30.11.2001

 



Afganistán se discute en Bonn

Politólogo Juan Rial: aún no es fácil determinar quiénes integrarán la próxima autoridad.

EN PERSPECTIVA
Viernes 30.11.01, 08.03.


EMILIANO COTELO:
Vamos a analizar los resultados que viene dejando la conferencia de Bonn, auspiciada por Naciones Unidas, a propósito del futuro de Afganistán. Las cuatro delegaciones afganas presentes en la conferencia acercaron sus posiciones y dieron la impresión de estar a punto de lograr un histórico acuerdo sobre la distribución del poder en aquel país. "Hoy soy más optimista que ayer", declaró a la prensa el jefe de la delegación de la Alianza del Norte, Yunis Qanuni, poniendo de relieve el ambiente positivo que reina en el hotel Petersberg, el lujoso edificio donde se celebra el encuentro.

El ministro del Interior del movimiento que ya tomó Kabul el pasado 13 de noviembre agregó que deseaba lograr un acuerdo completo en los próximos días, una esperanza que también es compartida por el jefe de la delegación del ex rey, Zahir Shah, Abdul Sittar Sirat. Por su parte Ahmad Fawzi, portavoz del representante especial de Naciones Unidas, declaró que "las delegaciones afinaron sus posiciones, hay un acuerdo sobre la necesidad de una administración interina del poder en Kabul, hay casi un acuerdo sobre la representación de cada grupo en ese Consejo Nacional Interino y en la administración interina, pero todavía no lo hemos alcanzado".

Estamos en diálogo con el politólogo Juan Rial, a quien hemos ubicado en Nueva York.

¿Cómo observas estos avances que no sé si calificar como tímidos, auspicios, en Bonn?

JUAN RIAL:
Es interesante ver el tema desde Nueva York, donde noticias como la conferencia de Bonn casi no aparecen en la televisión. El ciudadano medio americano de esto prácticamente no tiene idea. El punto dominante son los otros dos ángulos de todo este problema, por un lado qué pasa con la fuerza militar estadounidense que en este momento está operando en Afganistán y por otro qué pasa internamente con las medidas que se toman constantemente para enfrentar este punto. Como se sabe, ayer se anunció que habrá un nuevo tipo de visa para aquellas personas que colaboren informando sobre posibles actividades terroristas, habrá un nuevo tipo de visa para aquellas personas que, en cualquier país del mundo, informen sobre hechos que después tengan relevancia para las agencias de inteligencia.

Sobre el tema estricto de lo que pasa en Bonn hay que referirse fundamentalmente a informativos como los de CNN, que apenas hacen una referencia puntual o a los periódicos, donde aparece en páginas interiores.

EC - Es interesante tu comentario; ¿a qué atribuyes ese desinterés por un episodio de política internacional tan importante, como lo que se está discutiendo en Alemania?

JR - Son señales que dan una posición muy clara a este respecto: ellos consideran que la fuerza militar estadounidense que está operando lo hace sobre una base temporal, no se quedará en el país, no se hará cargo del gobierno y quieren dejar desde ya establecido que la responsabilidad del próximo gobierno que tendrá que administrar a Afganistán será de los propios afganos por un lado y de la comunidad internacional, que tiene que estar representada por Naciones Unidas, no por Estados Unidos. No quieren verse envueltos en un proceso de largo plazo como el de los Balcanes, en el que Estados Unidos ha quedado atrapado como parte de las fuerzas de OTAN y de la administración del territorio por un larguísimo período. Ya se sabe que la situación de Bosnia lleva seis años y que Estados Unidos no puede salir de ella; lo mismo ocurrirá con Kosovo. Consiguientemente se ha considerado que no es bueno que la opinión pública de Estados Unidos crea que constantemente habrá nuevos compromisos que impliquen que habrá personal militar estadounidense asignado por larguísimos años a los mismos y compromisos también a nivel civil.

EC - Lo que llega desde Bonn es que se produjo ayer un cambio importante en la postura de la Alianza del Norte, ésta dio un paso hacia la comunidad internacional y hacia Naciones Unidas al informar que no se opondrá al despliegue de una fuerza internacional en Afganistán. Según dijo Yunis Qanuni, el vocero de la delegación de la Alianza del Norte, "tan pronto haya un mecanismo de transición en Afganistán, si se revela necesario y se necesita la presencia de fuerzas internacionales no nos opondremos"; sin embargo enfatizó que "el pueblo afgano prefiere que la fuerza internacional esté integrada por tropas de países islámicos".

JR - Hay un problema serio al respecto: precisamente una de las condiciones que establecían algunos de los países que actúan en los corredores como consejeros, por ejemplo Gran Bretaña, eran muy claros al respecto, diciendo que no podía dejarse el territorio sin el control de una fuerza militar internacional, porque es claro que hasta el momento los únicos que están operando en la zona son señores de la guerra sin un mando descentralizado, y la posibilidad de profundizar la anarquía en el país, que ya viene prácticamente desde el fin de la ocupación soviética, llevaría a que la posibilidad de tener un gobierno en la zona sea casi nula.

En segundo término las propias Naciones Unidas, en tanto organismo, requerían que se hiciera un esfuerzo de supervisar la autoridad civil y al mismo tiempo coordinar la ayuda internacional de reconstrucción; hay que tener en cuenta que fue designado como uno de los segundos de la delegación el jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), organismo que se supone tendrá que administrar una ayuda bastante grande, para lo que se requiere que haya una fuerza de control internacional. El problema es cómo integrarla; como tú informabas, se trata de que sean países islámicos, pero tienen que ser países islámicos no árabes, dadas las connotaciones que tiene la anterior presencia de voluntarios árabes en el talibán. Consiguientemente la lista de países queda bastante reducida; a su vez habría que excluir a Pakistán, dada su condición de país fronterizo que apoyó largamente al movimiento talibán.

Esto daría que, prácticamente salvo Turquía, Bangladesh, Indonesia y Nigeria, no habría muchos países más para integrar esta posible fuerza, lo que implica una dificultad grande para conformarla. Los otros países podrían ser las ex repúblicas islámicas que integraban la Unión Soviéticas, o sea Uzbekistán y Tayikistán, pero también podría tenerse en cuenta a Kazajstán, Turkmenistán y Azerbaiyán, como posibles integrantes. Todo eso es parte de lo que entre hoy y mañana tendrían que discutir, así como la integración de Consejo Ejecutivo que probablemente ronde entre las 20 y 30 personas, y la Asamblea Interina que quizá tenga entre 120 y 200 integrantes que no queda claro cómo conformar, si sobre una base territorial de representación de cada una de las 28 provincias que actualmente conformarían Afganistán o si sobre una base directamente étnica. En cualquiera de estos casos el punto es cómo integrar a buena parte de una población que todavía no está bajo control de la Alianza del Norte, la única fuerza militar existente en el territorio además de lo que queda del movimiento talibán.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo






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