Las opciones de Argentina, en una nueva fase de su crisis
Economista
Adrián Fernández: Dolarizar la economía no
resolvería los problemas de fondo como la competitividad
ni el déficit fiscal; y devaluar tampoco resolvería
la desconfianza de los inversores internos y externos. Los antecedentes
en Argentina son frondosos en medidas que afectan la credibilidad.
EN PERSPECTIVA
Jueves 06.12.01, 07.36.
EMILIANO COTELO:
"Las
opciones no son favorables a Uruguay", es el título
de una columna que publica hoy en el diario El País el economista
Adrián Fernández, investigador del Centro de Investigaciones
Económicas (Cinve).
Fernández,
supongo que el título de su artículo refiere a las
dos opciones que han circulado con insistencia en Argentina en estos
días: dolarización o devaluación.
ADRIAN FERNÁNDEZ:
Efectivamente. Son dos opciones (entre varias) que en estos momentos
tiene el gobierno argentino, y que en última instancia no
son favorables a Uruguay.
EC - ¿Por
qué son esas las opciones que están sobre la mesa?
AF - El análisis
parte de un diagnóstico, de la determinación de varios
problemas que enfrenta simultáneamente la economía
argentina: la crisis de la deuda, que en este momento genera la
mayor atención, pero también tiene relación
con la recesión, el problema fiscal y el conjunto de los
problemas argentinos.
De ahí
que las soluciones que se discute deben tener en cuenta el conjunto
de los elementos del diagnóstico. Una dolarización,
por ejemplo, no atendería el problema de la pérdida
de competitividad que tiene Argentina en estos momentos. Si bien
podría tener un efecto favorable sobre las expectativas ya
que, por definición, eliminaría los temores a una
devaluación, no resolvería el problema de la competitividad.
De la misma
forma, la segunda opción que se maneja, la devaluación
(que, por supuesto, el gobierno desmiente y al que se resiste con
todas estas últimas medidas) resolvería el problema
de los precios relativos, pero seguramente Argentina debería
ir a un arreglo de su deuda: un cese de pagos, un "défault
selectivo", en fin: medidas de ese tipo.
EC - Son opciones
que parecería que está impulsando el propio Fondo
Monetario Internacional.
AF - No sólo
el Fondo: en general, el conjunto de analistas, argentinos e internacionales,
están manejando distintas versiones que toman en cuenta una
de esas medidas o combinaciones de ambas. Pero en particular el
Fondo, al parecer, efectivamente está considerando que Argentina
debería variar su programa al menos en estas grandes líneas.
Sin embargo, eso no es oficial: serían medidas que están
manejando analistas del Fondo.
EC - Si cualquiera
de esas dos medidas tiene todos esos problemas, ¿por qué
están sobre la mesa?
AF - Porque
la política actual, basada en un ajuste fiscal, el déficit
cero, que pudiera ir ganando gradualmente la confianza de los inversores,
tanto externos como internos (porque la corrida de depósitos
de las últimas semanas es de los propios argentinos)... Ya
no es solamente el problema de inversores internacionales, algunos
de ellos incluso con jugadas especulativas (esa frase de Cavallo
sobre los "fondos buitres"): son los propios argentinos
que no tienen confianza en la política que está llevando
adelante, y que hasta cierto punto juegan como profecías
autocumplidas: si yo tengo el temor de que me confisquen los depósitos
o medidas de ese tipo, se produce una corrida y aunque un paquete
como el del fin de semana no estuviera previsto en el portafolio
de medidas del gobierno, no tiene otro remedio que adoptarlo.
EC - Volviendo
a la pregunta: ¿por qué dolarización o devaluación,
si tienen esos inconvenientes que mencionaba?
AF - Porque
la política, tal como se la está aplicando hoy en
día, ya no parece surtir efecto. Cada vez tenemos un nuevo
paquete (primero el blindaje, después el megacanje, después
el déficit cero...) que significa cambios más drásticos
dentro de la política, pero que surten cada vez menos efectos.
Un buen indicador es el riesgo país: luego de cada uno de
estos paquetes baja en los días inmediatos, pero en los días
siguientes vuelve a subir, lo que demuestra que no están
surtiendo efectos.
EC - Por lo
tanto, terminaría llegándose a esos caminos de dolarización
o devaluación...
AF - Es posible
que se llegue a ellos, sí.
EC - ...no porque
se los busque, no porque se los quiera aplicar.
AF - Exactamente.
EC - Pero, dice
usted, esas opciones no son favorables a Uruguay. Quizá se
pueda intuir, "al bulto", que esas medidas no pueden significar
nada bueno. Pero ¿por qué? Empecemos por la devaluación,
que parece la más obvias en sus consecuencias negativas.
AF - La devaluación
tendría impacto sobre nuestra demanda de bienes y servicios.
No sólo hablamos de exportación de bienes sino, por
ejemplo, de turismo. Una devaluación en Argentina seguramente
provocará que la economía uruguaya continúe
haciendo un cambio de precios relativos.
EC - ¿Qué
quiere decir que "continúe haciendo un cambio de precios
relativos"?
AF - Que bajen
los precios en dólares en Uruguay. El gobierno ha impulsado
desde junio un aumento del ritmo de corrimiento de la banda que
está surtiendo efectos: de una forma gradual, ordenada, Uruguay
está mejorando su relación de precios en dólares
sin un choque importante.
EC - En los
últimos 12 meses, la inflación ha estado en el 3,5%
y la devaluación en un 12%.
AF - Exactamente;
es decir que tenemos una baja de precios internos de un 8%. Por
supuesto que no mejora por ejemplo respecto a Brasil, que ha tenido
una devaluación mucho mayor. Pero, en relación a Argentina
y a otros destinos, significa una mejora de los precios internos
uruguayos dentro de los cuales estamos hablando por supuesto de
precios al consumo, pero también de los salarios.
EC - ¿Y
si Argentina devalúa?
AF - Si Argentina
devalúa tenemos un problema mucho más inmediato. Habrá
que analizar si Uruguay puede mantener este programa gradual o si
es necesario tomar medidas más drásticas.
EC - ¿Por
ejemplo?
AF - Habría
que ver si el gobierno no debería considerar una devaluación
por única vez, o en escalón, eventualmente manteniendo
después la banda... Son opciones que debería manejar
el gobierno.
EC - ¿Y
el segundo camino argentino, la dolarización?
AF - El punto
es que tiene la gran ventaja de eliminar el temor a una devaluación
en Argentina. La pregunta es en qué medida ese temor a una
devaluación es lo que está operando hoy en los agentes
internos, en los propios argentinos. La impresión que uno
tiene es que las corridas de depósitos no obedecen al temor
a una devaluación sino a medidas del tipo de las que se tomó
este fin de semana.
EC - Restricciones
al manejo del dinero.
AF - Restricciones
al manejo del dinero, confiscación... A fines del 89 fue
el Plan Bónex, y los depósitos que eran prácticamente
overnight, por un día, se canjearon por bonos a varios años
de plazo. Los antecedentes en Argentina son frondosos en este tipo
de medidas.
Y la dolarización
no resuelve el problema fiscal, quizá lo agrava hasta cierto
punto; no resuelve el problema de confianza de los inversores externos...
Eso si la dolarización se resuelve en forma aislada: si viene
acompañada de un paquete del FMI y de otros organismos internacionales
que aseguren la amortización de la deuda en determinado tiempo...
en fin: si viene acompañada de otras medidas, podría
tener un efecto favorable, recuperación de la confianza,
que Argentina volviera al crédito voluntario a tasas razonables,
pero no sólo con la dolarización.
EC - ¿Y
el efecto sobre Uruguay?
AF - En términos
de precios relativos tendríamos una ventaja porque quedaríamos
con una relación de precios que, con nuestra política
gradual, se podría ir mejorando en forma ordenada.
Pero seguiríamos
con los problemas de incertidumbre, de desconfianza en la región,
que eventualmente podrían continuar afectándonos desde
el punto de vista financiero, y con el problema recesivo sobre nuestra
demanda de exportaciones.
EC - En Argentina
¿puede irse a la dolarización sin devaluación?
AF - De alguna
manera, las medidas que el gobierno argentino tomó este fin
de semana apuntan hacia una dolarización...
EC - Sí:
aumentaron la dolarización de la economía argentina.
Por ejemplo, no se puede conceder más créditos en
pesos.
AF - Exactamente.
Y hay en última instancia una invitación a los depositantes
a que transfieran sus depósitos en pesos a dólares,
lo que de hecho ya existía: al regir la convertibilidad eso
se podía hacer en forma automática. Pero hay una señal
muy clara del gobierno de que, de alguna manera, está considerando
esa posibilidad sin la devaluación. Porque, al prohibir los
préstamos en pesos, al habilitar solamente los préstamos
en dólares por parte del sistema bancario, si más
adelante, si en los próximos meses se devalúa, se
está generando el problema agravado que se tenía al
día de hoy.
EC - Pero, más
allá de la voluntad del gobierno argentino, ¿se puede
dolarizar sin haber devaluado antes?
AF - No va a
resolver el problema de competitividad, va a seguir teniendo un
efecto recesivo... No es una solución ideal ni mucho menos.
En estos momentos, no parece la opción más plausible.
Pero, evidentemente, ha sido manejada no sólo por el gobierno
argentino sino por analistas externos.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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