21.12.2001

 



Brasil ante la situación de Argentina

Clovis Rossi (Folha de Sao Paulo): La oposición política clarifica su propuesta para no repetir los errores de De la Rúa, y los empresarios creen que lo peor que podía pasar como consecuencia de la crisis argentina ya ocurrió, ya fue computado en los costos para Brasil.


EN PERSPECTIVA
Viernes 21.12.01, 07.45.


EMILIANO COTELO:
La prensa brasileña se hace eco de la crisis argentina, pero ahora vamos a conversar con uno de los más prestigiosos periodistas de Folha de Sao Paulo, integrante de su consejo editorial, Clovis Rossi, quien por estas horas está en Buenos Aires. Y supongo que está en Buenos Aires no por casualidad.

CLOVIS ROSSI:
No: no por casualidad. Debería estar en Montevideo, en la Cumbre del Mercosur, pero debí trasladarme a Buenos Aires.

EC - Y le ha correspondido seguir desde allí todos estos cambios vertiginosos.

CR - Sí: "vertiginoso" es la palabra perfecta para describir lo que pasó en Buenos Aires.

EC - Usted escribió ayer una columna en Folha, donde decía que el aspecto más grave de la crisis argentina no está dado por los saqueos, por el decreto de estado de sitio, por la recesión que ya dura tres años y medio, por el récord de desempleo, miseria y desigualdad registrado por las estadísticas oficiales. La crisis más grave, decía usted, es la de la desesperanza. ¿A qué se refería?

CR - Al hecho de que, en el último cuarto de siglo, Argentina intentó casi todas las salidas, buenas y malas, en términos políticos, económicos, institucionales; desde la dictadura feroz y terrible que empezó en 1976 a la vuelta a la democracia, las políticas tradicionales practicadas por el radicalismo en la gestión Alfonsín, la vuelta del peronismo, que se suponía que aplicaría una política populista convencional, como siempre lo hizo en tiempos de Perón, pero sin embargo cambió de chaqueta y empezó a aplicar una política neoliberal.

Vuelve el radicalismo con De la Rúa y todos los experimentos terminan en un enorme fracaso que lleva al pueblo a la desesperanza y hasta la desesperación, que se vio muy claramente en las calles de Buenos Aires desde el instante en que se decretó el estado de sitio... Desde un poco antes, con los saqueos, pero los saqueos son lamentablemente un poco comunes en América latina: el hambre los explica. Pero explicar lo que pasó en las calles de Buenos Aires después de la declaración de estado de sitio, con el repudio generalizado a los políticos, a todos los políticos -de la oposición y del gobierno-, las críticas a la Justicia... Todo eso crea una situación de una complejidad y dificultades tremendas para el próximo gobierno.

EC - De eso hablábamos hace minutos con nuestro corresponsal en Buenos Aires: un desencanto y un rechazo a buena parte de la dirigencia política, incluida buena parte de la dirigencia del Partido Justicialista, que se dispone a asumir el poder (por lo menos transitoriamente). Y esto abre una interrogante muy fuerte a propósito de cómo encarar la salida.

CR - Parece que lo que se va a discutir a partir de hoy, con la convocatoria a la Asamblea Legislativa es la posibilidad de hacer otra vez una elección directa, anticipar la elección de 2003 para los próximos 90 días, quizá, para intentar un baño de urna que pueda dar algo de legitimidad al gobierno. Porque elegirlo por la Asamblea Legislativa, compuesta por una clase política que está tan desprestigiada, sería un poco -me decía un amigo- "como cambiar al capitán del Titanic después que el navío chocó con el iceberg". Es una situación realmente muy compleja y muy delicada.

EC - Entiendo, pero cuesta pensar en la sociedad argentina sumergida en una campaña electoral en medio de esta crisis económica y social.

CR - Claro: ese es el otro punto de la dificultad. Porque no hay una salida mágica, una salida fácil para la crisis. De lo que se habla ahora es de un plan económico que sea acordado por los dos grandes partidos, el radicalismo y el peronismo, que cambie la convertibilidad y se vuelva a la fluctuación del cambio, e intentar paliar un poco la situación social con algún plan de emergencia, distribución de alimentos, un sueldo mínimo de emergencia, hasta que se calmen un poco las aguas para hacer una elección dentro de 90, 120 días, en una situación que por supuesto no sería normal pero sí menos compleja que la de hoy.

EC - ¿Cómo se ve desde Brasil esto que ocurre en Argentina? ¿Con qué grado de interés, de preocupación, de inquietud? ¿Cuál es el análisis brasileño de esta situación?

CR - Creo que hay más de uno. Desde la oposición al gobierno de Fernando Henrique Cardoso se ve mira el ejemplo de De la Rúa para decir "Bueno: no podemos repetir". Cree que, si gana las elecciones del 2002, no puede repetir el error de De la Rúa, que convocó a Cavallo para dirigir la economía, es decir que no cambió el esquema básico de la administración Menem. La oposición, entonces, cree que tiene que cambiar algo fundamental en relación a lo que está haciendo Cardoso para no repetir los errores de De la Rúa y no salir desprestigiada en muy poco tiempo, como le pasó a él.

EC - Usted dice que están sacando conclusiones sobre cómo encarar el futuro político brasileño.

CR - Sí, a raíz de la experiencia argentina, porque en Brasil hay lo que se ha dado en llamar el "efecto Orlofe", una pieza publicitaria que decía que Brasil será mañana la Argentina de hoy, porque todo lo que pasaba en Argentina se reproducía en Brasil más o menos después de X meses o X años. Eso queda un poco en el imaginario colectivo, y la gente (los políticos, los académicos, los empresarios), miran a la Argentina como un espejo en que Brasil se ve reflejado pero no el mismo sino meses después.

Entonces, la oposición no quiere repetir los errores de Cardoso...

EC - Cuando se refiere a la oposición, ¿a qué partidos alude?

CR - Al Partido de los Trabajadores, el único de la oposición que parece estar en condiciones de ganar las elecciones el año que viene.

EC - Entonces, a partir de la experiencia argentina, ¿gana peso la conveniencia de ir a la campaña electoral con un plan económico radicalmente distinto al del presidente Cardoso? ¿Y no sólo de un plan para la campaña electoral, sino un plan que efectivamente sea ejecutado una vez llegados al gobierno; que no pase lo que de alguna forma ocurrió en Argentina?

CR - Esa es la visión que empieza a predominar en la oposición, sí.

EC - ¿Y en el gobierno?

CR - En el gobierno hay una discusión entre quienes dicen que hay que hacer una "continuidad sin continuismo". Yo no sé bien qué es lo que quieren decir con eso, pero me da la sensación de que es preservar la estabilidad, el gran logro del presidente Cardoso, pero empezar a hacer políticas sociales, de lanzamiento económico, que impidan ese crecimiento tan flojo que Brasil tuvo en los años de Cardoso, años en que se repitieron, poco más o menos, los índices de crecimiento económico de la década perdida de los 80, y por ende no hubo en la situación social alteraciones tan importantes como se creía que iba a haber con Cardoso.

EC - Aparte de estas dos visiones del mundo político, ¿cómo se sigue la crisis argentina en el ambiente económico, empresarial, en los mercados?

CR - Creo que todas las apuestas que se podía hacer a favor o en contra de un desenlace en la situación argentina fueron hechas, y eso ya está "precificado" como dicen los economistas en Brasil: ya fue cobrado el precio de la crisis argentina.

Lo que esperan los mercados es que se consolide de una buena vez la situación, que los mercados vuelvan de una buena vez por lo menos a un nivel razonable de estabilidad, para evitar el efecto contagio que siempre hubo en los países emergentes cuando uno está en problemas.

EC - En definitiva, usted dice que el análisis que impera en esos ambientes es cuando que se precipite esta mezcla rara de devaluación - dolarización - default, la caída económica argentina ¿no va a tener efectos notorios, por lo menos efectos graves en la economía brasileña?

CR - Hay opiniones distintas. Creo que la mayor parte de los analistas cree que lo peor que podía pasarle a la economía brasileña como consecuencia de la crisis argentina ya ocurrió. A partir de ahora habrá quizá un impacto inicial si hay una devaluación, el impacto natural en la caída de las importaciones brasileñas y un eventual aumento de las importaciones procedentes de Argentina, pero lo peor ya pasó: ya fue computado en los costos para Brasil.

EC - ¿Cómo se ve desde Brasil al Mercosur en medio de esta crisis de Argentina?

CR - El Mercosur es la prioridad única para el Brasil. Desde siempre de la diplomacia brasileña, y en particular del presidente Cardoso desde que asumió. La apuesta al Mercosur sigue siendo muy, muy fuerte, y el temor básico respecto a Argentina es la eventualidad de la dolarización, porque sería imposible convivir para regímenes cambiarios, monedas tan distintas como el real y el dólar como moneda argentina. Pero como esa posibilidad parece alejarse un poco, creo que hay un cierto alivio en la Cancillería brasileña, porque la dolarización de la economía argentina, supongo yo, sería la muerte para el Mercosur.

----------------------------------
Transcripción y edición: Jorge García Ramón






En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved