"Cabos sueltos" en las medidas argentinas
Economista
Michele Santo: "El gobierno de Duhalde está totalmente
falto de credibilidad: son los responsables de la actual situación
argentina. Tenemos que diferenciarnos lo más que podamos
de nuestros vecinos; creo que tenemos todos los instrumentos como
para hacerlo y que el gobierno está empezando a transitar
por ese camino".
EN PERSPECTIVA
Lunes 07.01.02, 08.12.
JULIO VILLEGAS:
Los hechos que se han venido produciendo últimamente han
determinado que se estén produciendo variables todos los
días, lo que hace que tanto el equipo económico del
gobierno como los economistas y la gente deba variar los planes
que pudieran tener, en función de lo que pasa en Argentina
y aquí.
Al comenzar
el programa, nuestro corresponsal en Argentina daba cuenta de los
últimos anuncios oficiales dados anoche por el nuevo ministro
de Economía, Remes Lenicov, después de que el Parlamento
sancionara la ley que da facultades de emergencia al gobierno del
presidente Eduardo Duhalde para actuar en distintos terrenos, fundamentalmente
en lo económico y cambiario.
La situación
argentina pasa también por analizar cómo se ve el
escenario de los vecinos del Río de la Plata y lo que está
ocurriendo aquí, con los primeros anuncios efectuados el
viernes por el ministro de Economía, Alberto Bensión.
A ello se agregan las versiones conocidas en las últimas
horas, en el sentido de que el equipo económico está
estudiando detenidamente todas las cuentas públicas y tomaría
medidas complementarias a la modificación de la pauta cambiaria.
El propio Bensión dijo a El Observador que el gobierno está
trabajando en el análisis de todas las cuentas del Estado
y que se propone actuar sobre el gasto, teniendo en cuenta el principio
de austeridad en materia de salarios públicos que ya se anticipara
a comienzos de diciembre en el foro de ACDE.
Ahora vamos
a consultar al economista Michele Santo, quien entre otras actividades
se desempeña como columnista del semanario Búsqueda.
A él también le queremos pedir una evaluación
preliminar del escenario que se está viviendo en nuestro
país, tan vinculado con las medidas económicas argentinas.
MICHELE SANTO:
Comenzando por el lado argentino, todavía quedan varios cabos
sueltos como para pensar que hay un plan económico sustentable.
El primer cabo
suelto por atar es el tema la falta total de confianza y credibilidad
que tiene el nuevo gobierno. No olvidemos que la gente que en este
momento detenta el poder en Argentina, comenzando por el presidente
Duhalde y todos los gobernadores, legisladores y demás, es
la responsable primaria de la situación de crisis prácticamente
terminal en la que está inmersa Argentina; es la misma gente
que desde hace 10 años está aumentando fuertemente
el gasto público, tanto a nivel nacional como provincial.
El mismo actual presidente Duhalde, cuando fue gobernador de la
provincia de Buenos Aires, fundió a la provincia de Buenos
Aires y la dejó con un nivel de endeudamiento y gasto descomunal.
Y el actual ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, fue
su ministro de Economía durante su gestión como gobernador
de la provincia de Buenos Aires. O sea que la credibilidad que pueda
tener la actual clase dirigente en Argentina es nula. Eso es un
problema muy fuerte cuando uno trata de armar una estratégica
económica consistente.
El segundo cabo
suelto es la situación fiscal. Ayer, el ministro Remes Lenicov
señalaba que el déficit del año 2001 había
sido de U$S 11.000 millones a nivel del gobierno nacional y de U$S
3.500 millones a nivel de los gobiernos provinciales, prácticamente
U$S 15.000 millones en total, lo cual es una cifra descomunal, de
la cual se ha dicho poco y nada respecto a cómo se va a solucionar
en el futuro. Todos estamos a la espera de lo que va a pasar con
la discusión del presupuesto, en una semana, como ha prometido
el nuevo ministro de Economía.
El tercer cabo
suelto es el hecho de que el sistema financiero argentino está
totalmente quebrado y las medidas que el gobierno viene tomando
-no pago de la deuda, transformación compulsiva de las deudas
en dólares en pesos para los montos inferiores a U$S 100
mil- están generando un quiebre mayor del sistema bancario
e implicando la imposibilidad de que los depositantes recuperen
sus depósitos en un plazo relativamente corto.
El cuarto y
último cabo suelto es el tema de la renegociación
de la deuda. El gobierno argentino va a tener que sentarse con los
acreedores internacionales a negociar una recomposición de
relaciones. Hoy Argentina no existe a nivel del mundo financiero,
no tiene líneas de crédito de ningún tipo,
las compañías de seguros no aseguran riesgos argentinos;
desde el punto de vista financiero el país vecino tiene cortados
todos los vínculos con el mundo. Obviamente, esa situación
no se puede mantener si es que Argentina pretende zafar de su actual
depresión económica.
Todavía
quedan varias cosas para ir mirando en el correr de las próximas
semanas, de los próximos dos meses, como para ver si además
del anuncio de la devaluación o del abandono de la convertibilidad
-que era algo cantado- esto tiene consistencia y puede presagiar
un fin de la situación de fuerte depresión económica.
JV - ¿Y
por casa cómo andamos?
MS - Por casa
andamos mucho más serios, mucho mejor en cuanto a que la
situación de Uruguay, grave como es, difícil como
es, no tiene nada que ver con lo que es Argentina. Nuestro país
tiene otros márgenes de maniobra, tiene una capacidad de
endeudamiento que le da el investment grade que en estas circunstancias
tan complicadas viene muy bien, es de mucha utilidad, y además
tiene un régimen cambiario que, a diferencia del argentino,
da al gobierno una flexibilidad mucho mayor.
Creo que el
gobierno ha comenzado a usar estos dos elementos con bastante inteligencia,
tratando de minimizar o de amortiguar lo más que se pueda
las consecuencias negativas de la situación argentina que,
como todo el mundo comprenderá, son imposibles de neutralizar
en un cien por ciento en el corto plazo. Por lo menos podemos tratar
de diluir en el tiempo el impacto negativo, que creo que es lo que
está haciendo o intentando hacer el gobierno, según
los anuncios realizados.
JV - De todas
maneras cuando se oye la palabra "endeudamiento" entran
ciertos temblores, habida cuenta de lo que ha pasado allende el
Plata.
MS - Claro,
pero una cosa es que a usted de golpe le suban 40%, 50%, 60% el
valor del dólar, y otra cosa es que la suba sea, como máximo,
un 6% porque se amplió la banda y que después tenga
una devaluación 2,4% mensual.
Cuando uno tiene
tiempo y margen para negociar puede negociar otras cosas, como por
ejemplo tratar de extender el plazo de las deudas, y por lo tanto
no tener un impacto financiero tan fuerte en el corto plazo, tratar
de renegociar mejores condiciones de tasas de interés. Estamos
en un momento en que las tasas de interés en el mundo están
muy bajas. Uno tiene otros márgenes cuando las cosas se hacen
de manera gradual. Lo que no quiere decir que esto no vaya a tener
costos. Lamentablemente, cuando uno habla de devaluación
indirectamente está hablando de un relativo empobrecimiento
del país que devalúa. La riqueza no se decreta: sería
fantástico decir que el dólar, en lugar de valer $
15 el dólar en Uruguay, vale $ 10 o $ 7 y que somos todos
más ricos. Eso tendría otras consecuencias, también
muy importantes, y el gobierno tiene que ser sensato y razonable
con lo que hace con los distintos instrumentos de política
económica.
En el caso específico
de Uruguay tenemos que diferenciarnos lo más que podamos
de nuestros vecinos argentinos, creo que tenemos todos los instrumentos
como para hacerlo y que el gobierno está empezando a transitar
por ese camino. Es razonable pensar que si el gobierno mantiene,
como lo ha anunciado el ministro Bensión, una política
sumamente austera en manejo del gasto público, en el manejo
de los futuros aumentos salariales en el sector público y
demás, a fines de este año estemos mirando el año
2003 con otros ojos y no con los temores con los cuales arrancamos
este 2002.
JV - ¿Usted
comparte los nuevos valores para la moneda fijados el viernes?
MS - Sí.
Hay un problema técnico en cuanto a la amplitud de la banda,
que puede generar una volatilidad mucho más fuerte en las
tasas de interés, pero en líneas generales comparto
los nuevos valores de parámetros de la política cambiaria
fijados por el gobierno.
JV - A partir
de esos valores, y teniendo en cuenta la situación recesiva
que se está viviendo desde hace un tiempo en nuestro medio,
¿puede avanzar algo en cuanto a lo que puede pasar con la
inflación?
MS - Es un hecho
que la inflación va a subir con respecto al año 2001.
Es prácticamente imposible repetir en el año 2002
el 3,6% del año 2001; y yo diría que es bueno que
no se repita, porque si se repitiera implicaría que estaríamos
en una depresión económica tan fuerte que impediría
que nadie pudiera trasladar a precios siquiera una parte minúscula
del aumento del ritmo devaluatorio. Pero tampoco creo que vayamos
a estar en una situación de inflación disparada, ni
mucho menos que la misma vaya a un ritmo similar al de la devaluación.
Creo que podemos llegar a terminar el año con una inflación
en el eje del 10%, unos puntitos arriba u ojalá unos puntitos
abajo y que todavía podremos tener la inflación a
nivel de un dígito. La clave va a estar en lo que haga el
gobierno en materia de manejo de gasto público. Si realmente
plantea una política muy austera en el manejo y el control
del gasto, no deberíamos tener absolutamente ningún
problema para que el leve repunte de la inflación sea una
cosa totalmente transitoria y rápidamente podamos volver
a guarismos de un dígito, cercanos a cero, como el que tenemos
en este momento.
JV - ¿Cuál
sería la medida inmediata que usted aconsejaría para
complementar los anuncios en el ámbito cambiario efectuados
el viernes, habida cuenta de que ahora se conoce con más
detalle los planes y las intenciones del gobierno argentino?
MS - Como señal
fundamental, el gobierno tendría que decretar un aumento
nulo de salarios en el sector público a partir de enero,
y después tendrá que avanzar, como lo ha señalado
el ministro Bensión, en todo lo que tenga que ver con recortes
en todas las áreas de gasto del Estado en las cuales ello
sea posible. Evidentemente, la inamovilidad de los funcionarios
públicos impide que el ajuste pueda darse por cantidad en
el tema salarial, pero hay otras áreas, como todos los contratos
de obras y servicios, la posibilidad de renegociar con proveedores,
el pago contado de las compras del Estado para conseguir mejores
precios, eventualmente restricciones en la inversión pública...
Hay muchas áreas en las que el Estado puede aplicar austeridad.
Creo que ésa es la señal que falta para completar
este proceso de ajuste que está intentando hacer el gobierno
uruguayo.
Economista
Daniel Olesker:
El déficit "no se reduce sólo
cortando el gasto"
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Transcripción:
María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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