¿Cómo se investiga un accidente aéreo?
"Podemos decir que el 70% obedecen a error humano, pero nunca
descartamos ninguna hipótesis". Carlos Limón,
vicepresidente del Comité de Investigación de Accidentes
de la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos
de Líneas Aéreas, que hoy y mañana realiza
en Montevideo su reunión semestral.
EN PERSPPECTIVA
Miércoles 28.11.01, 09.05.
EMILIANO COTELO:
A comienzos del siglo XXI los viajes en avión son algo cotidiano;
para mucha gente algo directamente imprescindible. Quizás
por eso, cada vez que ocurre un accidente aéreo todos nos
estremecemos un poco: enseguida nos decimos "Podría
haberme tocado a mí", a un familiar, a un amigo. Entonces
nos preguntamos qué pasó: una falla mecánica,
un error humano o -la gran pregunta de los últimos tiempos-
si no habrá sido un atentado. De alguna manera buscamos información
que nos tranquilice pensando en el futuro ¿Pudo haberse evitado?
¿En qué medida estamos seguros cuando tomamos un avión
de pasajeros?
Creo que resulta
para todos evidente la importancia del trabajo de investigación
de los accidentes aéreos. Por eso les proponemos conocer
más acerca de esta tarea, aprovechando que se encuentra reunido
en Montevideo el Comité de Investigación de Accidentes
de la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos
de Líneas Aéreas. De esta reunión participan
40 pilotos provenientes de 23 países.
Nuestro interlocutor
es Carlos
Limón, comandante de aviones Airbus 320 de Mexicana
de Aviación, y vicepresidente del Comité de Investigación
de Accidentes de la Federación
Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas.
Limón es comandante de aviones Airbus 320 de Mexicana de
Aviación y Vicepresidente del Comité de Investigación
de Accidentes de la Federación Internacional de Asociaciones
de Pilotos de Líneas Aéreas. Viaja regularmente a
destinos en México, Centroamérica, el Caribe y Estados
Unidos, incluyendo (aunque desde hace un tiempo los vuelos de Mexicana
van al aeropuerto de Newark) el aeropuerto de Kennedy en Nueva York.
CARLOS LIMÓN:
Así es.
EC - Al oyente
puede llamarle la atención que la Federación Internacional
de Asociaciones de Pilotos, un sindicato de pilotos, tenga su propio
comité de investigación de accidentes; ¿por
qué es así?
CL - De hecho
los pilotos somos los usuarios del servicio aéreo y los que
todos los días vemos cotidianamente la operación.
Tenemos expertos no sólo en investigación en diferentes
campos; lo que toca a investigación aérea es muy importante
que nosotros, como usuarios y conocedores de los sistemas de operación
del avión, podamos auxiliar a las autoridades o, de hecho,
en algunos hacer nosotros mismos la investigación, para determinar
las causas probables del accidente y que no vuelva a ocurrir.
Los expertos
de cada país nos reunimos un par de veces al año para
compartir las experiencias en los diferentes países, y de
este modo aprender de los errores de otros para no repetirlos.
EC - Ustedes
se reúnen semestralmente. Esta reunión que tiene lugar
en Montevideo es una de las dos de este año.
CL - Exactamente.
Es la segunda del año gracias al esfuerzo, a la invitación
de los colegas uruguayos de la Asociación de Pilotos de Pluna.
EC - De modo
que la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos
tiene su propio comité de investigación de accidentes,
que suma su trabajo al de los organismos estatales de los países
donde ocurren los accidentes y al de las propias líneas aéreas.
Porque ¿las aerolíneas también investigan?
CL - Sí.
La que regula la investigación de accidentes es la Organización
de Aviación Civil Internacional (OACI), que tiene 17 anexos;
el anexo 13 es el que regula cómo debe ser una investigación.
Le pongo un
ejemplo acerca de quiénes pueden participar en una investigación.
Digamos que es un avión de procedencia americana, que tiene
un accidente en algún lugar del Cono Sur. De acuerdo al anexo,
el que puede conducir la investigación es el Estado donde
ocurrió el accidente, pero tienen derecho a participar el
fabricante del avión, el fabricante de sus motores, los fabricantes
de algunos componentes, el país donde tenía bandera
el avión y otra serie de participantes. Entre ellos, los
pilotos son normalmente invitados a participar por su experiencia
en cuestiones operativas y de factores humanos que afectan el rendimiento.
EC - ¿Los
pilotos se integran a esa investigación o hacen su propia
investigación paralela?
CL - La mayor
parte de las veces nos integramos a la investigación: somos
invitados por los gobiernos debido al conocimiento que tenemos de
la actividad. Sobre todo participamos en los grupos que pueden ser
de control de tránsito aéreo, de operaciones aeronáuticas,
de aeropuertos, de factores humanos.
EC - ¿Cuál
es el objetivo de la investigación de un accidente aéreo?
Quizás la pregunta puede parecer obvia, pero es bueno empezar
por ahí.
CL - El único
objetivo es determinar la o las causas probables del accidente y
emitir las recomendaciones pertinentes para que un accidente así
nunca más vuelva a ocurrir. No es encontrar culpabilidad
o culpables: son otros los organismos que se ocupan de eso. La investigación
en sí, como lo marca el anexo 13, es encontrar causa o causas
probables, y emitir recomendaciones.
EC - Alguna
investigación de accidentes ¿efectivamente ha derivado
en nuevas medidas de seguridad, nuevos criterios de fabricación
de aviones para prevenir siniestros?
CL - Definitivamente.
EC - ¿Puede
mencionar algunos ejemplos?
CL - Sí.
Por ejemplo, en el Laskerline que tuvo el accidente en las costas
de California hace un par de años, se determinó que
uno los timones había fallado; debido a eso se recomendó
la revisión en todos los aviones y la modificación
de la pieza.
También
podemos hablar de un avión de American Airlines que se accidentó
en el aeropuerto de Chicago en 1979; se le desprendió un
motor y cayó. El desprendimiento del motor afectó
las líneas hidráulicas y la tripulación perdió
todo el control al quedarse sin sistemas hidráulicos. Derivado
de este accidente se recomendó el rediseño de los
sistemas hidráulicos que pasan sobre el ala del avión,
que se cambiaron en todos los DC-10.
Hay muchos otros
accidentes. Podemos decir que 70% de los accidentes son derivados
del error humano.
EC - No necesariamente
del piloto.
CL - No necesariamente.
Podemos hablar de error humano en el aspecto de los procesos de
mantenimiento, de una mala instalación de piezas; podemos
hablar de los procesos de control de tránsito, de alguna
equivocación del controlador, y obviamente los pilotos también
tenemos un gran porcentaje en esta cuestión del error humano.
Debido a eso hoy en día los programas de capacitación
son cada día mayores y, derivado de los accidentes, se encuentra
cuáles son las áreas de oportunidad donde podemos
mejorar la capacitación de todo el personal aeronáutico,
no sólo de los pilotos sino de controladores, mecánicos,
despachadores, agentes de operaciones, etcétera.
EC - ¿En
qué porcentaje de los casos la investigación llega
a conclusiones definitivas?
CL - Podríamos
decir que hoy en día, con los instrumentos que tenemos, aproximadamente
en 80% de los casos. Desgraciadamente aún tenemos algún
tipo de accidentes en que no encontramos exactamente qué
pasó y se está proponiendo algunas nuevas medidas
para poder lograr determinar qué pasó.
EC - ¿Por
ejemplo?
CL - Por ejemplo
la instalación de cámaras en las cabinas de los pilotos,
para poder apuntarlas hacia los instrumentos del avión y
determinar la causa. Tenemos un ejemplo en el accidente del CWA
de United Airlines, en Nueva York, que es uno de los que mencionábamos.
En ese caso se determinó que hubo una explosión en
el tanque central, pero hasta la fecha no se sabe qué fue
lo que la causó. Se hizo recomendaciones para cambiar cableados,
pensando que algunos cables eran defectuosos, pero a ciencia cierta
no se sabe cuál fue el origen de la explosión.
En ese y algunos
otros accidentes como el de un 737 en Asia, no se ha podido determinar
qué fue lo que pasó. Se cree, se especula con que
pudo haber sido un suicidio, de lo que nosotros realmente dudamos.
Entonces, debido a este tipo de accidentes que quedan en la nada,
proponen la instalación de cámaras en cabina.
EC - Cámaras
que registrarían las imágenes también en las
llamadas cajas
negras.
CL - Sí.
Las famosas "cajas negras" (que no son negras), dos registradores.
Hay un registrador de voz, que graba cuatro parámetros: la
comunicación del capitán con su radio hacia la torre,
la comunicación del primer oficial o copiloto, una tercera
radio que graba los anuncios a pasajeros y el cuarto canal es un
micrófono ambiental que graba todas las comunicaciones en
cabina. La otra es la registradora de datos de vuelo, cuyas prestaciones
dependen del avión: los viejos tienen cinco parámetros
y los nuevos pueden llegar hasta 300; el Airbus 320 (que es el que
estoy operando en este momento), tiene 200 parámetros registrados,
que nos pueden decir hasta la posición de la superficie de
control de vuelo. Eso ayuda mucho al proceso de investigación.
EC - Ahora se
propone agregar imagen en esas cajas negras.
CL - Se está
haciendo el estudio, y hay una propuesta de agregar esas cámaras.
EC - ¿Las
cajas negras siempre aparecen?
CL - No siempre.
De los atentados ocurridos en Estados Unidos, sobre todo en Nueva
York, encontraron las dos cajas negras del avión de United
en Pennsylvania, una a 22 pies de profundidad, enterrada en el piso.
De las del Pentágono encontraron las dos, pero estaban tan
dañadas que no pudieron ser analizadas. Y las de las torres
gemelas no fueron encontradas nunca, ninguna de las cuatro.
EC - Pese a
todas las precauciones que se toma para que los materiales sean
resistentes. ¿Cuáles son esos materiales? ¿Cómo
se construye las cajas negras?
CL - Tienen
un material que resiste grandes impactos, podemos estar hablando
de unas 30 gravedades. Los seres humanos vivimos a una gravedad,
los pilotos militares arriba de seis gravedades necesitan usar trajes
especiales para no desmayarse por la pérdida momentánea
de sangre; imagínese que 30 gravedades es un impacto enorme.
También pueden resistir temperaturas de hasta 1.000°
C; pueden estar sumergidas en agua y tienen un transmisor que dura
siete días mandando una señal que permite localizarlas.
EC - Después
de los atentados del 11 de setiembre, ya que usted los ha mencionado,
¿cambiaron los procedimientos de investigación? Se
lo pregunto porque parece claro que desde esa fecha, ante cualquier
accidente aéreo la primera sospecha que surge es la del atentado
terrorista.
CL - Así
es. Los procesos de investigación en sí no cambiaron:
lo que cambió fueron los procesos de seguridad, tanto en
tierra como a bordo. En tierra todos hemos sufrido en los aeropuertos
unas revisiones más severas que las que teníamos anteriormente:
los equipajes, inclusive los que documentamos en la bodega, son
escaneados o revisados; y a bordo se ha implementado diferentes
medios, dependiendo de las líneas aéreas: desde barras
de acero para impedir el acceso a la cabina -todo esto es transitorio,
no se puede implementar medidas definitivas-, hasta adiestramiento
especial a las tripulaciones.
EC - ¿Cómo
es lo de las barras de acero?
CL - Algunas
líneas en Estados Unidos, en Canadá e inclusive en
México, en Aeroméxico, han instalado unas barras de
acero en la parte de adentro de la cabina. Si bien la puerta se
puede romper, demoraría más el acceso y eso daría
tiempo al piloto de informar la situación. Pero eso nos ocasiona
algunos otros problemas de seguridad, porque al haber cabinas de
dos pilotos, si alguno tuviera que salir momentáneamente
el otro debería abandonar su asiento para abrir y cerrar
la barra de acero. En Air Canada se establece que abajo de 10.000
pies, que es la zona más conflictiva, donde más trabajo
tiene la tripulación, tiene que ir una azafata o un auxiliar
de vuelo en la cabina para operar la barra en caso de que se requiera.
Cuando un piloto abandona su asiento también tiene que estar
adentro un auxiliar de vuelo para abrir y cerrar la puerta y la
barra de acero.
EC - La posibilidad
de que los pilotos viajaran armados, que llegó discutirse,
quedó por el camino por ahora.
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Airbus
A320, el aparato que pilotea más frecuentemente Carlos
Limón. |
CL - Sí,
se ha discutido mucho al respecto. Todos interpretamos que sería
un arma convencional, no un arma de fuego, porque a nadie le conviene
que vayan armas de fuego a bordo de los aviones. Se habla de otro
tipo de armas, inmovilizadoras, de descarga eléctrica, que
pueden inmovilizar momentáneamente a un agresor.
Pero hoy en
día va a ser mucho más difícil que los hechos
del 11 de setiembre se repitan, por algunos motivos. Primero que
nada, va a ser muy difícil que alguna persona ingrese un
arma de fuego, un arma mayor a bordo de una aeronave por las medidas
de seguridad. Ya sabemos que ha cambiado la finalidad de los ataques
terroristas: antes trataban de obtener algo (eran secuestros para
tener rehenes y pedir algo a cambio); pero hoy son cuestiones de
pensamiento y difícilmente tres o cuatro hombres armados
con pequeñas navajas o algún pedazo de cristal puedan
ingresar a la cabina habiendo 150, 200, 300 o 400 pasajeros a bordo,
sabiendo que el desenlace es diferente. Creo que será muy
difícil que esos hechos se repitan.
EC - Usted decía
que después del 11 de setiembre lo que cambió básicamente
son las medidas de seguridad, no tanto los procesos de investigación
de accidentes. ¿No hubo cambios en las líneas de trabajo
cuando se produce un accidente?
CL - Lo que
pasa es que la investigación de los accidentes no es una
ciencia exacta. Tenemos que analizar todos los elementos que tenemos,
cuanta más información tengamos podremos hacer una
mejor investigación. Desgraciadamente, se cae un avión
y todo el mundo piensa que es un atentado terrorista. Nosotros tendremos
que continuar como investigadores haciendo nuestro trabajo, dejando
todas las posibilidades, sin aislar una sola, pero no dar la mayor
importancia a lo que tenemos hoy en día, cuando es una especie
de moda pensar que cualquier accidente que sufre un avión
es un atentado terrorista.
EC - ¿Cómo
se llega a la conclusión de que un determinado accidente
fue un atentado?
CL - Dentro
del análisis de la investigación, las dos principales
herramientas que tenemos son los registradores de voz y de vuelo.
Con el registrador de voz podemos escuchar perfectamente si alguien
entra abruptamente a la cabina y trata de tomar control del avión;
inmediatamente nos damos cuenta de que el avión fue tomado
por la fuerza.
EC - Ese es
un atentado posible, pero hay otros, por ejemplo en la maquinaria
del avión.
CL - Cuando
hay explosivos se investiga en los restos de la aeronave, se las
lleva a laboratorios. En ese caso, una de las principales pruebas
es buscar cualquier rastro de explosivos.
Entre las cuestiones
de fatiga de material, etcétera, también se busca
-no se descarta siempre- la posibilidad de que existiera algún
explosivo. Recuerdo un avión que cayó en el mar de
Italia hace ya bastantes años. Entonces no se contaba con
las técnicas de investigación que tenemos hoy, y no
se hizo la investigación. Posteriormente, ya que había
mejores sistemas para poder acceder al avión, se lo llevó
y se encontró que había sido blanco de un misil por
el tipo de daños: el orificio era de afuera hacia adentro,
los vidrios estaban del lado de adentro. Hoy en día se busca
rastros de explosivos.
Si es un sabotaje
es más difícil de determinar: un posible sabotaje
nos podría llevar a una falla mecánica, y es muy difícil
determinar quién lo hizo.
EC - Cuando
hablamos de sabotaje hablamos, por ejemplo, de que en los trabajos
de revisación técnica en el aeropuerto alguien haya
desajustado piezas.
CL - Es personal
especializado. Poder hacer ese trabajo lleva muchos años
trabajando en la línea área. Lo vemos difícil.
EC - ¿Existe
como posibilidad, o se ha dado, un atentado por la vía de
interferencias en los sistemas electrónicos o informáticos
de una nave?
CL - No tenemos
conocimiento de algún atentado de ese tipo. Sí sabemos
que en algunas ocasiones hay transmisiones de radio no autorizadas,
de alguien que utiliza la frecuencia y trasmite. Cuando se lo detecta,
inmediatamente se avisa a todas las aeronaves que hay una trasmisión
que no es el control de tránsito aéreo y se cambia
a otra frecuencia. De hecho, por interferencias en señales
de sistemas de aterrizaje por instrumentos o radares, hasta el momento
no tenemos conocimiento de ningún accidente de ese tipo.
***
EC - ¿Qué
temas concretos tienen en la agenda de estos días de trabajo?
¿Alguno que pueda resultar interesante para el público
en general?
CL - Dividimos
nuestra agenda en cuatro partes. Una son todos los aspectos de seguridad
que hace la industria a través del mundo; este comité
tiene representantes en todos los grupos de seguridad. En inglés
hay dos palabras para definir seguridad: safety, que habla en general
de los sistemas de seguridad, de adiestramiento, etcétera,
y otra que es security, que es la interferencia ilícita,
el secuestro. Tenemos participantes en diferentes comités
que se reúnen en el mundo, en los que participamos, aprendemos
y aportamos.
Otra parte de
nuestra agenda es el análisis de los últimos accidentes
que han ocurrido alrededor del mundo, donde los pilotos de cada
país hacen una presentación de qué fue lo que
pasó, comparten con todos nosotros, y todos tenemos la oportunidad
de aprender qué pasa en otras partes del mundo para que no
se repita.
Por otra parte
tenemos cuestiones de adiestramiento, de cómo reducir los
accidentes, y dentro de la Federación de Pilotos tenemos
otros ocho comités de trabajo. Por ejemplo hay un Comité
de Diseño de Aeronaves, al que le pasamos las cuestiones
que tienen que ver con el diseño, que las lleva a los fabricantes.
Cabe mencionar que en el comité participa gente de los fabricantes
de aviones: tenemos un representante de Boeing y uno de Airbus,
que nos alimentan un poco con las cuestiones que no son muy claras
para nosotros en los aspectos de diseño y nos ayudan con
su participación.
EC - Usted dijo
que estudian los accidentes ocurridos en los últimos meses.
En particular ¿tienen en el orden del día el accidente
del 12 de noviembre en Queens, en Nueva York?
CL - Sí.
EC - ¿Todavía
no han recibido la información?
CL - Todavía
no hemos llegado a ese punto. Iimagino que los pilotos norteamericanos
nos darán un pequeño avance de la investigación,
que no ha concluido. Una investigación dura como mínimo
seis o siete meses, y puede durar tres, cuatro, cinco años
o más, dependiendo de lo complejo del caso. De este accidente
podemos decir que fue durante el despegue y que todavía no
queda claro si primero fue un desprendimiento del motor o si fue
un desprendimiento de la deriva o la cola del avión. Aquí
podría haber algunas cuestiones: todos los aviones grandes
que tienen motores en el ala tienen unos pernos que los sujetan
que se llaman pernos fusible. Esos pernos están diseñados
para romperse cuando el motor tiene altas vibraciones o daños
severos estructurales para evitar que se desprenda el ala, porque
el avión puede volar sin un motor pero no sin alas: está
diseñado para eso. En American Airlines ya en otra ocasión
se les ha caído un motor, ocurrió con un DC-10 en
1979 y con un 727 que no tuvo mayor problema y aterrizó sin
mayor complicación.
No hemos desechado
que pudera haber sido una falla mecánica, aunque tampoco
la posibilidad de un atentado. Todas las líneas de investigación
continúan. Pero lo que podemos decir es que ese avión
tuvo en el mes de octubre un servicio de reparación mayor,
un servicio rutinario que tienen todos los aviones, por determinado
número de horas de vuelo. El motor en cuestión había
sido cambiado recientemente y tenía 600 horas. Durante las
1.000 primeras horas de vida de un motor es cuando hay mayores posibilidades
de tener algún tipo de incidentes; ya después tenemos
mayor factor de confiabilidad.
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Edición: Jorge García Ramón
Transcripción: María Lila Ltaif
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