Impuestos a los sueldos: "Los trabajadores privados son los
que han pagado la crisis"
Senador
Jorge Larrañaga: "El Estado gasta como si fuera rico,
con compatriotas pobres. Esas dicotomías no pueden aceptarse.
La gente no puede ajustarse más, y menos cuando no advierte
intención de un ajuste del Estado".
EN PERSPECTIVA
Miércoles 09.01.02, 07.35.
JULIO VILLEGAS:
La propuesta oficial de aumentar el Impuesto a las Retribuciones
Personales (IRP) a los salarios privados genera reacciones en la
interna de la coalición de gobierno. La mayoría de
los dirigentes nacionalistas se oponen a la medida. Aunque la posición
final será brindada por el Directorio la próxima semana,
los blancos son partidarios de imponer el gravamen sólo a
las altas remuneraciones del sector público.
Para analizar
este aspecto, el presidente Jorge Batlle recibe esta mañana
al líder de Alianza Nacional, senador Jorge Larrañaga,
quien le presentará además una serie de iniciativas
para el abatimiento del gasto público, para el desarrollo
del sector productivo.
Estamos ahora
en comunicación con el senador Larrañaga. Luego de
las entrevistas mantenidas por el presidente Batlle en estos días,
usted ya va con ciertas cartas a la vista.
JORGE LARRAÑAGA:
Sí: creo que se trata de buscar apoyos que permitan remangarnos
y buscar entre todos por un mejor destino nacional en la situación
difícil y compleja en lo interno y en lo internacional.
JV - Según
se ha adelantado, el gobierno busca el respaldo de la coalición
de gobierno para un ajuste fiscal del 1,5%, de forma de amortiguar
el impacto de la crisis argentina. ¿Cómo ve el escenario?
JL - Creo que
hay que hacer un esfuerzo en la contención del gasto público,
que hay dónde abatirlo. Creo que tenemos que trabajar sobre
los altos sueldos del Estado, como una señal del sistema
político y de la actividad pública hacia la sociedad
uruguaya en su conjunto, que es la que paga los impuestos. Hay un
proyecto del Partido Nacional de abatir fuertemente los gastos de
locomoción oficial, se puede cerrar dependencias públicas
para buscar ese abatimiento, se puede impulsar la reestructura y
la reorganización del Ministerio de Relaciones Exteriores,
hay que podar los gastos en el Ministerio de Defensa Nacional, recortar
los viajes al exterior, reducir fuertemente los contratos de arrendamiento
de obra (hubo toda una ofensiva en ese sentido)... Por lo tanto,
creemos que en el componente gasto público es necesario hacer
enormes esfuerzos.
El Partido Nacional
aportó una nómina de rubros de donde detraer esos
recursos que permitan bajar el déficit, y por otro lado aplicarlos
al desarrollo industrial que es vital para generar puestos de trabajo
que faltan hoy en la economía uruguaya. Hay un creciente
y paulatino empobrecimiento del interior de la República:
si bien la situación es difícil en todo el país,
la del interior es preocupante, alarmante, porque ha soportado de
manera directa la crisis del sector agropecuario, y es necesario
impulsar algún tipo de acción tendiente a generar
desarrollo, a radicar emprendimientos productivos en el interior
mediante bonificaciones tributarias y tarifarias contempladas en
la Constitución de la República, priorizar la obra
pública que permita generar también un efecto reflejo
en la industria de la construcción, desgravar esta actividad
(como lo ha pedido el Partido Nacional)...
Hay cosas para
hacer, hay gastos para ahorrar, que puedan aliviar las cuentas del
Estado en esta difícil situación.
JV - ¿Usted
es partidario de desalentar algunas importaciones mediante la aplicación
de gravámenes?
JL - Por supuesto.
De la misma forma en que soy partidario de generar incentivos o
estímulos a nuestras exportaciones para dar competitividad
a nuestra industria, fundamentalmente exportadora, soy partidario
de medidas excepcionales, en tiempos excepcionales y difíciles
para nuestros países y nuestra región.
Estoy absolutamente
convencido de que debemos revertir una situación en que muchas
veces el Estado uruguayo gasta como si fuera un Estado rico con
compatriotas pobres, y esas dicotomías no pueden aceptarse
en la difícil situación que atraviesa el país.
La gente no puede ajustarse más, y mucho menos cuando no
advierte intención de un ajuste del Estado uruguayo, que
nunca tiene urgencia por ajustar sus cuentas.
JV - Se ha cuestionado
la iniciativa del gobierno para gravar las llamadas internacionales,
a pocos días de haber anunciado una rebaja de las mismas,
habida cuenta de la situación de competencia en ese campo.
JL - Nosotros
también tenemos nuestros cuestionamientos. Ayer conversábamos
con el senador de nuestra colectividad política, Francisco
Gallinal, en esta misma línea. Creemos que no va en la dirección
correcta, de la misma manera que cuando se pretendía sustituir
el Impuesto Específico Interno (Imesi) por el Impuesto al
Valor Agregado (IVA) en los combustibles, lo cual iba a contrapelo
de las reformas de Ancap que se pretendía realizar. No sabemos
exactamente cuál sería el producido de ese impuesto
ni su monto, porque sólo tenemos la información que
han dado los medios de prensa. Pero en principio nuestra posición
es contraria: creemos que de donde menos se puede sacar es de las
reformas que han producido un abatimiento de las tarifas internacionales
y que ahora se incrementarían por otra vía.
Creemos que
la variable de ajuste debe ser forzosamente el gasto público.
Estamos convencidos (administramos durante diez años un gobierno
departamental) de que en los vericuetos de la administración
siempre hay lugares donde podar, determinados sectores que pueden
abatir buena parte del gasto público que nos está
generando un mayor endeudamiento a razón de U$S 800 millones
por año, lo cual es insostenible.
JV - Tras los
contactos políticos de estos días, el presidente Batlle
aludió expresamente a su proyecto de aumentar el Impuesto
a las Retribuciones Personales (IRP) en los sueldos más altos
de los sueldos estatales pero también privados.
JL - La iniciativa
que presentamos en el Senado estaba circunscripta a la actividad
pública y a los sueldos del Estado por encima de los 29 Salarios
Mínimos Nacionales. Entendemos, como decía recién,
que la actividad pública es la primera que debe dar a la
sociedad una señal clara de que comienzan a ser corregidos
esos bolsones de inequidad, de injusticia que existen en el Estado
donde no se respeta el principio de "a igual función,
igual remuneración".
Ahora existe
esta iniciativa del presidente, sobre la que vamos a conversar con
él y nos vamos a enterar del contenido de la propuesta. Estamos
dispuestos a discutirla y la vamos a trasladar al Directorio del
Partido Nacional que, conjuntamente con la bancada parlamentaria,
serán los que decidan sobre la materia. Creemos que la actividad
privada es la que en buena medida soportó la crisis: ha sido
el trabajador privado el que ha perdido sus fuentes laborales o
ha visto disminuidos su salario con total de preservarlo. Somos
conscientes de que hay altas remuneraciones privadas que quizá
podrían quedar gravadas. El tema es que el IRP es diferente
al Impuesto a la Renta Real de las Personas Físicas, que
mide no el ingreso sino otros parámetros vinculados a la
renta de las personas.
Creo que hay
que estudiarlo buscando el máximo consenso que, en estos
tiempos difíciles, permitan encontrar respuestas y soluciones
que puedan ser beneficiosas para el país y su gente. Pero,
en principio, somos partidarios de aplicarlo a la actividad pública;
si bien las soluciones legislativas no son la panacea ni son absolutamente
perfectas, pueden dar una señal en ese sentido. Concomitantemente,
las distintas reparticiones del Estado van a tener que impulsar
correcciones porque -más allá de que todo el mundo
tiene el legítimo derecho de ganar el mayor salario posible-
no es posible que las remuneraciones de los funcionarios se fijen
según el organismo o al poderío económico de
la empresa pública. El tema es si eso se compadece con la
actual situación del país.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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