demanda no es igual a la oferta.
La pregunta es por qué.
Vamos a suponer que la demanda de crédito equivale a la oferta.
La vieja teoría dice: bueno, usted va al banco y propone:
"yo ofrezco pagar una tasa de interés más alta
que los otros clientes". Y el banco empieza a pensar: "¿y
por qué esta persona estaría dispuesta a pagar más?
Una de las razones por las cuales esta persona estaría dispuesta
pagar más es que en realidad no tiene intención de
pagar". Si Ud. no va a pagar el préstamo, por supuesto
que la tasa de interés que usted promete pagar no resulta
relevante. Así que el banco sabe que, en general, aquellos
que ofrecen pagar altas tasas de interés deben estar involucrados
en emprendimientos de mucho riesgo y es poco probable que paguen,
por una razón u otra. De esta forma, se reconoce que es mejor
mantener las tasas de interés más bajas, aún
si esto significa negarle el crédito a algunos clientes,
dejando que la demanda de crédito sea mayor que la demanda.
PR - Otro de
los problemas que surge de esta asimetría de información
en el sistema financiero es el de los préstamos riesgosos
que los bancos a veces otorgan y la necesidad de que el organismo
regulador del sistema financiero tome en cuenta estos problemas.
¿Qué
tipo de recomendaciones surgen de los estudios que usted ha hecho?
JS
- El tema del préstamo riesgoso está caricaturizado
en un dibujo que apareció en la época en que Andy
Weiss y yo escribíamos nuestra tesis. Fue un período
en que las tasas de interés en los Estados Unidos habían
subido a niveles muy altos. La caricatura mostraba a un banquero
inclinado sobre su escritorio, preguntándole al cliente que
solicitaba el préstamo: "¿Qué tipo de
banquero le prestaría a alguien que estuviera dispuesto a
pagar las altas tasas de interés que nosotros cobramos?"
Esta anécdota ilustra cómo muchas veces los préstamos
que tienen altas tasas de interés son precisamente aquellos
préstamos de mucho riesgo. Lo que resulta preocupante para
las arcas del Estado es que cuando los bancos otorgan préstamos
de mucho riesgo y un número de préstamos caen en incumplimiento,
el Gobierno a menudo termina "pagando los platos rotos"...como
los bancos no pueden cobrar los créditos, tampoco pueden
pagarle a los depositantes y termina siendo el Estado quien le paga
a esos depositantes, cobrando para ello nuevos impuestos. Esto ocurrió
en los Estados Unidos durante la crisis de "Saving & Loans"
(S&L), cuando los bancos otorgaron gran cantidad de préstamos
de alto interés pero de muy alto riesgo. Estos no dieron
buen resultado y terminaron produciendo lo que se llama "la
debacle de S&L" y la operación de rescate que costó
cientos de billones de dólares a los contribuyentes norteamericanos.
A partir de estas experiencias, hoy en día reconocemos la
importancia de las regulaciones bancarias y que ellas deben tomar
diversas formas.
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Stiglitz
llegó a Montevideo invitado por la Universidad de Montevideo.
En la foto junto a Ramón Díaz (izquierda) y Luis
Viana Martorell, Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales
y Economía de la UM. |
Y aquí
también entra el problema de la información asimétrica.
Todo el enfoque de las regulaciones bancarias ha sido afectado por
la teoría de la información asimétrica, reconociendo
que el organismo regulador del sistema bancario a menudo tiene menos
información que los bancos que están siendo regulados.
El banco puede saber menos acerca del préstamo que el que
lo solicita, pero a su vez el organismo regulador puede saber todavía
menos que el banco sobre la calidad de ese préstamos. Y las
teorías que hemos desarrollado apuntan a mejorar el diseño
de las regulaciones de los bancos ante estos tipos de asimetrías
de información.
Por ejemplo, una de las recomendaciones, si se puede llevar a cabo,
es limitar las tasas de interés que se cobran sobre los préstamos.
En la vieja teoría, limitar las tasas de interés era
considerado como una interferencia con el mercado. En las nuevas
teorías, fijar esos límites puede ser bueno, porque
de hecho, préstamos con las más altas tasas de interés
son préstamos de más alto riesgo y más alta
probabilidad de incumplimiento, y parte del costo de este riesgo
recae sobre el Estado e indirectamente sobre el contribuyente.
EC
- El sistema bancario uruguayo está altamente dolarizado.
Más de un 70% de los depósitos y préstamos
bancarios son en dólares estadounidenses. Por lo tanto, se
ve limitada la capacidad que tiene el gobierno de utilizar la política
cambiaria para compensar los golpes negativos externos. Si la moneda
local se devaluara, muchos hogares encontrarían más
difícil o imposible pagar sus deudas en dólares.
Por eso le pregunto: ¿existe algún rol específico
que la política regulatoria pueda jugar a efectos de revertir
la alta dolarización del sistema bancario del Uruguay?
JS - Creo que
a nivel mundial crece el reconocimiento de que la dolarización
excesiva puede imponer restricciones en la conducción de
la política macroeconómica y reducir los márgenes
de maniobra del gobierno. He tenido conversaciones en muchos países
sobre este tema en particular. Pero un proceso de desdolarización
es muy lento, no puede realizarse de la noche a la mañana.
Creo que se debe reconocer que la dolarización excesiva tiene
un costo social, precisamente por esas razones que Ud. mencionó.
Y lo que creo que los países deben empezar a hacer es explorar
caminos alternativos que permitan desdolarizar en forma gradual.
Probablemente las vías más importantes para hacer
esto vienen de una combinación de impuestos, información
y regulación.
Por el lado de la información, hay que tratar de explicarle
a las familias las ventajas y desventajas de la dolarización.
Que la dolarización puede ser ventajosa bajo ciertas circunstancias
pero en un mundo en que las tipos de cambio varían mucho,
la gente que se endeuda en dólares puede enfrentar serios
problemas.
Los impuestos son otro mecanismo que se puede usar para estimular
a la gente a no endeudarse en dólares; se pueden conceder
mejores tratamientos tributarios a quienes toman préstamos
en moneda nacional.
Esta es la recomendación que se comenzó a discutir
durante la crisis asiática donde el endeudamiento excesivo
en dólares fue un problema muy serio.
Y finalmente la propia regulación bancaria puede ser importante
para desalentar la dolarización. Malasia utilizó este
enfoque regulatorio de los bancos con mucho éxito.
PR
- Una última pregunta sobre este tema. Para favorecer la
desdolarización, ¿no se podría instrumentar
un sistema de seguros de depósito en el cual la póliza
que debe pagar cada depositante tenga en cuenta el grado de dolarización
de cada banco?
JS - Efectivamente. Cuando hablé de regulación del
sistema bancario yo tenía en mente un conjunto amplio de
restricciones e incentivos.
Las restricciones administrativas son a menudo más fáciles
de implementar que lo que usted propone. Pero creo firmemente que
también se deben utilizar incentivos para alentar la desdolarización,
que funcionen, por ejemplo, sobre las tasas de interés, por
ejemplo sobre las pólizas cobradas por los seguros de depósito.
Otro incentivo posible es el siguiente. La mayoría de los
países hoy tienen lo que se llama "requisitos de capital
en base al riesgo", donde la cantidad de capital que le exigen
tener a cada institución, está en función de
los riesgos que cada institución corre. Ese estudio de riesgo
podría determinar un mayor requerimiento de capital para
los bancos más expuestos. Por lo tanto, esta es otra vía
PR - ¿Esos
incentivos a la desdolarización también podrían
implementarse a partir de las previsiones de incobrabilidad que
deben hacer los bancos?
JS - Exactamente.
Las previsiones por incobrabilidad también pueden ser ajustadas
para reflejar las diferencias de riesgo.
Quiero aclarar que estos incentivos no pretenden ser punitivos.
Simplemente, en el mundo actual hay que ajustarse a los riesgos
como son. Existe un gran riesgo asociado con la inestabilidad cambiaria.
La inestabilidad en el tipo de cambio no es un problema inventado
en Uruguay, el riesgo cambiario ocurre en todas partes.
Cuando yo era miembro de la Junta de Consejeros Económicos
(del presidente Clinton) veíamos que el valor del yen contra
el dólar iba desde 106 a 80 y luego volvía a subir
hasta 130. Así que esto no es sólo un atributo de
países pequeños.
Y alguien podrá decir: "bueno, no lo manejaron bien".
Pero incluso teniendo un buen manejo económico uno se enfrenta
a estos riesgos. Con un manejo responsable no se pueden resolver
estos riesgos, pero al menos uno informa a la gente acerca de los
riesgos, y por lo menos uno toma las precauciones necesarias contra
estos riesgos. Hacia allí tiene que apuntar la política
económica de hoy en día. Se trata de reconocer el
riesgo y decidir cómo manejarlo.
***
EC - Le propongo
que hablemos ahora de asuntos más prácticos.
Ud. criticó
fuertemente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Departamento
del Tesoro de los Estados Unidos, por las políticas que impulsaron
tanto en ocasión la crisis financiera asiática como
en la transición de Rusia hacia una economía de mercado.
¿Puede resumir cuáles fueron los errores más
grandes que se cometieron en estos casos?
JS - En el caso de Asia, simplificando un poco, lo que ocurrió
fue lo siguiente.
Los países estaban entrando en una crisis. La crisis significaba
que la inversión caía en picada, el consumo también,
y los indicadores dejaban en claro que estos países ingresaban
en recesión, una muy profunda recesión. La cuestión
era qué hacer.
La Economía que se enseña en todas partes del mundo
dice que un país que está entrando en recesión
debe tratar de tener una política fiscal y monetaria expansiva.
Y, según se estableció cuando Keynes fue el padrino
intelectual del FMI, el papel de ese organismo consistía
en proporcionar liquidez, dinero, para que, en ese contexto recesivo,
los países pudieran mantener las políticas fiscales
expansivas.
Por lo tanto eso fue lo que yo pensé que tenía que
ocurrir, tanto con la política que los países tenían
que seguir, como con el rol del FMI. Si hubieran hecho eso, el crecimiento
económico de todos modos se habría enlentecido pero
en menos tiempo se habría restablecido la confianza de los
agentes, los capitales habrían vuelto, y el crecimiento se
habría reiniciado.
En lugar de esto, ¿qué fue lo que hicieron el FMI
y el Departamento del Tesoro de EEUU? Impulsaron una política
fiscal y monetaria contractiva, y exigieron, como condición
para cualquier apoyo, que se implementaran esas políticas,
a pesar de que esos países nunca habían tenido problemas.
No hay que olvidar, que estos países asiáticos no
eran como América Latina. Ellos tienen superávit fiscal
en tiempos normales. Tenían una política monetaria
sólida. En Corea la inflación había bajado
de 5,5 a 4%. En definitiva, estos países tenían un
buen manejo macroeconómico. Y Estados Unidos y el FMI les
exigieron fuertes ajustes, con lo cual convirtieron lo que hubiera
sido una desaceleración en una recesión, y una recesión
profunda en una depresión.
Para empeorar las cosas, estos países tenían un problema
de instituciones financieras débiles. Cerraron 16 bancos
en Indonesia, y luego dijeron que iban a cerrar más, pero
advirtiendo que los depósitos no iban a ser garantizados.
De esta manera, el FMI terminó organizando una corrida bancaria,
provocando la devastación del sistema financiero.
Y cuando el desempleo comenzó a subir vertiginosamente y
el salario real comenzó a derrumbarse, anunciaron: "bueno,
tenemos billones y billones para pagarle a los acreedores occidentales
y americanos, pero no tenemos dinero para mantener los subsidios
alimenticios o el subsidio del querosene para los más pobres".
Ahora conocemos lo suficiente acerca de la interacción de
las fuerzas económicas y sociales como para saber que si
uno hace estas cosas en una sociedad que tiene conflictos étnicos,
es alta la probabilidad de terminar en un desorden social y político.
Y eso es precisamente lo que pasó. Y cuando esto pasa, no
se atrae más gente al país, no se atrae más
inversión al país, se produce la huida de capital,
con lo cual se convierte la desaceleración económica
en algo mucho peor.
EC - ¿Cómo
explica esos errores en las políticas del FMI?
JS - Creo que
se produjeron debido a la aplicación de modelos económicos
simplistas. Los tipos de modelos que ellos utilizaban, por ejemplo,
no incorporaban algunas investigaciones que han tenido lugar en
los últimos veinte años y que ponen hincapié
en problemas de información, problemas de restricción
de crédito, problemas de bancarrota. Ellos simplemente ignoraron
toda esta clase de preocupaciones y no tuvieron en cuenta el trabajo
que George Akerlof y yo hicimos, tratando de introducir una dimensión
social a la economía.
Pero usted me
preguntó también sobre lo que pasó en Rusia.
En ese punto yo creo que todavía no se ha asumido lo rotundo
del fracaso. Hay que recordar que los países que pertenecieron
a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS) venían de gobiernos y economías comunistas.
Todo el mundo reconocía lo malo que era el comunismo (planificación
centralizada, precios distorsionados, falta de incentivos, ausencia
de propiedad privada). Teniendo en cuenta todos esos problemas,
es claro que, con el cambio a la economía de mercado, la
producción debió haber aumentado. En realidad no sólo
debió haber aumentado, sino que debió haber despegado
vertiginosamente. Pero, ¿que fue lo que ocurrió? La
producción en Rusia cayó alrededor de un 40%. La pobreza
pasó de un 2% al 40%. Hoy más del 50% de los niños
viven en la pobreza.
Y todos estos
resultados se debieron sobre todo a una dependencia excesiva de
malos modelos económicos, al peso de lo ideológico
y -creo también- y a la satisfacción de demandas de
algunos grupos poderosos que reclamaron políticas equivocadas.
Preocupación
por los acreedores, la mezcla de malas fórmulas económicas,
ideología e intereses de grupos de presión, todo ello
es una combinación que puede producir verdaderos problemas.
La consecuencia fue que la privatización, que puede ser una
fuerza muy positiva cuando está bien hecha, se convirtió
en un factor recesivo. En vez de generar nueva riqueza, la privatización
llevó a la dilapidación de los activos que pertenecían
al Estado. La apertura del mercado de capitales permitió
que los compradores de las ex empresas del Estado tomaran ganancias
y las invertieran en Nueva York y Chipre. De esta manera, la economía
de esos países no creció sino que entró en
una profunda depresión.
PR - ¿Ud.
piensa que alguno de estos enfoques del FMI y sus políticas
han cambiado en los últimos tiempos?
JS - Creo que
hay una conciencia mucho mayor sobre la importancia de la pobreza
y una conciencia mayor de que se cometieron grandes errores en Asia.
Sin embargo, no ha habido una revisión fundamental de los
modelos utilizados. Ahora aceptan que hicieron contraer los mercados
en forma excesiva. Pero nunca he visto un análisis sobre
por qué indicaron una terapia equivocada.
Saben que la receta fue equivocada pero no han vuelto a la pregunta
de dónde estaban los errores en los modelos. No se cuestionan:
"¿En qué nos equivocamos en nuestro análisis?
¿Por qué llegamos a la conclusión errónea,
y por qué llegamos a esa misma conclusión tan a menudo?"
No ha tenido lugar un análisis más profundo. Ha habido,
sí, una apertura mayor y una mayor transparencia en el FMI,
pero todavía no al nivel que marcan los principios de transparencia
en las sociedades democráticas.
EC - ¿Qué
tipo de cambios institucionales debe ser implementados a efectos
de volver más democrático el gobierno de FMI?
JS - En las Naciones Unidas, cinco países tienen poder de
veto, y mucha gente cree que eso no es consistente con la democracia
moderna. India no tiene poder de veto, pero Francia sí.
En el FMI sólo
un país tiene poder de veto.
Otro problema:
En el FMI los países no están representados por delegaciones
de base amplia, sino por bancos centrales y ministros de finanzas.
Pero las políticas del FMI no afectan sólo a los mercados
financieros sino que también, por ejemplo, afectan el mundo
del trabajo y, en fin, afectan a toda la sociedad. Sin embargo esas
partes afectadas no tienen voz.
Yo creo que
no va a ser fácil cambiar esa estructura de gobierno del
FMI. Pero hay algo que sí se puede cambiar: la transparencia.
En Estados Unidos y en muchos otros países existe hoy lo
que se llama Freedom of Information Acts. Las personas tienen el
derecho a saber lo que está pasando.
En el FMI no existe ese principio de "libertad de información".
El FMI hoy no satisface los patrones de apertura y transparencia
que se han convertido en parte esencial de las instituciones democráticas.
Yo creo que ese cambio sí se puede hacer. Y se puede hacer
fácilmente.
EC: Muchas gracias.
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Investigación periodística: Roberto Porzecanski y
Pablo Rosselli.
Traducción: Silvana Zanetti y Carl Webster.
Edición: Emiliano Cotelo y Pablo Rosselli.
Grabaciones: Oscar Romero.
Compaginación final de audio: Oscar Pessano.
Doblaje de la voz del profesor Stiglitz: José Irazábal.
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