La Globalización y el Palo Enjabonado
Por
Fernando Brum
1. Introducción
Hacia fines del siglo XV el mundo cambió radicalmente, pasó
de ser un disco que fatalmente terminaba en un abismo a ser una
esfera, pasó a ser redondo. Sin embargo, a fines del siglo
XX continuábamos viéndolo a través de una proyección
plana y pensando en términos de Este-Oeste o Norte-Sur. El
mundo global que estamos viendo nacer, con Japón en el Oeste
y Nueva Zelanda en el Norte invalida la visión del siglo
XX, por lo que hace falta construir una nueva visión simplificadora.
Este artículo propone un modelo que puede ser útil
a los efectos de operar en el mundo global.
2. Dos niveles
Se propone un modelo de dos capas, una capa conformada por los países
tecnológicos y bolsones tecnológicos de otros países
(como el sector de alta tecnología de la India) y otra capa
conformada por el resto. Teniendo presente que la realidad es más
compleja que cualquier teoría simplificadora, trataremos
de mostrar la utilidad del modelo.
La capa tecnológica
es la que nos presentan los libros y revistas de divulgación
en Ciencia y Tecnología, es la capa de Internet, de la biotecnología,
del capital de riesgo, de la abolición de las distancias.
La capa no tecnológica y su relación con la capa tecnológica
es la que nos interesa a los efectos del modelo.
Desde el punto
de vista de la conectividad e integración económica,
ambas capas tienen diferencias enormes. Mientras que la tecnológica
está fuertemente conectada e integrada, es fácil viajar,
comunicarse y desarrollar emprendimientos conjuntos entre entidades
de diferentes países, la no tecnológica está
fuertemente desintegrada. Es difícil viajar, es difícil
comunicarse y es enormemente difícil la cooperación
entre entidades de diferentes países.
El palo enjabonado
es el elemento que vincula ambas capas. La capa tecnológica
puede verse como un plano apoyado en palos enjabonados que se apoyan
sobre el plano no tecnológico.
Es intuitivo
percibir a la capa tecnológica como "la de arriba"
y a la no tecnológica como "la de abajo", es claro
que a los de arriba les va mejor que a los de abajo. Ahora bien,
es necesario fundamentar porqué el elemento de nexo usado
en el modelo es el palo enjabonado.
El palo enjabonado
tiene las siguientes propiedades:
· Pasar
bienes, servicios y cultura de arriba hacia abajo es muy fácil.
Basta con dejarlo deslizar por el palo.
· Pasar esos elementos de abajo arriba es muy difícil,
resbalarán por el palo y volverán a caer, a menos
que diseñemos ingeniosos mecanismos o que alguna entidad
de la capa de arriba nos tire un cabo.
· Bajar por el palo es muy simple aunque innecesario, ya
que es fácil comprobar que siempre hay sectores de abajo
ávidos por instalarse al pie de palo para recibir los bienes
y servicios de la capa tecnológica.
· Subir por el palo es muy difícil, uno resbala y
vuelve a caer, y hasta puede tener la mala suerte o la imprevisión
de elegir un palo fuertemente custodiado al que se le hace mantenimiento
del jabón muy frecuentemente.
3. La conectividad
abajo-abajo
La capa de abajo no está conectada desde el punto de vista
tecnológico. Vender tecnología uruguaya en competencia
con cualquier tecnología "de arriba" en un país
de abajo - incluyendo el Mercosur y el resto de América Latina
- es extremadamente difícil. Más aún, vender
tecnología uruguaya en el Uruguay en competencia con tecnología
"de arriba" también es extremadamente difícil.
Lo mismo vale para acuerdos de investigación conjunta: es
muy probable que un Instituto de investigación de cualquier
país latinoamericano prefiera un acuerdo con una entidad
"de arriba" en lugar de un acuerdo con otro Instituto
latinoamericano. Una cosa es publicar en una revista arbitrada internacional
y otra es hacerlo en una regional. Lo mismo vale para servicios
de asesoramiento y consultoría.
La manera de
colocar nuestros productos tecnológicos es entonces pasar
por la capa de arriba: para vender un producto tecnológico
en Uruguay o Argentina - para hablar de dos países bien cercanos
- ayuda mucho tener la marca CE, (certificación de la Unión
Europea). Para lograr un convenio de investigación conjunta,
ayuda mucho que sea multicéntrico y que incluya alguna entidad
europea o norteamericana. Para vender servicios de consultoría,
es más fácil si logramos una alianza con una consultora
internacional y nos presentamos con su nombre.
La solución
entonces es simple pero muy difícil de implementar, para
vender software altamente sofisticado a una empresa estatal uruguaya
quizás la mejor ruta sea pasando por Ottawa, para vender
dispositivos electrónicos en la Argentina hay que obtener
la certificación europea, para vender equipamiento a Rusia
la ruta es Chicago, un proyecto de investigación en el que
participen nuestros institutos tendrá más posibilidades
si logra el paraguas de la CYTED (Unión Europea), una empresa
consultora local tendrá más éxito en la región
asociándose con una trasnacional y utilizando su marketing.
4. La conectividad
abajo-arriba
La conectividad arriba-abajo es muy simple y no presenta mayor interés,
pero la conectividad hacia arriba no es nada fácil. Se trata
en última instancia de trepar por el palo enjabonado.
En primer lugar
hace falta elegir bien el palo. Algunas áreas tienen más
palos que otras, y algunos palos están más enjabonados
que otros, sea por la dificultad en encontrar interlocutores válidos
e interesados en lo que podamos hacer, sea por la dificultad intrínseca
del área desde el punto de vista de la tecnología,
o por capital inicial necesario para el emprendimiento.
Posteriormente
es necesario subir por el palo, con los consiguientes resbalones
y golpes que esto conlleva y visitar la capa de arriba con ojos
de productor y no de consumidor. Los ojos de productor son ojos
orientados a las herramientas y a los procesos mucho más
que a los productos finales. Hay que aprender los cómo, cómo
se produce (en todos los ámbitos), cómo se certifica,
cómo se publicita, cómo se lleva el producto al mercado.
Es sin duda muy difícil aprender todos los cómo, y
además muchos de ellos requieren enormes inversiones.
En el modelo,
se trata de adquirir la tecnología y las habilidades para
desenjabonar el palo, si es posible hacer unas muescas que faciliten
la subida y con el tiempo y la experiencia lograr fabricar una escalera.
Un final feliz, como el de Nokia en Finlandia, o como la industria
automotriz coreana es lograr construir un terreno en la capa de
arriba, por supuesto que apoyado en los consiguientes palos enjabonados.
Como los finales
inmensamente felices son muy poco frecuentes, apuntemos a un éxito
a secas. Un éxito a secas consiste en lograr socios en la
capa de arriba que por supuesto hagan su negocio, pero que nos ayuden
a seguir trabajando en Ciencia y Tecnología, nos permitan
colocar y mostrar nuestros productos en los mercados, y nos permitan
en definitiva ampliar nuestra pequeña base científica
y tecnológica en tanto productores y no como meros consumidores.
Más allá
de lo ilustrativa que resulte la analogía con el palo enjabonado,
del modelo se extraen dos conclusiones fuertes:
5. La inversión
en mayor conectividad abajo-abajo no es rentable
En el mundo que presentamos no hay caminos entre dos regiones de
la capa de abajo, todos los caminos pasan por la capa de arriba,
no hay modo de eludir los palos enjabonados.
Para esto hay
razones culturales: estamos acostumbrados a consumir ciencia y tecnología
de ciertos orígenes y, aunque sin duda es muy injusto, sospechamos
frente a un producto que proviene de otro lugar. Irlanda es unos
de los principales exportadores de software del mundo, pero hasta
hace muy poco comprábamos software irlandés sin la
etiqueta "Made in Ireland", los irlandeses encontraron
sus socios que se encargan de colocar sus productos en el mercado
sin provocar ansiedad en los consumidores.
Hay razones
financieras, la inversión necesaria para colocar un producto
en un mercado es muchas veces mucho mayor que la inversión
necesaria para la producción. Los "costos de ventas"
de muchas grandes empresas son mayores que la inversión en
Investigación y Desarrollo.
No estamos acostumbrados
y no sabemos evaluar objetivamente la adecuación de un producto
o servicio a nuestras necesidades. No medimos ni hacemos pruebas,
en lugar de evaluar un producto o servicio preferimos evaluar su
origen. Por ejemplo: Argentina acepta algunos productos con la marca
CE de la Unión Europea, pero si se desea certificar el producto
de acuerdo a las normas argentinas se ve que el procedimiento argentino
es mucho más largo, mucho más caro y de resultados
mucho más inciertos que el europeo. Además, la certificación
argentina sólo es aceptada allí, mientras que la europea
es aceptada en muchas partes. Por lo tanto, el camino Montevideo
- Buenos Aires pasa necesariamente por Europa.
Veamos un ejemplo
más cercano: los procedimientos de compras de las empresas
estatales han sido diseñados para minimizar los riesgos (no
es una crítica sino una mera constatación), esto lleva
a que muchas veces en los pliegos de licitación se pidan
antecedentes y carteras de clientes inalcanzables por empresas locales.
Esto lleva a que el camino Montevideo - Montevideo termine pasando
quizás por el Canadá. Una política en Ciencia
y Tecnología debiera evaluar esta situación y tomar
una decisión explícita. Aún el mantenimiento
de la decisión actual ayudaría a las empresas locales,
ya que contarían con mayor información y apuntarían
sus baterías a conseguir socios en la capa de arriba sin
gastar esfuerzos en el mercado local.
6. La inversión
en mayor conectividad abajo-arriba es el camino
Esta inversión se resume en dos conceptos: Certificación
y Cooperación.
La certificación
implica la evaluación objetiva, en lo posible por una entidad
de la capa de arriba, de nuestros productos y procesos. Tapar el
"made in Uruguay", que en los mercados tecnológicos
es una desventaja, con los certificados ISO 9000, marca CE, evaluado
por la empresa tal o cual. Este camino no es barato, porque para
certificarse hace falta invertir tanto en la certificación
en sí como en adoptar las medidas que la certificación
exige. Incluso al experimentar este proceso se detectan carencias
en los productos, las empresas y aún en los recursos humanos
disponibles en el medio (por ejemplo personal capacitado para escribir
manuales técnicos).
La cooperación
pasa por conseguir socios idóneos que, sin descuidar sus
objetivos principales y muchas veces logrando mayores ganancias
que la propia empresa productora, nos ayuden a colocar los productos
en el mercado (quizás con su marca) y lo que es más
importante aún, nos ayuden en el proceso de aprendizaje de
las reglas de juego de este mundo global.
El mundo global
es nuevo, no hemos sido formados para operar en él. Sin embargo
es posible aprender las reglas, y con mucho esfuerzo, autocrítica
y modestia, desenjabonar algunos palos y eventualmente lograr subir.
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