29.01.2002

 



Venezuela en permanente confrontación

El gobierno del presidente Hugo Chávez enfrenta una oposición cada vez más fuerte, en un país con un 80% de la población viviendo debajo de la línea de pobreza que no encuentra solución a sus problemas estructurales.

Entrevista con el periodista Andrés Cañizales, de la agencia Interpress Service.

EN PERSPECTIVA
Martes 29.01.02, Hora 7.55.


EMILIANO COTELO:
Para los venezolanos el comienzo de año ha sido muy agitado. En lo que va de enero el presidente Hugo Chávez ya destituyó a su vicepresidenta y a su ministro del Interior, vio desarrollarse una multitudinaria marcha opositora y se enfrentó con autoridades de la Iglesia Católica, a las que calificó de enemigos políticos.

Vamos a observar más de cerca esta realidad particularmente compleja, qué puede ocurrir en los próximos días, en qué medida es sostenible un gobierno con estos niveles de enfrentamiento y aislamiento. Vamos a consultar a Andrés Canizales, periodista de la agencia Interpress Service en Caracas, Venezuela.

Andrés, comencemos describiendo cómo se encuentra el panorama político por estas horas en Venezuela.

ANDRÉS CAÑIZALES:
Hoy martes, como cotidianamente en los últimos días, el tema político está marcado por la falta de diálogo en el país. Para hoy estaba pautado un encuentro entre los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana y el presidente, pero ayer lunes a última hora los religiosos decidieron no acudir a la cita de hoy aduciendo que no hay clima propicio para el encuentro, especialmente después de los últimos ataques del presidente el pasado domingo en su programa Aló presidente contra algunos obispos a los cuales recientemente la dirigencia de la Iglesia Católica calificó como un tumor para la democracia venezolana. Hoy más que nunca está en el tapete la falta de coincidencia, de paz y de diálogo que tú comentabas en la introducción.

Este mes de enero ha sido particularmente agitado en Venezuela, efectivamente estamos en un clima donde permanentemente hay algún tema de confrontación, de disputa, que hace pensar a algunos que difícilmente se pueda sostener permanentemente. La reflexión que terminan haciendo muchos es que es imposible construir o levantar un país en medio de un clima permanentemente marcado por la confrontación y el discurso de la confrontación, porque muchas veces el enfrentamiento no tiene otro espacio sino el discursivo.

EC - ¿Quiénes integran hoy la oposición al gobierno de Hugo Chávez? ¿Quiénes participaron en la marcha de la semana pasada?

AC - La marcha de la semana pasada había estado originalmente convocada por algunas organizaciones de la sociedad civil, algunos grupos que se han conformado con extracto de clase media y que se han nucleado en torno a defender los derechos civiles que sienten amenazados. Tomaron la bandera del 23 de enero de 1958, fecha en que cayó la última dictadura que hubo en el país. Posteriormente, en medio del clima de confrontación, ya que el presidente había dicho que la fecha no debía ser conmemorada y justamente a partir de ese hecho, una serie de partidos de oposición se nucleó, entre ellos incluso la vieja clase política, como Acción Democrática, el Partido Social Demócrata, el Partido Social Cristiano COPEI, partidos minoritarios en términos de representación parlamentaria, y organizaciones nuevas como Primero Justicia, que es un partido que tiene un discurso modernizado pero que fundamentalmente se ubica en la derecha políticamente.

Ese grupo organizó la marcha que tuvo la característica de convocar a mucha gente que de alguna manera no se siente identificada con el proyecto político del presidente. Fue una representación realmente variopinta de organizaciones diferentes, personalidades intelectuales del mundo venezolano, que representan un estado de ánimo de un sector importante del país. Por otra parte hay que recordar que ese día hubo otra manifestación, un poco menor pero también significativa, de partidarios del presidente, lo que puso de nuevo el tema político en las condiciones maniqueas de estás contra Chávez o a favor de Chávez.

EC - Justamente para tratar de redondear el panorama de fuerzas que hoy podría caracterizar a Venezuela, ¿puede funcionar una división entre izquierda y derecha?, ¿es ése el corte o no?

AC - Yo siento que no. Justamente, entre los que están contra Chávez hay gente que se dice de izquierda, pero dentro del grupo de Chávez también hay gente que se asume como de izquierda y el presidente se define como un militar nacionalista. Yo siento que no es ésa la diferencia aunque el discurso presidencial apunta a decir que es un enfrentamiento entre ricos y pobres. Yo siento que hay un enfrentamiento o una línea divisoria sobre todo en la forma de concebir el poder: por un lado la del presidente, que tiene fundamentalmente una formación militar y por otro hay grupos con diferencias grandes, incluso entre ellos, que están en la oposición, que conciben que las cosas deberían hacerse el marco de un mayor debate, de mayor entendimiento, respetando las diferencias.

EC - ¿Esa es la principal crítica, el estilo autoritario de gobierno?

AC - Sí, siento que el punto que une a los distintos sectores que están en contra del presidente y el gobierno es que están fundamentalmente en contra del estilo autoritario que ha rebasado lo que el imaginario cree que debe hacer un presidente. Por ejemplo: el presidente tiene muchísimas intervenciones públicas a través de cadenas de radio y televisión, el día de la marcha hubo cuatro cadenas y el pasado domingo tuvo una intervención de seis horas en su programa de radio.

EC - ¡Seis horas en un programa de radio!

AC - Sí, casi tan largo como el programa de ustedes pero con un solo conductor. Lo que en el fondo uno ve críticamente es un estilo que poco convoca al diálogo; si una persona se siente dueña del micrófono y se lanza a hablar constantemente, hace cadenas con mucha frecuencia, hace intervenciones hasta de seis horas, a mi modo de ver deja poco espacio para dialogar, porque la otra persona lo que quiere es hablar, no sólo escuchar a los otros.

EC - ¿Por qué fueron los relevos de la vicepresidenta y el ministro del Interior que Chávez concretó?

AC - En el caso de la vicepresidenta prácticamente ocurrió un enroque: la señora dejó de ser vicepresidenta pero pasó a ser ministra de Producción y Comercio; es una persona bastante ligada al gremio. Creo que lo que se visualiza como una gran pérdida es la salida del gobierno de un señor llamado Luis Michelena, antiguo militante comunista, que en su tiempo al lado del presidente se consideró como un interlocutor político de éste. Michelena ha sido una figura política que ha abierto muchos canales de diálogo y su salida del Ministerio del Interior genera muchas interrogantes sobre qué persona podría ser interlocutor político con habilidad para encontrarse con sectores con los cuales el gobierno y especialmente el presidente usualmente no tienen contacto. El nuevo ministro podría ser el capitán retirado Rodríguez Casín, una persona con poca figuración política, especialista en labores de inteligencia y contrainsurgencia. Esto ha generado muchas interrogantes sobre cuál va a ser el papel político del nuevo ministro.

EC - ¿Qué cabe esperar del futuro político del gobierno de Hugo Chávez? Yo leía declaraciones del ex ministro de Planificación y director del vespertino Tal Cual, Teodoro Petco, quien dijo que "la marcha había sido un porrazo para Chávez, que le demostró que está ante un nuevo país donde la mayoría no está dispuesta a tolerar impunemente su ejercicio autoritario, abusivo y además irrespetuoso del poder. Si el presidente no toma nota de esto está marchando a paso de vencedores hacia una crisis de gobernabilidad, a una situación en la cual su propia estabilidad se compromete". Concretamente, ¿qué podría ocurrir?

AC - Hay varios escenarios. Uno es que la propia incapacidad de Chávez para generar alianzas, para generar diálogo, termine aislándolo completamente: El otro -en el cual la gente cree- es que la demostración del 23 de enero y la de los empresarios del 10 de diciembre, que paralizaron al país para decir "señor presidente, sentémonos en una mesa a dialogar", puedan hacer reflexionar al jefe de Estado, y aun cuando no lo vaya a decir públicamente genere un nuevo clima que permita un mínimo nivel de estabilidad, relativamente pacífico. En este momento se observa que el presidente dedica una gran parte de su tiempo a estar peleándose con distintos sectores y con los medios de comunicación; algunos sectores le están diciendo "dedíquese a gobernar y a ver los problemas de fondo que tiene el país", que pasan por que el 80% de la población está en situación de pobreza, porque hay un desempleo de 15% y la informalidad en el empleo es de 50%.

Hay personas más pesimistas -o tal vez no muy informadas desde el punto de vista militar- que piensan que puede haber una salida de fuerza del sector reaccionario del mundo militar. Yo siento que en este momento las fuerzas armadas son el soporte en el cual se está apoyando el vicepresidente, los principales cargos del país -el de vicepresidente, el de ministro del Interior y otros- están ocupados por militares retirados o activos. Recordemos que también el presidente viene del mundo militar. La salida más beneficiosa para el sistema democrático sería que el presidente entendiera que la manifestación de la semana pasada y la de los empresarios en diciembre no son para derrocar al gobierno sino para decirle "señor presidente, el estilo que usted ha llevado hasta ahora no es el apropiado para el sistema en que estamos, tenemos que sentarnos a dialogar".

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe



"No me siento protagonizando una revolución en Venezuela; el protagonista verdadero es el pueblo"
. Entrevista con el presidente de Venezuela Hugo Chávez (2.03.00)






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