10.12.2001

 



La Globalización y el Palo Enjabonado

Por Fernando Brum

1. Introducción
Hacia fines del siglo XV el mundo cambió radicalmente, pasó de ser un disco que fatalmente terminaba en un abismo a ser una esfera, pasó a ser redondo. Sin embargo, a fines del siglo XX continuábamos viéndolo a través de una proyección plana y pensando en términos de Este-Oeste o Norte-Sur. El mundo global que estamos viendo nacer, con Japón en el Oeste y Nueva Zelanda en el Norte invalida la visión del siglo XX, por lo que hace falta construir una nueva visión simplificadora. Este artículo propone un modelo que puede ser útil a los efectos de operar en el mundo global.

2. Dos niveles
Se propone un modelo de dos capas, una capa conformada por los países tecnológicos y bolsones tecnológicos de otros países (como el sector de alta tecnología de la India) y otra capa conformada por el resto. Teniendo presente que la realidad es más compleja que cualquier teoría simplificadora, trataremos de mostrar la utilidad del modelo.

La capa tecnológica es la que nos presentan los libros y revistas de divulgación en Ciencia y Tecnología, es la capa de Internet, de la biotecnología, del capital de riesgo, de la abolición de las distancias. La capa no tecnológica y su relación con la capa tecnológica es la que nos interesa a los efectos del modelo.

Desde el punto de vista de la conectividad e integración económica, ambas capas tienen diferencias enormes. Mientras que la tecnológica está fuertemente conectada e integrada, es fácil viajar, comunicarse y desarrollar emprendimientos conjuntos entre entidades de diferentes países, la no tecnológica está fuertemente desintegrada. Es difícil viajar, es difícil comunicarse y es enormemente difícil la cooperación entre entidades de diferentes países.

El palo enjabonado es el elemento que vincula ambas capas. La capa tecnológica puede verse como un plano apoyado en palos enjabonados que se apoyan sobre el plano no tecnológico.

Es intuitivo percibir a la capa tecnológica como "la de arriba" y a la no tecnológica como "la de abajo", es claro que a los de arriba les va mejor que a los de abajo. Ahora bien, es necesario fundamentar porqué el elemento de nexo usado en el modelo es el palo enjabonado.

El palo enjabonado tiene las siguientes propiedades:

· Pasar bienes, servicios y cultura de arriba hacia abajo es muy fácil. Basta con dejarlo deslizar por el palo.
· Pasar esos elementos de abajo arriba es muy difícil, resbalarán por el palo y volverán a caer, a menos que diseñemos ingeniosos mecanismos o que alguna entidad de la capa de arriba nos tire un cabo.
· Bajar por el palo es muy simple aunque innecesario, ya que es fácil comprobar que siempre hay sectores de abajo ávidos por instalarse al pie de palo para recibir los bienes y servicios de la capa tecnológica.
· Subir por el palo es muy difícil, uno resbala y vuelve a caer, y hasta puede tener la mala suerte o la imprevisión de elegir un palo fuertemente custodiado al que se le hace mantenimiento del jabón muy frecuentemente.

3. La conectividad abajo-abajo
La capa de abajo no está conectada desde el punto de vista tecnológico. Vender tecnología uruguaya en competencia con cualquier tecnología "de arriba" en un país de abajo - incluyendo el Mercosur y el resto de América Latina - es extremadamente difícil. Más aún, vender tecnología uruguaya en el Uruguay en competencia con tecnología "de arriba" también es extremadamente difícil. Lo mismo vale para acuerdos de investigación conjunta: es muy probable que un Instituto de investigación de cualquier país latinoamericano prefiera un acuerdo con una entidad "de arriba" en lugar de un acuerdo con otro Instituto latinoamericano. Una cosa es publicar en una revista arbitrada internacional y otra es hacerlo en una regional. Lo mismo vale para servicios de asesoramiento y consultoría.

La manera de colocar nuestros productos tecnológicos es entonces pasar por la capa de arriba: para vender un producto tecnológico en Uruguay o Argentina - para hablar de dos países bien cercanos - ayuda mucho tener la marca CE, (certificación de la Unión Europea). Para lograr un convenio de investigación conjunta, ayuda mucho que sea multicéntrico y que incluya alguna entidad europea o norteamericana. Para vender servicios de consultoría, es más fácil si logramos una alianza con una consultora internacional y nos presentamos con su nombre.

La solución entonces es simple pero muy difícil de implementar, para vender software altamente sofisticado a una empresa estatal uruguaya quizás la mejor ruta sea pasando por Ottawa, para vender dispositivos electrónicos en la Argentina hay que obtener la certificación europea, para vender equipamiento a Rusia la ruta es Chicago, un proyecto de investigación en el que participen nuestros institutos tendrá más posibilidades si logra el paraguas de la CYTED (Unión Europea), una empresa consultora local tendrá más éxito en la región asociándose con una trasnacional y utilizando su marketing.

4. La conectividad abajo-arriba
La conectividad arriba-abajo es muy simple y no presenta mayor interés, pero la conectividad hacia arriba no es nada fácil. Se trata en última instancia de trepar por el palo enjabonado.

En primer lugar hace falta elegir bien el palo. Algunas áreas tienen más palos que otras, y algunos palos están más enjabonados que otros, sea por la dificultad en encontrar interlocutores válidos e interesados en lo que podamos hacer, sea por la dificultad intrínseca del área desde el punto de vista de la tecnología, o por capital inicial necesario para el emprendimiento.

Posteriormente es necesario subir por el palo, con los consiguientes resbalones y golpes que esto conlleva y visitar la capa de arriba con ojos de productor y no de consumidor. Los ojos de productor son ojos orientados a las herramientas y a los procesos mucho más que a los productos finales. Hay que aprender los cómo, cómo se produce (en todos los ámbitos), cómo se certifica, cómo se publicita, cómo se lleva el producto al mercado. Es sin duda muy difícil aprender todos los cómo, y además muchos de ellos requieren enormes inversiones.

En el modelo, se trata de adquirir la tecnología y las habilidades para desenjabonar el palo, si es posible hacer unas muescas que faciliten la subida y con el tiempo y la experiencia lograr fabricar una escalera. Un final feliz, como el de Nokia en Finlandia, o como la industria automotriz coreana es lograr construir un terreno en la capa de arriba, por supuesto que apoyado en los consiguientes palos enjabonados.

Como los finales inmensamente felices son muy poco frecuentes, apuntemos a un éxito a secas. Un éxito a secas consiste en lograr socios en la capa de arriba que por supuesto hagan su negocio, pero que nos ayuden a seguir trabajando en Ciencia y Tecnología, nos permitan colocar y mostrar nuestros productos en los mercados, y nos permitan en definitiva ampliar nuestra pequeña base científica y tecnológica en tanto productores y no como meros consumidores.

Más allá de lo ilustrativa que resulte la analogía con el palo enjabonado, del modelo se extraen dos conclusiones fuertes:

5. La inversión en mayor conectividad abajo-abajo no es rentable
En el mundo que presentamos no hay caminos entre dos regiones de la capa de abajo, todos los caminos pasan por la capa de arriba, no hay modo de eludir los palos enjabonados.

Para esto hay razones culturales: estamos acostumbrados a consumir ciencia y tecnología de ciertos orígenes y, aunque sin duda es muy injusto, sospechamos frente a un producto que proviene de otro lugar. Irlanda es unos de los principales exportadores de software del mundo, pero hasta hace muy poco comprábamos software irlandés sin la etiqueta "Made in Ireland", los irlandeses encontraron sus socios que se encargan de colocar sus productos en el mercado sin provocar ansiedad en los consumidores.

Hay razones financieras, la inversión necesaria para colocar un producto en un mercado es muchas veces mucho mayor que la inversión necesaria para la producción. Los "costos de ventas" de muchas grandes empresas son mayores que la inversión en Investigación y Desarrollo.

No estamos acostumbrados y no sabemos evaluar objetivamente la adecuación de un producto o servicio a nuestras necesidades. No medimos ni hacemos pruebas, en lugar de evaluar un producto o servicio preferimos evaluar su origen. Por ejemplo: Argentina acepta algunos productos con la marca CE de la Unión Europea, pero si se desea certificar el producto de acuerdo a las normas argentinas se ve que el procedimiento argentino es mucho más largo, mucho más caro y de resultados mucho más inciertos que el europeo. Además, la certificación argentina sólo es aceptada allí, mientras que la europea es aceptada en muchas partes. Por lo tanto, el camino Montevideo - Buenos Aires pasa necesariamente por Europa.

Veamos un ejemplo más cercano: los procedimientos de compras de las empresas estatales han sido diseñados para minimizar los riesgos (no es una crítica sino una mera constatación), esto lleva a que muchas veces en los pliegos de licitación se pidan antecedentes y carteras de clientes inalcanzables por empresas locales. Esto lleva a que el camino Montevideo - Montevideo termine pasando quizás por el Canadá. Una política en Ciencia y Tecnología debiera evaluar esta situación y tomar una decisión explícita. Aún el mantenimiento de la decisión actual ayudaría a las empresas locales, ya que contarían con mayor información y apuntarían sus baterías a conseguir socios en la capa de arriba sin gastar esfuerzos en el mercado local.

6. La inversión en mayor conectividad abajo-arriba es el camino
Esta inversión se resume en dos conceptos: Certificación y Cooperación.

La certificación implica la evaluación objetiva, en lo posible por una entidad de la capa de arriba, de nuestros productos y procesos. Tapar el "made in Uruguay", que en los mercados tecnológicos es una desventaja, con los certificados ISO 9000, marca CE, evaluado por la empresa tal o cual. Este camino no es barato, porque para certificarse hace falta invertir tanto en la certificación en sí como en adoptar las medidas que la certificación exige. Incluso al experimentar este proceso se detectan carencias en los productos, las empresas y aún en los recursos humanos disponibles en el medio (por ejemplo personal capacitado para escribir manuales técnicos).

La cooperación pasa por conseguir socios idóneos que, sin descuidar sus objetivos principales y muchas veces logrando mayores ganancias que la propia empresa productora, nos ayuden a colocar los productos en el mercado (quizás con su marca) y lo que es más importante aún, nos ayuden en el proceso de aprendizaje de las reglas de juego de este mundo global.

El mundo global es nuevo, no hemos sido formados para operar en él. Sin embargo es posible aprender las reglas, y con mucho esfuerzo, autocrítica y modestia, desenjabonar algunos palos y eventualmente lograr subir.






En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved