22.01.2002

 



Las exportaciones no dependen sólo de Uruguay

  Presidente de la Unión de Exportadores, Daniel Soloducho: Más allá de lo que acuerden Batlle y Bush, los tratados comerciales llevan un largo proceso. Para el resto del mundo, no alcanza con las medidas cambiarias: sin dejar de ser una economía abierta, se necesita protección.


EN PERSPECTIVA
Martes 22.01.02, 08.03.

JULIO VILLEGAS:
Las exportaciones representan uno de los grandes temas que tiene planteados el gobierno, según dijo el propio ministro de Economía, Alberto Bensión, cuando analizó en el Parlamento los planes para tratar de enfrentar la situación de crisis, de recesión y neutralizar los efectos negativos que la crisis argentina puede provocar en nuestro medio. Bensión planteó que las exportaciones son la palanca para enfrentar estos problemas e incluso iniciar un período de reactivación.

¿Cómo ve estas manifestaciones el presidente de la Unión de Exportadores, Daniel Soloducho? El ministro fue muy claro: planteó la expectativa y la confianza de que sea el sector exportador el que lleve la iniciativa de la recuperación que se está aguardando.

DANIEL SOLODUCHO:
Es verdad, pero la situación no va a ser tan fácil. En 1998 iniciamos una caída que se agravó en enero de 1999, a partir de la crisis de Brasil: ese año tuvimos una caída de 20%. Después nos comportamos un poquito mejor: tuvimos un período de crecimiento; y este año tuvimos una baja importante, de más del 9%, fundamentalmente debida a la aftosa. Nuestro principal problema para tener un crecimiento sostenido es la competitividad; con la situación de los vecinos nuestra competitividad empeora bastante. El gobierno ha tomado una medida correcta y en tiempo -nos referimos al cambio del ancho de banda y al aumento del ritmo de la pauta devaluatoria-, pero lamentablemente los vecinos se siguen disparando y mejorando su competitividad.

JV - ¿Usted entiende que debería buscarse neutralizar los efectos de la situación argentina por el lado cambiario, o que se debe buscar algún otro tipo de medidas de estímulo a la exportación?

DS - No sólo por el lado cambiario; hay cosas que son insustituibles porque cuando las diferencias son enormes no hay forma de arreglarlas, pero hay otros mecanismos como la devolución de impuestos, la vuelta a los anticipos. Hay varias formas de mejorar la competitividad de las empresas sin tocar directamente el aspecto cambiario. Cuando las diferencias son enormes no hay más remedio, porque de otro modo no se llega. Argentina y Brasil tienen hoy una política bastante similar, con flotación de la moneda; no creo que Uruguay se pueda mantener como el país más caro del Mercosur.

JV - Preocupaba a sectores exportadores de importancia capital, como es el caso de la industria frigorífica, la situación que plantea el aumento en las tarifas públicas que se está anunciando en estos días -8,5% para OSE, probablemente 9% para Antel-; ¿cómo visualiza usted este tema?

DS - Nosotros necesitamos mejorar la competitividad. Si la inflación se come todas las mejoras en el tipo de cambio, realmente esas mejoras no existen. La idea era -como ocurrió en la anterior modificación de la política cambiaria- que hubiera una deflación de precios; en eso la lucha principal le corresponde al gobierno, si las tarifas públicas van a empezar a aumentar y se van a comer todas las mejoras del tipo de cambio, si la inflación va a superar a la devaluación, en ese caso estaremos en una crisis peor que la anterior. No alcanza con aumentar el ritmo devaluatorio: hay que dar una lucha sin cuartel contra la inflación.

JV - Queda claro que el sector cárnico es uno de los motores que pueden dinamizar las exportaciones de nuestro país, como ha ocurrido en el pasado. ¿Qué otros renglones ve usted como posibles potenciadores de esta actividad?

DS - Hay muchos: el sector cárnico, el lácteo, la forestación, los textiles, los tejidos... Hay varios sectores, pero casi todos adolecemos de un problema bastante similar. El sector cárnico, además del tema de la aftosa, compite en los mercados a los que accede con precios que realmente no son viables para la industria nacional, y entonces no llega a poder exportar porque debe hacerlo a precios de pérdida; compiten inclusive con los vecinos del Mercosur, Argentina y Brasil, y lo mismo pasa en los lácteos. El año pasado exportamos a Argentina U$S 330 millones, el 20% del total de nuestras exportaciones. Esto dificulta el 20%, pero además en muchos mercados competimos con ellos: el problema se agranda mucho más porque ellos se han tornado muy competitivos.

JV - ¿Esa competencia con Argentina ya está planteada, o se piensa que va a tardar un poco dada la situación interna de ese país?

DS - Va a tardar un poquito pero indefectiblemente va a llegar. Argentina está yendo a una flotación, con un tipo de cambio libre cerca de $A 2 y uno oficial a 1,40; tiene una competitividad muy alta. Brasil no deja caer su moneda y se mantiene competitivo. En esta situación regional es muy difícil competir a precios rentables, tanto para los frigoríficos como para los lácteos y muchos otros sectores exportadores.

JV - ¿Han hablado con el gobierno a propósito del viaje que emprenderá el presidente de la República en febrero a Estados Unidos? El presidente anunció que tratará de impulsar una reactivación más fuerte del comercio bilateral.

DS - Es muy importante. Desde un principio apoyamos la iniciativa del presidente, pero no es un tema fácil por la situación de Estados Unidos. Muchas veces el presidente mexicano ha querido hacer acuerdos que no han podido salir porque no salía el fast-track, que ahora sí está. No alcanza con la aprobación del presidente Bush: se necesita el apoyo del Congreso y resoluciones que difícilmente un país solo pueda superar. Recordemos el caso de Chile: desde hace años está posicionado como para firmar un acuerdo con Estados Unidos que continuamente ha sido trabado, y no ha podido ser firmado hasta el día de hoy.

JV - Siempre se dice que es inminente pero se sigue demorando.

DS - Exactamente. Va a ser un tema difícil; me parece muy bien que el presidente Batlle lo haga; es importante, incluso puede aprovechar su relación personal con el presidente Bush, pero las condiciones no son fáciles, por más que ambos quieran lograr un acuerdo.

JV - ¿Cuál es el panorama en otros mercados?

DS - Estamos encarando una mezcla de temas de competitividad y acceso a mercados, que van juntos, ya que con uno solo no podemos solucionar la situación. El Mercado Común Europeo tuvo un importante crecimiento el año pasado frente al anterior (fue uno de los que más creció), pero tenemos problemas de acceso en algunos rubros, está todo el tema agrícola y de subsidios. En el Mercosur este año vamos a tener problemas de competitividad e incluso de cobranza: los exportadores hacia Argentina todavía no hemos podido cobrar, a pesar de los esfuerzos del Banco Central que está tratando de buscar una forma de compensación.

JV - Se ha estimado una deuda impaga de entre U$S 40 y U$S 60 millones; digamos U$S 50 millones.

DS - No tenemos la cifra exacta, pero es aproximadamente esa, incluso por el volumen y el plazo medio de pago. Creo que una de las ideas es el viejo convenio de Asociación Lationamericana de Libre Comercio (Alalc), por el cual se compensaba los saldos, lo que podría beneficiar a Uruguay. Pero lamentablemente nosotros les exportamos U$S 330 millones mientras ellos nos exportan U$S 600.

JV - Se ha mencionado que el gobierno tiene la intención de aplicar medidas "proteccionistas" amparando a ciertos sectores de la industria nacional frente a la competencia desleal que significa la importación, de productos que reciben subsidios en el extranjero. ¿Piensa que esas resoluciones pueden provocar represalias?

DS - Sí; podría llegarse al caso, pero depende de cómo se haga. Ni el gobierno ni nosotros queremos un país cerrado sino un país abierto; sí protegido frente al dumping de otros países, subfacturaciones y cosas ilegales. No queremos un país cerrado: necesitamos un país abierto, somos el país más abierto del Mercosur, vivimos de nuestras exportaciones y necesitamos acceso a otros mercados. Siempre digo que me gusta que compren la mercadería uruguaya porque es tan buena o mejor que la del exterior, está a un precio competitivo y además es uruguaya. Los otros factores son imprescindibles; no creo que se pueda exigir a la gente que compre un producto feo y más caro por el simple hecho de ser uruguayo. Eso termina en la ineficiencia. Debemos tener precios eficientes que puedan competir en condiciones como para acceder a cualquier mercado del mundo. La idea es no ser ingenuos en la negociación y proteger como protege todo el mundo, pero sin cerrar nuestra frontera.

JV - ¿La industria está actualmente en condiciones de transformarse en una palanca real de dinamización de las exportaciones, después de haber sufrido el desmantelamiento de muchos sectores en los últimos años?

DS - Si nos dan las bases mínimas de competitividad, sin duda vamos a poder. La mayoría de los sectores ha reducido enormemente el número de empresas. En el sector textil, de 16 empresas quedan cuatro; en la pesca, de 18 quedan cuatro. Pero son cuatro eficientes, modernas, que han invertido y tienen lo último en cuanto a maquinaria y tecnología. Si se dan las condiciones de competitividad, no tengo duda alguna de que lo vamos a lograr.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

 






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