Otra oportunidad para Colombia
Embajador
de Uruguay en Colombia, Eduardo Añón: "El gobierno
no ha obtenido éxito con su esfuerzo, pero si el proceso
se hubiera interrumpido los más favorecidos hubieran sido
los sectores radicalizados".
EN PERSPECTIVA
Martes 15.01.02, 08.04.
DIEGO BARNABÉ:
Aunque parecía imposible, 10 embajadores del llamado Grupo
de Países Amigos y el delegado de las Naciones Unidas, James
LeMoyne, lograron ayer, en una desesperada gestión de última
hora, salvar el proceso de paz entre el gobierno del presidente
Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), proceso iniciado hace ya tres años en el
sur del país.
El
anuncio fue hecho sobre las cinco de la tarde, hora local,
allí mismo, en la zona de distensión, cuatro horas
y media antes de que venciera un ultimátum de guerra que
se habían planteado las partes para la noche. El embajador
de Francia, Daniel Parfait, anunció que, después de
cuatro días de crisis, lograron poner de acuerdo al presidente
Andrés Pastrana y al máximo comandante de la principal
fuerza rebelde del país, Manuel Marulanda, "Tirofijo",
en los dos puntos que los llevaron a levantarse de la mesa de negociaciones:
las garantías para negociar en ese lugar y la necesidad de
completar un acuerdo de cese al fuego y las hostilidades a la población
civil.
La salvación
del proceso implica, para el presidente Pastrana, detener la operación
de retoma de la zona de distensión, para lo cual había
ordenado la movilización de más de 12.000 soldados
hacia los límites de esa gigantesca región, en la
que se encuentra desde clima selvático y llanura hasta zonas
completamente desérticas.
Estamos en comunicación
con Colombia para dialogar con el embajador de Uruguay en ese país,
Eduardo Añón.
¿Dónde
lo encontramos ahora?
EDUARDO AÑÓN:
En Bogotá.
DB - ¿Cuánto
tiempo hace que reside en Colombia?
EA - Hace nada
más que un mes y medio que estoy aquí.
DB - ¿Cómo
ha seguido este proceso, sobre todo el nerviosismo de las últimas
horas?
EA - Como todo
el mundo: la gente estaba muy ansiosa por ver cómo se desarrollaban
los acontecimientos. Felizmente, para bien de todos, la intervención
del delegado de las Naciones Unidas junto con el Grupo de Países
Amigos permitió a último momento dar al menos un nuevo
plazo para las negociaciones.
DB - ¿Qué
lectura hace usted de la actitud de endurecimiento de la postura
del presidente Andrés Pastrana frente a la guerrilla, planteándole
el ultimátum?
EA - Evidentemente,
tal como lo dijo en su discurso de la semana pasada, él se
jugó todo su aval político a las negociaciones de
paz. Hace tres años que está en el intento, y la reacción
del público en general no es muy favorable ya que no se ha
logrado nada como contrapartida, ha cedido mucho para lograr muy
poco.
DB - Los embajadores
que intervinieron en las negociaciones, de los llamados Países
Amigos o Facilitadores, eran los de Canadá, Cuba, España,
Francia, Italia, México, Noruega, Suiza, Suecia y Venezuela.
Usted estuvo conversando con ellos ¿Qué posición
asumió como representante de Uruguay en esta situación?
EA - Es un grupo
que está trabajando por su lado. En estos últimos
momentos han estado viajando directamente a la zona del Caguán,
trabajando directamente con representantes de la guerrilla en una
zona alejada.
DB - A través
de su representación ¿nuestro país ha realizado
algún tipo de gestión en este período para
intentar rescatar el proceso de paz?
EA - No: simplemente
están participando los embajadores del denominado Grupo de
Países Amigos o Facilitadores. En este momento nosotros no
participamos.
DB - Detrás
de toda esta situación hay quienes se preguntan si sigue
pesando el papel que ha jugado Estados Unidos en los últimos
años en el conflicto colombiano; en qué medida Estados
Unidos está también presente en la situación
planteada.
EA - En este
caso puntual, los analistas en general entienden que con el frente
que Estados Unidos tiene en este momento en Afganistán y
la posibilidad de extender la lucha antiterrorista a Irak o Somalia
no tendría injerencia en este caso en la interna colombiana.
De cualquier manera, el hecho de que Estados Unidos vea al grupo
de las FARC como terrorista, evidentemente significa un cambio.
DB - ¿Usted
ya ha estado en El Caguán, esa zona de 42.000 quilómetros
cuadrados al sur del país?
EA - Todavía
no la he podido visitar.
DB - Han circulado
diferentes versiones en torno a cómo las FARC hacían
uso de esa zona que dominaban: el gobierno ha denunciado que la
utilizaban para retener a personas secuestradas, en algún
caso entrenar a guerrilleros e incluso someter a la población
disidente, a aquellos que no estaban de acuerdo con la guerrilla.
¿Tiene información sobre esto?
EA - Es público
y notorio que, desde el momento en que lograron la zona de distensión,
las FARC han logrado un paraíso: han podido actuar allí
de la manera que han querido, sin control de tipo alguno. Algunos
dicen que en los últimos tres años en Colombia los
únicos que han podido estar tranquilos han sido los miembros
de las FARC, precisamente dentro de esa zona en la que el gobierno
no ha intervenido para nada.
DB - ¿Cuál
es la situación actual desde el punto de vista de los otros
frentes del conflicto interno colombiano, es decir las fuerzas paramilitares
y el ELN, el grupo guerrillero de menor importancia?
EA - Todos los
analistas coinciden básicamente en que, si se hubiera producido
la ruptura del proceso, uno de los grupos más beneficiados
hubieran sido especialmente las Fuerzas de Autodefensa de Colombia,
los paramilitares. De alguna manera hubieran logrado un crecimiento
de apoyo frente a la población, por ser uno de los enemigos
fundamentales de las FARC. Éstas, a su vez hubieran, logrado
un mejor posicionamiento político.
Algunas notas relacionadas:
Informe
oficial de la Presidencia de Colombia
Breve
resumen del conflicto
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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