Calma en el Banco Central
Contador
César Rodríguez Batlle: El régimen de banda
de flotación y deslizamiento es mejor que el anterior, de
devaluaciones bruscas. Hay que esperar unos meses para tener claro
cuál será la relación de precios internos con
los argentinos. Más del 80% de los créditos productivos
están en dólares, y no es previsible un aumento en
la tasa de interés en moneda extranjera (sí en pesos).
EN PERSPECTIVA
Martes 08.01.02, 09.00.
JULIO VILLEGAS:
Tras el fin de semana en que, al conocer los anuncios del equipo
económico sobre aumento de la pauta devaluatoria, el público
procuró comprar la mayor cantidad posible de dólares
(lo que llevó a que el dólar se cotizara en los cambios
alrededor de los $ 18, y en algunos casos hasta en $ 20), ayer se
cotizó a la baja, aproximándose al piso de la banda
de flotación.
Estamos en comunicación
con el presidente del Banco Central, contador César Rodríguez
Batlle. ¿Cómo ve la primera respuesta del mercado
a las nuevas pautas, o habrá que esperar a que reabra el
mercado argentino mañana?
CÉSAR
RODRÍGUEZ BATLLE:
Siempre hay que seguirlo unos días: uno solo no es suficiente.
De todas maneras estoy satisfecho con la reacción de ayer
porque el mercado volvió a la normalidad después de
algunos días de nerviosismo, en los que sin duda incidió
la expectativa de novedades en el lado argentino.
Fue una experiencia
similar a la ocurrida en junio del año pasado, cuando Cavallo,
entonces ministro, estableció el "empalme". También
en esa ocasión el Banco Central estuvo actuando por dos o
tres días en el techo de la banda, como el compromiso lo
establece. Otra vez nos ocurrió la semana anterior pero ayer
volvió a su cauce con un comportamiento más que normal,
ubicándose a menos del 2% del piso de la banda, o sea bastante
menos de la mitad del viejo ancho de banda y sustancialmente por
debajo del actual.
JV - Usted decía
en el Foro de ACDE, a comienzos del mes pasado, que la decisión
del Banco Central que mencionaba recién, adoptada en junio
frente a la situación argentina, había tenido éxito
y no había provocado impactos bruscos ni situaciones anómalas
en el mercado local. ¿Piensa que se va a dar el mismo panorama?
¿Se están dando ahora las mismas situaciones?
CRB - Son parecidas,
aunque no las mismas. El mecanismo de la banda, de deslizamiento,
permite tomarse un cierto tiempo para la adaptación a las
nuevas variables. Por suerte Uruguay salió de aquellas ideas
y aquellos mecanismos que muchos años aplicó, de saltos
bruscos en la cotización, de grandes devaluaciones. Somos
un país que sin duda devalúa, pero dentro de un cierto
ritmo preanunciado, con la posibilidad de una cierta adaptación.
Desde ya que, cuando digo que no es exactamente igual, es porque
ahora tenemos una Argentina salida de la convertibilidad, una cotización
oficial de 1,40 pero otra en el mercado libre que no sabemos todavía
dónde se va a ubicar (aunque parece que ayer, por razones
de liquidez, no tuvo gran movimiento). Tenemos que ir siguiendo
en el corto plazo la evolución de los precios relativos,
de la competitividad.
Por un lado,
este mecanismo de bandas y deslizamiento nos permite mantener o
seguir de cerca la estabilidad, que es uno de los objetivos. Por
otro, en el corto plazo nos permite recuperar, de alguna manera,
si hay una pérdida de precios relativos. El hecho de que
Argentina devalúe nos vuelve a plantear el tema de la relación
de precios con ese país. Con el resto del mundo estamos bastante
bien; con Brasil no tanto -la habíamos perdido el año
anterior-; con Argentina teníamos un 15% ganado de mejora
de precios, ahora habrá que ver cuando reabran los mercados
y se comience a operar. Ahora está todo muy trancado y es
difícil percibir qué va a pasar los próximos
días. Este mecanismo de banda y de deslizamiento permite
ajustes en un cierto plazo sin un cambio brusco, sin una sorpresa
brusca. A los agentes económicos les permite ir tomando las
medidas con cierta anticipación.
JV - Usted estuvo
ayer en la residencia oficial, donde el presidente Jorge Batlle
recibió a los principales líderes de todo el espectro
político.
CRB - Estuve
solamente en la tarde, cuando tuvo la reunión con el senador
Michelini y con el doctor Tabaré Vázquez; no había
estado en la mañana.
JV - ¿Cuál
fue su percepción de la receptividad del planteamiento del
doctor Batlle en sus interlocutores?
CRB - La percepción
es que, sobre algunos objetivos económicos de alto impacto,
hay una gran coincidencia. La necesidad de preservar la estabilidad,
de preservar el grado de inversión, de lograr un equilibrio
fiscal, son objetivos que han sido compartidos, al menos en las
reuniones en las que participé y por las noticias que tengo
también en las otras. O sea que en esos objetivos que son
de prudencia en el manejo macroeconómico y del gasto público
ha habido una gran coincidencia.
Después,
cuando se llega a la parte de los instrumentos, siempre hay puntos
de vista que pueden ser distintos. En el caso del tema fiscal, algunos
consideran que es mejor tal o cual manejo tributario: el doctor
Vázquez señaló -e incluso lo hizo a la salida,
en rueda de prensa- que tiene una visión distinta sobre los
mecanismos para lograr el crecimiento. Porque en definitiva, cuando
hablábamos de los grandes objetivos hay uno que está
detrás de todos ellos, que es lograr recuperar una senda
de crecimiento, porque el país ya lleva tres años
con caída del Producto. Allí hay algunos aspectos
que dan lugar a discrepancias, si es mejor tal o cual impuesto o
tal o cual camino para la baja del gasto público. Pero me
parece que en los grandes objetivos hay coincidencia.
Con relación
a la política cambiaria, en general recibí una visión
positiva. Pareció bien la forma en que se hizo y el momento;
por encima de pequeñas discrepancias que siempre puede haber,
hubo coincidencia en que es bueno que el país se adelante
en este ritmo para evitar que después el impacto argentino
cayera con todo para recién salir a tomar las medidas.
JV - El presidente
Batlle ha manifestado que la apreciación del dólar
frente al real, lo de enero de 1999 en Brasil, pudo ser absorbido
en buena medida por los actores económicos de nuestro país,
fundamentalmente los vinculados a la exportación. ¿Se
da el mismo panorama con esto de Argentina, se puede trazar un paralelo?
CRB - En este
caso se tomó medidas que no se tomó en 1999. Lo que
se absorbió en 1999 se hizo prácticamente sin tomar
medidas. Ahora, la idea es que para absorber el impacto hubo que
cambiar el ritmo. Pienso que se va a poder absorber porque cuando
el impacto de la devaluación brasileña de 1999...
JV - Fue más
sorpresiva.
CRB - Sí,
fue más sorpresiva, pero en ese momento no se tomó
ninguna decisión importante en materia cambiaria. En cambio
ahora, sobre la base de que ya había una cierta ganancia
de competitividad, se aumenta el ritmo para recuperar el posible
desvío que pueda haber con Argentina una vez reabran los
mercados.
También
es bueno aclarar que este objetivo de mantener la competitividad
o recuperar lo que se pueda perder tras la devaluación argentina
no debe ser visto en una fotografía de los próximos
tres meses, porque en los próximos tres meses puede haber
algún momento en que tengamos una desventaja de precios.
Tenemos que verlo en el mediano plazo; en ese mediano plazo estas
medidas ayudarán, sin duda, a absorber el efecto del cambio
en Argentina.
JV - En estos
días, las reservas del país han sufrido la incertidumbre
cambiaria, el Banco Central tuvo que intervenir en el mercado.
CRB - Sí,
hubo que vender unos U$S 160 millones para actuar en el techo de
la banda, fenómeno que ocurrió en términos
muy similares en junio, cuando hubo que vender U$S 140 millones.
De todas maneras es bueno que lo mencione para aclarar el tema para
la audiencia: después de junio nosotros recompramos toda
esa cantidad en el mercado y U$S 20 millones más. Quiere
decir que en el funcionamiento de la banda hay momentos en que el
Banco Central vende, pero también hay otros en que compra.
Uruguay se había preparado con un volumen de reservas muy
alto, como el actual, que en términos de reservas brutas
está en los U$S 3.200 millones. Es muy posible que en los
próximos meses se recompre en el mercado estas reservas que
se ha utilizado y volvamos a tener un nivel incluso superavitario,
como ocurrió el año anterior. O sea que, si bien causa
preocupación porque a nadie le gusta utilizar reservas para
esta actividad (en definitiva se hace para cumplir con un compromiso
asumido por el gobierno en cuanto a una cierta política cambiaria),
el propio mecanismo del mercado, del mismo modo que en algún
momento nos obliga a vender, nos permite comprar. Históricamente
durante el año el saldo ha sido favorable para el Banco Central.
JV - ¿Cómo
observa el escenario que se plantea para las tasas de interés?
CRB - Con respecto
a las tasas de interés en dólares, no hay razón
para que se modifiquen. Lo que hubo es un cambio en la pauta de
devaluación y en el ancho de la banda, pero no hay nada que
pueda necesariamente incidir en términos generales en las
mismas. La mayoría del crédito productivo es en dólares,
el 97% del financiamiento del sector agropecuario es en dólares;
en otros sectores el porcentaje es un poco menor, pero promedialmente
más del 80% del financiamiento de la producción es
en dólares, y allí no visualizamos ningún cambio
en el nivel de las tasas de interés.
Sin duda va
a haber un cambio al alza en las tasas de interés en moneda
nacional, por la sencilla razón de que las mismas reflejan
la depreciación del dólar, en su contenido y su medición.
O sea que, en la medida en que había un ritmo devaluatorio
antes y ahora hay uno nuevo, eso va a repercutir en las tasas en
moneda nacional, que inevitablemente van a sufrir un alza en distinto
grado.
JV - ¿En
qué medida se producen beneficios para nuestro país
por la llegada de recursos, de capitales argentinos, que notoriamente
se ha producido en la banca, en las distintas instituciones de nuestro
medio en los últimos meses?
CRB - Parte
de esos recursos son los que el país viene recibiendo históricamente
de Argentina desde largo tiempo atrás, incentivados en el
último año por la situación interna del país
vecino que hizo que aumentaran en el año 2001 más
de U$S 1.000 millones. Eso ha permitido el funcionamiento de lo
que se llama una banca off-shore, o sea una banca que capta y coloca
afuera. Un porcentaje muy pequeño de esos fondos que vienen
del exterior se aplica en Uruguay: lo que se aplica aquí
es básicamente lo que capta el sistema bancario o financiero
en general en nuestro medio.
Es decir que
el efecto interno en materia de inversiones es relativamente menor:
le da a Uruguay la posibilidad de tener una plaza financiera, lo
que es parte de la estrategia del país. No es menor porque
implica tener un sistema financiero reconocido en el mundo, sólido,
de bancos internacionales; un sistema que funciona bien, que genera
la propia actividad, el propio sistema. Pero en general nosotros
financiamos las inversiones con otro tipo de canalización:
con inversión directa en agroempresas, en agroindustrias,
en la carne, en la lana, en la madera, en el arroz, donde sí
hay una inversión directa muy importante que incide mucho
más que la inversión financiera. No obstante, no descarto
que parte de esa inversión financiera hace que el propio
argentino que está depositando pueda interesarse en venir
aquí, instalarse, hacer alguna actividad. Es decir que indirectamente
puede originar algo, pero directamente son fondos que entran al
sistema pero vuelven a salir en una actividad off-shore.
JV - Respecto
a la política cambiaria regional, se ha estado manejando
últimamente un aspecto en Argentina: primero, el ex ministro
Cavallo planteó la incorporación del euro como moneda
de referencia junto al dólar, lo que después no cuajó;
pero en este último tramo, incluso con la posición
manifestada por el senador Terragno, se manejó la posibilidad
de aplicar un sistema de canasta de monedas en la que se incluía
como cosa novedosa el real de Brasil. ¿Usted piensa que puede
ser el origen de una eventual armonía de las políticas
cambiarias del Mercosur?
CRB - Podría
ser, aunque la posición de Brasil es algo distinta a la argentina.
Allí hay una cierta dificultad para lograr coincidencia.
La idea de Brasil es de una moneda común, que obviamente
no sería el dólar ni el euro: no sé si aspirarían
a que fuera el real. Argentina está focalizada a una canasta
de monedas. En una situación como la que tiene -que también
tenemos nosotros-, de un nivel de alta dolarización, todavía
no visualiza la posibilidad de una moneda común.
Antes de la
moneda común es necesario coordinar las políticas
cambiarias, porque los últimos tiempos han demostrado que
esa falta de coordinación nos lleva a estar en permanente
ajuste de políticas que en definitiva son las que tiran por
tierra acuerdos comerciales y arancelarios porque cualquier movimiento
brusco del tipo de cambio elimina rápidamente cualquier ventaja
comparativa.
Entonces me
parece que el primer paso debiera ser coordinar las políticas
cambiarias, y luego, si se logran áreas monetarias óptimas
para la región -de lo que todavía estamos un poco
lejos- pensar en esa aspiración que tiene Brasil, de ir a
una moneda común del Mercosur.
------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
|