Mujica: crear un frente social opositor
"Se
funden los productores, los industriales, los bolicheros, el Estado
no tiene respuesta y está al borde de la crisis fiscal. (...)
Las luchas sectoriales están condenadas; el que salga a la
descubierta va a la paliza".
EN PERSPECTIVA
Lunes 10.12.01, 07.40.
EMILIANO COTELO:
El senador José Mujica sorprendió a la opinión
publica, pronunciándose a favor de la realización
de un paro de entre 15 y 20 días de duración, una
verdadera huelga, como forma de "subirle la apuesta al gobierno"
porque "nada se solucionará con marchitas".
Mujica hizo
este comentario mientras participaba de la marcha que se llevó
a cabo durante el paro barrial que el Pit-Cnt organizó el
viernes en La Teja, en protesta contra la contaminación con
plomo, el desempleo y en especial contra el proyecto de asociación
de Ancap con una petrolera internacional.
Para conocer
el porqué de esta propuesta, estamos en contacto esta mañana
con el senador Mujica. ¿Aquí ha estado en juego nuevamente
esta discusión de los últimos meses respecto a quién
lleva la delantera en materia de movilizaciones contra la política
económica, quién fija el rumbo, si el Pit-Cnt o el
Frente Amplio?
JOSE MUJICA:
No, no: ojalá que fuera eso...
EC - Porque
varias veces, en los últimos meses, el Pit-Cnt había
colocado al Frente Amplio ante el hecho consumado, por ejemplo,
de una campaña de recolección de firmas.
JM - Sí;
esos aspectos están. Pero el tema de fondo, a mi juicio,
es muy otro: supera al Pit-Cnt y al Frente Amplio juntos. Va más
allá. Lo que quiero plantear abiertamente es que necesitamos
ubicarnos en esta coyuntura donde palpo que en la base de nuestra
sociedad existe una enorme disconformidad con la línea económica
social y todas sus consecuencias.
No es el problema
de que esta marcha aislada o la otra... No, no: no es eso. El gran
problema es que se necesita una globalización contra esa
línea económica, de amplísimos sectores. Cambadu
se está fundiendo; los boliches se están fundiendo;
la economía está férreamente dolarizada y ha
perdido competitividad; el Estado no puede intervenir en la economía
ni siquiera con pálidas actitudes de política activa.
Perdemos recursos
por todas partes. Me encuentro con industriales como la gente que
hace 40 años que trabaja con el adobo y (mire qué
pavada le estoy diciendo), no existe una sola materia prima nacional:
¡el perejil viene de Egipto desecado!, y así sucesivamente.
Hay una destrucción del capital productivo; las carnicerías
tienen crisis, las panaderías tienen crisis, los boliches
se nos están fundiendo. Aumenta la tendencia a la crisis
fiscal del Estado por la caída de la economía, y sólo
nos quedamos como arrollados, mirando al mundo exterior, tratando
de aguantar y no hacemos nada.
EC - Hace unos
meses usted había propuesto la creación de un frente
intersocial...
JM - Exactamente,
y sigo en las mismas. Sigo en las mismas. No digo que haya que hacer
o no hacer, así, en línea recta. Menos atribuyo a
los compañeros trabajadores que puedan cambiar esto. Lo que
quiero es cambiar la cabeza: decir a los productores que se están
fundiendo en este país, a los bolicheros, a los trabajadores
del Estado, a los trabajadores privados, a todas las fuerzas de
la producción, que tenemos que juntarnos porque veo que,
si no reaccionamos, dentro de un par de años estamos como
en Argentina.
Se necesita
una reacción, que no es un problema de conducción;
creo que la conducción debe venir desde abajo, para apretar
al gobierno, para expresar la línea y el rumbo que seguimos.
Porque si les pido a los trabajadores del Estado aislados, los mando
a la paliza; se les pido manifestaciones sectoriales que pueden
ser muy válidas, creo que nos quedamos en eso. Necesitamos
una globalización de oposición no al Partido Colorado
ni al gobierno sino a esta línea económica. Este es
el quid de la cuestión.
EC - ¿Es
una idea suya, de todo su grupo político...? ¿Cómo
hay que entenderlo?
JM - Es una
idea de alguna gente... Mire: el día de la marcha entré
a cargar nafta en una estación de la Texaco. El hombre que
me está cargando nafta me dice: "Dentro de un ratito
tenemos que parar por tres horas. Hay que parar porque sí,
porque está bien, pero no sirve para nada. Tendríamos
que dejar todo tirado 15 o 20 días".
EC - ¿Y
ahí nomás tomó la idea al vuelo?
JM - No, no:
he encontrado estas manifestaciones en panaderos, en gente que se
está fundiendo pagando impuestos y no pasa nada. Y después
me leo el discurso de Bensión, que nos pronostica más
de lo mismo. Entonces, frente a grandes problemas, hay que plantearse
que necesitamos integrar otros caminos.
¿Un frente
social? Claro que sí. Pero un frente social necesita programas
claros y acuerdos básicos.
EC - Pero ya
a las pocas horas le estaba contestando un dirigente del Pit-Cnt,
Juan Castillo, quien dijo que, aunque respetaba sus opiniones, "No
podemos fingir que podemos hacer algo así, ya que tenemos
que asumir los problemas del movimiento sindical. Primero tenemos
que medir la correlación de fuerzas y asumir con madurez
y sin demagogia nuestra potencialidad". Por último agregó
que, "antes de indicarle qué hacer al movimiento obrero",
usted "debería fijarse en los problemas internos de
su fuerza política". Recordó que, en relación
a la asociación con Ancap, "primero estuvo en contra,
después a favor, ahora pide la libertad de acción,
lo cual confunde".
JM - No me voy
a dedicar a meterme en las cosas del movimiento obrero...
EC - Pero de
alguna manera lo estaba haciendo al proponer algo como lo que propuso.
JM - Pero iba
mucho más allá del movimiento obrero. Yo sé
que a veces se les mueve el piso cuando se plantea cosas distintas;
sé que se compromete mucho, pero creo que el país,
el futuro del país, está hondamente comprometido.
Independientemente del paro, creo que no estamos a la altura de
las circunstancias...
EC - Aparentemente,
no es que el Pit-Cnt no esté a la altura de las circunstancias
sino que no puede, según se desprende de las declaraciones
de Juan Castillo.
JM - Estoy absolutamente
convencido de que no puede, y si sale a la descubierta la queda.
Es lo que le acabo de decir. Para mí es mucho más
global: necesitamos una férrea política de alianzas,
pero con una gran apertura. Por supuesto: sería temerario
que el movimiento obrero saliera solo a la descubierta. Sería
pedirle lo que no puede dar. Lo que pasa es que debemos ser consecuentes
con ideas que hemos discutido hace meses: si luchamos por un frente
social debemos entender que a estas cosas hay que discutirlas. Porque
yo estoy viendo un mundo patronal, de pymes, que se están
fundiendo.
EC - ¿Va
a dar algún paso más respecto a esta idea?
JM - Le voy
a decir algo: esta semana, estoy seguro, va a salir una declaración
de un conjunto de cámaras empresariales. Y estoy seguro de
que gran parte de esa plataforma que van a reclamar será
prácticamente pasible de suscribir por todos nosotros.
Creo que esos
son los caminos, y tenemos que ir discutiendo esas cosas y sacudirnos
un poco la cabeza. Yo ya estoy acostumbrado a este tipo de reacciones.
No me importa: pienso que a veces nosotros mismos tenemos que sacudirnos
los esquemas por los que transitamos. Y creo que colectivamente,
discutiendo en profundidad, puede ser que encontremos otros caminos.
Por ejemplo, le dieron una bofetada a la gente que vino del norte.
Bueno: sé que la gente del norte va a hacer cosas interesantes,
removedoras. Me parece que esos caminos están bien, pero
el problema es que las luchas sectoriales nos dejan mal parados.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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